Diecinueve

¿Recuerdan como conocieron a su primer amigo? ¿O recuerdan como conocieron a la primera persona que de verdad se merecía llamarse amigo?

¿Cuando realmente SooBin había comenzado hacer su amigo? ¿Podía llamar a SooBin su amigo? Esas preguntas rondaban su cabeza mientras veía al chico hablar y hablar sin parar. El primer día de clases se había sentado en el último asiento que se encontraba vacío y esperaba que así siguiera. Pero no fue así, una bolita pelirroja se sentó a su lado y en ese mismo instante se presentó comenzando a hablar sobre el como si YeonJun se lo hubiera preguntado.

En el recreo lo había seguido a todos lados hablándole de cosas que en realidad no le ponía atención. Al siguiente día había sido exactamente igual y así hasta que ya se acostumbro. Ya no le molestaban las charlas largas donde el pelirrojo hablaba y el solo compartía unas simples palabras. Se acostumbro a ver diariamente a la bolita de pelo naranja y ropa colorida.

Incluso se había acostumbrado a su gordo gato.

— Entonces ¿que opinas?— pregunto sacándolo de su burbuja.

— Opino que me distraje y no te puse atención. Perdón.— se disculpó. SooBin solo sonrío.

— Mi mamá quiere que viajemos algún lugar los tres para acercarnos más pero yo quiero ir a la playa y ella quiere que vayamos al campo.— le informo.

Al final SooBin si había hablado con sus padres y todo había terminado mejor de lo que esperaba. Ellos se disculparon y habían hecho cambios en su horario de trabajo para pasar tiempo con el. El pelirrojo le había agradecido con un abrazo el haberlo apoyado y recomendado hablar con sus padres.

— Pueden ir un día a un lugar y la siguiente semana a otro.— respondió con calma.

— Eso dijo mi papá.— frunció sus labios para hacer un mueca.

Sintieron toquesitos en la puerta y se giraron a mirar hacia ella. El padre del pecoso estaba parado vistiendo su bata. El hombre les había pedido mantener la puerta abierta mientras ambos estuvieran solos en la habitación. El papá de SooBin le recordaba mucho al suyo, les encantaba molestarlo, ellos se llevarán muy bien.

— Me tengo que ir, hijo. Tu mamá llegará pronto, por mientras te dejo con la compañia de tu amigo.— SooBin lo miro mal por su manera de decir la última palabra.

— Esta bien.— respondió.

— Adiós, señor.— se despidió YeonJun.

— Adiós, YeonJun, cuida a mi hijo.—le hizo una seña de que lo vigilaba y se retiró.

— ¡Esta loco! — chillo el pelirrojo dejándose caer sobre la cama.

— El mío es igual así que no te preocupes.

— Pero las bromas de tu papá si dan risa.

Para el no eran graciosas, pero para todo el mundo al parecer si. Camino hacia su mochila que estaba sobre el escritorio y saco el dibujo que había hecho para el más bajo. Camino hacia la cama y se lo entrego, el pelirrojo se sentó sobre ella tomando el papel en sus manos. Sus ojos se iluminaron al ver el dibujo; era él junto a su gato.

— ¡Me encanta! — grito feliz apretando el dibujo contra su pecho.— ¡Es el mejor dibujo del mundo!

— No exageres.— le dijo apenado. Nunca le había gustado que las personas vieran sus dibujos,  pero con su familia era diferente y ahora también con SooBin.

— No exagero, tú eres muy talentoso, eres el mejor pintor que he conocido.— halagó.— ¿Crees que el bebé será niña o niño? — cambio de tema rápidamente, eso no lo sorprendió ya que el solía hacerlo muchas veces.

— No lo sé, aún es muy pequeño como para saber. Pero me da igual, lo que sea está bien para mí.— se encogió de hombros.

— A mi me gustaría tener hermanos, pero mis papás ya no quieren más hijos por eso me regalaron a Tadeo aunque no es igual.— hizo un puchero.

— Claro que no es igual. Alimentar a ese gato es como darle de comer a tres niños.— se burló recibiendo una mirada de indignación de parte del dueño del animal.

