CAPÍTULO 4

(Poner el vídeo en el minuto 11:02 hasta el 11:45 XD)

-- Ya viene el pastorcillo entre el romero en flor, no lleva su callado, tampoco su turrón. -- Cantaban alegres los niños bailando al rededor de los tres mayores que reían divertidos sentados en el suelo. -- Ai la li li rai la la li li rai la la li li rai. ¿A dónde vas tan solo entre el romero en flor?

-- Vengo a ver vuestra fiesta, os traigo una canción y un tamboril que tiene muy largo y dulce son. -- Continuaron los chicos chocando palmas con los pequeños risueños.

-- Ai la li li rai la la li li rai la la li li rai. ¿A quien estás buscando entre el romero en flor?

-- Busco a una rubia niña que ayer me sonrió, tiene azules los ojos como el cristal labot.

-- Ai la li li rai la la li li rai la la li li rai...
-- ¡¿Se puede saber que es este escándalo?!

Los niños frenaron en seco y se giraron para ver aterrados al hombre que ahora asomaba por la puerta.

-- Es... estábamos jugando...

Por puro instinto el más mayor del grupo se puso en pie plantándole cara mientras su hermano trataba de arropar con sus brazos a los más pequeños, que ya temblaban y sollozaban aterrados, junto con su amiga de cabellos azules.

-- ¿Jugando? ¡Estoy ocupado y no dejáis de molestar con vuestras malditas cancioncitas!

-- ¿Y que quieres que hagamos si nos tienes aquí encerrados?

-- ¡Ace!

Luffy lo miró aterrado mientras Porche se daba una palmada en la cara. Pareciera que estaba buscando la muerte a manos de ese hombre.

Pero el horror le vino cuando vio como le propinaba un fuerte tortazo que lo mandó al suelo de cabeza, solo para apartarlo de su camino y plantarse delante del chico.

-- ¡, ven aquí!

Señaló a uno de los más pequeños que se encontraban a su lado y este asustado no tardó en saltar a los brazos del moreno quien lo abrazó enseguida desafiando al hombre con la mirada. Si podía no permitiría que hirieran a esos niños, eran sus hermanos. Sus hermanos pequeños, su familia

-- ¡Aparta y dame al mocoso imbécil!

-- ¡No quiero! ¡No dejaré que te lo lleves! -- Apretó con más fuerza el agarre poniendo una mano sobre sus cabellos en gesto protector.

El hombre no se lo pensó dos veces antes de alzar el pie y propinarle una fuerte patada en la cara que lo tiró dejándolo aturdido. Cogió al niño que ya sollozaba desconsolado y acto seguido el también se vio arrastrado siendo atrapado por el tobillo.

-- ¡Suelta a mi hermano maldito mal nacido!

Luffy llevó su vista suplicante a su gran amiga y compañera y esta la captó al instante. Antes de que el pecoso pudiera hacer nada, la muchacha de cabellos celestes se apresuró a frenarle los pies evitando que hiciera una locura irreparable.

-- ¡Sueltame Porche! ¡Maldita sea, Luffy!

El moreno menor suspiró aliviado y vio como lo sacaban de la habitación para arrastrarlo a otra. Ya sabía lo que se venía, no era la primera vez que lo sacaban y tampoco sería la última.

Fue arrojado a una cama enorme y junto a él el más pequeño. No tardó en percibir el filo metálico del cuchillo acompañado de la macabra sonrisa del hombre y tragó saliva cohibido atreviéndose aun a pasar el brazo por delante del niño para protegerlo. Él recibiría todo el daño, como siempre.

Volvió a tragar saliva antes de notar como el cuchillo se hundía de lleno en su muslo provocándole un fuerte y agónico grito de dolor.

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Esta vez gritó y aun con los ojos abiertos siguió gritando hasta notar que se quedaba afónico, si es que eso siquiera era posible para un chico mudo. Las lágrimas escurrieron de sus mejillas y se incorporó para taparse la cara con las palmas dejando escapar a los sollozos.

No tardó en escuchar el fuerte y estrepitoso sonido de la puerta al abrirse dando paso a su alterado hermano que se apresuró a abrazarlo para transmitirle calma.

-- Tranquilo, solo ha sido una pesadilla. Solo eso, un mal sueño. Ya está Luffy.

Pero esta vez le costó más dejar los sollozos, esta vez las imágenes permanecieron en su mente más de lo normal. Aun así él mismo lo borró todo de nuevo, no quería recordar, simplemente no quería. Dolía demasiado hacerlo.

****

Los chicos miraban algo cohibidos la pizarra donde el profesor de Educación Física les explicaba lo próximo que iban a hacer para empezar ya las clases de Acrosport.

-- Yo eso no lo hago. -- Murmuró el ojigris mirando las espalderas en las que tendrían que hacer el famoso "Murciélago".

