Capítulo 5: Casi una vida


Sonic no encontró a Eggman, lo buscó al llegar el receso y después de clases, pero sintió por un momento que hubiera desaparecido. Su hermano insistiendo al lado para que regresaran a casa tampoco fue de mucha ayuda, lo único que le dijo otra profesora fue que mejor lea el libro completo y que deje de pasar hojas para que pudiera entender lo que pasó, pero no escuchó cuando el erizo le dijo que literalmente arrancaron una hoja.

Para que sea un evento que pudiera resumirse en una hoja, el final debía ser corto e irrelevante. Además, había ocho años de diferencia entra las páginas 286 y 288. Aunque no muy aliviado por esa conclusión, subió al auto de su madre, mas su atención no estaba focalizada en lo que ella estaba contando y la presencia de su padre en el asiento del copiloto con una sonrisa que no había sido común ver hasta esos días.

Aunque su familia reunida estaba ahí junto a él, Sonic se sintió como las personas que tomaban asiento en las esquinas de las fiestas a las que iba, las que se convertían en una columna más del local a la que pasaban por alto. Amy empezó a hablar sobre la pijamada que haría en su cuarto, Jules le dijo a Scourge que Miles lo golpeó esa mañana porque lo confundió con Sonic, así que ya sabía quién era su yerno y "gracias por la presentación delicada"

Por otro lado, Aleena habló acerca de las oportunidades laborales que se le presentaron durante los últimos días, pero que también se había percatado de que fue una madre ausente para los años más importantes en las vidas de sus tres hijos y su inquietud y vida ocupada la habían agotado por dieciséis años, por lo que antes de tomar una decisión, tomaría unas vacaciones para estar más tiempo con su familia. Antes de que le dieran el pase a Sonic, Amy exclamó que conocía lugares en los que podrían pasear, pero segundos previos a que Scourge dijera que no querían ir a la playa porque la última vez Amy se quedó dormida en un bote y apareció en otra ciudad, Aleena le dijo que llevara a Miles, porque el zorro la asustó durante la madrugada al quedarse parado en medio del pasillo.

Jules giró mientras disfrutaban de esas anécdotas e inclinó la cabeza hacia el cobalto.

—¿Y tú?

—Quiero dormir —respondió con simpleza.

—¿Les conté del día en el que perdí a Scourge en un mercado? Mi bebé tenía seis años —intervino Aleena para romper el silencio que se formuló tras las únicas dos palabras que dijo su vástago—. Apareció rodeado de mujeres de dudosa reputación que querían tranquilizarlo y ayudarlo a encontrar a su madre. Scourge estaba feliz en el centro.

—Amy se me perdió un día, pero no se me perdió porque la solté, es que ella me pateó porque no le quise comprar un no sé qué, ¿un perrito? Corrió a la tienda y justo pasaron soldados marchando. Por suerte, la encontré en el cuartel —narró Jules mientras Rose reía porque recordaba muy bien el día, se sintió veterana por un par de horas.

Sonic escuchó lo que dijeron y podía esperarlo, él también tenía sus propias situaciones felices, pero desde que sus padres empezaron a pelear, esos momentos solo los lograba vivir fuera de su hogar; solo o con amigos, sin incluir que evitaba distraerse en clase al pensar en Tails.

—Oh, ¿estás sonriendo de la nada? —notó su madre a modo de broma—. El que se ríe solo, de sus maldades se acuerda. Qué estarás haciendo.

—Estaba pensando en otras cosas —trató de explicar con un estado de ánimo más despierto. Al llegar a casa, bajaron del auto para que Aleena pudiera estacionarlo e ingresaron para darle la bienvenida a un fin de semana merecido. Sonic optó por volver a correr hacia su cuarto, ya que Tails se encontraba ahí y debía ser aburrido estar en cuatro paredes cada día. Al acordarse de eso, el erizo se sentía afortunado de al menos poder salir de su habitación cuando quisiera.

—¡Buenas tardes! —Tails se asomó por el espejo con una muestra clara de alegría por verlo después de horas—. ¿Cómo te fue?

—A veces las cosas van tan bien que llega un día en el que no... Yo llevó tres meses teniendo días malos, pero seguro ya se pasará esa maldición —comentó—. ¿Cómo te fue a ti?

