III.Cordonsillos.

Detras de los arbustos con frutos rojos habia un gran pizan que llenaba la acera de calida sombra, en tierra caliente era lo más sercano a sobrevivir de la sobrehidratacion.

La chiquilla de cabello castaño venia y hiba en circulos, totalmente concentrada en su tarea de aliviar la hiperactividad.

—¿Por que no quisiste comer? -pregunto a su acompañante detras de los arbustos.

No hubo respuesta.

—ah, si, me e acostumbrado a ello, ¿por que no quisiste comer? -repitio con impetu. Más no la dejo responder -¡Me eh aburrido, juega conmigo!

se aserco dando saltitos hasta aterrizar en el suelo de tierra caliente por el sol, abriendo sus brazos y piernas en forma de X, su pequeño vestido levantandose un poco en la accion.

"Arregla tu vestido, eso no es apropiado de una señorita..."

"No te sientes sobre el suelo, ensuciaras tu cabello y perfecto peinado, debes verte linda para que alguien se fije en ti..."

Sin respuesta.

—Juguemos a los mejores amigos, yo soy tu mejor amigo y tu el mio, no se que es un amigo en su totalidad pero prometo dar lo mejor de mi —propuso la pequeña cochina de cabellera castaña.

—eso es imposible, tu estas enferma y yo solo soy un producto de tu imaginacion —respondio despues de tanto.

—Eso no puede ser posible —nego.

—¿En que te basas?

—Te veo y escucho, eso es suficiente para mi.

¿Que tan dificil es ver las cosas como ella lo hace? Los adultos eran tan complicados.

El silencio reino en el lugar.

La castaña entusiasmada salio corriendo adentro de la casa tropezando con un sillon y golpeandose la rodilla, pero eso no la detubo, despues de unos segundos regreso por el mismo camino con un cordonsillo.

Tomo con cuidado el meñique más grande quel suyo de la pelinegra, y amarro con el cordonsillo, seguido el mismo procedimiento con el suyo.

—¡Escuche que las almas gemelas/mejores amigos tienen un cordonsillo uniendo sus meñiques, y este va a ser el nuestro! —conto entusiasmada, —no tires demaciado fuerte de el que me puedo caer.

La sonrisa de gomita perteneciente a la pelinegra se desvanecio junto con todo rastro de ella.

Pocas palabras podria decirle la verdad, no tenia un horario, a veces le acompañaba en sus caminatas, otras estaba a su lado cuando todo se volvia más complicado, ¿Quien era realmente la pelinegra chiquilla que le acompañaba?

Cuando todo pasaba de solido a distorcionado, a veces necesitaba un poco se la chica pelinegra, ella sabia calmarle, a veces contando cuentos y otras trayendole a la realidad.

Pronto seran las 12;00 y cuando las manecillas de un segundo y minuto se superponen, en punto sero, la pelinegra vuelve a desaparecer.

—Recuerda esperarme. —solto devolviendo sus pasos.

—Siempre te espero, ¡Esta es tu casa! —

—Nunca te termino de comprender solecito.

—¡Que pregunta! Un dia escuche en un libro de dibujos, ‘¿Por que un hombre debe tener un hogar?' — Conduje en otras de mis historias, y tu sin comprender.

—¿Eso a que viene? —

—dejame terminar; ‘por que no importa que tan lejos haya viajado, no importa que tan duros hayan sido los dias, como sea que mires atrás, hay alguien apoyandote, un lugar donde siempre puedes llegar a descansar —solto sin más volviendose a sentar para arreglar sus cordonsillos.

—“Compass”
5:56 a.m | Martes 14|07|2020

P; _yoonmonk