Bueno este es un drabble.
Prohibido plagiar este drabble.
Kimetsu no yaiba no me pertenece.
Advertencia. Este drabble no esta relacionado con el anterior.
Dedicado a: kamado_fan, rukiaishida789, Mora_Dulce15,

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-¿Enserio? -se cuestionó a constante mente, sin embargo ya habian pasado más de dos semanas y todavía no podía, ni trataba de aceptar la situación -¿Cómo sucedió esto?. -se preguntó mirando a los bebes, los cuales seguían durmiendo, ajenos a las dudas de cierto peli castaño.

-Gonpachiro, sigues con eso -le habló Inosuke, mientras se acercaba a la cuna de los bebes.

Tanjiro asintió ante las palabras de su amigo. Sin querer soltó un suspiro. Tratando de recordar el momento en que su dulce y tierna hermanita había crecido y comenzó a interesarse en el sexo opuesto. Por favor, existían mejores cosas que los chicos y un claro ejemplo seria la música, esa suave melodía que podía calmar y sanar el corazón de las personas, esa que te podía llevar a los mejores momentos de tu vida o peores, esa que... se detuvo al notar que él de la mascara de jabalí miraba con curiosidad a los pequeños.

-Eso sucedió cuando ambos se fueron e hici.. -le recordó él de ojos verdes.

-¡E-eso lo sé! -interrumpió sonrojado. Si maldita la hora en la que no se opuso con mas fuerza, pero tenias que confiar en él, Nezuko te lo había pedido, y por ella lo harías, a pesar de que él pilar del viento era busca pleito. Alguien que te miraba feo cuando le hablabas de romance o en la peor situación te pateaba y te escupía en la cara por hablar de estúpidas cursilerías frente a él. Claro Tanjiro. Tú tranquilo. Date esa oportunidad de poder confiar en los demás. Si en el pasado no podías confiar en los demonios todavía quedaban los humanos. Nada malo podía pasar. Todo iba a salir bien.

Un año después. Tanto Nezuko como Sanemi regresan. Solo con una sorpresa. Bueno hay que admitir. Dos sorpresas.

-¿Sabes, Gonpachiro? -mencionó sacándolo de sus pensamientos. -Para ser algo que hizo ése idiota, son lindos -admitió él hijo de Kotoha.

-Hmm, sí -

-Heredaron la ternura de Nezuko y la maldad de Sanemi -

-¡Inosuke-kun! -se alarmó él peli castaño. -Tampoco lo digas así.

-¿Contradices al gran Inosuke-sama?-

-¡No, no! -negó apurado- Pero es que... tú sabes... - balbuceó con pena.

-Ah, con que es eso -él enmascarado sonrió con burla. -Maldices, el día en que ambos se fueron a...-

-Para, por favor - suspiró con un aura de pesar, y vio como su amigo negaba con la cabeza tratando de aguantarse las ganas de reír.

-¿Por qué eres tan cruel Inosuke-kun?

Él nombrado le mira durante unos breves segundos, como si tratara de encontrar alguna buena respuesta. Lleva su mano al mentón, y una breve sonrisa se forma en sus labios al responder.

-Porque quiero, porque puedo y porque se me da la gana-

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