燃える
Adaptación, muchísimas gracias a @ohyonista por dejarme adaptar este one shot <3
-¿Y cómo te ha ido con el Profesor Park? -interroga su mejor amiga mientras masticaba el almuerzo. Mina hizo una mueca, era un hábito de la menor que definitivamente detestaba pero toleraba en ciertos momentos, como ahora- ¿Enseña bien? Me toca esa materia el siguiente semestre, me da miedo, dicen que es súper excéntrico y-...
La voz de Dahyun sonaba como un radio averiado para ella.
-Sí, eso dicen -abrió su libreta disimuladamente.
Mina solo asintió desinteresada a todo, no muy inmersa en la conversación. La realidad es que aquel periodo de clases las clases de óleo del Profesor Park le daban igual, ella lograba entenderlas y aplicar bien los conocimientos, sabía que muchos alumnos le daban miedo porque sus clases no eran nada convencionales, pero para Mina eran comunes, al fin y al cabo era una materia más; la que verdaderamente le preocupaba era la clase de carboncillo que venía después de ese bloque de hora, esa no, jamás y nunca.
Aunque esa mañana si le preocupaba un poco su tarea del fin de semestre.
-Muchos me contaron que el trabajo final les tenía preocupados, ¿Así de exagerado es? -preguntó muy interesada la coreana.
Mina no respondió. Solo tenía ojos, manos, cuerpo y mente para aquel boceto.
No muy contenta con que su amiga la ignorará, Dahyun se quejó:-¡Agh, Mina! ¿Podrías prestarme atención por una vez en los malditos tiempos libres? Siempre te la pasas dibujando.
Era cierto, Mina en ese momento no lograba centrarse en lo que sea que estuviese parloteando Kim. Para ser honesta jamás prestaba su total atención a la chica con ojos pequeños y cabello ridículamente perfecto.
Mina rodó sus ojos, sus manos jugaban nerviosamente con el estilografo que estaba lleno de marcas. Sí, Mina era de esas, las que mordisqueaba incesante sus plumas y lapiceros cuando algo no la convencía o le preocupaba.
-¡Mina! -repitió Dahyun, harta de ver cómo su mejor amiga sólo parecía tener sus ojos para su libreta y no en lo que era verdaderamente importante.
Aunque Mina no consideraba nada en la universidad interesante.
Recibió un golpe en hombro por parte de la más bajita.
-¡Auch, hyun! -grazno molesta la castaña, soltó el bolígrafo a regañadientes- Ya, ahí tienes, tienes toda mi atención, ¿Contenta?
Ella, por supuesto, negó- Tú sabes que esa no era la idea. ¿Qué tanto dibujas, Miguri? ¡Te la pasas en ello, joder!
-Para algo estudio en este instituto, ¿No? -dijo irónicamente, completamente consciente de que esa respuesta sólo traería la actitud de Diva que Kim Dahyun cargaba desde su nacimiento.
-Cómo sea -evito el cinismo de Mina a la hora de responder-, ¿De qué es el maldito trabajo final? Nunca me respondiste la pregunta.
Ah, eso...
El trabajo final.
Ese maldito trabajo final que erizaba cada uno de sus vellos en nerviosismo.
Aparentemente el rostro de Mina demostró su consternación acerca de ese trabajo final, pues Dahyun frunció su entrecejo, sus ojos mostraron su curiosidad. ¿Qué podría haber asignado el excéntrico Profesor Park para que Mina sintiese vomitar ahora mismo en aquella mesa? Tenía que ser algo demasiado extravagante, al menos para Myoui Mina, como para que está tuviese sus ojos perdidos evitando la incógnita de Kim.
-No es nada. ¿Podemos hablar de otra cosa, no quieres? Mejor cuéntame lo que me habías dicho el miércoles -mencionó Mina, claramente estaba tratando de evadir las preguntas de Dahyun. Conocía a la menor desde que entró a la universidad, desde el primer año, Dahyun siempre había sido una persona muy curiosa; jamás se dejaba vencer cuando Mina era terca acera de ocultar sus pensamientos.
¿Vida personal? ¿Eso acaso existía? Kim sabía todo de su mejor amiga, y así era siempre.
Y antes de que Dahyun llegara a bombardear y hacer a Mina perder su paciencia, sintió el mentón de alguien sobre su hombro, reconociendo aquel peso sobre ella, cerró de golpe su cuaderno de dibujo.
Dos nuevas presencias habían llegado a su mesa.
Sintió el suave aroma de su perfume atacar su nariz. Sí, era ella.
Sintió el aliento levemente tibio acariciando su oído.
Oh por supuesto que era ella...
-Hey Minari, ¿Qué pintabas? -Hoy todos querían conocer detalles de absolutamente todo. Qué horror. Mina sintió como se le revolvía el estómago. Volteo su mirada levemente y se encontró frente a frente con la adorable coreana, una de sus amigas más cercanas, Son Chaeyoung.
-Ah, hola Tiger -saludó bajito la mayor.
-¿A qué se debe tanta cercanía hoy? ¿No me piensas contar? -Bromeó con ella con una sonrisa de labios juntos e infantil obviamente fingida, a sabiendas de que la cercanía a Mina lograba ponerla nerviosa. Amaba fastidiarla.
-Bah, la que está cerca de mí eres tú -respondió de la misma manera que ella.
Momo tosió a su lado. Aún tenían compañía.
-Sí van a empezar con sus homosexualidades, retírense de la mesa, ¡Hay varios moteles cerca, oigan! -Exclamó Momo. Y si, era con ánimos de ofender.
Chaeyoung carcajeó en lo alto, se alejo de Mina e inmediatamente acercó su cuerpo para recostarse en el de Mina, eso era común entre ellas.
-Nah -negó la castaña de cabellos largos-, Te equivocas, aquí las únicas homosexuales son Dahyun y tú- Momo sintió sus mejillas arder, y Mina rió burlona-, ¡Ah, hola Dubu! ¿Sabías que Momori venía a invitarte a salir? Le dije que viniese sola, pero ella siempre es tan nerviosa -alargó aquel "tan", cosa que hizo a Momo esconder la cabeza, Mina no podía aguantar más su risa, la mayor definitivamente estaba enamorada de su mejor amiga-. ¡Hasta me arrastro aquí con la excusa de hablarte! ¿Qué dices, sales con ella?
Dahyun miró a su lado a una Momo recostada sobre la mesa escondiendo su cara llena de vergüenza, el tono rojizo de sus mejillas llamaba mucho la atención de Dahyun, le parecía adorable esa azabache tonta y penosa. Le gustaba saber que provocaba eso en ella. Y no era la única que le sucedía en eso en esa mesa... Dahyun tocó la espalda de Momo ligeramente y cuando la japonesa levantó la vista, todas en la mesa rieron.
Ella intento no debatirse mentalmente por qué era amiga de esas idiotas, pero se armo de valor:- Dahyun... Digo, dongsaeng, me gustaría mucho salir contigo, ¿Puede ser?
Dahyun solo sonrió. ¡Hasta que por fin! Chaeyoung había hecho algo bien después de todo-. Puede ser... -respondió adorablemente Dahyun, Momo quiso hacer un sonido de victoria pero se contuvo.
-Bien, mucho romanticismo por hoy -irrumpió Mina en aquel momento-, ¿Podemos hablar de otra cosa, mejor?
Dahyun se le ocurrió una idea, su sonrisa mostraba picardía:- ¡Ah claro! Estabas apunto de contarme sobre tu famoso trabajo final en clases de óleo.
Los ojos de Mina se abrieron y su corazón amenazó con salir de su pecho. ¡Bendita conveniencia! Dahyun tenía que abrir su bocota de loro chismoso justamente cerca de Chaeyoung, la estudiante de leyes, ¿No podía ser más inoportuna Dahyun? Le dio una mirada de regaño que ni Chaeyoung, ni ninguna en la mesa detallo.
Momo recuperando la compostura luego de su ataque de nervios, tomaba un sorbo de la malteada de Mina sin que esta de diera cuenta:- Mmh, ¿Cuál trabajo? ¿Ese en el que es al azar? -indagó sin mucho interés Momo. Al parecer esa mapache tonta sabía todo sobre la clase de artes.
Chaeyoung la miró con curiosidad. Apretó sus labios intrigada. ¿Qué le habría tocado a Mina?
Todas en la mesa la miraron con intensidad, Mina se sintió atrapada. Mierda, ¿cómo se huía de ahí? ¿Cómo se podía volver invisible?
-Está bien -suspiró antes de poder hablar-, El Señor Park me asignó un... un... -tragó grueso-. Un desnudo -soltó finalmente.
Dahyun arqueo su ceja. Así que eso era... Un desnudo. Claro que sí, Mina jamás en toda la carrera había llegado a ese incómodo momento.
-¿Eso es lo que tenía tan nerviosa? ¿Un desnudo? Es sencillo, nari, busca referencias en Twitter -se encogió de hombros.
Mina sonrió débil.
-No, no puedo usar referencias preexistentes, el Profesor mencionó que debo buscar... -busco las palabras, se había puesto en blanco y más con Chaeyoung mirándola atentamente-, debo buscar a alguien real, que conozca, de carne y hueso. No una maldita imagen.
Chaeyoung definitivamente se había interesado más en la conversación.
-¿Y a quién piensas elegir? -dudó Momo.
