25. Endless feeling

Sempiterno | XIUMIN

Sólo basta una fracción de segundo para construir un sentimiento.

Aquel día me encontraba en la fiesta de graduación de mi mejor amigo. Era casi la medianoche y parecía que el evento no llegaría a su fin. Me arrepentía de no haber aceptado la invitación a bailar que Baek había hecho hace un rato, porque ahora me encontraba de lo más aburrida.

Sentada en la mesa con la simple compañía de mi bebida, me dispuse a mirar a los asistentes de aquella fiesta. Me gustaba observar a las personas, ya fuera en un restaurante, en la calle o el transporte público. Siempre trataba de descifrar lo que pensaban o hacía suposiciones de cómo era su vida.

En aquella celebración, había mucha gente y la mayoría estaba concentrada en sus asuntos. En mi actividad, identifiqué varios rostros conocidos, unos peculiarmente extraños y otros enigmáticos. Pase de mirar a las personas que se encontraban en la pista de baile, a aquellas que se encontraban en la barra y, a los que como yo, prefirieron quedarse sentados.

Cuando decidí terminar mi actividad, pues me encontraba aburrida de nuevo, él apareció en mi campo de visión.

Tuve que parpadear varias veces porque temía que la visión frente a mí se tratara de un simple espejismo producido por el alcohol. Cuando me aseguré de que no estaba alucinando, me dije a mí misma que mis ojos habían sido bendecidos y purificados.

Aquel chico que se encontraba sentado a tres mesas de la mía era simplemente encantador, un ángel en todo su esplendor. Las facciones de su rostro eran perfectas, su mirada se encontraba en un punto sin particular de la pista de baile, el traje formal negro que vestía lo hacía elegante e irresistible a la vez.

Estaba embelesada por el atractivo de aquel sujeto, jamás me había sucedido aquello con ninguna otra persona. Mientras seguía admirándolo y babeando por él, un sentimiento cálido se instaló en mi pecho.

La sensación se agudizó con los típicos retorcijones en el estómago, los latidos desenfrenados, las visiones en la mente, el flaqueo de las piernas y los impulsos incontrolables. A pesar de los síntomas, me sentía bien. Si esto es lo que se necesita para que el alma de una persona brille de nuevo, estoy dispuesta a dar lo que sea para vivirlo una y otra vez.

El enamoramiento, un sentimiento fuerte, abrasador y complicado. A veces bueno y otras contraproducente; en todas ocasiones, difícil de evitar. Desde mi juventud, había tratado de vetarlo de mi vida. Esta vez, podía quedarse todo lo que quisiera, pues el chico que lo provocaba en mí valía la pena.

Así fue como me enamoré de Min Seok. Desde el primer instante, tuve claro que ese sentimiento había empezado para no tener fin.

Pronto me encargaría de que perdurara, para siempre.

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