DRABBLE ★ SUHO

El momento era maravilloso. La energía del lugar en el que me encontraba era tan fuerte, poderosa, atrayente. Las luces fulguraban con intensidad cambiando de blanco a rojo, después a azul y violeta. El estruendo era sorprendente, muchas personas se congregaban y aclamaban nuestro nombre.

Mi mirada viajaba hacia todos lados, de extremo a extremo, observaba los niveles del impresionante recinto y disfrutaba de la maravillosa vista que el escenario me proporcionaba. Era el momento en el que me permitía reflexionar sobre el lugar en el que me encontraba y así mismo agradecer; momentos como estos eran los que llenaban mi corazón de una sensación reconfortante.

Cuando volví al contexto, mis ojos se dirigieron a un punto entre el tumulto de personas, y me encontré frente a ti.

Tu mirada que no se despegaban de mí, tus gritos que solo exclamaban mi nombre; tus brazos que se agitaban en lo alto, como si desearas elevarte y alcanzarme. Tu imagen me dejó conmovido, pero no pude hacer nada más que disfrazarlo. Fue una acción egoísta, pero no significaba que no deseara seguir contemplando tu persona.

La emoción en tu rostro se hallaba en su máxima expresión, la euforia era la insignia en tus facciones. Eras feliz, estabas orgullosa y agradecida, justo como yo lo estaba.

Yo estaba cumpliendo mi sueño, así como tú el tuyo.

Me vi reflejado en ti y me juré que jamás lo olvidaría. Tantos y distintos rostros se han presentado ante mí, pero nunca había sentido algo como esto. Deseaba detener el espectáculo, congelar el momento, rebobinar y vivir una y otra vez.

Pero era imposible.

Así que aproveché lo que tenía. Te miré fijamente, contemplé tu aspecto y te guardé en lo más profundo de la memoria de mi alma. Y te amé. Te amé, aunque sea por unos minutos o quizás para siempre. Susurré mi confesión y esperé que tu respuesta fuera positiva.

Y el momento en el que te diste cuenta de mi mirada, una conexión invisible se formó. Deseé bajar y tomar tu mano, pero solo pude sonreírte, ondear mi mano hacia ti y murmurar una despedida que perduraría... hasta el día que nos volviéramos a encontrar.

Sí, yo te miré.

Y lo haría muchas veces más, sólo para volver a sentir aquella conexión que ambos, en solo unos segundos, habíamos formado.

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Publicado originalmente en 'Drabble me crazy' de AeriSquad.