— ¡Siempre le dices cosas malas a mi bebé y él no te ha hecho nada! — se quejo SooBin.

— Que diga la verdad no es malo, el veterinario te dijo que no debías darle tanta comida.— le recordó.

—Y ya no le doy tanta comida, solo la necesaria.

YeonJun rodo los ojos y se acostó a su lado mirando el techo rosa adornado con estrellas que brillaban en la oscuridad. Ambos miraron el techo unos minutos hasta que instintivamente giraron sus cabezas quedando frente a frente con sus narices tan cerca que podían sentir la respiración ajena. Miro el rostro ajeno poniendo atención a las miles de pecas repartidas como estrellas en el universo, sus ojos celestes como el mar que tanto le había gustado, sus cejas tan naranjas como su despeinado cabello y sus labios de un leve color rosado.

Sintió algo raro en su estómago.

Su corazón se detuvo cuando sintió que la cara de SooBin se acercaba más a la suya, tanto que sus narices se rozaron. Miro directamente a los ojos del pelirrojo perdiéndose en ese hermoso color y tuvo un impulso de acortar el espacio entre ellos.

Pero no lo hizo. En cambio se paró rápidamente de la cama tomando su mochila corriendo fuera de la casa con el corazón latiendo a mil por hora.

「. . .」

El viaje había sido silencioso. Por su parte BeomGyu se había quedado dormido, cosa que los sorprendió, y JungWon igual. YeonJun permanecía callado mirando por la ventana perdido en sus pensamientos, TaeHyung había mirado a YoonGi en busca de respuestas, pero el rubio no tenía idea que pasaba por su cabeza. Decidieron no preguntar hasta que él decidiera hablar con ellos, ya que no querían presionarlo.

Les había tomado dos horas llegar al pueblo donde vivían los padres del pelinegro. Era un lugar con pocas casas, tranquilo y se sentía un aire complemente limpio. Habían lugares extensos de color verde que brillaban bajo el sol, también un río donde TaeHyung les había dicho que podían meter los pies ya que era muy frío como para darse un chapuzón.

La casa de los padres de TaeHyung era grande, blanca por fuera. Al llegar YoonGi sintió como sus manos temblaban de los nervios, tomaron sus cosas con los niños aún adormilados y TaeHyung tocó la puerta. Una mujer mayor, pero que se mantenía hermosa como una joven, abrió la puerta con una sonrisa que se hizo más grande cuando vio a su hijo. No dudo en abrazarlo mientras detrás de ella aparecía un hombre cuyo rostro transmitía paz y tranquilidad.

TaeHyung salió de los brazos de su mamá para saltar hacia los de su padre. El rubio sabía que la relación de padre e hijo que ellos tenía era mucho más fuerte que cualquier cosa por eso le aterraba caerle mal a su suegro.

— Supongo que estos son mis preciosos nietos.— la mujer dió un beso en las mejillas de los tres dándose su tiempo para abrazarlos y darles mimos. Los niños solo le sonreían.— Y supongo que este es mi guapo yerno.

— Hola, señora.— saludo. La mujer lo sorprendió envolviendolo en un abrazo.

— Nada de señora, puedes llamarme mamá, después de todo ya me hiciste abuela por cuatro.— Bromeó.

YoonGi abrió los ojos sorprendido mirando a TaeHyung en busca de respuestas.— Ya les dije que estoy embarazado.— respondió su novio.

— Por fin conozco al hombre que tiene el privilegio de tener a mi hijo a su lado.— hablo el padre. YoonGi estiro su mano para estrecharla, pero el hombre solo tiro de sus brazo para darle un apretado abrazo.

Si TaeHyung lo hubiera saludado así la primera vez que se conocieron, se hubieran ahorrado bastantes problemas. El chico debía aprender más de sus padres.

— Y mis niños.— se separó de YoonGi para hacer lo mismo con los niños. BeomGyu se rió al sentir como el hombre lo tomaba en brazos.

