¿Saben lo que es amar a alguien quien no te ama?

Un dolor intenso en el pecho cuando ves aquella persona compartiendo con la persona que ama, escuchando sus risas discimuladas y notando sus miradas discretas
Pero no puedes irte

Menos cuando esas dos personas son tus mejores amigos.

Nagato se había apartado de Yahiko y Konan para darle privacidad, con la excusa que necesitaba tomar un respiro en el balcón.

La reunión con la organización había finalizado hace una hora, planeado los avances para la próxima junta para conseguir una alianza con personas importantes.

Los tres necesitaban conseguir la paz que tengo querían, la paz que Yahiko quería conseguir.

En silencio miro hacia el cielo donde las nubes grises liberaban gotas que golpeaba cada superficies a un ritmo relajante.

No pudo evitar soltar un suspiro el cual fue opacado por el sonido de la intensa lluvia
Era un tonto

Ni siquiera sabía cuando comenzó a tener sentimientos por su amiga, ¿Pero quién no los tendría?

Si ella era un ángel

Konan fue la primera persona quien lo ayudó cuando él se encontraba muriendo bajo de la fuerte lluvia que se desataba en Amegakure, lo habia salvado.

Y lo siguió haciendo durante años, ella creía en él cuando ni el mismo lo hacía. Lo cuidaba y le brindaba esa sonrisa que comenzaba a perder

Pero, su mejor amigo también se había enamorado de ella y ella le correspondía

Desde principio sabía que era un amor no correspondido, y él era demasiado cobarde para siquiera atreverse confesar lo que sentía

Dolía, si.

Había noches que no podía dormir pensando el amor que se daban ellos dos, noches donde le costaba respirar ante el dolor que sentía

Pero, lo apoyaba. Apoyaba a sus dos amigos que eran felices en medio de la guerra que se encontraban, así que ¿Quién era él para impedir aquella felicidad?
—¿Nagato?
La presencia de su Ángel se hizo presente a su lado, él solo pudo verla de reojo. No se atrevía mirarla

—Cada día estamos más cerca para lograr la paz que queremos. — Estableció sin apartar su vista de la lluvia, ella siguió su mirada y asistió

—Tu y Yahiko están haciendo un buen trabajo. — Expresó la mujer con una pequeña sonrisa.

Hubo un breve silencio, ambos observaron como uno de sus compañeros salía bajo la lluvia para reprender a otro con el cual termino riéndose cuando cayó al suelo

Nagato no pudo evitar sonreír levemente, era esto lo que quería. Que nada les preocupara, que pudieran relajarse y reír libremente con sus camaradas

Pero sentía que esa Paz que querían estaba lejos en alcanzarla

—¿Crees que consigamos esa alianza? —No pudo evitar preguntar. La duda había aparecido, tenía que admitir que le ponía nervioso que las cosas no sucedieran como quisieran y todo se arruinara en un par de segundos

La mujer miró a su amigo sin inmutarse ante sus palabras, como si hubiera sabido de sus duda. Sin dudarlo, ella tomó la mano del pelirrojo sin siquiera notar la exaltación de éste ante su movimiento

—Todo estará bien. — Aseguró posando su mirada con la de él. La pálida piel del Uzumaki había agarrado color como el de su cabello en sus mejillas

Konan, con delicadeza, acomoda el flequillo de Nagato con su mano libre, dejando en vista sus ojos que el hombre negaba mostrar. Inconscientemente sus dedos delizaron suavemente por su rostro

Sus miradas se conectaban, mostrando la confianza y la conexión inquebrantable que se tenían.

—Nos hemos esforzado lo suficiente como para permitirnos fracasar. Si no funciona, lo seguiremos intentando —Sonrio

Nagato solo se mantuvo en silencio sin hacer ningún movimiento. ¿Como era posible que Konan no notará todo lo que ella le causa?

—Juro protegerte Konan. — Tomó la mano de su compañera que se encontraba en su mejilla, sin apartarse ni un centímetro de ella.

Estaba decidido, no podía permitir que ella recibiera algún daño.

—Juntos traeremos la paz que tanto deseamos, seguiré a Yahiko y a ti donde sea.

Konan se había sorprendido antes las palabras que le dedicaba,  y no podía negar que estaba feliz por ello.

—Confío en ti, Nagato

*

El sonido de la lluvia lo aturdía, ¿Que había pasado?

Había perdido la conciencia cuando el cuerpo de Yahiko había acabado en el suelo cubierto de sangre.

Habían sido traicionados

No sentía el aire en sus pulmones, nada estaba bien ¿Que era lo que iban hacer ahora?

A pasos lentos se acerco hacia Konan, quien lloraba abrazada ante el cuerpo sin vida de su amante. Cerró sus ojos, dejando caer sus lágrimas

¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por cuanto más iban a seguir sufriendo?

Perdieron a un compañero, a su amigo. ¿Por qué eran castigados de está forma?

Cayó de rodilla derrotado, la sonrisa fantasma de Yahiko lo dejaba helado. ¿De verdad había muerto?

—Yahiko... — Gimoteaba Konan, y él no supo que hacer. Solo la imagen de aquel hombre enmascarado llegaba a su mente

—Cumpliremos el legado de Yahiko, Konan.  — Declaró con decisión atrayendo la mirada de su Ángel—. Acabaremos con este ciclo de odio y guerras.

— Dejemos con esto, Nagato. — Se rindió la mujer bajando su mirada sin soltar el cuerpo de amado—. Ya perdimos a Yahiko, y no quiero terminar perdiendote a ti.

— Tenemos que cumplir la voluntad que Yahiko nos dejó, Konan. No podemos rendirnos, traeremos la paz a este mundo miserable y vengaremos a nuestro líder. —No podía permitir dejar pasar ésto, tenían que pagar todos

Con los ojos rojos, Konan miro la apariencia de su amigo, se encontraba demacrado. ¿Como es que consiguió la fuerza si quiera para llegar hasta ella?

Miro el cuerpo de su amado, quien sonreía pese que ahora su cuerpo sé encontraba frío

—Juré protegerte, y se lo prometí a Yahiko. —La voz de Nagato se había endurecido. Algo había cambiado en él, y ella lo sabía—. No importa lo que hay que sacrificar, convertiremos de este mundo en algo donde todos puedan ser felices.

Konan no respondió, las lágrimas aún caían por sus mejillas. Esto era un comienzo que cambiaría todo

Y Nagato prometía acabar con el dolor, no importaba quien interviniera. Nadie le haría cambiar de opinión