Capítulo 4: La página perdida
Sonic subió las escaleras después de casi tirar la puerta de la casa porque Scourge perdió la llave principal mientras jugaba a arrojarla al aire y un ave se la llevó, Amy tuvo que decir que tenía una copia y que podían quitar sus miradas perdidas por no saber qué hacer para entrar sin romper la ventana de la cocina, como Scourge ya era experto en eso.
Aleena se acercó para recibirlos de inmediato, aunque el cobalto tampoco se tomó un momento para darse cuenta de que sus padres habían empezado a tratar de mejorar por pequeños pasos en los que querían incluirlos. Jules lo vio ir hacia arriba sin siquiera saludarlos y regresó su vista a sus otros dos hijos, que a su manera, al menos daban señales de estar vivos y presentes.
Con el espejo y el celular de su hermano en la mano, Sonic ingresó a su dormitorio, arrojó su mochila a un lado y se dirigió sin rodeos al frente de la cómoda. Prefería que la confesión se diera rápidamente, aunque esperaba más una explicación lamentable que incluyera que Scourge quería que hacer el ensayo fuera irritante y para eso inventó una ilusión, que vendría a ser Tails, pero cuando el zorro se asomó al verlo de nuevo, no se veía engañoso o deshonesto, tenía una imagen pacífica.
—¡Volviste! —exclamó con alegría el vulpino, quien se había apoyado en la pared de su propio cuarto para no golpearse—. No sé qué pasó, dejé de verte.
—Tails. —Sonic buscó la fotografía que tomaron del pizarrón en clase y se lo enseñó al menor—. ¿Quién es?
El vulpino se inclinó, era difícil por el brillo de la pantalla y porque estaba más asombrado por cómo funcionaban las nuevas pinturas y la tecnología avanzada en lo que seguía pensando que era el pueblo de Sonic. Cuando descifró lo que quería decir, sonrió.
—Soy yo, no sé quiénes son las personas detrás, pero recuerdo que nuestro padre mandó a hacer esa pintura —respondió al recordar el buen momento—. Milles no se podía quedar quieto, así que el encargado sugirió que lo amarremos de pies a cabeza y que él haría la magia de borrar eso de su obra de arte, pero al final, Milles aceptó.
—¿Tú? ¿Solo dirás eso?
—¿Debía decir algo distinto? —preguntó—. Soy yo. No recuerdo el año, solo sé que estaba mi familia.
—¿Y esto? —continuó al levantar el espejo de Rosemary. Tails se cubrió la boca cuando lo vio una vez más, no sabía que Sonic lo poseía, pero si era así, conoció a su madre o algo le pasó a Rosemary para que ya no lo tuviera más.
—¿Cómo lo obtuviste?
—¿De quién es?
—Es de mi mamá. —El ambarino tocó su espejo, como si pudiera palpar los bordes que en alguna ocasión hace años él tocó mientras luchaba con Milles por ganar la atención de la vulpina—. Mi padre se lo entregó, él dice que en aquel entonces no podía regalarle otra cosa para sorprenderla, así que quiso obsequiarle un espejo, pero no pudo hacerlo hasta que empezó a trabajar para el rey Acorn. —Tails retrocedió, lo que permitió ver que sus orejas se agacharon por evocar a los gobernantes—. Se conocieron en...
—Mil setecientos setenta y seis —completó.
—Sí, ella lo llevaba a todas partes... Se lo llevó.
—Tails. —Sonic se acercó a él con una expresión preocupada que Tails percibió como que se avecinaba algo que no estaba bien—. ¿Qué año es?
—Mil setecientos noventa y tres —respondió—. ¿Por qué? ¿Qué pasó?
Sonic recordó la clase que estaban llevando con Eggman, ya que el año al que hacían referencia siempre era desde 1789 y el docente hizo mención de la toma de la Vertcolline, la cárcel que vio en su último sueño en el que aparecía Tails hablando sobre la caída de los reyes Acorn y su rechazo a ese apellido.
—¿Recuerdas cuando apareciste en mi espejo? —inició—. No hace mucho, no han pasado ni dos días, apenas pasó uno desde que te conocí.
—¿Qué tiene?
—Me compartiste que no mentirías porque era un juramento, ¿todavía puedes mantener tu palabra? —siguió dubitativo, Tails asintió con sinceridad y el cobalto respiró hondo para estar seguro de lo que venía—. ¿Mentiste cuando me dijiste que no soñaste nada?