Oh cuantas preguntas, se estaba abrumando con esas tres detectives sobre la mesa.
-No lo sé, supongo que reprobaré, no conozco a alguien con la suficiente confianza para... para...
Momo la interrumpió bufando:- ¿Para verlos expuestos? ¡No puedes ser tan virgen! Alguna vez en tu vida debes de haber visto un pene, o unos senos.
Mina solo negó. No quería hablar sobre ese trabajo, desde que había salido del aula entro en pánico. ¿Por qué? De todas las cosas que podía hacer para su trabajo final, ¿Por qué le habían asignado únicamente a ella pintar un desnudo? ¿Por qué el Profesor Park no acepto su sugerencia de cambiarlo por algo más cuando se acercó a su escritorio? Estaba asustada, y también cohibida. Rechazaba totalmente la idea de buscar a alguien para pedirle que se quite la ropa frente a ella. ¡Era una locura para Mina!
Y es que Mina no era fanática de los que pintaban desnudos. Los admiraba por tenerle paciencia al modelo, saber exactamente como quería que ellos posaran, que tuvieran la seriedad y admiración por la anatomía humana como para pintar la vulnerabilidad de una piel expuesta.
Mina le gustaba dibujar retratos, así que sintió alivio en cierta forma, pues su fuerte jamás fueron los animales, paisajes o edificios. Desde pequeña sabía que le gustaba el arte y sus primeros pasos en ese camino, sus primeros trabajos, eran retratos de sus seres queridos.
Así que por ese lado estaba bien... por el otro... Bueno.
No tenía más opción que buscar un modelo.
-Yo creo que deberías hacerlo a la vieja escuela, pregúntale al vigilante del campus si no quiere ganarse un par de wones a cambio de desnudarse para ti -Obviamente Dahyun iba a aprovechar la oportunidad para fastidiarla hasta morir de vergüenza. Quería que la comiera la tierra.
Momo tampoco desaprovechó su chance de acompañar su cita con eso-: ¡Ey, ey! Y cuando lo hagas, él te dirá: "Pintame como una de tus chicas francesas, Jack" -Hirai hizo una voz chirriante que molesto en sus oídos.
¡Joder! Es que las chicas no perdían ni una. Cada segundo en esa mesa hacia que Mina quisiera abandonar la carrera y trabajar en un puesto de hamburguesas de por vida.
Son solo veía la escena.
-¿Pueden callarse de una vez? -rodó los ojos-. Son tal para cual. Enhorabuena que vayan a hacerse novias.
Dahyun y Momo cesaron sus risas para mirarse mutuamente y sonreír con timidez. ¿Novias? ¿Acaso habían hablado de eso?
-No-nosotras no hemos hablado de eso, Mina -aclaró la japonesa mayor-. O sea, ya sabes...
-Honestamente deberías hablar de eso a solas, ven -Dahyun tomó su mano y se largaron de la mesa. Mina se permitió respirar, tenía jaqueca porque las burlas de sus dos amigas aún sonaban en su cabeza.
Maldita clase de óleo. Estúpido profesor Park. ¡¿Por qué específicamente ver a alguien en pelotas?!
Por otro lado, la coreana menor no había emitido un solo comentario. Estaba algo pensativa con todo.
Una vez las chicas abandonaron el mesón, ella decidió romper el silencio que arropaba a ambas.
-Así que... -empezó leve-, ¿no tienes a nadie para que sea tu modelo?
Mina se sorprendió un poco por la pregunta. Con Chaeyoung no le daba miedo hablar de ello, pues sabía que al contrario de Momo y Dahyun -unas burlonas de primera-, Chaeyoung sólo estaba buscándole conversación como cualquier otra persona.
Era mera curiosidad. Pensaba Mina.
-No, creo que tampoco conseguiré uno. Me da pena preguntarle a alguien -Chaeyoung río un poco-. ¿Te parece gracioso?
-No, me parece tonto que te de pena algo como eso.
Mina aceptaba eso, sin dudas era tonto. Aunque en su cabeza tenía sentido. ¿Quién no se sentiría a morir pidiéndole a alguien que se desnudara y expusiera de esa forma ante alguien? Sonaba hasta aterrador.
Chaeyoung analizo su expresión:-¡Ay no puede ser, que tierna!
Mina la miró consternada.
-¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?
-No, unnie, es que te pones roja y todo. Por Dios, Mina unnie, ¿qué tan complicado puede ser pedir un favor como ese?
Ella se ofendió con esa pregunta. ¡Es que claro que sí! Chaeyoung no entendía lo preocupante que era para ella hacer eso. Encima con cualquiera.
Y es que no, y mil veces no. Nunca hubiese pasado por su mente que eso pasaría. Aunque debió anticiparlo. Su tío estudió lo mismo que ella, y sabía de primera mano, según sus historias universitarias. Que era más común de lo que parecía pintar anatomía humana.
Esa idea igual no le emocionaba mucho...
Myoui gruñó frustrada:- No lo sé, Tiger. Creo que simplemente debo resignarme y no entregar el final -Chaeyoung negó. Le parecía adorable las cejas arrugadas de Mina en ese instante. Ella tenía ese hábito incluso cuando comía algo delicioso, se acercó a ella cuando la vio recostada sobre sus brazos en el mesón- ¿Qué? ¿Por qué me miras así?
Chaeyoung tenía una idea. No estaba de acuerdo con que Mina se rindiera fácilmente, así que le tomo unos segundos tomar valor y hablar:
-¿Y si no es tan difícil, Minari? Digo... Sé que parece que no te entiendo porque no estudiamos lo mismo, y jamás siendo abogada creo que me vaya a tocar pedirle a alguien se desnude, o tal vez si, me falta ponerme al día con La Ley y El Orden para saberlo -Mina no entendió la referencia, pero sonrío por Chaeyoung, la sonrisa en los labios de la rubia la contagiaban- Pero, creo que yo podría ayudarte a que sea menos fatídico para ti.
Al parecer Chaeyoung se había tomado la cara de tragedia que cargaba la coreana muy a pecho.
-¿A qué quieres llegar? -Confusión. Eso era lo único que había.
-¿Estás segura que no conoces a nadie con quien tengas la suficiente confianza para hacer ese trabajo?
Mina negó de inmediato.
Chaeyoung tomó aire:- ¿Y conmigo tendrías esa confianza?
Mina sintió como su cabeza empezaba a marearse. ¿Dónde quería parar Chaeyoung con todo eso?
-Sé más directa -invito Mina impaciente. Sentía como el nudo en su garganta la asfixiaba.
Y lo dijo. Se mordió el labio de los nervios pero lo dijo, pacientemente preguntó:
-¿No te gustaría pintarme a mí? -La sola pregunta hizo a Mina palidecer y a Chaeyoung enrojecer su cara completa. Mierda. Ambas estaban apenadas, el pulso de Mina se aceleró.
¿Pintar a Chaeyoung? ¿A ella? ¿Desnuda?
No lo parecía tan loco. No tanto. Era su amiga. De su confianza, tenía sentido para ella. Lo que no le cuadraba del todo era eso, que Chaeyoung quisiese ser su modelo.
Era extraño. Chaeyoung se le estaba ofreciendo. ¿Con que razón? O quizá Mina le estaba afectando la paranoia.
Chaeyoung se apresuró en cuanto vió los ojos de Mina demasiado inquietos mirando a todas partes. Su mano tembló y tomó la de ella -Yo solo digo... ¿sabes? No creo que sea una mala idea. Tú y yo tenemos años de conocernos.
Exactamente, muchísimo tiempo. Cerca de cuatro años conociendo a Chaeyoung, desde que la conoció jamás sintió una pizca de no confiar en ella. Le tenía aprecio, y ciertamente la menor le estaba salvando el pellejo, pues Mina solo tenía unos escasos días para entregar ese trabajo; y el tiempo empezaba a partir de hoy.
Sería una ridiculez rechazar la ayuda de Chaeyoung. Solo que ahora quería ser ella la que se animara a preguntarle decentemente, y que no fuese la coreana quien hiciera todo el esfuerzo. Después de todo era su trabajo final.
Además admitía que Chaeyoung sería una musa perfecta, lo sabía, solo ella lo sabía y el objeto de cuero sobre la mesa también.
Su libreta estaba llena de bocetos que quisiera o no, se terminaban asemejando a Son.
Cualquier idea que cruzara su mente, cualquier silueta femenina, tenía la delicadez y facciones definidas de la nipona a su lado.
Conocía perfecto como dibujarla. Chaeyoung desconocía eso. Pues Mina sentía vergüenza al tomarla como inspiración algunas ocasiones.
-¿De verdad harías eso por mí? -Preguntó la pelinegra. Busco en los ojos de la rubia algún rastro de no querer, pero al parecer fue en vano. Sabía cuan segura era Chaeyoung cuando quería algo.
-Sí. Digo, no por nada me estoy ofreciendo -sonrió suavemente para que Mina se relajará, sabía cuan insegura se podría poner Mina si pensaba que la estaba obligando, pero no, ella de verdad quería ayudarla.
Además no podía mentirse. Le parecía interesante ver que estilo usaría Mina para retratarla.
-¿Estás dispuesta a desnudarte para mí? -Oh, mala elección de palabras. Mina se dio cuenta rápidamente y miró a cualquier otro punto del campus. ¡No seas torpe Mina! Se regañó mentalmente.