—Hoy una mujer visitó al hombre delante de mi celda, pero cuando me quedé dormido y desperté, ¡ya no estaba! No sé si se lo llevaron o lo dejaron libre. Estoy contando los días y seguimos en mil setecientos noventa y tres.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —preguntando desenvolviendo un dulce que compró antes de entrar.

—Deben ser dos años, no inicié mi cuenta desde el primer día.

—Ah, cierto, mil setecientos noventa y uno —dijo al recordar lo que leyó en el libro, pero seguiría el consejo que le dio una persona mayor e iría paso a paso—. La revolución no duró un par de años, escuché a Eggman decir que duró mucho tiempo. En realidad, yo también duro mucho tiempo.

—¿En qué?

Sonic iba a responder que en algo que tal vez estaban haciendo el día miércoles cuando soñó que estaba encima de Tails, pero prefirió no compartir el pensamiento o podría asustar al menor y parecerse más a Scourge, que era un punto que quería evitar a toda costa.

—En nada, ¿cenaste? Dijiste que les daban la comida temprano.

—¿Ustedes no cenan a las seis?

—Demasiado temprano —aclaró burlesco.

—No, no pasaron con la comida, pero tampoco tengo hambre, he oído gente decir que puede ser peor. A mi lado hay un anciano, es chistoso, dice que se lleva bien con los guardias, pero que está ahí para escapar de su esposa —contó entre risillas—. Hoy recordé cuando mi padre acompañaba al rey, le gustaba cazar, una vez salvé a un ave y no me volvieron a llevar... ¿Sabes bailar?

—¿Estilo libre? Sé hacer los molinos de viento, si quieres te enseño...

—No debería decírtelo si fuiste tú quien me quería cortejar cuando nos vimos primera vez, pero me gustaría bailar contigo, creo que muestra parte de la cultura. Como eres de más de doscientos años en el futuro y yo doscientos años en el pasado, podrías enseñarme lo que sabes.

—¿Crees que soñemos sobre eso? —preguntó entusiasmo por la idea de otra oportunidad para tener a Tails a su lado.

—Aunque no lo hagamos, creo que conozco el lugar que siempre lo mantiene.

—Entonces, ¿te vería en mi sueño?

—Te llamarán a cenar, ¿no? —Tails acomodó su flequillo y exhaló—. Cuando duermas, podremos hacerlo.

—¿Hacer qué?

—El baile.

—Ah... Sí.

Durante la cena familia, al igual que durante el viaje en el carro de sus padres, el cobalto se mantuvo en silencio. Era una ausencia de palabras cómplice de que algo no desagradable estaba como motivo de que su comportamiento haya cambiado. Aleena conocía a Sonic por no saber guardar silencio y por ser el alma que intentaba que su familia dejara de caer en la amargura y se abriera paso a la felicidad. Sin embargo, era algo que estaban intentado todos los miembros, ya no solo él, pero el erizo se distanció de alguna forma desde que ese cambio de dio y Aleena empezó a creer que se debía por desconfianza o miedo.

—Sonic, ¿qué tal te fue? —preguntó Jules—. Has estado muy callado, no eres así.

—Sí, antes parecías poseído por un jodido loro —añadió Scourge, su madre lo regañó con la mirada al oír la palabra malsonante, pero al ojiazul no le importó—. ¿Quién se murió?

—Sobre anécdotas, nos faltó decir una sobre Sonic —observó Aleena—. Recuerdo que cuando llevé a Sonic al Castillo antiguo de Mobius porque tenía un paseo escolar, hubo una persecución, ¿recuerdas, Jules? Que te dije si podías venir por nosotros y tardaste cuatro horas en llegar.

—No conocía bien las calles —argumentó el erizo mayor—. Pero llegué, y es lo importante.

—Mientras salíamos, hubo un enfrentamiento entre policías y criminales —continuó la eriza—. Estaba cargando a Sonic, pero un torpe me empujó y más torpes se pusieron a correr cuando debían tirarse al suelo o no estar en medio de las balas. Sonic se perdió entre la multitud, recuerdo que grité cuando dispararon en su dirección. Un hombre lo agarró del brazo y corrió con él hasta dos cuadras más allá, yo pensé que lo querían secuestrar. Sonic estaba en la calle dos-ocho-siete viendo los fuegos artificiales que unos niños estaban encendiendo. ¿No recuerdas nada?

