22. Farewell promise
Promesa | CHANYEOL
—¿Estás listo? ¿Ya has guardado todas tus cosas?
—Sí, ya tengo lo esencial en mi maleta. Jun Myeon vendrá por lo demás la próxima semana.
Chan Yeol se colgó la maleta sobre el hombro y Eun Mi se percató de cómo él evitaba dirigirle la mirada. Esa acción la molestó, pues él no solía ser tímido frente a ella, mucho menos a tomar una actitud cobarde.
—Sabes que no me gusta cuando hablas y no me miras —comentó Eun Mi.
Chan Yeol profirió un suspiro, no sabía cómo lidiar con esta situación.
—Lo siento, es que soy malo para las despedidas —expresó él—, ¡es más, las odio!
Ella se río ligeramente y se puso de pie. Se acercó a Chan Yeol y colocó su mano en el brazo masculino.
—Yo igual, pero si nunca hubieras hecho eso, tal vez no tendríamos que decirnos adiós —dijo ella.
—Lo sé, y realmente me arrepiento, ¿cuántas veces debo disculparme? ¿Cuándo me perdonarás? —Mencionó él con verdadero remordimiento en su voz y en su semblante.
Eun Mi lo soltó y se alejó de él para dirigirse hacia la cocina de su apartamento. Chan Yeol la siguió. Ella se sintió ligeramente sofocada, por ello pensó que un vaso de agua le quitaría el nudo de la garganta.
—¿No me responderás? —Cuestionó Chan Yeol detrás de ella—. Sé que es difícil perdonar lo que hice y reconozco que te lastimé, pero no sabes cuánto me duele a mí también.
—¿Sí? Pues hubieras pensado eso cuando decidiste acostarte con alguien más en nuestro apartamento —contraatacó Eun Mi.
Chan Yeol se quedó sin palabras, no por el hecho de que ella le había recordado el porqué de su despedida, sino por el gesto en su rostro: tieso y falto de emoción.
—Podemos superar esto como lo hemos hecho antes —sugirió Chan Yeol, acercándose a ella y tratando de tomar sus manos—. Yo te amo, sé que tú también lo haces. Lo que pasó fue un error, todos cometemos errores.
—Chan Yeol, sal de mi casa. —Fue lo único que dijo ella.
— Por favor perdóname, juro que no lo haré de nuevo —Rogó una vez más.
—¡Fuera de mi casa! —Exclamó Eun Mi, exasperada por la situación y la actitud de Chan Yeol.
Él se dio cuenta de que ella no lo perdonaría en ese momento. Si algo tenía Eun Mi como virtud (y a veces defecto) era su inquebrantable convicción a la hora de tomar una decisión.
Sin más remedio, la soltó y caminó hacia la salida. Sin duda, extrañaría su hogar, a su novia y los momentos que habían pasado juntos.
Ya afuera, comenzó a caminar por el corredor. De repente, escuchó a Eun Mi llamarlo por su nombre. Se volvió inmediatamente, esperando que ella le dijera que cambiaba de opinión.
—¿Puedes prometerme algo antes de que te vayas? —Preguntó Eun Mi debajo del umbral de la puerta principal.
—Lo que sea. —No dudó en responder él.
—Prométeme que nunca volveremos a vernos y que jamás me buscarás.
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