Chaeyoung solo sonrió y le golpeó juguetonamente el hombro:-Sé que te va a encantar.
-Ay por favor, silencio -rogó ella.
Era oficial. Chaeyoung iba a ser su modelo, su musa. Pasarían tiempo juntas para terminar la odiosa pintura de un desnudo para aprobar con cien toda la jodida materia. Sí, estaba decidido.
-Gracias -Chaeyoung le guiño, dándole confort.
Ninguna sabía lo que vendría después. Porque si era complicado pedirlo. Era todo un reto hacerlo.
Días después, Mina estaba frente al estudio de su tío. Tocó el timbre con algo de temor, sabía que él no se negaría a su petición de ningún modo. Era su pariente más cercano y con quién más charlaba cuando tenía tiempo libre.
Pero sabía que iba a querer cavar un hoyo hasta el centro de la tierra cuando su tío se enterara de para que fines quería prestado su estudio.
¿Por qué su estudio y no hacerlo en un lugar más acogedor como su departamento o la casa de Chaeyoung? Simple, la luz, lo profesional y lo cómodo que era para ese tipo de trabajos, tendría espacio de sobra y una distancia saludable y discreta para no hacer sentir incomoda a su amiga. Por supuesto que desde aquel Viernes, ella y Chaeyoung habían conversado poco sobre el tema, querían tomarlo como lo que era, un favor, y algo completamente natural.
Sin embargo, Mina mentía muy mal, y sobre todo a ella misma. No sabía fingir muy bien lo raro que iba a sentirse tener a Chaeyoung con piernas abiertas para ella, exponiendo su intimidad durante horas. ¡No era algo de todos los días! No es como si jamas haya visto a una mujer desnuda, pero lo de Chaeyoung le alteraba porque... Bueno, ni ella entendía porque, había visto su cuerpo en trajes de baño y en ropa interior muchas veces, jamás desnuda, pero se acercaba.
Pero verla desnuda... Eso si que no sabía como tomárselo.
Después de varios minutos esperando en la puerta de aquel enorme estudio. La puerta se abrió revelando a un hombre alto, con barba y canoso. Myoui Shinzuke, la versión menos seria y estirada de su padre. El hombre cargaba un traje completamente blanco y lleno de manchas negras que Jihyo reconoció como tinta china, la traía hasta en la nariz. También entre sus labios tenía un cigarro encendido, y un mechón de su cabello rebelde caía en su frente.
-¡Minari! -Saludo alegremente el hombre mayor. Obvio amaba mucho a su adorada sobrina. Desde que Mina había buscado seguir su camino siempre le daba un par de consejos de vez en cuando-. ¿Todo bien? Pasa, adelante.
Mina ni se inmutó y paso de plano al gran estudio de Shinzuke. Vio a sus alrededores, había visto el lugar en medio de su remodelación, había quedado perfecto. Ella añoraba algún día tener algún sitio para ella así, y decorarlo a su gusto como solo ella sabía.
Shinzuke tomó asiento y apoyo sus pies con relajo sobre su escritorio, mientras se apoyaba cómodo sobre la silla de cuero blanco que poseía.
Pasaron unos segundos hasta que Shinzuke decidió preguntar:-¿Qué te trae por aquí hoy?
Mina sonrió-Uhm. Lo de siempre, hablar un poco contigo, pero también algo especial.
-¡Ay, algo especial! ¿Y qué es? -Se emocionó Shinzuke.
-Se trata de un trabajo. Verás, necesito tu estudio porque me asignaron un cuadro para el final y yo pensaba que-...
Shinzuke se levantó rápidamente y apoyo fuertemente sus dos manos sobre el escritorio.
-¡¿Un cuadro?! ¡Excelente sobrina! Felicidades. ¿Y de que es? ¿Un paisaje? ¿Alguna locación especial? -Le arrojó miles de pregunta y Mina no sabía cuál contestar primero.
Ojalá pudiera decir "Si" a alguna de esas opciones.
Se rascó la nuca. Bien aquí vamos...
-No -detuvo a su tío quién le mato la curiosidad ahora más que nunca-, es un cuadro con temática al azar, el Profesor me ha pedido que sea un desnudo -lo dijo así, sin ningún tipo de anestesia. Tenía que tomarlo naturalmente o iba a sentir máreos recurrentes cada vez que lo pensaba o lo mencionaba a los demás.
Su tío sonrió de oreja a oreja. Mina rezo para que solo le dijera que su estudio si estaba disponible y poder largarse a dormir antes de que llegara el día de pintar a Chaeyoung.
-Oh, así que vas a traer una mujer a mi estudio -Mina abrió los ojos y trago grueso. ¡¿Cómo sabía su tío que iba a traer a una mujer?! Shinzuke soltó una carcajada sonora viendo la expresión asustada de Mina -Vamos Mina, mi sexto sentido jamás falla. Recuerda que yo también hice mucho eso en mi juventud.
-No insinúes cosas, solo es una amiga -Claro que ella se iba a negar, y más con su tío, por más confianza que le tuviera... ¡Sentía mucha pena de hablar sobre la situación!
-Mina, tómalo natural. Relájate, ¿Sí? Parece que cada vez que lo recuerdas se te explota un vaso del ojo -Y se sentía idiota, muy muy idiota, pues sabía que podía pasar.
En el momento en que viese a Chaeyoung desnuda, no sabría como reaccionar.
-Cariño, todos nacimos así, sin nada. Dios no te trajo precisamente al mundo con esos pantalones cargo que llevas justo ahora, así que si Miguri, debes tomarlo como si nada -Agradecía el consejo. Pero no sabía si lo tomaría o no, estaba sudando.
Ignoró completamente el tema y solo pregunto:- ¿Al menos me dejaras el estudio por estos cuatro días?
Shinzuke lo pensó falsamente, solo para molestar a su sobrina. Obvio se lo iba a dar en bandeja de plata. No sin antes recordarle que aquel trabajo debía ser tomado como lo que era, algo simple y ya.
-Por supuesto, querida -dijo con obviedad- Solo promete que nada de sexo en mi escritorio, el resto del estudio es tuyo -Mina negó hastiada- No hagas eso niña, te harás más vieja si te mortificas tanto.
-No lo hago -respondió.
-Repitelo hasta que te lo creas, Miguri.
Bien, al menos ya tenía las llaves y el estudio libre para el fin de semana. Y le había quedado claro que haría todo lo contrario a lo que si tío insinuó.
Nada de sexo en esa oficina. Por Dios, ¿con Chaeyoung? Era el tipo de cosas que quería evitar con ella en esa situación.
Cuatro días enteros y horas de arduo trabajo mientras Chaeyoung permanecía allí tendida para ella.
Tenía que respirar hondo y tomarlo con naturalidad. Sí, eso haría.
El taxi se estacionó en frente del estudio. Chaeyoung salió con apuro pues estaba llegando diez minutos tarde de la hora acordada con la coreana. Sabía que Mina se estresaba fácilmente cuando las cosas no salían como que ella quería. Seguro cuando entrará por esa puerta la vería en medio de una crisis nerviosa con cuatro tazas de café sobre la mesa.
Tomo un par de billetes pagandole al conductor, quién solo de despidió tocando el claxón.
Chaeyoung ese miércoles por la tarde, asistía con ropa deportiva. Mina le había pedido que fuese con ropa fácil de quitar y poner para mayor eficiencia, no tenía mucho tiempo y tenía que comenzar con ese cuadro ese mismo día. Pasarían cinco horas durante esos días juntas, a puerta cerrada con el olor a pintura ahogándolas a las dos. Para Mina algo de todos los días, y para Chaeyoung, una experiencia completamente nueva.
Tocó el timbre dos veces y en la tercera oportunidad Mina apareció frente a ella:- ¡¿Qué haces ahí?! ¡Muévete!
No era sorpresa para Chaeyoung verla así, de hecho, la había visto así más veces de las que sus manos eran capaces de contar.
Siguió a Mina sin rechistar. Sabía que probablemente la crisis que estuviese teniendo justo ahora empeoraría si no la seguía. Soltó una risilla disimuladamente, le parecía adorable cuando la veía así.
Al llegar al cuarto donde empezaría todo. Mina se volteo y la enfrento:-¿Por qué tan tarde?
-¿Por qué no? -una pregunta respondida con otra, el tipo de cosas que estresaban a la de ojos grande-. No me mires así, vas a tener tiempo de regañarme mucho estos días... -Habló con falsa inocencia.
-Ya, olvídalo. Mejor te muestro donde debes ponerte y alguna de mis ideas -dijo bastante seria. Frente a Chaeyoung ahora tenía a la Mina aplicada de la carrera de Bellas Artes.
Mina tomó su mano de un apretón y la dirigió hasta un espacio con un sofá de cuero blanco en forma de "L", todo el sitio parecía tener solo blanco y tonos grises, muy minimalista para su gusto. Hizo un mohín con sus labios y arrugó su nariz, Mina se percato:- Es el estudio de mi tío. Él y su esposo tienen una obsesión por el blanco muy extraña.
-Ya veo -hizo conversación. Chaeyoung ese día también se encontraba en medio de una especie de crisis. Luego de ofrecerse a apoyar a Mina con el cuadro, llegó a su casa y miró a un punto fijo pensando en qué carajos estaba pasando.
¿Por qué se preocupaba? ¿No confiaba ella en Mina? ¿O le daba espina de que a ella no le gustaría su figura para pintarla en aquel lienzo que veía detrás de su amiga?