—No. —Sonic no sabía que tenía esa experiencia, al menos tenía algo que contarle al zorro cuando se encontraran.

—No sé quién fue ese señor, pero definitivamente te salvó de la muerte. Mi madre decía que fue un ángel guardián, pero no creo en esas cosas...

Sonic se desconectó por un instante de lo que estaban diciendo para pensar en lo que lo preocupaba hasta ese momento, además del vulpino en el pasado, el ensayo que debía hacer pasar como una tarea cualquiera para no recibir una charla de Jules acerca de cómo jaló el mismo curso tres veces. Eggman aparecería el día lunes si el profesor de Geografía volvía a faltar por tercera semana consecutiva, y aunque Robotnik o hacía su curso o reemplazaba de buena forma la materia, seguía siendo un docente de Historia y siempre estaba en la biblioteca, debía saber qué le pasó a la página que se perdió. A menos que sí fuera el sábado, lo cual sería raro considerando que Sonic era más conocido por faltar a clases y creer que los días particulares eran domingo.

—¡Sonic! —Amy golpeó la mesa para despertarlo, el erizo miró a su alrededor confundido porque por un instante, mientras se quedaba dormido por el agotamiento, cerró los ojos y estuvo en el pasado viendo la Vertcolline—. ¿En qué piensas?

—Yo me quedo así cuando pienso en las cosas que le haría a Miles —dijo Scourge, pero cuando sus padres lo miraron sin ninguna pizca de diversión, buscó una salida honesta—. Cuando nos ponemos a estudiar la anatomía del cuerpo, que Miles se quite la ropa es un plus, yo no le hago caso.

—Terminé, gracias. —Sonic recibió un asentimiento de su madre y dejó el traste antes de dirigirse a su alcoba para descansar y llegar hacia el menor. Debido a que casi cae rendido en la mesa, no fue difícil dormir.

Su sueño estaba, en efecto, frente a la Vertcolline, aunque antes de que pudiera pensar más en cómo encontraría a Tails, el menor se abalanzó desde atrás para lograr asustarlo. Tails decía que las púas de Sonic eran suaves, pero si ese hubiera sido Scourge, tendrían un muerto en medio de la avenida.

—¿A dónde vamos? —preguntó, pero el menor tomó su mano para correr hacia la respuesta que estaba planeando y Sonic lo ayudó al volver a cargarlo para que el viaje fuera rápido y nadie de su familia lo despertara antes de tiempo. Desde que conoció a Tails, alguien interrumpía los sueños que tenían, pero en algún momento sería más veloz.

Tails apuntó hacia una casa grande que desde el exterior parecía vacía, pero al ingresar había personas que simulaban no tener idea de lo que ocurría detrás de las paredes. La música era suave, no muy alta, pero las personas parecían estar moviéndose un centímetro por cada minuto, porque Sonic los veía desplazarse demasiado lento, luego estaban los grupos que se reían con copas en las manos y otros que se veían más como amigos cercanos.

Después, estaban Sonic y Tails en medio de la residencia tomados de la mano.

—¿Es un funeral?

—Hay algo que se conoce como contradanza, en Mobius es muy elegante —explicó el menor al mirar en su dirección para empezar. Sonic creyó que sería ese tipo de baile en el que tienes que poner una mano en la espalda de la compañera y tomar la otra en alto, Tails se apoyaría en su hombro y estar tan cerca cooperaría al pequeño enamoramiento que había notado en el zorro desde que estuvieron en la pradera y Tails suspiró cuando se recostó en su pecho luego de correr por muchos minutos.

No obstante, vio a la pareja al lado y la posición no era la que pensaba, por la que hasta las orejas de Tails estaban calientes. No era ese tipo de roce el que debían tener, debían procurar cierta distancia.

El más bajo levantó la mirada para saber si Sonic veía su expresión confusa, pero el cobalto siguió aturdido por los pasos que desconocía en absoluto y Tails no pudo evitarse reír en su hombro.

—¿No tienen bachata? Que pongan a Romeo...

—A veces no te entiendo —confesó el menor, de cualquiera manera empezaron a mecerse, aunque Tails pisó a Sonic más veces de lo esperado porque no podía seguir el ritmo ajeno a la música de fondo—. Sonic, ¿sabes cuándo terminará todo esto?