Tails entendió a qué se refería y se agachó para desaparecer de su vista, Sonic lo vio y golpeó el espejo, tan fuerte que el zorro sintió que se iba a romper y el ruido de agitación llamó la atención de los guardias que merodeaban frente a los prisioneros.
—¡Tails!
—¡No!
—¿Mentiste?
El menor agarró sus orejas para mantenerlas lo más agachadas posible y, así, no poder oír nada más que le dijera el erizo. El señor que estaba frente a él vio lo que pasaba y pensó que al fin alguien estaba volviéndose loco después de tantos meses de encierro, pero el zorro se levantó con lentitud para confrontar al erizo azul y estrujó una de sus colas para ser fuerte en lo que fuera a decir.
—Sí.
—¿Por qué? —Sonic tomó asiento en el banco frente al gran espejo y se angustió por el más bajo. Detrás de Tails había oscuridad desde que se conocieron y nunca hablaron sobre sus cómodos hogares, incluso Sonic ya iba a buscar un lugar en el cual encontrarse porque el vulpino aceptó salir con él, pero con todo lo que ocurría, estaba confundido.
—Yo solo quería aprovechar mi sueño para ver a mi padre y a mi madre de nuevo, no esperaba que estuvieras en él y no pude buscarlos por estar contigo —respondió—. No sabes nada de los reyes Acorn y no quería volver a tocar ese tema porque no me gusta y no quería pelear, te veías amigo de ellos y yo no lo soy, nunca lo seré.
—Mira, Maximillian no es rey, Sally no es princesa, son personas muy amables y ninguno encerraría a nadie por un capricho —espetó el erizo—. ¿Eres de mil setecientos noventa y tres? Entonces no los conoces como yo los conozco.
—¿Vivo? ¿No vives, también?
—Este año es dos mil veintitrés, día miércoles.
—No suena al siglo dieciocho —comentó el zorro.
—Porque no lo es, yo ni siquiera conozco la Vertcolline... Un momento. —Sonic encendió la computadora a su lado y buscó el nombre de la fortaleza para que el vulpino pudiera ayudarlo a identificar si era esa—. ¿La conoces?
—Sí, es la Vertcolline.
—Eso fue en mil setecientos ochenta y nueve, pero ahora... —Sonic indagó por una fotografía actual de dicha prisión—. Así se ve, la busqué en mi colegio y resultó que nos llevaron a ese lugar en mi primaria porque se convirtió en un museo, y ni siquiera se llama "Vertcolline", es el "castillo antiguo de Mobius", solo tiene cuadros y una guía que te cuenta lo que pasó, pero tenía seis años como para memorizar ese nombre.
—Entonces... ¿No estás en mi año? ¿Eres del futuro?
Sonic exhaló, pero a ese punto, la única respuesta era una.
—A menos que exista otra razón por la que viva más de doscientos años después, sí.
—¿En serio? Explicaría por qué no conozco nada de lo que tienes, pero... no es posible... Acerca del sueño, lamento mentirte, pero no quería que volvamos a hablar sobre lo que pasó en él...
—¿Sobre tu hermano?
—Nunca debí contarte acerca de él.
—Vivió.
Las orejas de Tails se levantaron en su máximo esplendor al escucharlo, una sonrisa se asomó por la comisura de sus labios cuando su cerebro comenzó a procesar lo que dijo, había dado media vuelta para que no se presenciara su reacción, pero no pudo resistirlo y giró hacia el cobalto para que le dijera más sobre su tocayo.
—¿No me mientes? —preguntó, Sonic sonrió de lado y asintió.
—Jamás, porque no podría iniciar una relación basada en la mentira.
Tails dio un pequeño brinco al sentir que podía confiar más en el ojiverde y se apegó al espejo para hacer todo tipo de preguntas.
—¿Mi hermano sigue vivo? ¿No murió en la Vertcolline? A mi madre le dijeron que lo ejecutaron en el interior para reducir el número de los presos, pero nadie ejecutaba de esa forma... hasta donde sé.
—Bueno... No presté mucha atención a lo que pasó con él, pero el profesor... el profesor dice que Miles se casó y se multiplicó como los minions, pero vivió a la revolución.