Paso todo el fin de semana pensando si era correcto o no seguir con eso. Pero lo hizo, no porque fuese orgullosa o algo, sino porque Mina podría perder la calificación por su culpa, y no quería meterla en problemas.
Mina soltó un suspiro. Miro a Chaeyoung unos segundos y hablo con torpeza:- Tú iras allí. Y-y... Me gustaría que, solo te sientes y practiquemos la pose.
Genial. Fantástico. Ya no podían regresar el tiempo y no meterse en ese estudio a practicar poses para un desnudo.
Chaeyoung solo hizo caso y fue hasta el sofá. Se sentó en él, esperando alguna indicación de una pensativa Mina. Mientras la veía detallaba su vestimenta de ese día.
Una camisa de vestir blanca, con dos botones abiertos que dejaban ver un poco sus clavículas, en su cuello veía un bonito collar dorado con una flor. Sus labios tenían un labial suave, sus ojos estaban concentrados y eso lo demostraba en todo su lenguaje corporal.
Traía unos joggers grises que acentuaban sus piernas, botas un tanto desgastadas, y algunas pulseras rústicas en su mano izquierda. Mina era el tipo de chica que no descataba mucho es su ropa, y menos si iba a ensuciarse un poco. Estaba cómoda, lo suficiente como para estar tanto tiempo sentada frente al lienzo. También noto algunos anillos en sus dedos. Los que siempre solía llevar a clases y a todas partes.
Mina estaba concentrada y pensando por mucho tiempo, mientras analizaba el espacio en el que Chaeyoung estaba sentada. Sus pisadas al suelo ponían un poco nerviosa a Chaeyoung.
-¿Sucede algo? -rompió el silencio la menor.
Mina le presto atención al fin-. No, nada. Solo estoy... Pensando en como debería ponerte.
Cualquier maliterpretaría lo que tal vez pasaba por la mente de la coreana. Aunque Chaeyoung no, sabía que solo era un cuadro, un trabajo, no había nada de lo cual debía sentirse como se sentía ahora...
-Claro -jugo nerviosa con sus dedos- ¿Puedo hacer una sugerencia?
Mina puso atención a sus palabras- Adelante.
Chaeyoung se levantó, se acercó a su oído y le contó a detalle como le gustaría salir en aquella pintura, Mina se sonrojo un poco, aunque Chaeyoung no lo noto en primer instancia. Vio su rostro buscando alguna señal de que su idea ayudó a Mina de alguna forma.
Mina la miró con intensidad:-¿Estuviste buscando referencias?
Chaeyoung sonrió burlona.
-Tal vez. ¿Sí te gusta la idea?
No lo pensó tanto.
-Me parece bien. Hágamoslo.
Chaeyoung se quedó allí esperando el siguiente paso. Ya sabía cuál era. Desvestirse.
Todo estaba pasando tan rápido para ella, pero no se acobardó, y le preguntó a Mina donde debería cambiarse:
-¿Algún lugar donde pueda cambiarme? -Dijo con sus mejillas calientes, esperaba que su amiga no notase el rosáceo en ellas- ¿Nari?
-¡Ah-ah! Si...si... Bueno -sonrió apenada-. Esperaba que pudieras hacerlo aquí mismo.
Ahora ambas eran dos tomates y sentían el calor en toda la habitación, y eso que había buena ventilación en ella.
-¿Aquí? ¿Estás demente?
-Te prometo que no miraré de más -aseguró. Quería que Chaeyoung confiase en ella.
Chaeyoung lo dudo unos segundos. Hasta que levanto el borde de su camisa deportiva que dejaba sus hombros al descubierto y Mina sintió pánico:-¡Espera, espera! ¡Deja que me voltee primero, no seas avión! -se giro agresivamente y se tapo los ojos para seguridad-. Listo, ya puedes hacerlo.
Chaeyoung rió y negó divertida. Aún así, empezó a sentir como tragar saliva se le dificultaba y como sentía algo de agitación. ¿Por qué reaccionaba así? Si hasta la misma Mina estaba completamente asustada de toda la situación.
Había que tomarlo natural... Solo era su cuerpo completamente expuesto, solo para Mina.
Si lo pensaba así, estaba todo saliendole al revés.
Mina espero con sus ojos bien cerrados y con sus manos sobre ellos. Con cuidado de no parecer tener interés en verla. Aunque no sabía qué debía esperar al girarse por fin...
Chaeyoung quitó poco a poco su ropa, no veía por qué tener prisa, Mina no la estaba presionando, en realidad la actitud que tenía la nipona al voltearse y esperar pacientemente le causaba ternura, era como una niña pequeña esperando por una sorpresa.
¿Se iba a sorprender? ¿Cómo la iba a mirar a los ojos después de eso?
Desabrochó su sostén tranquilamente dejándolo caer al suelo, el frío del estudio le erizo un poco los pezones, los cuáles le dolieron cuando los rozo contra sus brazos levemente, sintiendo como estaban erectos, hizo un pequeño sonido de queja que Mina no dejó pasar.
-¿Todo bien, Chaeng? -Sonó un tanto preocupada, Chaeyoung sólo decidió responder un pequeño "Si".-¿Segura?
-Totalmente -dijo muy segura.
Lo último que era claramente sus bragas, eso era lo que más estaba prolongando, no quería hacerlo aún, o tal vez si... Pero no sabía si era bueno admitirlo.
Finalmente las dejo caer y el frío la invadió, empezando a temblar.
Mina volteo sin previo aviso pero con sus ojos aún cerrados:-¿T-Tienes frío? ¿Quieres que suba un poco la temperatura? ¿Te presto una bata?
Las preguntas adorables y cuidadosas de Mina la hicieron sonreír, ahí se dio cuenta que Mina de verdad estaba tomandose aquello con cautela.
-Una bata estaría bien, ¿Sí? Puedo soportar el frío un poco.
-No te creo Chaeyoung.
-Puedo acostumbrarme y lo sabes -Mina no sabía si se refería al frío o a algo más, no quiso percibirlo de otra manera.
Ella tal vez, si lo hacía.
Mina busco en el escritorio aún con ojos cerrados y solo con su tacto una bata, Chaeyoung observó también como tomaba una corbata, y esta se la colocaba sobre los ojos.
La morena camino tambaleándose hasta donde estaba parada Chaeyoung, quien aunque nadie la estuviese viendo, se abrazaba para cubrirse así misma.
Extendió la bata hacia la coreana:-Ten, ya me encargo del aire -se quiso ir, pero Chaeyoung la detuvo ahí.
Ya con la bata puesta, pudo hablar más confiada con Mina.
-No es necesario, unnie -le transmitió seguridad en su voz-. Quiero empezar de una vez.
Mina sintió como su garganta se secaba, le empezaba a arder. Asintió a lo dicho por la rubia.
Chaeyoung quiso sacarle la venda, pues ya estaba vestida aunque sea por aquella bata de baño. Pero las manos de Mina la dejaron a medio camino cuando las tomó sorpresivamente:
-No, Chaeng. Aún no quiero, yo misma me la quitaré, ¿Sí? -murmuró como si fuese algo que solo Chaeyoung debía escuchar, y eso que estaba solas.
Solas, ambas. Las próximas horas, serían ellas dos juntas.
Se ató el cabello en un moño desordenado que dejaba unos cabellos rebeldes sobre su frente, los coloco detrás de las orejas. Chaeyoung la ayudo a llegar hasta el sofá, pues se negaba a quitarse la venda de los ojos.
Ya sentada frente al lienzo. Chaeyoung se colocó en la posición que habían acordado. Quitó la bata y la dejo a un lado. Sentía como su corazón latía de adrenalina por lo que estaba a punto de pasar.
-¿Lista? -Preguntó pacientemente Mina, con voz tenue.
-Sí -respondió de la misma manera.
Cuando Mina quito la venda, aun cerraba sus ojos, con miedo. Cosa que impaciento a Chaeyoung. ¿Por qué todo era tan malditamente lento hoy? ¿Porqué no abría los ojos de una vez? Esto no estaba saliendo natural, para nada.
Los labios de Mina temblaban ligeramente.
-Mina -llamó la menor-, Mina, por favor solo abre los ojos, ¿Sí? Nos estamos complicando...
Mina hizo caso. No podía no hacerle caso. Y cuando sus ojos se abrieron, sabía que probablemente sus piernas habían flaqueado.
Siempre había detallado lo hermoso que era el rostro de la menor frente a ella. El puente de su nariz, la forma de esos ojos grandes con un brillo especial cuando reía, sus manos con dedos finos y delgados. Hasta cuando Chaeyoung se atrevía a mostrar un poco más en su ropa, sabía que sus curvas conducirían a cualquiera a la locura. Lo poco que había detallado de esa mujer que ahora observaba en el cuero con su cuerpo totalmente libre, era precioso.
Y ahí agradeció a todos los dioses que probablemente la ignoraban, el que Chaeyoung se haya ofrecido a ayudarla. Iba a sacarse un diez con esa obra de arte, veía su pintura en vida real mirándola con la misma intensidad que ella.
Aunque la intensidad de Mina provenía del simple hecho de que, desde siempre, y desde que la dibujaba en todas sus libretas del semestre. La veía con adoración, como deberían mirarla todos, como una obra de arte, intocable, perfecta, tan perfecta que no lograba comprender como un ser así había llegado a pisar el planeta.
