Confesiones.
Este es un drabble.
Kimetsu no yaiba no me pertenece.
Prohibido copiar este drabble sin autorización previa.
Género: Humor.
Resumen: A veces no es fácil hablar, pero todavía puedes escribir.
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Soy Tanjiro Kamado y confieso que no debería escribir esto en una hoja de papel, pero necesito sacar lo que tengo dentro de mí. Algunos lo han notado, a pesar de eso, todavía no han dicho nada. Sinceramente valoro su silencio, pero mas valoraría su amistad si me lo dijeran de frente.
Suelto un suspiro antes de poder escribir en la hoja. Lo recuerdo luego de la batalla contra Muzan que fue hace tres años, aproveche en dormir unas horas extras, sentía que era necesario y que también me lo merecía luego de entrenar a lo desgraciado, lo tenia que decir gracias. El punto es que me desperté en plena madrugada y escuche una conversación que, quizás no debería haber oído, pero ellos tenían la culpa, si no querían que nadie se enterará, porque seguían hablando afuera de mi cuarto.
En fin.
Note que afuera estaban dos personas, hasta ahí todo iba bien, incluso de maravilla me atrevería a decir, pero me quede congelado cuando reconocí la voz de mi hermanita. Ella mencionó que estaba embarazada, busque al desgraciado con la mirada, pero como todavía todo seguía oscuro, no lo encontré como me habría gustado.
Desde ese día no he podido dormir como quisiera, el insomnio no me abandona y la duda no hace más que crecer conforme pasan los días.
He pensando en quien podría ser esa persona, por mi mente pasa la idea de que podría ser Zenitsu, ya que solía decir que Nezuko-chan seria su esposa, descarte la idea cuando vi que mi hermana escapaba de él y se escondía detras del pilar del viento.
Shinazugawa le lanzaba una mirada de advertencia a Zenitsu, y este temblaba de puro miedo.
Tal vez, hablaría con él mas tarde.
Deje a un lado el papel que había escrito, y no paso mucho cuando decidí levantarme y estirar un poco.
Camine sin rumbo alguno, hasta que vi que Shinazugawa-san dejaba caer un Ohagi, y Nezuko mencionó algo de que serian gemelos. Sinceramente quiero felicitarla por su embarazo, pero por otro lado no puedo evitar pensar.
¡¡¡Así que fuiste tú, quien le quitó la inocencia a mi hermanita, maldito bastardo!!!.
Quisiera gritarle eso en voz alta, pero todavía no es el momento. Porque ellos se enterarían de que yo no estaba dormido esa noche y tendría que lidiar con ambos a la vez.
Entonces sueltó un bostezo y algo me dice que es mejor que me vaya a dormir para no escuchar lo que no debo.
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N /A
¿De quién quieren que sea la otra confesión?.
Sanemi
Nezuko
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