—Todavía no llego a esa parte, pero mañana será sábado y usaré el fin de semana para averiguarlo. Si puedo hacer veinte hojas en dos días y disfrutar dos semanas libres contigo.

—Creí que te dieron tres más.

—Eggman incluyó los feriados —aclaró—. La próxima semana serán tardes de actividades que no tienen nada que ver con leer, dicen que por el Día de la Independencia, yo pienso que solo quieren perder tiempo... Sería mejor usar esta semana para el ensayo, ¿verdad?

—¿Desde cuándo son independientes? ¿Tienen un día para celebrarlo?

—¿Qué día es aquí?

—Dos de septiembre, ya es sábado, pero no creo que sea el año real.

—En mi casa es dos de septiembre. Coincidimos por primera vez, ¿te he dicho que casi me muero?

En determinado momento, el erizo soltó una de sus manos para que diera una vuelta y regresara en ella, solo que cuando Tails volvió junto a él, el cobalto lo abrazó por detrás pensando que el ambarino estaría mirando en su dirección.

Prower miró sobre su hombro derecho, pero no se alejó como el cobalto creyó por un instante que haría. Tal vez en contra de que las cosas subieran de tono, los músicos empezaron un ritmo más acelerado por el que las personas, incluso con tacones, cambiaron la lentitud por rapidez. Tails giró hacia el Sonic, mas no para seguir el baile y el erizo lo sabía.

—Me gusta cuando sonríes —apreció el mayor cuando el menor de los Prower intentó ocultarse en sí mismo—. Tus orejas te delatan, se mueven bastante.

—¿No hay personas en el futuro que sí podrían verte durante el día entero? —susurró—. Aunque esté contigo ahora, estoy demasiado lejos para pensar en ti como me gustaría.

—Hay muchas personas, y siempre voy a preferir dormir y soñar contigo. —Tomó su mentón para que al agacharse no tuviera que dudar por besarlo, pero antes de que rompieran la distancia y se tocaran. Sonic se contuvo y se alejó un poco para no hacer más de lo que el menor quisiera—. ¿Me despertarás? —quiso saber, si nadie en su entorno lo hacía, podía ser el vulpino evitando que el afecto que había se intensificara entre ellos.

—No lo haría.

Pero cuando el más bajo se inclinó sobre él para besarlo, alguien volvió a jalar a Sonic hacia atrás para que despertara.

El joven de púas azules se despertó y golpeó al aire porque creyó que sería el fantasma de la casa en contra de que tenga un buen momento para besar a Tails, pero su puño tocó algo sólido y, al abrir los ojos, Scourge había retrocedido masajeando su mejilla, maldiciendo a Aleena por mandarlo a despertar a su hermano.

—¿Funcionaría si te dijera que no sabía que eras tú?

—¡Funcionará que te lo regrese! —espetó su mellizo al enderezarse.

—¿Por qué me despertaste? —preguntó el ojiverde al inclinarse fuera del campo de visión del espejo. Scourge se apoyó en el escritorio al lado de la cómoda y miró por el rabillo del ojo si sus padres no se percataron del incidente—. No era el momento, tenía algo bueno que quería conservar.

—¿Tú crees que yo no? Tenía a Miles...

—Alto, esta vez no escucharé lo que estaban haciendo, solo quiero tener dos días de paz.

—¿De paz? Aleena dice que tienes diez minutos para alistarte, Amy ganó o la convenció para que naufraguemos en la playa. Como sea, Miles y yo pasaremos más tiempo en los vestidores.

—Habría pagado por ver cómo te ahogabas —mencionó dejando a un lado la frazada que casi no lo cubría por moverse mucho de noche—. Los vestidores te cobran por el tiempo que tardes en ellos, no creo que quieran...

—Perfecto, entonces fingiremos que se trata de una playa nudista. —Scourge se estiró hacia arriba y resopló—. Lo único molesto será si la marea aumenta. Las únicas olas que Miles siente son las que le doy cada noche, y no son frías.

—También habría pagado por ver cómo Miles se ahogaba... con el agua de mar —manifestó al fallar ignorar la última oración que dijo—. ¿Miles está aquí?

—Sí, irá con nosotros, se sentará en mis piernas y ayudaría mucho que Amy y tú se tapen los ojos si no quieren ver cómo los convertimos en tíos.