—¿Se multiplicó como qué?
—Vivió, lo que importa es que vivió —dijo-. Y que tienen muchos sobrinos.
—Pero no ha venido a... —Tails se detuvo antes de dar información que no quería que el cobalto supiera y agitó su cabeza—. Me gustaría verlo.
—¿Y por qué no?
Aunque debía enterarse de todas formas.
—Ahora estoy en el calabozo de Mobius —confesó—. Pero es solo hasta que termine la revolución.
—¿Dónde?
—Hay una ley —musitó antes de moderar su voz—. Todos los sospechosos y acusados son tratados como culpables. En realidad, es muy contradictorio. Existen personas radicales en contra de la corona, pero también están los que apoyan a los reyes Acorn, ellos me encarcelaron porque dicen que mi padre traicionó al rey. No tienen ninguna prueba de que eso ocurriera, Eggman me prometió que me dejarían libre cuando los radicales y los fieles a la corona desaparecieran.
—¿Eggman? —Sonic recordó a su profesor que explicó una situación descabellada en clase y se impresionó.
—Sí, antes era un cabecilla fuldense e inventor, yo lo admiraba porque era genial aunque me decepcionó cuando supe que era fuldense, pero algo cambió y ayudó a escapar a algunas personas. A mí no me puede ayudar porque me tienen en un sector que nadie conoce, creo que me perdió el rastro —explicó—. ¿Tienes un Eggman en el futuro?
—Es mi profesor, me mandó a hacer un ensayo de lo que estás viviendo, me dio tres semanas más, por lo que tengo tiempo para perderlo contigo —suspiró cuando las mejillas del zorro se ruborizaron.
—Deberías ser responsable —sugirió cuando su colas ocultaron la mitad de su rostro en una mirada que, temerosa pero de alguna manera coqueta, Sonic recordaría por el resto de su vida.
—Tails, si solo coincidimos en tener el mismo sueño, ¿crees que nos veamos de nuevo hoy?
El zorro lo pensó, porque él llevaba semanas sin soñar y cuando lo hizo justo en el día de la toma de Vertcolline, lo único que quería hacer era buscar a sus padres para verlos de nuevo, aunque no lo logró. Sin embargo, no había razón para que se haya dado y si la suerte estaba a su favor otra vez, se volvería a ver en persona, así que dejó la lógica científica a un lado y dijo que sí con la cabeza.
—Espero.
—Tails, tú debes saber sobre todo lo que ha pasado, así que... ¿crees que pensar en un día haga que estemos en él? ¿Cuál es el mejor día durante la revolución para vernos?
—Después de lo que le pasó a la Vertcolline, todo se salió de control, así que creo que lo mejor sería días o semanas antes, pero no tenemos garantía de que nos veremos, es decir, cuando te encontré en la Vertcolline fue porque me acerqué, pero solo me acerqué porque mis colas se engancharon en el soporte de un cañón —aclaró pensante, pero sin dejar de mirar al cobalto, quien al ver sus ojos tristes perder la esperanza, acarició el espejo como si pudiera tocar a Tails y se puso de pie.
—Creo que me voy a dormir... A las ocho de la noche.
—Hermano que debieron vender antes de que te dieran un nombre, Aleena dice que bajes —anunció Scourge al abrir la puerta para invadir su privacidad nuevamente. Tails lo vio y no se alejó, solo rio al ver a Sonic murmurar un insulto en silencio para que su mellizo no lo escuchara, aunque lo pudo ver por medio del espejo y entró.
—Estaba a punto de hacerlo —respondió—. Ya iba a bajar, hermano al que las enfermeras dejaron caer cuando nació.
—No escucho a envidiosos; las enfermeras se pelearon por atenderme. —Scourge agarró su celular del mueble del cobalto y lo revisó—. Las tenía locas.
—Sí, porque no querían perder sus trabajos. —Sonic giró hacia Tails y calmó el enojo que la presencia de su consanguíneo provocaba.
—En la próxima clase de Eggman, voy a grabar para que Miles se ponga feliz. —Scourge miró si no había nadie en la puerta y se aproximó él—. Después del colegio, nos metimos a un hotel y usó su boca como nunca antes. Y yo usé la mía para recitarle un poema en su...
—Scourge, no sé si lo sabes, pero para bajar a cenar, necesito tener hambre, no asco —interrumpió Sonic antes de que se le revelara información que jamás pediría ni quería oír.
