{05}

Negro.

Acostado en su cama, TaeHyung miraba al techo, volvió a leer la carta, y aún no lo podía creer, no sabía qué hacer, o qué decisión tomar.

Estaba en la duda, como en un pequeño limbo, o alguna especie de cuerda floja, debía ver bien ambos lados, tenía que tomar la opción correcta.

Cerró los ojos y se dispuso a pensar los beneficios de quedarse, aquí no tenía nada, o al menos ya nada especial para él.

Finalmente suspiró, ya había resuelto sus dudas, y ahora estaba decidido a hacerlo, pero no sin antes dejar ir un pequeño peso de encima, uno que le estaba haciendo muy mal.

Tomó su bolso, y salió de su casa, yendo directo al parque donde se iba a reunir hoy con la rubia.

Al llegar, la logró diferenciar a lo no muy lejos, por lo que se acercó a ella sin miedo alguno. Estaba sentada en una banca, tomando algo.

Solo veinte segundos de valentía — Se dijo mentalmente.

— Hola — Saludó, llamando su atención.

— Hola Tae — Sonrió la menor — ¿Cómo estás?.

— Bien, oye, tenemos que hablar — Dijo, tragando el mudo que tenía en la garganta.

— Claro, ¿qué pasó? — Preguntó, dejando de lado la bebida que estaba entre sus labios.

— Yo — Soltó un suspiro — Yo quería darte esto.

De su maletín, sacó una hoja de papel enrollada, atada con un listón azul oscuro. Se la extendió, y ella lo abrió, quedando sorprendida con lo que veía.

— Es el primer dibujo que hice de ti, de cuando nos conocimos — Explicó — Y estos, también son de ti — Acabaron los veinte segundos.

Le pasó una pequeña carpeta con muchos dibujos hechos a mano, marcados a la perfección, como si fuesen unas fotos tomadas por una cámara profesional.

— Wow, son hermosos — Admitió con una gran sonrisa.

— Así es — Volvió a suspirar — Yo quería dártelos, porque dentro de unos días iré a Estados Unidos para seguir una carrera de arte, quiero graduarme y ejercer mi vocación allá, puesto que me enviaron una invitación para una escuela prestigiosa, asique mi intención es no desaprovechar la oportunidad — Explicó recostandose más en su lugar.

— Oh, ya veo — Murmuró asintiendo con la cabeza — ¿En algún momento vas a volver?

— No está en mis planes.

Un silencio un poco incómodo se hizo presente, hasta que el castaño levantó la vista, mirándola directamente y sin disimulo.

— ¿Sabes? Fue muy lindo conocerte, la pasé muy bien contigo, no te pongas mal — Animó.

Chae sonrió sin dejar ver su hoyuelo.

Tae se levantó, ella hizo lo mismo. Él la abrazó, y ella correspondió.

Ahora si, estaba preparado para marcharse.

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