—Aj. —Sonic realizó una mueca de asco al imaginar lo que podría ocurrir, pero viró hacia la ausencia de su reflejo y se volvió hacia Scourge una vez más para sorprender al menor—. ¿Le puedes pedir que venga? Es...

—Si es por algo que tenga que ver con "Tails" y el espejo mágico, no.

—Solo un segundo...

—¿Qué tiene el espejo? —Aleena apareció en la puerta con un bolso al que faltaba repletar con objetos que serían útiles en la orilla. Amy salió de su habitación con el celular entre el costado de su cabeza y su hombro, puesto que tenía las manos ocupadas para sostenerlo.

—A Sonic le gustan las personas de doscientos años.

—Scourge. —Sonic vio a su hermano reír detrás de una libreta que pensó conveniente revisar y bufó—. Tails tiene quince años.

—Sí, es que todas las personas que tienen quince años nacieron en mil setecientos... ¿Mil qué? Arruiné mi propia burla por hacer lo que siempre hago contigo: ignorarte.

—Bajen los dos —ordenó la eriza—. El viaje será largo, estaba pensando en si nos quedamos allá o regresamos muy noche...

—No iré —interrumpió el cobalto. Aleena dio media vuelta y arrojó un bloqueador a su cama.

—Irás.

—No quiero ir —insistió el menor. Scourge se quedó por si debía ser quien detuviera una discusión que ya no se daba desde hace tiempo, también para conocer el desenlace de decirle un "no" a su madre, pero Miles lo llamó desde el cuarto del lado y tuvo otras prioridades—. Tengo mucho por hacer, hay un ensayo que el profesor...

—¿Y qué? ¿Esperas que crea que tienes tarea un sábado? Invitarás a alguien cuando nos vayamos. —Aleena salió del cuarto, pero sin antes reiterar su sentencia—: Te esperamos abajo.

Sonic tuvo que seguirla para pedirle que, esta vez por favor, no ignorara lo que tenía que decir. No era solo por Tails, no tenía el ánimo para salir, debía investigar mucho para recién avanzar la introducción como tal y se le había designado otras tareas por la celebración de la semana entrante. Jules dijo que hablaría con Aleena porque entendía que Eggman era un docente despiadado, al menos en sus tiempos, que desaprobaba los ensayos con solo leer el título, así que como persona que atravesó por eso comprendía que podía ser muy pesado.

Al obtener el permiso y la confianza para quedarse solo en casa, Sonic esperó hasta que la entrada principal se cerró y regresó a su dormitorio para comunicarle a Tails que saldría un momento a su colegio para buscar otro libro que fuera tan o más específico que el que tenía la hoja arrancada.

—¡Sonic! —El ojiazul golpeó el espejo de su lado para que se apresurara en aparecer, el erizo lo escuchó y pensó que algo negativo estaba sucediendo, pero Tails estaba con los ojos brillosos la melancolía irradiaba de él.

—¿Qué pasó?

—¡Miles vino! —exclamó en un salto—. ¡Logré verlo! No lucía igual a la última vez que lo vi, pero fue como si lo hubiera hecho de nuevo.

Al menos Scourge cumplió con algo.

—Eh, Tails, voy a salir un momento —dijo mientras tomaba su mochila con el espejo de Rosemary y una chaqueta—. No tardaré, lo prometo, es que necesito la hoja que falta para estar tranquilo.

—¿De qué habla esa hoja?

—Es... sobre el comienzo de la revolución. Cuando regrese, dormiré para estar contigo, ¿está bien?

—Bien, pero ¿no tendrías que hacer otras cosas? Tu madre se veía enojada.

—¿Cómo qué? —preguntó antes de salir.

—Comer.

—Pediré algo, no me gustaría perder tiempo abajo —explicó—. Desde que no apareces en todos lados, es más difícil querer moverse.

El erizo de ojos verdes esbozó una sonrisa cálida poco antes de retirarse de la habitación. Mientras recorría el pasillo hasta el final de las escaleras, se dio cuenta del silencio amigable que le daba los buenos días, era no oír a sus padres tratando de llevarse bien, a Scourge hablando de las poses en las que penetraba a Miles y a Amy gritando por el que las cosas se hicieran como quería; muy posiblemente un hábito aprendido de Aleena, no lo pondría a discusión por el momento.