—La lengua, tiene unas bonitas colas, así de grandes...
—Tails, él es mi hermano, el que no debió existir —lo presentó, el erizo verde giró hacia el espejo y solo vio a su hermano, así que tiró el espejo de mano a un lado y corrió hacia la salida para llegar a los gritos de Aleena que exigían su presencia.
—¿Dijo "Miles"? —preguntó el menor.
—De hecho, tenemos uno también —añadió—. Pero no hay nadie igual a ti. Aunque hubiera, me impresionaste tú, nadie más. Miles es hijo único, supuestamente iba a tener un mellizo, pero Scourge dice que no soportó su "grandiosidad" y que lo opacó, no se desarrolló.
—¿Cómo lo sabían? ¿Tienen brujos?
—Ecografías —dijo el cobalto, pero se golpeó la frente con la palma de su mano al recordar que Tails no debía entender a qué se estaba refiriendo—. Una pantalla muestra lo que tienen dentro.
—¡Yo quería inventar eso! —Tails bufó por pensar en las cosas que tendría que apurarse en construir antes de que le ganen en el tiempo.
—Supongo que lo escuchaste, tengo que bajar a comer, pero subiré y dormiré contigo... para estar contigo, porque estás del otro lado del espejo en... casi trescientos años antes de mi época. Te veo luego.
Tails se despidió del mayor antes de bajar de la banca y sentarse en ella, los guardias fuera de las carceletas pasaban frente a ellas conversando, mas en gran parte del día marchaban asegurándose de que siguieran ahí. No era secreto para nadie que estaban prácticamente en el olvido, pero con Sonic estando en el futuro, incluso podría contarle qué pasó con su familia y qué pasará con él dentro de muchos años, ¿sería olvidado? ¿Una figura a la que nadie recordará?
Cuando Sonic regresó y tuvieron que hacer un enorme esfuerzo por descansar sin pensar en el otro, Tails se preguntó por qué él nunca lo había visto en su mundo "pasado". Quería ver al Miles al que el hermano del erizo se refería porque no sería lo mismo verlo vivo que observarlo solo por fotografías, siempre pensó que había muerto, pero lo que le dijo el cobalto sobre su huida y el compromiso le devolvió el ánimo.
El día en el que lo dejaran libre, iría a verlo.
Sonic luchó contra sí mismo para no tomar asiento y preguntarle a Tails si estaba dormido, pero pasada la medianoche, sin que su cuerpo estuviera acostumbrado a madrugar, cedió al sueño.
La batalla había pasado, a menos que se encontrara en una de almohadas. Sonic abrió los ojos sin levantarse de la cama en la que estaba apoyado, Tails también lo vio y tomó la frazada sobre él para cubrirse más de lo que cualquiera podría aceptar en un día de calor. Si bien el zorro estaba debajo de él, Sonic no recordaba que en alguna parte de la historia hayan especificado una "noche buena", aunque tampoco prestaba atención más que en el día anterior, así que quizá se perdió una parte interesante a la que Scourge hubiera tomado nota.
—¿Estás...? —murmuró el vulpino, Sonic bajó la mirada y se dio cuenta de lo que quería decir, pero al jalar la manta para taparse, Tails quedó al descubierto y Sonic corrió hacia el lado opuesto de la habitación para evitar verlo demasiado tiempo.
—¡¿Qué parte del pasado es este?! —preguntó al dar media vuelta con cuidado, Tails abrazó las sábanas para que no se apartaran de él, pero asomó su cabeza para saber si el erizo estaba viendo en su dirección. Al confirmarlo, le arrojó una almohada.
—No lo sé —respondió avergonzado, se ocultó al instante cuando sus orejas ardieron por el calor.
—¿No es algo que hayas vivido?
—Nunca presencié la toma de la Vertcolline —aclaró—. Y nunca pasé la noche con nadie, ¿seguro que es el pasado?
Sonic se asomó por una ventana luego de ponerse las ropas que supuso que eran de él porque estaban tiradas en el suelo y no perfectamente dobladas en una silla. Al hacerlo, se dio cuenta de que no podía ser el siglo XXI, ya que la vestimenta era muy diferente y los medios de transporte que recorrían entre las personas no se veían de última generación. La multitud no estaba alborotada, a juzgar por un sector, parecía más bien que lo que sea que esté ocurriendo los emocionaba, ya no eran gritos de reclamo, eran gritos de triunfo.