En sí, Mina estaba convencida viendo desde la curva de sus caderas, hasta la forma de sus senos, de que esa obra de arte que Chaeyoung era, dejaría a todos boquiabiertos en la sala.
Sonrió inconscientemente.
-Me darás una buena calificación -Dijo sin dudarlo.
-¿Ah, en serio Minari? No me había dado cuenta -dijo con narcisismo. Aparentemente Chaeyoung sabía el efecto hipnotizante que había dejado a Mina en un trance.
-No me tortures así. Vinimos a pintar -sentenció ella.
¿Pero qué tan segura estaba de que solo podía sentarse allí, y limitarse a pintarla?
Muy segura.
Ambas estaban seguras. O al menos así fue.
Dos horas después, Mina seguía totalmente metida en su papel de artista. En el lienzo, sin dejar de mirarlo. Arbitrariamente miraba a Chaeyoung y luego lo que tenía en frente. Tenía varios lápices tirados sobre la mesa. Miles de papeles yacían allí, arrugados y tirados por la misma Mina.
Tenía un trapo sobre sus hombros, y un paleta dulce en su boca pues no había comido nada. Las mangas las tenía hasta el antebrazo, y sus cejas se juntaban en una concentración que lograba asustar a Chaeyoung.
No habían hablado mucho en aquellas horas, solo ocasionalmente cuando la coreana se acercaba a pedirle que se acomodara para mejor visión de la misma. O cuando le ofrecía agua a Son, pues estar tanto tiempo en aquella posición que le permitía ver todo de ella, era cansado.
Mina soltó un suspiro alarido mientras acomodaba su espalda. Sentía como crujía del dolor.
Miró a Chaeyoung quien tenía una expresión algo aburrida, pues ver a Mina tan ensimismada en su cuadro la verdad era una actividad que no tenía mucha emoción. Aunque, el lado positivo era verla de esa manera, podía reconocer por qué amaba tanto su carrera, la manera en la que analizaba sus pinceladas, se alejaba para hacer correcciones cada cierto tiempo, su seriedad, todo. Y el que tuviese aquella camisa con escote no ayudaba mucho.
Estaba bastante ocupada en su cuadro que cuando noto la mirada de pesadez en Chaeyoung se sintió culpable.
-Chaeng -llamó con pena-, ¿Te sientes bien? ¿Quieres que pare? ¿Por qué la cara larga?
Chaeyoung rodó los ojos:-Solo ignorame, Mina.
-No es algo que precisamente pueda hacer justo ahora, Chaeng -Chaeyoung sonrió apática. Sí, definitivamente la chica estaba enfadada o le hastiaba algo.
-¿Por qué estás así? -Insistió la japonesa.
-Porque no me has hablado desde media hora, eres una aburrida.
Mina rió encantadoramente. Cosa que hizo la molestia de Chaeyoung punzar. ¿Entonces se reía de ella?
-¿Quieres que te hable mientras pinto?
-¿Por qué te ríes? ¡No me parece que me ignores así, idiota! Estoy desnuda desde hace tres horas, pedazo de imbéc-...
Pero Chaeyoung no pudo terminar su insulto. Pues la muy molesta y encantadora pintora se acercó con una sonrisa juguetona entre labios. ¿Qué se traería entre manos? No estaba de humor.
Mina se acercó a donde estaba, ignorando la obvia desnudez:-Levántate, ¿puedes?
Son quedo atónita. ¿Ahora le daba órdenes?
Bueno era de esperarse. Ella tenía derecho, solo era su modelo.
-¿Por qué? -preguntó entre dientes.
-Solo hazlo, ¿Sí? -la voz. El tono en que lo dijo hizo que una pequeña ola de crisis se apoderará de Chaeyoung. ¿Qué estaba pensando Mina?
Cuando Chaeyoung se colocó sobre sus rodillas. Mina no dudo en tomarle el mentón. Y la miró directamente, sin pena:-No me gusta que estés enojada conmigo -le tomo las comisuras de los labios y las apretó-. Sonríeme, ¿Sí?
¡Esa pedazo de idiota!
Chaeyoung sintió como su cara se calentaba. No había razón para que Mina hiciese eso, quiso empujarla. Aunque no quiso del todo, pues el tacto de las manos de Mina sobre sus labios no era ningún disgusto.
-No seas así conmigo. Te odio.
-Me quieres, y como me quieres vas a darme una expresión coqueta y seductora porque tu cara de grano en el culo no me ayuda para nada -dijo ella.
-¿Seductora?
-Sí. Eso siempre te ha salido bien.
-¿Y estas segura que no te da un paro cardíaco si me tienes por dos horas y media más mirándote así? -bromeó ella.
Mina bufó.
-No. De hecho he estado aquí sentada todo el rato y lo único que note es que un bicho paso cerca del mueble -Chaeyoung se quejó.
-¡Myoui Mina!
-Solo deja de estar enojada conmigo. Dame una buena cara, ¿va? -Hizo un puchero, Chaeyoung no se pudo negar.
-Cómo sea.
Pero cuando Chaeyoung hizo su mejor cara de seducción. Mina sintió que había cometido error, uno fatal para su estado mental.
-¿A-Así te vas a ver? -tartamudeó.
-Obvio -respondió con naturalidad-. ¿No te gusta?
-Me encanta -respondió-¡La cara, por supuesto!
-Mina.
-Obvio que me refiero a tu expresión. ¿Alguna vez has pensado en ser modelo?
-Mina -repitió.
-Y ni hablar de tus labios. Se ven bonitos de esa manera, ¿Ese labial donde lo compraste- siguió sin escuchar a la coreana.
-¡Mina!
-¿Ah? -dijo confundida.
-Sigue la pintura, ¿Sí?
Pero ahora, Myoui Mina no podría concentrarse como era debido. Pues tener a Son Chaeyoung, seduciendola sutilmente a través del lienzo, no era de mucha ayuda.
Fueron tres horas muy largas.
Al final de la jornada, Mina estaba girada nuevamente esperando que Chaeyoung se vistiera. Había sido algo tenso al principio, pero ya había más confianza en el aire.
-¿Ya?
-Listo. Gracias por esperar -la vio nuevamente vestida como al llegar y por fin en su pecho sintió que podía respirar correctamente.
-No, no. Gracias a ti. En verdad, no debió ser fácil.
-No lo fue. Cualquiera romantizaría la situación y tendrían sexo en el momento. Bah, no quiero tener sexo contigo y tu cara de tragedia - Mina se quejó, pero era cierto.
Rieron juntas.
-Yo tampoco tendría sexo contigo, Chaeyoung -confesó-, Aunque me gusta como eres físicamente. Estoy segura que no tenemos química sexual.
-Mentirosa, te encantaría besarme -Mina lo medito- ¡Unnie, deja de fingir!
-Está bien, lo haría. Si me pagan un millón de dólares lo pienso.
-No me vengas a herir de esa forma.
Mina quito su camisa de vestir, debajo de ella tenía una camisa negra así que no pasaría frío. Se la dio a Chaeyoung que aún no se acostumbraba a la temperatura del lugar
-¿Te gustaría un café? -ofreció Mina -Digo, no te di mucho durante todo este tiempo.
Le dio un asentimiento y Mina la dejó sola unos momentos.
Chaeyoung visualizó el cuaderno de cuero marrón sobre el escritorio. Ese que Mina siempre solía llevar a todas partes. Durante todo el tiempo en que estuvieron juntas, ella lo miraba muchísimo, y solía pasar las páginas muy seguido.
No sabía cuán importante era ese cuaderno para ella. Pero la curiosidad la invadía y quiso abrirlo.
Cuando tomo el cuaderno entre sus manos. Logro ver un dibujo de una mujer, su mandíbula era suave, sus ojos rasgados, y su nariz era familiar...
Chaeyoung detallo más los trazos, solo para darse cuenta, que tal vez Mina no la estaba dibujando por primera vez en su vida.
Soltó el cuaderno cuando escucho los pasos de la nipona de vuelta al estudio.
-¿Todo bien? -Vió un tanto rara a Chaeyoung, pero no quiso profundizar en ello.
-Erm, sí -respondió tratando de actuar normal, tomó la taza de café que Mina le ofrecía y tomó un sorbo-. Gracias.
Estuvieron unos segundos en silencio.
-¿Crees que este listo antes del Martes? -preguntó Chaeyoung.
-Creo que estará listo mucho antes si no dejas de venir.
-Sabes que vendré.
-Gracias, es en serio, Chaeng. Eres una buena amiga.
-Nada de eso. Desvistete tú.
-¿Con que sí? -jugo con ella-. No es mala idea.
-¿Eh?
Mina no sabía si lo que estaba apunto de decir era buena idea, ya tenía suficiente confianza con Chaeyoung.
No le dio más vueltas al asunto, y le preguntó sin más:- ¿Y si en las próximas sesiones me desnudo yo también?
Chaeyoung la miró boquiabierta:- No hablarás en serio, verdad...
Pero cuando vio el rostro confuso de la mayor. Se dio cuenta que eso iba a suceder.
¡Era increíble! Ya habían logrado pasar la barrera de lo incómodo ese día, y ahora Mina quería hacerlo el doble de incómodo. No entendía el por qué, pero el desnudarse ella le daba nervios, pero no tantos, de hecho fue totalmente satisfactorio hacerlo ante Mina solamente.