-- Poneos en grupos de tres, de esta forma los dos restantes pueden ofrecer una ayuda a la hora de subir las piernas y en caso de falta de equilibrio vigilar que no halla un accidente. -- Siguió explicando dibujando más figuras en la pizarra.

Los alumnos no tardaron en buscar a sus compañeros tanto con la mirada como posicionándose directamente a su lado dejando ya de prestar tanta atención a la explicación.

Luffy no tardó en acercarse a Zoro y buscó con la mirada a alguno de sus otros compañeros, pero para su pena ya se habían formado sus propios equipos. Suspiró frustrado al entender que al ser los únicos dos solos les tocaría con el nuevo. Sin embargo no dejó que eso borrara su entusiasmo. Estaba deseoso de empezar, le encantaban los equilibrios como esos.

-- ¡Vamos Law! ¡Vienes con nosotros!

El aludido miró al peliverde y soltando un gran suspiro se acercó a los dos chicos para ayudarlos a coger las colchonetas.

Al cabo de unos minutos se encontraba viendo como el resto de compañeros hacían la figura poniendose boca a bajo, sujetos a las espalderas nada mas que con las manos y sin siquiera rozar la cabeza al suelo.

--Definitivamente no voy a hacer eso.

-- No me jodas que te da miedo.

Zoro rió con sorna agachando la cabeza y alzando las manos para, sin siquiera necesitar ayuda, alzar los pies quedando boca a bajo con facilidad. Enseguida se le subió la sangre al cerebro y empezó a ponerse rojo hasta que de un salto volvió al suelo y se agarró la cabeza algo mareado.

-- Es fácil, pero sí es cierto que marea un poco.

-- No pienso hacerlo.

-- Venga hombre, que te ayudamos.

Law miró al moreno inseguro. Podía fiarse del peliverde, pero le costaba creer que ese moreno no se la fuera a jugar después de los malos percances que habían tenido.

-- No me fío de él, seguro que me tira.

Zoro rió con ganas mirándolo estupefacto mientras su compañero puso los ojos en blanco y alzó los brazos con una expresión de "¿Hablas enserio?" .

-- ¿Luffy? ¿Enserio? ¡Pero si no sería capaz ni de matar a su peor enemigo por Dios!

El chico frunció el ceño, no supo si interpretarlo como un alago o un insulto. Suspiró agotado y se puso frente a las espalderas alzando las manos al aire para buscar los barrotes de madera.

-- ¿Vas tú primero?

Asintió para notar como su amigo lo ayudaba a encontrar la espaldera y se sujetó con fuerza alzando una pierna preparándose para el brinco.

-- Law sujetalo de la pierna, él solo no va a ser capaz.

Y con el salto y la ayuda de los dos muchachos al fin quedó boca a bajo manteniéndose 20 segundos exactos ya sin ayuda hasta dejarse caer con fuerza sin avisar. Hizo una mueca al impactar los pies de nuevo en el suelo, había sido muy bruto.

-- ¡Bestia! ¡Avisa primero hombre!

El muchacho sonrió divertido y señaló entonces al que quedaba para decirle que le tocaba a él.

-- Que no, que yo no lo hago.

-- Vamos hombre, que no te va a pasar nada.

El muchacho miró de nuevo a Luffy quien sin dudarlo le mostró una sonrisa para transmitirle confianza. Por muy mal que le callese era obvio que no lo iba a dejar despeñarse, lo ultimo que quería era que su compañero se partiera el cuello en una mala caída.

Suspiró frustrado y se acercó a las espalderas para agacharse alzando las manos temeroso. No tardó en sentir como sujetaban sus piernas y al poco lo ayudaban a alzarse. Pero en cuanto lo soltaron notó que de desequilibraba y el terror lo amenazó.
Luffy se apresuró a sujetar de nuevo sus piernas antes de que se matara mientras miraba molesto como su amigo se alejaba para socorrer a otro de los chicos que al parecer había caído mal y se sujetaba el pie, Nami tampoco estaba acostumbrada al equilibrio.

«Mierda, pesa demasiado Las manos empezaron a flaquearle mientras poco a poco bajaba las pesadas piernas al suelo. Pero con un fuerte movimiento del más alto lo soltó sin querer y ambos cayeron sobre la colchoneta.

-- ¡Mierda! ¡Sabía que no podía fiarme! ¡Por poco y me rompo la cabeza! ¿Donde está ese maldito Pelo Espinaca? ¡Lo voy a matar!

«¡Ya somos dosPensó Luffy molesto apretando los puños.

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Como ya os podeis imaginar la canción que cantaban los niños en el sueño/pesadilla de Luffy la saqué del famoso anime "Heidi" ¿Quién más lo veía de pequeña?

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