—Son casas antiguas... —observó—. Por lo menos no hay edificios de cien pisos en una calle donde solo se pueden construir de dos.
—Seguimos en mil setecientos. —Tails se acercó, tenía la frazada envolviendo su cuerpo y Sonic soportó muy bien la tentación de girar. Si se hubiera juntado un poco más con Scourge, Tails ni estaría de pie—. ¡Llevan escrito algo! —El menor abrió la ventana y se inclinó, el erizo nuevamente tuvo que permanecer como una piedra fría para no contemplar el bulto que formaban las colas del zorro.
—No tengo idea de qué significa —confesó el erizo, era un idioma del que no tenía idea, pero Prower sí estaba leyendo y oyendo lo que querían manifestar.
—Es el día.
—¿Qué?
—Capturaron a los reyes Acorn mientras escapaban —explicó al cerrar las lunas—. Mil setecientos noventa y uno, dejaron libres a la princesa y otros funcionarios del segundo estado, pero encarcelarán a los reyes y los otros reinos absolutistas estarán en contra de eso... Lo que pase, pasará.
—Tails, si estás muy atrás en el tiempo, ¿esta es la única forma por la que podré verte?
El menor detuvo su regreso a la cama al virar hacia él para dar una respuesta, pero tampoco sabía si era cierto, su interacción por medio del espejo era limitada, y solo se habían podido tocar en sueños.
—¿Me puedes...?
—¿Qué? —Sonic no supo si retroceder o avanzar cuando el zorro inició su petición con timidez.
—¿Me puedes hacer lo que trataste de hacer con el espejo? Por aquí —concluyó al tocar su rostro. Sonic se acercó a él, con una mano lo mantuvo quieto para que no bajara su vista por no querer verlo a los ojos; con la otra, acarició su mejilla cuidadosamente. El más bajo entrecerró los ojos conforme se fueron acercando, el erizo podía jurar que ya lo tenía cuando alguien lo agarró del brazo y le gritó que despertara.
—¡Estoy despierto! —gritó. Volvió a presente y se dio cuenta de que su madre acababa de abrir las cortinas para que el viento y la luz del sol entraran para alumbrar el interior del cuarto, giró sorprendida al escuchar a su hijo, incluso Jules desde la primera planta preguntó qué pasaba.
—¿Estás bien? —preguntó la eriza—. Ni siquiera te hablé, recién lo iba a hacer, pero ya que despertaste, apresúrate a bajar a desayunar, su padre los llevará más temprano porque él tiene que salir ya.
—¿No me llamaste?
—No —contestó confundida—. Tuvo que ser un sueño, el inconsciente diciéndote que no llegues tarde —añadió al quitar la púa desordenada en la cabeza del menor—. Te esperamos.
Sonic se levantó para tocar el espejo en su cómoda y preguntarle a Tails si estaba bien, el zorro se aproximó y dijo que sí, con una mano donde el cobalto tocó por última vez.
—Cuando llegues de tu escuela y termines tus tareas, ¿podemos dormir? —Quiso saber con entusiasmo que sus colas demostraron al blandirse de lado a lado—. Me gustó soñar contigo.
—Y a mí, contigo —correspondió—. Sí, ahora que solo puedo verte ahí, trataré de avanzar rápido.
—Sonic, mientras avances tu ensayo, ¿me podrías contar qué pasa con mi entorno y mi familia? No sé mucho estando encerrado.
—Lo haré —prometió, implicaba prestar atención en clases, pero lo que fuera por el zorro.
—¡Sonic! —escuchó el llamado de su hermana subiendo las escaleras lista para romper la puerta y llevarlo a rastras hacia abajo. Tails miró hacia la entrada antes de que fuera golpeada, por lo que Sonic tuvo que hablar.
—Me estoy cambiando —avisó.
—¡Apúrate!
—Bien, tengo que irme rápido, pero te prometo que te contaré lo que digan los libros, así me dices si es verdad o mentira. —Sonic asintió cuando el más bajo lo hizo y salió de su campo de visión para alistarse con el fin de ir al centro educativo. Cuando Scourge lo vio bajar sin ningún espejo y posibles ilusiones, se sintió en paz, aunque cuando el cobalto le preguntó a Amy si ella podía ayudarlo a imprimir la fotografía de "un ser" llamado Tails, arruinar la impresora nunca se sintió tan bien.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Lo que pasó durante los siguientes dos días fue curioso y rutinario.