Suspiró feliz y aliviado. Sin duda su pareja era una gran persona porque había tenido con el las mejores personas para educarlo.

La casa era espaciosa y olía al pastel que la madre había cocinando dándole una sensación agradable. Los niños disfrutaron mucho el gran patio que la casa tenía, el padre de TaeHyung les había comprado varios juguetes que mantenían entretenidos a los niños.

— YoonGi ¿Puedo hablar contigo? — pidió el hombre y el rubio asintió.

Lo encamino hacia un lugar apartado de dónde los pequeños se encontraban jugando.

— No quiero que te sientas asustado, no soy una mala persona que quiera alejarte de mi hijo.— le dijo dándole palmaditas en su hombro.

— Ya lo sé.

— Muy bien, porque el chico que tienes a tu lado es lo más preciado que tengo en mi vida junto a su madre. Cuando se fue a estudiar lejos de nosotros tuve tanto miedo de que estuviera solo y que hubiera nadie para ayudarlo, todos los días me levantaba con el miedo de que le pasara algo. Hasta que nos contó sobre ti y los niños, al principio me pareció una idea muy loca pero después supe que ustedes eran lo que el necesitaba.— sonrío.— Solo te pido que lo cuides, ames y respetes. Se que tiene un carácter difícil de manejar pero también sé que necesita que alguien le da ánimos y amor, necesita abrazos reconfortantes, necesita palabras de apoyó y necesita manos cariñosas.

YoonGi sonrío por lo bien que el hombre conocía a su hijo. Así era el, esquivo pero también cariñoso, a veces no quería abrazos pero a veces necesitaba mimos todo el día. Cosa que el estaba siempre dispuesto hacer.

— Te admiro muchísimo, y a él también. Tienen un gran corazón para darles todo el amor que esos niños necesitan. Siempre van a contar conmigo en lo que necesiten, siempre que tú no le hagas daño a mi chico.

— Nunca lo haría, TaeHyung es mi familia, mi hogar.— le aseguró.

— Muy bien, eso quería escuchar. Voy ayudar a mi amor con el almuerzo.— le sonrío el hombre dejandolo solo.

Se sentó sobre cesped pensativo. Luego de unos minutos sintió como alguien se sentaba a su lado apoyando su cabeza en su hombro.

— ¿Mi papá dijo algo malo? — pregunto mirándolo.

— Nada malo, mi amor. Solo me hizo pensar en algo.— beso su frente para tranquilizarlo.

— ¿Vas a decírmelo?

— Yo no podría imaginar tener una relación así con mi madre, como la tuya con tus padres. Ella siempre fue estricta, no me dejaba hacer las cosas que hacen los niños porque según la disciplina me llevaría lejos.— suspiró recordando la mala relación que llevaban.— Cuando me dijo que me olvidara de ella si me empecinaba en estudiar arquitectura me hizo darme cuenta que esa no era la vida que quería, no quería que alguien me controlará. Así que me fuí y nunca más la volví a ver.

— Lo siento mucho. Ella es muy tonta, perdón que lo diga, pero tú eres una gran persona y un gran profesional. Tu pudiste salir adelante sin su apoyo y eso demuestra tu gran capacidad. Yo te admiro muchísimo por eso.— beso su mejilla para reconfortarlo.

— Quizás así fue lo mejor. Ahora los tengo a ustedes y no me puedo imaginar mi vida sin ustedes, los prefiero por sobre todas las cosas.

TaeHyung le sonrío y levantó su cara para darle un tierno beso.— Yo también. La primera vez que estuvimos de acuerdo en algo y nos salió de maravilla.

YoonGi rió mirando atentamente a los niños. YeonJun salió por la puerta con la mirada buscando algo hasta que los vió.— ¿Que le pasará?

Lo vieron dudar hasta que se decidió y camino hacia ellos a paso lento, TaeHyung se separó un poco del rubio para dejar que YeonJun se sentará entre los dos.

— ¿Que pasa en esa cabecita? — pregunto el pelinegro acariciando el cabello del jóven. Abrió la boca queriendo decir algo, pero luego la cerró inseguro.