Tomó las llaves y optó por caminar en lugar de tomar el autobús, siendo sábado el tráfico disminuía por la cantidad de alumnado que no iba a estudiar, aunque aún quedaban uniformados esperando en el paradero. Sonic cruzó la calle y, únicamente cuando tres carros tocaron el claxon, reparó en que la luz del semáforo seguía en un claro verde.

El sol empezó a alumbrar por la época del año, la mayor parte coincidía en que estaría bien en tanto que no fuera un calor de verano, el cual era el que hacía que aun respirar fuera complicado. El portero lo reconoció por su popularidad y porque podía recordar cómo Jules, su padre, trepaba las rejas cuando estas se cerraban para que nadie más ingresara para marcar la tardanza.

Una vez, cuando Sonic no tenía nada más por hacer y se tiraba en el pasto verde del colegio esperando la salida, el portero le contó que Jules conoció a su madre estudiando, que Aleena era muy reconocida por ser tranquila y pasar desapercibida, que fue una completa sorpresa cuando Jules la invitó a salir y que todos pensaron que era una broma. Sonic se quedó pensando en cómo sería Aleena si fuera pacífica, porque de acuerdo a lo que decían, nadie imaginaría que amenazó a Jules con un cuchillo cuando estaban discutiendo, hace tanto tiempo.

Sonic se puso a pensar en Tails al pasar por la puerta pequeña de la entrada. Tails era del pasado, estaba seguro de que no había ningún Tails en el presente; sin embargo, cabía la posibilidad de que exista un Sonic en el pasado que sí pudiera estar con el zorro.

El cobalto no lo había meditado hasta que el ojiazul le preguntó si no había personas de las cuales enamorarse en su respectivo tiempo. Sally era una buena amiga, aunque algunas personas habían pensado que la invitaría al baile de la semana siguiente por el Día de la Independencia, la verdad era que Sonic prefería no ir y no dar más razones para que piensen que quiere formar parte de la familia Acorn. Tails era distinto, si Sonic pudiera estar con él en el presente, lo invitaría sin dudarlo, pero el menor estaba en un calabozo doscientos años atrás.

Sonic había soñado con la relación que le gustaría formar con Tails, pero seguiría siendo extraño. A esas alturas, lo único que quería era dormir para estar con el zorro y hacer todo lo que solo podía imaginar durante el día. Tails no lo podía ver porque el espejo no se lo dejaba, pero Sonic tenía, además de su propia foto de bebé en la pared, una pintura que encontró de Tails mientras navegaba por internet, era complicado hallar algo de los Prower, pero lo convirtió en un cuadro cuando lo reconoció.

La única sorpresa era que Scourge no lo haya roto o que su madre no haya preguntado directamente por el vulpino en la pintura, solo Amy sabía quién era y le pidió que la invitara a su boda cuando fuera el momento.

Sonic anhelaba que llegue ese momento.

—En el supuesto imaginario de que... bueno, que lo hagamos, porque si llegamos a más haríamos "eso" —murmuró en un debate consigo mismo—. E imaginando que también me deja terminar dentro de él, ¿los bebés serían del pasado o del presente?

—¡Sonic!

El cobalto soltó el libro que acababa de sacar de su estante para que los otros pudieran retirarse mejor, Eggman corrió hacia él amenazante, como un oficial que encontró a un sospechoso con las manos en la masa. Sonic levantó los brazos por instinto, al menos de su chaqueta no cayeron condones, porque cuando Scourge hizo lo mismo cayeron preservativos de todas las marcas y colores, fue difícil de explicar a su padre, porque por suerte la escuela solo tenía el número de Jules. Nadie podía imaginar qué habría sido de su mellizo si hubieran llamado a Aleena.

—¡¿Qué haces aquí, pequeño diablo?!

—¿Qué más podría hacer en una biblioteca? —contestó, pero recordó que Eggman era el docente que le dejó el ensayo y carraspeó antes de reformular su respuesta—. Busco fuentes.

—¿Fuentes? ¿Fuentes de tortura? ¿Destruirás los libros?

—¡No! Quería preguntar si saben qué pasó con este —dijo al retirar un libro viejo y pesado del bolsillo grande de su mochila—. Le falta una hoja.

—¿No se la habrás arrancado para arruinar el material educativo? —sospechó.

—No, cuando lo leí, ya estaba así.

Eggman agarró el libro por sí mismo y observó las páginas en cuestión, al instante, su enfurecimiento cambió por lástima.