Solo que la cosa era distinta si Mina lo hacia...
-No es necesario.
-Me lo tomo como un sí -se encogió de hombros, no había reparo-. Buenas noches.
-Pero Mina...
-Buenas noches, Chaengie - dijo y se despidió de ella con un beso en la mejilla antes de que Chaeyoung pudiese pensar.
Esa noche Chaeyoung no durmió pensando en los miles de escenarios incómodos que se le presentarían los siguientes días.
Al día siguiente, en el estudio. Chaeyoung ya había pasado sin problema alguno, llego más temprano. Cuando abrió la puerta. Vio a Mina con una bata como la que ella traía el día anterior, trago grueso.
Oh, ella hablaba muy seriamente...
-¿Mina? -Mina la saludó con una sonrisa. Se acercó a ella y la abrazo, abrazo que hizo que Chaeyoung se sonrojara.
Últimamente se sonrojaba mucho con cualquier movimiento de Mina.
Volvieron a repetir la acción del día anterior. Solo que ahora Mina si se atrevía a mirarla, tener la intensa mirada de ella analizándola desde el último cabello hasta la punta de sus pies la hacía respirar pesado.
Cuando Mina se sentó en la conocida silla. Y Chaeyoung volvió a su lugar. Todo se sentía distinto.
Mina empezó a pintar. Y así fue por un largo rato.
Y luego sucedió lo que cambiaba todo.
Mina no se había quitado la bata a diferencia de Chaeyoung. En realidad se la había dejado a petición de ésta última.
Mina se acercó al sofá. Y levantó a Chaeyoung un momento. Cabe aclarar que la tomó de las muñecas, y estando sobre sus rodillas se miraron unos segundos. Mina bajo su mirada hasta su vientre.
-Sabes que anoche estaba pensando... -empezó suavemente- ¿Qué opinas si le agregamos algo nuevo?
-¿Algo nuevo?
-Sí. Algo nuevo. Lo hará mejor.
-¿Y qué es?
Tomó su mano izquierda, con cuidado, la puso sobre su vientre, y se alejo un poco para admirar la nueva pose.
En los ojos de ambas se podía observar un oscuro inusual. Las pupilas de Mina llegaron a dilatarse. Chaeyoung respiro hondo.
-Así te ves mejor.
-¿Quieres que me toque? ¿Estás segura de eso? -Dudó un poco.
-¿Te muestro como te ves? -dijo con voz ronca.
Mierda.
-¿Miguri? ¿Q-Qué haces? -Cuando vió que la nipona se levantó. Sintió su corazón latir con tanta fuerza que podía desfallecer en ese mueble.
Observó como Mina traía un espejo mediano, y antes ella veía la forma en la que mano estaba casi cerca de entrepierna, la tapaba un poco, así no era tan reveladora para nadie.
Mina volvió a acercarse. Chaeyoung pudo sentir el roce de la bata contra su pierna, cosa que la hizo perder el aliento.
Estaba todo mal. Era ella desnuda, con una Mina en bata, y con poca distancia que tenía mano cerca de su entrepierna.
Se sentía ilegal como había sentido humedad entre sus piernas.
-Pensé en esa pose justamente para que no tengas que... -tomó aire-, abrir tanto las piernas.
-¿No quieres que lo haga? -La sola pregunta ingenua de Son, hizo a Myoui toser.
-No -esa negativa la delataba totalmente.
Mentira. Acababa de mentir.
Y también estaba fingiendo que no sentía el pulso acelerado en la muñeca de la coreana.
Ni que el suyo también lo estaba.
-Bien. No lo haré.
-No lo hagas -respondió con voz ahogada.
-¿Por qué no te quitaste la bata?
-No lo sé... Hace frío -era una excusa tan barata que dolía.
Hacía de todo menos frío.
-Yo creo que no. Estas soltando aire caliente.
-¿En serio? -preguntó mientras ignoraba como Chaeyoung se removía un poco.
-Sí.
-Sí hace calor -admitió en un murmullo- Tal vez si deba quitármela.
-¿Puedo hacerlo yo? -Esperaba que se negara. Esperaba que le dijese que no.
Lo más impresionante para ambas. Es que no se negó a que Chaeyoung fuese quien la desnudara ahora.
Con un pequeño asentimiento. Chaeyoung recibió la confirmación, quitó la bata y vio los hombros descubiertos de Mina. su mirada viajo por sus clavículas, lenta y tortuosamemte fue revelando los senos de la mayor. Mina solo miraba la destreza con la que Chaeyoung parecía sacarle la bata.
Cuando vio aquellos senos, solo pudo sentir una punzada de dolor en su centro. Se sentía como una adolescente que jamás había tocado unos, cosa que no era cierta. Pero los de Mina solo la impresionaban.
-Yo... Mina yo... -No podía dejar de apreciarlos. Grandes, se veían suaves, y aquellos pezones pálidos estaban llevándola al borde.
Estaba rezando que Mina no bajase la mirada. Pues se daría cuenta de lo mojada que se sentía.
Mina no permitió que Chaeyoung hablara más, pues se acercó a su nariz y la rozó levemente:- ¿Cómo te sientes? -Ahora mismo no quedaba dudas de que la pintura estaba en segundo plano. Ahora lo que veía era una Mina totalmente centrada en ella, sintió como la mano de Mina la guió hasta sus pechos. Y como su respiración dejaba de funcionar-. Anda, dímelo.
Como se sentía... Eso era una pregunta con un gran peso.
Sentía sus piernas débiles. Un calor abrasador entre ambas. Y como la distancia estaba comenzando a ser innecesaria.
Mina relamió sus labios, y miró los contrarios:-¿Sigo con la pintura o-...
Chaeyoung solo se dejó llevar. En realidad ya no podía más, fue como un ataque en medio de la guerra. Muchas miradas intensa desde el día anterior, mucha tensión, mucha impaciencia. Ya no podía mentir, necesitaba que Mina la tomara, o al menos dejara besarse justo como ahora. Donde enrredaba sus dígitos entre los cabellos oscuros y desordenados de la japonesa. Tomaba con fuerza su cabeza, y Mina solo respondía al beso con la misma hambre que Chaeyoung.
Cuando el aire se hizo necesario. Mina se atrevió a mirar la linda escena de una rubia agitada, sobre sus rodillas, con mejillas rojas, y la boca hinchada. Y lo peor fue cuando vió como intentaba buscar fricción con la bata de Myoui.
Mina se sintió abrumada. Y decidió hablar:-¿M-Me dejas continuar, Chaeng?
Chaeyoung no podía creer esa mierda.
No era posible. No así. No era posible que se besaran de esa manera tan hambrienta y ella decidiera ignorarlo. Poner su trasero una vez más sobre el banco e ignorar el desastre que había hecho entre sus piernas.
Volvió a su posición inicial a regañadientes. Sintiendo el dolor entre sus piernas.
Bien, ya estaba empezando a despertar eso que no quería admitir desde hace años.
Aquello estaba siendo una de las pocas gotas que haría rebosar el vaso. Mina y Chaeyoung estaban en una manta de tensión irrompible.
Mina solo podía observar a su obra volverse más y más realista. Cada vello erizado de Chaeyoung estaba allí, en aquel lienzo. Cada lunar, cada curva, cada cosa que veía en toda su piel, trataba de plasmarla.
Y también estaba plasmando una de sus fantasías.
Ya no podía mentir. Ese día le había dicho a Chaeyoung que la quería de esa forma, porque había soñado con ella.
Ese día se había dejado besar, porque en el fondo. Si la dibujaba, y la tenía como su musa. Ella también la deseaba solo para ella.
El tercer día no sucedió nada en especial. Mina simplemente se sentó allí nuevamente, y eso solo puso a Chaeyoung de un humor irritante. Además de que ese día, la mujer decidió llevar un estúpido cigarro y el olor era insoportable. Se notaba estresada, y no hablaron en toda la sesión. Ni siquiera por mensaje como siempre hacia después de cada sesión.
Ese día visitó a Dahyun para buscar bajar el estrés. La bajita había desaparecido hace días pues ya era oficial que salía con Momo.
Dahyun la recibió con los brazos abiertos, las dos conversaban en la cocina:
-Y puedes creer que ella solo... ¡Solo se aplastó allí, y no hizo nada más! El día anterior me besa, me calienta-soltó una queja en alto-. M-Me besa de esa manera y luego decide ignorar todo con un cigarro, Dahyun, ¡¿Por qué es tan misteriosa?!
Dahyun solo la miró como si su amiga estuviese a punto de cometer un acto homicida contra la artista de quinto año.
-Chaeyoung, es solo una pintura. ¿Por qué es tan importante?
Tal pregunta la ofendía.-¿Cómo que por qué? ¡Pues por qué es una lenta de mierda! Solo va, hace cosas que me ponen neurótica, y me pone los pelos de punta cada que puede. No puedo más, Dahyun. Odio ese maldito cuadro.
-¿Te gusta Mina? -No, no le gustaba.-Pensé que solo eran ideas locas de Momo.
-¡¿Bromeas?! A mi no me gusta Mina, es una estirada, tonta y muy, muy...
-¿Estás estresada por qué se cohibe de ti, y no quiere besarte como Dios manda? Wow, estas mal.
Si era cierto.
Pero Dahyun no tenía por qué ser tan acertiva.