Sonic se ponía de pie media hora antes de que su despertador sonara para poder hablar con Tails y recordar partes del sueño que tenían antes de verse en el presente. Cuando la alarma cumplía su función, Sonic se tomaba un tiempo para tocar las puertas de sus hermanos y regresaba a alistarse rápidamente, de modo que le diera alrededor de veinte minutos en los que seguía hablando con el vulpino.
Aunque una vez despertó a Scourge y Miles golpeó a Sonic con un ventilador por molestarlos tan temprano.
Su madre lo llamaba a desayunar y Sonic ya no se quedaba divagando contando cuántas gotas de agua tenía su taza, ahora se apresuraba en terminar, saludaba a su familia, lavaba las cosas sucias del lavadero y corría a su cuarto para continuar prestando atención a Tails. Aleena pensó que ese nivel de velocidad por hacer todo podía deberse a que estaba hablando con alguna joven por mensajes, pero solo Scourge sabía que era por ver al espejo. Amy ingresó una vez al cuarto de Sonic para saber si podía ver algo, pero no lo consiguió por ningún lado, aunque se tomó el tiempo para decorar el marco de madera para que pareciera que su hermano tenía una cita con su reflejo.
Sonic llegaba al colegio y la situación no varió mucho, el curso que le importaba era el de Historia porque de eso dependería aprobarlo y lograr que Eggman no fuera un guardaespaldas que buscara cualquier situación para agregar una hoja al ensayo.
Sobre ese trabajo, el docente se compadeció y redujo la cantidad de hojas a veinte. Seguía siendo grande, pero a cuarenta, el cobalto estaba en verdad agradecido. Tenía que tener lo clásico de las presentaciones, como la carátula con sus datos y la introducción, lo único que arruinó su felicidad fue leer que el interlineado debía ser el mínimo y que la letra debía ser de tamaño 11 cuando Sonic iba a usar tamaño de fuente 48, pero al ser de un tema en el que Tails estaba involucrado, casi no se sintió como una tarea, sino un trabajo de conocer el pasado de alguien a quien solo podía tocar mientras dormía, pero a quien sentía cada momento de su día.
—Sonic va a hacer un agujero en la fotografía de Tails y va a ser lo único que se va a coger, te lo juro —dijo Scourge a su hermana en medio de una reunión en la que ella tenía una cena tranquila junto a sus amigas—. Se van a casar y van a tener "espejitos".
Sonic aprovechaba las clases para recolectar fuentes. El día jueves, que fue cuando soñó una situación comprometedora con Tails, empezó a buscar la historia de la revolución desde el inicio. El ensayo debía tener un nombre y el erizo se propuso que el tema central que fuera a tratar sería la participación de los Prower en ese periodo. Cuando las clases culminaban, el cobalto retornaba a su casa y hablaba con Tails. Cenaba y todo era Tails, aunque a veces compartía con su familia lo que había encontrado y describía poco a poco que el zorro era la persona más increíble del mundo.
Aleena pensó que Tails era una persona real, Jules también, pero Scourge se torturaba mentalmente sabiendo la verdad mientras que Amy grababa todo para enseñárselo al cobalto cuando cumpliera los cincuenta años de soltería.
Antes de dormir, Sonic conversaba con Tails y leía algunos textos de lo que había encontrado, desde las causas de la revolución, en especial, para que pudiera escribir relleno en sus veinte hojas.
Respecto a los sueños, el día jueves durmió temprano y ambos estuvieron juntos una vez más, pero ya no se preguntaron por "¿qué día es?" y "¿qué está pasando?". Tails lo llevaba a las praderas porque decía que el aire era más puro y la vista era mejor que ver a la gente alborotada y la represión ejercida sobre ellos. Sonic y él descansaban en el pasto y se tomaban un momento para jugar con los animales. Tails decía que siempre quiso vivir en un lugar como ese, pero estando en un calabozo, no tenía muchas expectativas.
—Cuando salgas en libertad, viviremos en un lugar así.
—Pero estás en otro año —replicaba el menor antes de que se hicieran ilusiones.