— YeonJun, puedes decirnos cualquier cosa y también puedes decidir no contarnos.— le dijo YoonGi abrazándolo.

— Casi besé a SooBin.— soltó.

TaeHyung abrió los ojos sorprendidos mientras YoonGi intentaba ocultar una sonrisa. — ¿Y que hay de malo en eso? — pregunto el rubio.

— En que... No sé en realidad que siento por SooBin...

— ¿Sientes como si tuvieras una colmena de abejas en tu estómago cuando el te mira? — pregunto el mayor.

— Creo que si.— murmuró.

— Bueno si después de eso no te tiras un gas significa que estás enamorado.— agrego.

— Aunque yo no lo hubiera dicho de esa manera supongo que YoonGi tiene razón.— comento TaeHyung.

— Pero... SooBin no puede enamorarse de mi. Yo no sé si puedo tener una relación, él puede cansarse de que yo lo alejé o de mi actitud. Y sinceramente él no se merece nada de eso.— dijo cerrando los ojos.

— Pero no apresures las cosas, aún eres muy joven, así que no hagas ideas locas en tu cabeza. Además la garrapata parece no cansarse ni un poco de ti. — intento animarlo.

— Pero es que ese día cuando paso eso... Yo huí de su casa y después no hemos vuelto hablar.— escondió su cara entre sus manos.

— Vas a tener que hablar con él e intentar aclarar las cosas. Huir no ayuda mucho.— dijo TaeHyung.

— Si sientes cosas raras en el estómago cuando lo vuelvas a ver...no dudes.

「. . .」

Su fin de semana había sido maravilloso. Las comidas de la madre de TaeHyung eran simplemente maravillosas. El padre tomaba su guitarra y comenzaba a cantar en cualquier momento, cosa que tenía maravillados a los chicos. Habían dado un paseo por el pueblo disfrutando del tranquilo ambiente.

Hicieron la promesa de al menos volver una vez al mes para visitarlos.

Volvieron al departamento el domingo por la tarde, todos estaban muy cansados por el viaje. Los niños apenas se ducharon habían caído rendidos en el sueño, sabiendo que no despertarían hasta el otro día. Los mayores estaban en la cocina y YeonJun estaba en el sofá dibujando hasta que sintió el timbre sonar poniéndose de pie para abrir.

Pero no sé espero encontrarse con un avergonzado SooBin que ni siquiera podía mirarlo a los ojos.

— SooBin...

— YeonJun. Te pido perdón por lo que pasó ese día en mi casa, simplemente tuve un impulso y no se que me pasó.— murmuró triste.— Sé que debes pensar que me aprovecho de tu amistad, pero no es así. Yo te quiero mucho como amigo y no importa los sentimientos que tenga por ti, estoy dispuesto a esconderlos. Pero por favor no te alejes de mi.— pidió desesperado.— Te prometo que eso no volverá a pasar...

No lo dejo terminar porque tomo su pequeño rostro entre sus manos juntando sus labios en un tierno beso. Sus labios solo estaban ahí juntos, pero eso bastó para que ambos sintieran escalofríos por todo su cuerpo. Los labios de YeonJun comenzaron a moverse inexpertos intentando no desmayarse en ese momento por las miles de sensaciones que lo recorrían de pies a cabeza. ¿Así que esas eran las cosas raras de las que YoonGi hablaba? ¿Así que así se sentía las abejas en su estómago?

Sin duda podía calificar eso como la mejor sensación de su vida. Se separó de los labios del otro mirándolo directamente a los ojos.

— Tremendo.— escucho un murmuró detrás de él y se giró para ver cómo sus padres los miraban.

— Ustedes sigan en lo suyo, hagan como si nosotros no estuviéramos aquí.— dijo YoonGi dándoles señales para que continuarán.— TaeHyung trae la cámara. 

Las personitas que me recomendaron un nombre coincidieron entre una de sus recomendaciones con un nombre que ya estaba pensando jasjajsja. Gracias por su ayuda, ahora solo falta a esperar que nazca la bendi <3

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