—Me gustaría que estuviera completo, pero desde hace tiempo que le falta esa página —mencionó—. Cuido la biblioteca siempre, pero algún intrépido la debe haber tomado e hizo esto —señaló al palpar los restos que quedaban—. Se fue una hoja, se fue la página doscientos ochenta y siete.

—¿Por qué sigue la página doscientos ochenta y ocho? ¿No debería seguir la doscientos ochenta y nueve?

—La página dos-ocho-siete tenía una imagen detrás, por eso no estaba enumerada —explicó—. Y era exclusiva, este libro lo traje yo cuando lo hallé en una tienda, lo remataban como si no fuera importante.

—¿Cree que tengan una copia? —consultó.

—¿Una copia? No... Aunque... a dos cuadras yendo a la avenida principal hay una biblioteca que se encarga de también restaurar libros como este —mencionó el mayor al notar que las hojas podían romperse si no se tenía el más mínimo cuidado, y Sonic no era cuidadoso con nada, por eso su preocupación—. Allí podría estar, pero... No deberías buscarla.

—¿Por qué no?

—Escucho que me están llamado, ¡buena suerte! —Eggman se retiró velozmente de la biblioteca, dejando al cobalto confundido, pero aliviado porque ya descartó el colegio como el que resolvería su duda y no tendría que permanecer más tiempo en ese sitio.

Sonic salió de las instalaciones con seguridad, contó sus pasos y la distancia para no perderse, aunque tampoco imaginaba que el lugar pareciera una discoteca por fuerte, y no lo parecía. Cruzó la calle otra vez y un camión tocó el claxon al forzar los frenos, Sonic se disculpó esta vez por no fijarse en las luces, pero dado que antes no había semáforos, era difícil acostumbrarse a que ya no debían correr en medio de los vehículos.

Parecía un museo, Sonic creyó que sería una casa, pero al menos las grandes puertas estaban entreabiertas o habría tenido que golpear su cabeza para pedir que lo dejaran entrar. Le edificación lucía gigante, en especial por los techos altos y porque cada paso resonaba a la distancia, las personas que ya estaban dentro apenas si giraron para verlo. El cobalto buscó con la mirada si alguien lo ayudaría, ya que una vez Silver dijo que su padre lo llevó a ese lugar y que tardaron dos días en encontrarlo, no quería pasar por lo mismo si Tails lo estaba esperando en casa.

—¿Es tuyo?

Dio media vuelta cuando un zorro alto y mayor indicó hacia el libro que tenía en su mano, cuya pasta dura estaba por romperse debido a ese trato. Amadeus no le pidió permiso, se lo quitó de inmediato y revisó las páginas para saber si estaban completas.

—No lo pedí de aquí —se apresuró a decir el menor—. Es de mi colegio, pero le falta una hoja. Eggman dice que aquí podría estar entero.

—Podría ser —murmuró para que el ruido no molestara al resto—. ¿Te lo llevarás?

—Si está completo, también lo quiero para hacer un trabajo, me castigaron por reírme y tengo algunas semanas para recuperar una nota —explicó. Amadeus se enderezó después de regresarle el texto y le pidió que lo siguiera hasta el original—. Es sobre Historia, ¿conoce a los Prower?

—Casi no se habla de ellos —intervino—. Acusados de traición, esperaría menos.

—Nuestro profesor dice que todo importa, aunque nunca le he prestado atención.

—Se nota.

Sonic ladeó la cabeza cuando escuchó eso, pero Amadeus se detuvo al lado de un estante y retiró el mismo libro, aunque más vivo en colores y con obvias señales de ser nuevo.

—Deja el que tienes, yo le diré a Robotnik lo que pasó con él —susurró, pero antes de que el cobalto pudiera decir que no, Amadeus se lo arrebató y le entregó el otro, como un intercambio.

—¿No tengo que registrarme?

—Sí, ahora me seguirás y no hablarás —espetó. Mal humor, Sonic pensó que debería haber sonreído por lo menos, pero al parecer en el mundo no solo había zorros como Tails. Cuando le entregó una tarjeta y Sonic tuvo que completar algunos datos, después de que Amadeus dijera que también se lo comentaría a Eggman para asegurarse de que fuera devuelto, lo dejó ir.