—Intentaré hacer magia, en mi mundo hay personas que se encargan de eso, me gustaría estar contigo para tener más que solo las noches para verte.
Tails sonreía sin entender de qué estaba hablando y jugaban a perseguirse mutuamente, aunque Tails nunca podía alcanzar a Sonic y Sonic a menudo lo cargaba para que el más bajo disfrutara de su velocidad y olvidara por un instante que el siglo dieciocho no fue un siglo de fiestas y alegría absoluta.
El día viernes siguió la misma mañana que un día antes, Sonic se despidió de Tails y en su colegio empezó a llamar la atención porque, de forma brusca y de la nada, estaba rodeado de libros. Eggman pasaba mucho tiempo en la biblioteca, más para asegurarse de que no arrancaran las hojas y lo estudiantes supieran cuidar el material, pero casi se desmaya cuando vio que Sonic ingresó a ese lugar como si fuera la cantina o una fiesta. El cobalto se llevó solo un texto, dejando a Eggman con el pensamiento de que Sonic no era así, estaba seguro de que le entregaría lo mismo que le dio su padre: la portada, una hoja vacía.
—¿Qué estás leyendo? —Silver se asomaba más para saber que no estaba haciéndole cosas raras al espejo que le regaló, pero al ver a Sonic con los libros, se sintió más a gusto.
—Cómo ser virgen hasta los cien años —intervino Scourge al tomar asiento al lado de su hermano—. Resultado: me arrepiento a los noventa y nueve, y me muero en mi primer sexo oral.
—Estoy leyendo sobre la revolución en Mobius —corrigió Sonic—. Porque yo sí quiero aprobar.
—Yo quiero probar la entrada de Miles, pero anoche le mordí una cola y no creo que me deje tocarlas de nuevo. Se las agarré fuerte, como si...
—A-pro-bar, no probar. —Sonic se alejó unos centímetros del mayor y continuó con su lectura.
—Quiero aprobar el sexo en la escuela. El conserje llegó y ya no podemos escondernos ahí, y el escritorio de la directora no es buena idea, aunque la única opción...
—Nadie quiere saber eso —dijo Silver desde atrás.
—Nadie quiere saber eso —lo remedó el erizo verde—. Nadie quiere saber cuando Shadow te la metió, pero tú ni siquiera disimulas que no puedes caminar. —Scourge sacó un cigarrillo y le arrojó una botella pequeña a la cabeza—. Dile que use lubricante para que los demás no piensen que te atropellaron en el camino.
Sonic se salteó algunas hojas hasta que empezaron a hablar de los Prower, ya que era el único libro que los mencionaba. Lamentablemente, el resto solo decía: "una traición", y ni siquiera decían quién lo hizo.
—Prower, Prower, Prower —repitió al buscarlo, pasó mil setecientos noventa, así que debía estar cerca si es la traición se dio antes de la muerte de los reyes Acorn, y lo encontró—. Lo tengo, los Prower. «En 1791, un escándalo surgió en torno a una de las familias más cercanas e influyentes de la corona.
»La caída de la monarquía fue un evento que marcó los meses de encierro hasta la ejecución de los reyes Maximillian Acorn y Alicia Acorn de Mobius. El intento de huida planificado por uno de los más devotos a la corona terminó en el fracaso al ser reconocidos una noche mientras cruzaban la frontera de Mobius; no obstante, el ser detenidos impulsó en los fuldenses y fieles que se trató de una captura anticipada.
»Los Prower fueron una familia de nobles que estuvo presente en cada reino hasta la llegada de los Acorn. Amadeus Prower y su esposa Rosemary Prower tuvieron dos hijos a los cuales mantuvieron bajo las sombras hasta que alcanzaron la edad para servir a su lado. Todo el asunto que los implicaba giraba alrededor de las décadas pasadas, en las que Zails Prower, un tenebroso conde que pertenecía a la familia, rechazó el absolutismo del rey y fue acusado de traición que traspasó a miembros directos. Se desconoce su paradero.
»Con la sentencia y la muerte inevitable del rey, los radicales obviaron las acusaciones de los fidelísimos, pero los Prower acusados no dieron ninguna explicación sobre su participación al respecto. Amadeus Prower no estuvo presente el día en el que los reyes fueron encontrados, por lo que incrementó las sospechas de su ubicación. Sin embargo, años después hubo testigos que aseguraron que Amadeus no conspiró contra el rey e interrumpió su escape, sino que estuvo por una semana en la pradera del norte junto a su familia.