-Me das miedo -hizo un puchero-, ¿Cómo hago para que deje el juego y solo vaya y me bese a lo desgraciado?
-Mina es de personalidad pacífica y sumisa, Chaeyoung. No irá a tomarte como una animal y cogerte sobre el escritorio, si es lo que quieres -Chaeyoung la miró con espanto- No me mires así, sabes que lo has estado pensando desde que te desnudaste frente a ella. Incluso desde antes...
No podía negar eso... Por Dios.
-Obviamente si. Pero yo-...
-Nada, amiga. Tendrás que ser tú quien de las órdenes -aconseja Dahyun- Créeme que esa chica activara todos sus sentidos si vas, y la obligas a mirarte mientras te tocas.
-No haré eso. Por favor dime que no es esa mi primera opción.
-Eso o que simplemente la hagas besarte y hacerle darse cuenta de que se gustan. Hasta a mí me duele su tensión sexual aterradoramente real.
-¿Qué crees que debería hacer?
-¿Y por qué me preguntas a mí? ¡No soy terapeuta sexual, Chaeyoung!
-Mhm. Es verdad.
Y de pronto una idea cruzó su mente.
Si, eso haría. Claro que lo haría.
El cuadro aparentemente seguía estando en proceso las horas que Chaeyoung no estaba con Mina. O eso era lo poco que ella le llegaba comentar por mensajes de texto cortos.
No había hablado del beso, ni como ambas se habían excitado con toda la situación. Pero Chaeyoung ya estaba harta de su silencio, sus «Perdón» y lo encantadora que llegaba a ser sin intentarlo.
Estaba harta de fingir que no le encantaba esa mujer.
Por ende. Ese día decidió llegar tarde. Sabía que Mina se estresaría y empezaría a darle órdenes.
Cosa que le encantaba en ella.
Y ella no se equivoco, Mina abrió la puerta con desgano y el enfado en ella era palpable.
-Buenas tardes, Minari -habló felizmente ignorando la cara de desgracia en Mina.
-Solo pasa.
Lo estaba logrando.
Antes de que ella pudiese decir algo. Chaeyoung le hizo una proposición, algo que Mina podría rechazar.
La miró con cejas elevadas y brazos cruzados:-¿Qué estás esperando? Desvistete -dijo como regaño.
-Tú primero. Así no me siento tan nerviosa.
-Cómo sea -contestó amargada.
Adoraba lo caliente que se podía ver una Mina amargada.
Vió como quitaba su camisa, y bajaba sus pantalones cargo. No busco una bata pues la nipona solo se quedó de pie en ropa interior.
Ropa interior de encaje negro.
-Interesante elección. ¿Ibas a ver a alguien hoy? -preguntó dulcemente con cinismo Son.
-No. Solo a ti -le agradó aquella respuesta. Pues sabía que en el fondo Mina se estaba apartando de la idea de que le atraía la rubia.
Pero ya no se negaría más, ni huiría de ella.
Ya había admitido esos días que le encantaba Myoui Mina.
-Perdón por estar así, tú sabes que odio que lleguen tarde.
-Lo sé -confirmo.
-¿Entonces por qué lo haces? -arqueo una ceja.
-Porque puedo Minari. Es mi trabajo que estés al borde conmigo.
Mina solo se quedó en silencio.
-¿Vas a desvestirte, o tengo que hacerlo por ti yo misma? -Estaba claramente alterada. Estaba impaciente y su tiempo estaba corriendo. Cosa que la estresaba muchísimo.
-Puedes hacerlo tú. Adelante.
Mina se acercó de mala gana. Pero Chaeyoung se encargó de mirarla a los ojos.
Ese día había decidió ir con un top, que dejaba a la vista abdomen. También con una falda. Y poseía una gargantilla, más su cabello con ligeras ondas debido al clima de ese día.
Chaeyoung veía como Mina levantaba sus prendas con cuidado, y trataba de respirar con normalidad.
Normalidad. Se lo tenían que haber tomado así. Pero hace bastante dejó de ser una situación normal y natural para ellas.
-Minari. -Llamó la menor. A Mina se le hacía tortuoso y apretaba sus labios, llevó su mano hacia su rostro y dos dedos juntos la hicieron ver únicamente a Chaeyoung-. Miguri. Mírame a mí si no quieres morir en el intento de quitarme la ropa.
Mina estaba por desabrochar el brassier:- ¿De qué hablas, Chaeyoung? Silencio -intento ignorar sus ojos coquetos.
El click de la prenda y luego cayó al suelo. Mina estaba frente a los senos con los que mentía si no se sentía afortunada de ver todos esos días.
Chaeyoung sintió las manos de Mina sobre sus caderas jugando con el elástico de su ropa interior.
-¿Puedo?
-No creo que tengas escapatoria de eso, si quieres terminar el cuadro hoy mismo -dijo.
-Tienes razón.
Cuando por fin libero a Chaeyoung de aquella tortura, volviendo a la tan usual desnudez en la que estaba en cada sesión de eses estudio. Mina fue a su asiento.
Y Chaeyoung se giró con paso confiado hasta el sofá. Orgullosa de haber hecho sudar a Mina.
Mina quería concentrarse en el cuadro, en la pintura, en el pincel. Chaeyoung interfería con eso, pues solo se mantenía en su posición, obediente y dejándose llevar por el hecho de ser la musa de la mayor.
Eso era tan molesto para Mina. Ver tanta tranquilidad en Chaeyoung, aún después de que la ignoró. Tanto silencio, estaba apunto de explotar.
Gruñó un poco no esperando que ella se diese cuenta.
-¿Por qué estás enojada? -le recordaba un poco a la misma pregunta que hizo el primer día.
-Porque esto es estresante.
-¿Quieres un descanso?
Eso no sonaba buena idea. Considerando que apenas comenzaba la última parte del cuadro.
-No, tengo que acabarl-...
-Mina sabes que me parece gracioso. El hecho de que llevamos tres malditos días aquí encerradas, juntas. Cualquier persona saldría de esta habitación sintiendo que interrumpe algo, estamos tensas, cariño -El apodo al final, la mataba, no lo iba a aceptar.
-No viene al caso -Se sentó en el banco, y decidió ignorar a Chaeyoung. Pero en cuanto vio que ella se colocaba mal apropósito, suspiro.
-Chaeng, lo estás haciendo mal.
Fue hasta el sofá, y gateo, colocando sus piernas un lado al otro de ella. Aprisionandola.
Chaeyoung sonrió victoriosa. Ahí fue cuando la idea de ayer atacó su mente. ¿Debería llevarla a cabo?
Viendo a Mina en bragas negras, encima de su cuerpo, era un problema para negarse a hacerlo.
-Minari. Acércate un poco, ¿Sí?
Mina demoró unos segundos rozo su nariz con la de Chaeyoung, supo que ya no podría regresar al banco.
Chaeyoung tomó su mentón, y decidió preguntar suavemente:-Miguri...
Mina no dudo en atender su llamado y conectar sus ojos con los orbes café y brillantes de Chaeyoung. La mirada y su sonrisa seductora la estaba empezando a poner mal.
-¿Sí?
-Ayer cuando me besaste...
-Tú me besaste a mi primero -se defendió.
-Y tú continuaste el beso.
Claro que era así. Lo había aceptado como si de una bendición se tratase.
-¿Qué pasa con ello?
-No debiste hacerlo, Minari.
Mina sintió su cara arder. Al igual que su cuerpo. Chaeyoung se había sentido incomoda. Por la manera en la que hablaba paciente tratando de no lastimarle con sus palabras, solo era un aviso de que se sintió mal con ese beso. Ya no quería pintarla, se sentía mal si ella se había sentido mal.
-¿T-Te hice sentir incómoda? -preguntó con cautela. Con miedo, con temor. No quería hacer sentir así a una de sus amigas más confiables, Chaeyoung se estaba dejando ver de esa manera ante ella por un favor, y ella la besaba con fuerza como si fuese un jodido animal. Como una salvaje, una...
-Mitang -la llamó por aquel apodo que tanto le gustaba de su parte- Préstame tus dedos un momento por favor.
Mina se dejó tomar la mano por ella. Inmediatamente Chaeyoung se dejó llevar, y abrió un poco sus piernas, tendida en la cama. La guió hasta su vientre y con la mano de Mina empezó a acariciarse ella misma mientras cerraba los ojos. Mina solo se limito a sentir con sus dedos la piel suave y tersa de su abdomen. Estaban pasando muchas cosas en esas tontas sesiones. Sus dedos quemaban sobre la piel expuesta de Chaeyoung, sintió como su vientre se contraía un poco. ¿Por qué se sentía tan bien?
-Chaeyoung... -Quiso sacar sus manos de allí. Sin embargo, la menor sólo podía atenderse con la mano de Mina.
Para Mina todo estaba siendo peligroso. Estaba ella encima de Chaeyoung, semidesnuda, y aquella mujer aparentemente dándose placer con su mano.
Chaeyoung soltaba suspiros altos, y dejo de tocarse por unos segundos, abrió los ojos. Y miró a Mina sin pudor alguno.
-Mitang -ya estaba empezando a sentir como su cuerpo subía en calor-Nari, necesito que me respondas algo. ¿S-Si? -Titubeo un poco.
Mina se sentía desorientada. Podía sentir el calor que emanaba el cuerpo contrario y eso la estaba matando poco a poco.
