BAJO TIERRA

Una de las ciudades más imponentes del mundo, enormes rascacielos, grandes avenidas y por supuesto, la emblemática Estatua de la Libertad.

Todos alguna vez hemos escuchado acerca de este maravilloso lugar, todos conocemos "La gran manzana" pero, ¿alguien la conoce realmente? Es decir, toda persona e incluso todo lugar, es como un iceberg, logramos conocer solo lo que nos permite ver, pero ¿qué hay bajo el agua?

Samantha y Owen se aventuraron a descubrirlo, pero lastimosamente quien se adentra en los secretos del mundo subterráneo de Nueva York, jamás logra salir.

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Hace pocos meses dos chicos quisieron descubrir los secretos de las vías subterráneas de Nueva York, y para lograrlo se adentraron en la conocida pero abandonada estación de City Hall, dicha estación fue inaugurada en octubre de 1904, era considerada una de las estaciones más bonitas y espectaculares en aquella época, pero al construirse la estación de Brooklyn Bridge, City Hall fue cerrada y hasta el día de hoy se conserva como una capsula del tiempo. Muy pocas personas saben de la existencia de esta estación, aunque si tomas la línea 6 del subterráneo en dirección norte, puedes darle un pequeño vistazo, incluso hay algunos "tours" guiados, aunque son demasiado cortos en aquel lugar, muchos de los visitantes quedan horrorizados al escuchar desgarradores lamentos dentro de la estación, pero otros han asegurado ver apariciones tanto de personas como de animales, por esa razón poco a poco los recorridos por esta estación fueron desapareciendo.

Samantha y Owen querían comprobar dichos sucesos con sus propios ojos, incluso sabían que por una ruta secreta dentro de las vías podrían llegar a un viejo pozo donde se rumoreaba que habían hallado muerta a una chica y este crimen fue el primer caso de asesinato del que se tiene registro policial en la ciudad. Los dos chicos querían disfrutar de su estadía en "La gran manzana" pero no querían perder la oportunidad de conocer el lado oscura de esta ciudad, ellos sabían que existían leyendas urbanas acerca de "los habitantes del subterráneo" personas que vivían en las vías abandonadas y allí sobrevivían, y efectivamente así lo confirmaron, se encontraron con una pequeña población de personas olvidadas en la oscuridad bajo la ciudad, pero incluso ellos le temían a la maravillosa estación de City Hall y tenían motivos para hacerlo.

Eran ellos quienes conocían a la perfección lo que allí abajo sucedía, gritos, lamentos, trenes fantasmas, lastimeros ladridos y aullidos; los dos jóvenes convencieron a uno de "los subterráneos" para que los guiara hasta el pasadizo que los conduciría hasta el pozo, pero al llegar a la entrada les dijo - desde aquí irán solos, suerte- él sabía que no lograrían salir de allí, pero los chicos le habían insistido tanto que no valía la pena intentar detenerlos, así que viendo cómo se alejaban elevo una oración al cielo por aquellos quienes se convertirían en una leyenda más.

Los chicos entraron riendo y haciendo bromas, pero repentinamente sintieron un olor horrible, se sentían débiles, cansados y con dificultad para respirar, era una sensación extraña, Samantha quería dar la vuelta y salir de allí, pero Owen se negaba a hacerlo, ella le suplico una y otra vez salir de allí cuando los gritos empezaron a hacer eco en las paredes del túnel, una repentina ráfaga de viento obligo a la chica a cerrar sus ojos y cuando los abrió vio una figura atrás de su amigo, pero no tuvo tiempo de decir nada pues aquella presencia tomo del cuello a Owen y lo arrastró lejos de ella adentrándolo aún más en la oscuridad, el miedo consumió a la chica quien desesperadamente gritaba el nombre de su amigo pero al encontrarse completamente sola decidió correr e intentar salir. A lo lejos vio una pequeña grieta de luz y supo que estaba cerca de lograrlo, pero sintió un fuerte golpe en su cabeza, el cual le hizo perder el conocimiento y caer al suelo soltando así el objeto que llevaba en su mano y que durante toda la aventura jamás había soltado. Una cámara.

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Mi nombre es Tanya Price y soy compañera del profesor y guía turístico especializado en rutas fantasmagóricas, Philip Schoenberg. Hace unos meses hacíamos una investigación en las vías y tuve la impresión de escuchar la voz de una chica, nos dirigimos en busca de la propietaria de la voz, pero lo único que encontramos fue una cámara de vídeo que aún estaba grabando, la recogí y detuve el vídeo, no nos adentramos en el túnel y nos detuvimos a buscar a los propietarios porque sabíamos lo que podría haber pasado, no era el primer caso de jóvenes curiosos que desaparecían en aquel túnel, así que tomamos la cámara y salimos de ahí.

Durante el tiempo que llevábamos investigando estos fenómenos subterráneos jamás habíamos tenido alguna evidencia, pero ahora yo tenía en mis manos la prueba para dar a conocer esta historia. Pocos minutos después que la cámara cayó, la chica despertó, se veía confundida y dolorida, intento alcanzar la cámara, pero aparentemente no podía moverse, cuando rozo el lente de la cámara con sus dedos una silueta oscura la tomo del cuello y la arrastró, se escuchó un grito, agudo, terrorífico y tétrico.

32 segundos después, yo, recogí la cámara.