»Acusados de traición, los radicales intervinieron para poner cese al escándalo que no quisieron agrandar. Los fuldenses denigraron a Amadeus Prower por haber asesinado indirectamente al rey con la excusa de vengar la aparente muerte de su hijo mayor, Miles Prower, quien fue encarcelado en la Vertcolline antes de que esta fuera tomada en 1789. La verdad es que Miles Prower no apareció hasta 1800, durante más de una década deambuló hasta que el reino de la futura familia Hedgehog lo acogió y lo casó con el mayor de sus hijos.
Al lado había una fotografía del matrimonio, Sonic podía jurar que era idéntico a Scourge, aunque tuviera muchos adornos encima y Miles no pareciera Miles por el ornamento al lado y las ropas que traían. En la parte superior se encontraba la pintura que Eggman había proyectado en la pantalla, así que seguía confirmando que era Tails.
Si había un Eggman en el pasado, podía haber un Miles, un Scourge, ¿y Sonic?
»Rosemary Prower acompañó a su esposo Amadeus, al cual conoció en 1776. Muchos la reconocen porque siempre portaba un espejo que le fue obsequiado al nacimiento de sus hijos en 1778. Durante las acusaciones, radicales que se infiltraron los acusaron también de sospechosos y dada la nueva ley que permitía detenerlos, Amadeus Prower huyó con los miembros de su familia a la pradera del norte que perteneció a su familia. Se trasladaron durante tres meses escapando, se dejó de lado así y el apellido se manchó durante la revolución.
»Pese a que Rosemary Prower estuvo con su esposo en todo momento, no se la encontró con Amadeus ni con su menor hijo, Tails Prower, cuando fueron descubiertos huyendo como lo reyes Acorn a finales de 1791. Sin embargo... En 1799 se dio el golpe de...»
—¿Qué? —Sonic giró las hojas y ya nada se comentaba de los Prower—. Libro, no me puedes dejar con el suspenso —murmuró. Scourge lo vio cuando pasó página tras página sin que ninguna hablara sobre Tails de nuevo—. ¿Lo atraparon y qué pasó?
—Sonic, el profesor de Geometría llegó. Antes de que te lance un plumón y luego su regla como un experto que arrojaba lanzas, guarda eso —recomendó Scourge—. El profesor está hablando de curvas, las únicas curvas que me gustan tocar son las de Miles, y las únicas ondulaciones las siento en el interior de Miles, no sé de qué mierda está hablando.
—Él aparece aquí. —Sonic señaló la imagen que se encontraba en la página de la izquierda y Scourge se inclinó al verlo.
—Parezco yo.
—Eres tú —corrigió.
—Sonic, yo no voy a volverme loco porque follar una hoja no da el mismo calor, vete con las cariñosas, haz algo, no sé.
El cobalto bajó la mirada para saber si la historia se cortaba en verdad de repente y comenzó a contarlas una por una. Se quedó en la página 286, pero la siguiente era la página 288.
—No está la página doscientos ochenta y siete.
Sonic giró hacia la ventana que llevaba a los pasillos y vio a Eggman pasar con la mirada en alto. El erizo cerró el libro y lo pensó.
Debía hablar con el docente de Historia.
---
(Recordatorio de que se lo debo dedicar a alguien cuando regrese a mi laptop).
Buenas noches, espero que se encuentren muy bien y hayan tenido un buen día. Cuarto capítulo de Página 287.
La historia sigue tejiendo referencias a la Revolución francesa, pero al final de la historia especificaré algunas de esas x,d.
El último capítulo debería salir el jueves o viernes, pero lo más probable es que sea en ambos porque creo que habrá un capítulo más.
Espero que les haya gustado <3, sigo pensando en si habrá un capítulo único, pero no tengo muchas opciones.
Respecto a esto, me gustaría saber su opinión, por favor. Es decir, Sontails, Scouriles, Zonails. Estaba pensando en Zonails, y tendría una temática que ya vi con Scouriles, pero la historia es para ustedes y ustedes tienen la palabra ♡.
Muchas gracias por todo, cuídense bastante.
Hasta pronto.
=)
- KatheDoll.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top