Tengo el alma
agrietada y magullada,
el corazón tiritando
a veces forma charcos
y se esconde cuando escucha
un simple: "te amo".

Aún tengo secuelas
y rozaduras
por las quemarropas
que recibí
al preguntarme: "¿por qué?
Si dijo que me haría feliz".

Aún me siento una mariposa
disecada
cuando lo veo pasar por la ventana,
atrapada
con chinchetas y agujas,
en vez de estar revoloteando
batiendo sus alas
y esnifando el cálido aliento
duradero
de una vida sin remordimientos.

Aún no solo custodio
el arañazo
que me arde en el brazo,
por culpa de ese abrazo,
también lloro por los rayos
que electrocutan mi omóplato
y las sacudidas
que drogan y nublan
mi juicio,
tirándome a un precipicio.

Tengo entes
como ángeles guardianes
¿y qué?
Aunque a veces
el pasado me escupa
y me ate hilos
a modo de disculpa,
¿por qué no está normalizado
mostrar tus cicatrices,
laceraciones
y hablar de tus aprensiones
y dolores...?

Todos estamos vendados
y embadurnados
con suturas
algunas quirúrgicas,
otras psíquicas...
pero eso no nos hace menos humanos,
no estamos hechos de piedra
y estaño,
fuimos creados
para sufrir ¿por qué lo negamos?

Al igual que yo,
tú también deseas que tu alma
grite y se despoje
de estas cadenas
que aún le mantienen en tierra,
¿qué te impide volar,
explorar
y amar?

¿De qué tienes miedo?
Si nos convertiremos en polvo
y el tiempo
seguirá corriendo
como si nada hubiera sucedido.

¿Por qué siempre ponemos
excusas?
Le culpamos a todos,
cuando nos limitamos nosotros.

He ido creciendo
y construyéndome
con alambres viejos,
metales pesados
y miradas furtivas
llevadas por el viento.

Y ¡mírame!
Sigo aprendiendo,
amando
y comprendiendo,
soy temerosa
pero también curiosa
prefiero quedarme con la anécdota
que con la duda
y la pesadumbre
de haber dejado escapar
una gran oportunidad.

•••
Vivo entre letras,
escupo verdades
y grito desahogos
enredados en mi estómago,
que solo pueden ser soltados
cuando mis dedos
se sienten preparados
¿podré dejar el rencor
a un lado?
•••

— Janny.