-¿La de los bocetos de tu libreta soy yo, no? -Mina abrió sus ojos, y quiso salir de allí. ¿Chaeyoung había visto sus dibujos? ¿Sabía que era ella? -¿Soy yo verdad?
El tono de voz que utilizo fue terrible para su sanidad mental.
-Sí -la confirmación hizo a Chaeyoung reír.
-¿Por qué?
Y fue honesta.
-Porque me encanta la línea de tu mandíbula, la forma de tus caderas, tus facciones, el largo de tus piernas. Me encanta todo, siempre has sido una inspiración y mi musa por completo -confesó cerca de sus labios. Cosa que a Chaeyoung le emocionó más.
-¿Tanto así te gusto? -dudó ella.
-¿Cómo quieres que te lo demuestre?
-Pintame, Mina. Quiero que lo hagas, quiero que me tomes, quiero que me beses, quiero que me demuestres como defines mi cuerpo con tus trazos, quiero ser tu obra de arte hoy -Mordió su labio con dificultad-. Pinta con tus dedos sobre mí, Nari -. Fue lo último que pudo decir Chaeyoung, Mina la besó, con pasión, con ganas, todas esas ganas que por cuatro días se habían contenida ese par.
Sintió como los brazos de Chaeyoung descansaban en su cuello, el beso solo se profundizó más. Mina estaba nerviosa aunque Chaeyoung no lo notará. Tener a la mujer que había proclamado como su musa debajo de ella, besándola de esa forma, la tenía al borde.
Mina. Sin embargo, beso lentamente su cuello de Chaeyoung. Ella solo podía cerrar los ojos y escuchar sus respiraciones agitadas y jadeos continuos mezclarse.
La nipona atacó lentamente e hincó el diente en su cuello, bajando los besos hasta sus claviculas. Mientras acariciaba con sus manos lentamente los muslos de Chaeyoung.
Chaeyoung sentía el peso de Mina sobre ella, ella jugo tentadoramente con el lóbulo de su oreja, mordiendolo suavemente.
-¿Sabes cual es mi parte favorita de dibujarte? -habló con su voz ronca y perdida en el deseo. Chaeyoung no quiso hablar, estaba aguantando los pequeños gemidos y quejidos que Mina le provocaba-. Mi parte favorita es imaginarme esos muslos alrededor mío, marcarlos con mis uñas-. Hizo dicha acción-, morderlos... besarlos... Me encanta como son.
Chaeyoung se sentía extasiada con la voz de Mina. Mentiría si dijera que verla soltar palabras con aliento caliente en su oído no la hacía querer correrse allí mismo.
Tomo en un puño el cabello de Mina cuando ésta bajo hasta sus senos. Sintió la lengua caliente y sus dientes mordisquear con paciencia, dándole la debida atención que ella siempre quiso, Mina habló sobre su piel soltando una risa ronca:-¿Por qué no te estoy escuchando?-La rubia apretó sus labios tratando de no gemir. Pero Mina solo la animaba a hacerlo con sus palabras y su toque-. Quiero escucharte o no voy a seguir.
Chaeyoung hizo caso y en cuanto Mina volvió a hacer su trabajo, soltó el primer gemido. Alto, sucio, casi como un lloriqueo. Aquello solo inspiraba más a Mina a seguir tocándola, lenta y tortuosamente.
Chaeyoung se atrevió a pasar sus manos por su espalda, mientras que intentaba quitar aquel brassier. En cuanto pudo no desaprovechó la oportunidad y observó el torso desnudo de Mina como aquella vez. Ahora tenía sus senos en su cara prácticamente y eso solo lograba excitarle más.
-¿Qué tanto miras? -Era claro que Mina tampoco quería esperar más y sólo jugo con sus pechos. Sabía que al disfrutar de esa manera, también estaba dejando marcas en el cuerpo de Mina.
Cuando la mano de Mina acarició su entrepierna, se permitió mirar a hacia abajo. Mina estaba totalmente desnuda, tomando sus piernas, con uñas clavadas en cada una. El dolor de sentir sus uñas en su piel le encantaba.
Mina la miró antes de adentrar dos de sus dedos lentamente, sintiendo el hinchado sexo de la coreana apretar sus dígitos.
Chaeyoung solo se permitió suspirar, mientras Mina la tocaba, no se apresuraba y eso le encantaba de ella, pero cuando empezó a mover sus caderas fue el indicativo para Myoui de que la nipona quería algo más.
Aceleró un poco el movimiento de sus dedos, mientras besaba sus muslos y dejaba besos muy cerca de su centro. El sonido obsceno de la húmeda vagina hizo a Mina temblar. Mientras más se movía, los gemidos desesperados de Chaeyoung en su oído y aquel delicioso sonido era el equilibrio perfecto entre un cielo e infierno sobre aquel cuero blanco.
El calor era el protagonista, al igual que el nombre de Mina abandonaba repetidas veces los labios de Son.
-¡Ah, Mina! -gimió alto, con ganas
-Sí, linda. ¿De quién eres? -preguntó poniéndola caliente-. Anda, dilo.
-De Mina, agh. Soy tuya, Minari -Intentó decir sin aliento. Sólo podía gemir el nombre de Mina. Sonido que quedaría tatuado en la mente de la japonesa.
Curvo sus dedos dentro de la rubia. Permitiéndose sentir como se avecinaba el orgasmo de Chaeyoung. Sabía que ella estaba por llegar al clímax gracias al subir y bajar de su pecho. Su corazón se aceleró y ella también jadeo antes de seguir con su trabajo.
Y lo que vió fue lo que le hizo caer en cuenta de cuanto le encantaba esa chica. Porque esa chica era su musa.
Era Chaeyoung. Soltando un último gemido, cansado y fuerte. Anunciando finalmente el final de su clímax.
El sonido más hermoso que había escuchado Mina en mucho tiempo.
Mina sacó sus dedos poco a poco, y miró el desastre, muy lindo desastre, que era Chaeyoung en esos momentos:-¿Me dejas probar? -. Hizo petición, y probando el sabor de los fluidos de Chaeyoung, se dejó llevar por el deseo de que, mientras observaba como Mina introducía más aquellos dedos en su garganta. Ella miraba la excitante y erótica escena, como los labios suaves de Mina recibían su propio sabor. Era digno de admirar. La artista consciente del arte que hacía.
Mina no dudo en seguir besando y tocando cada parte del cuerpo de Chaeyoung como si de pintar con sus manos se tratase, estaba pintando su propia obra, estaba recreando la exquisitez de ver a su querida chica en descontrol, pidiendo más y perdida entre gemidos y gemidos, su mayor obra de arte en esos momentos y el significado de su cuadro siempre fue la perfección de Chaeyoung para lucir adorable y sexy al mismo tiempo.
Ver como sus cejas se juntaban y sus labios entreabiertos maldecían entre susurros, era la mayor pieza artística que se permitió apreciar.
Cuando ambas sintieron la pesadez y el cansancio invadirlas, Mina cayó sobre el pecho de Chaeyoung. Completamente desnudas las dos.
Chaeyoung acarició los cabellos oscuros de la artistas, los cuales se pegaban a ella con sudor.
Mina colocó su mano sobre el viente de Chaeyoung y observó como este estaba lleno de marcas. Sonrió satisfecha por su cometido.
Chaeyoung abrazo más a la japonesa contra ella. Y no sabía que decir, solo sabía que quería gritar de emoción. Había por fin hecho todo lo que se negaba hacer con Myoui Mina, una de sus mejores amigas.
-¿Tiger? ¿Cómo te sientes? -le parecía adorable la pregunta cuidadosa de la pelinegra-, ¿Estuvo bien? ¿Te gustó? -y le ofendía un poco la pregunta tan estúpida que le había hecho.
-Parece que no me escuchaste -rodó los ojos y Mina rió en su pecho desnudo-Eres increíble.
-Por ti -respondió con felicidad-Nunca pensé que pasaría esto.
-Yo si -rió levemente-. Muchas veces.
-¿Ah si? -la miró atenta-. ¿Cuantas veces?
-Las suficientes como para saber que te quiero, Myoui Mina -comentó e hizo que los ojos de Myoui brillaran con felicidad.
-Yo también. Es obvio, porque eres mi musa -admitió por fin después de muchos años.
-¿Lo soy?
-Sí, solo mía -Chaeyoung sonrió contenta y le dio un pequeño beso-. Y como esto significaba que es oficial que lo eres... Ya no voy a pintarte desnuda, Tiger.
Chaeyoung se sobresaltó:-¡¿Por qué?!
-Porque me niego a que el Profesor Park te vea desnuda -Sana la miró confundida-. Me niego a que alguien más vea a mi musa desnuda. Eres mi obra de arte y tengo derechos de propiedad intelectual sobre ti -Chaeyoung soltó una carcajada por la ternura-. Solo yo puedo pintarte, mi querida Tiger -la besó con timidez, y Chaeyoung aceptó gustosa de aquel sello amoroso en sus belfos hinchados.
La miro unos segundos mientras aún sostenía su rostro, Son respondió:-Claro que sí, mi pinguin.
Ambas sonrieron al fin dejando aquella larga tensión de años, bocetos ocultos y dedos ansiosos que tomaban el pincel, dejar de pintar sobre el lienzo.
Pues el nuevo lienzo era Chaeyoung. Y Mina desde ahora pintaría con sus dedos sobre ella.
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