Sonic corrió a su casa porque Amadeus le entregó otro libro que le recomendaba leer si quería saber sobre los Prower, y el erizo creyó que sería fantástico si le leía a Tails lo que los historiadores sabían de ellos y cuál sería el desenlace que tendrían.

El cobalto abrió la puerta de su hogar con cuidado, ya que Tails podría escuchar si había llegado, cosa que no quería que ocurriera porque quería leer la página recuperada para darle buenas noticias al menor cuando subiera. Antes de sentarse y leer con una emoción que nunca había sentido al ver tantas hojas juntas, llamó para que llevaran comida a la casa y respiró hondo para la revelación.

—Libro, me dejaste en "sin embargo" —buscó—. De acuerdo, qué pasará contigo. «Sin embargo, no se dictó una sentencia hasta 1792. Entre enero y octubre se daría la muerte a los reyes Maximillian y Alicia Acorn, lo cual agudizaría la crisis en Mobius e impulsaría un ataque dado por los defensores del absolutismo.

»Previo al asesinato de la reina, el poder radical bajo el mando implacable que había convertido los años de revolución en el Gobierno del Terror dejó a decisión del sector que apoyaba al rey lo que sucedería con los Prower, puesto que el radicalismo empezaba a fraccionarse para encargarse de la situación. Durante julio de 1793, apelando a la propuesta sobre la Ley de los Sospechosos, la cual sería inaugurada a mediados de septiembre, y tras acusar a Amadeus Prower de ir en contra del nuevo poder, se quiso poner acción a la condena dada al mayor de la familia.

»En celdas separadas estuvieron Amadeus y Tails Prower hasta agosto de 1793, cuando en la última semana se descubrió que Amadeus Prower había escapado. El 2 de septiembre, para garantizar que regresara y se entregara a la población que lo reclamaba, anunciaron que la cabeza que cobrarían sería la de Tails Prower, a menos que volviera o fuera encontrado.

»Ante la nula respuesta de Amadeus, en vista de que la dictadura en Mobius empeoraba con las amenazas internas y problemáticas externa, se resolvió que no se podía esperar más para dar muerte a los culpables de la muerte del monarca Acorn.

»Amadeus Prower escapó el 31 de agosto de 1793. Una semana después, el 7 de septiembre de 1793, a reclamo de la población convencida de golpear al menor abandonado a su suerte, Tails Prower sería llevado a la guillotina. Las personas exigieron que la degollación mediante hacha sería adecuada para equilibrar el calvario que sufrieron los reyes en prisión, pero se mantuvo la máquina favorita para poner fin a larga fila de prisioneros.

»Aunque inicialmente se le vendó los ojos, el cielo se iluminó por tercera vez en el día una victoria que nada tenía que ver con su ejecución. Tails Prower, tras resistirse a subir al cadalso al que luego entraría la reina, fue herido para facilitar su quietud. Con su muerte, la guillotina empezó una marcha imparable a la matanza de inocentes, indiferentes y propios radicales. Dícese del verdugo al que Tails se aferró antes de ser asesinado, que se quitó la vida esa misma noche. Amadeus Prower nunca apareció».

Sonic, con la mano temblorosa y sin poder creer que la página en la que depositó sus esperanzas acabara de arruinar parte de su vida, pasó de hoja a la imagen que detrás de ella se encontraba: una pintura del 7 de septiembre, en la que aunque no veía sangre, podía ver el terror del zorro a punto de ser ajusticiado.

El timbre de la casa sonó porque la comida que había pedido llegó. Sonic no se levantó. 





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Buenas nocheees, espero que se encuentren muy bien y tengan un buen día. Quinto capítulo de Página 287.

También hubo referencias históricas, también las explicaré al final de la obra. El siguiente capítulo saldría el día jueves y, definitivamente, el último estará el día viernes

Por otra parte, recién voy a revisar si se comentó respecto al capítulo único, tengo que verlo porque por tiempo se va a publicar el día sábado o domingo. Yo habría querido que fuera el sábado sí o sí, pero voy a perder casi todo el jueves, solo voy a entrar para publicar el penúltimo capítulo, y el sábado voy a estar demasiado ocupada entre la mañana y la tarde. Está bastante apretado, pero todo se logrará =).

Espero que el quinto les haya gustado. Muchas gracias por todo, cuídense bastante. 

Hasta pronto. 

=)

- KatheDoll. 

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