Capítulo 19

Disculpa.

Los siguientes días habían sido muy duros para el joven Uchiha, no solo su padre seguía distanciado de él debido a su actitud irracional, sino que también aquella chica de la cuál estaba enamorado seguía muy enfadada con él. La tarde caía sobre la villa y Sasuke estaba sentado en el borde del lugar favorito de su hermano, las caras de los Hokages.

— ¿Qué haces aquí? —llega en un salto —Últimamente no has pisado la casa, no has comido con nosotros y solo llegas a dormir... —toma asiento a su lado —papá no está tan molesto, ya le he dicho que... Que yo sabía, así que solo necesitas pedirle una disculpa y todo estará bien.

—Lo sé.

— ¿Y si lo sabes...? —exhala un suspiro — ¿Nuevamente estás con eso de odiar pedir disculpas? Pensé que ya lo habías superado.

—No es eso... —menciona sin más.

Las veces que ese chico se ponía sentimental era muy difícil que lograrán sacarlo de ello, normalmente no hablaba y en ocasiones no comía, era su forma de castigarse a sabiendas que había cometido un error... Pero Iruka siempre lograba sacarlo de ello, y en esa ocasión Naruto sabía que su padre no estaba dispuesto a intervenir debido a la edad de su hermano.

—Papá dice que ya eres mayor y que podrás salir solo de ésto. —inhala profundamente para tomar una postura firme —Cometiste un error, cualquiera lo comete, solo basta que vayas y digas... —suspirando mantiene la mirada sobre aquel rostro decaído —sé que son palabras difíciles de pronunciar, pero como diría nuestro padre, debes aprender a decirlas porque no te hacen ningún daño, en su lugar te liberan.

—Te lo aprendiste bien. —sonríe levemente.

Sonriendo se mantiene al lado de aquel chico observando la ciudad que se ilumina artificialmente; había ocasiones en las cuales tenían arranques de locura, ambos lo habían vivido y habían sido regañados por sus padres del mismo modo, y sabían que después de aquellas peleas debían disculparse, ni siquiera hacía falta que Iruka fingiera ignorarlos, porque en su mirada podían ver lo decepcionado que estaba de ellos, y ese hombre era muy importante para ambos.

—Es que no me gusta que se enfadé conmigo... Lo peor es que actúa con normalidad y aún así puedes sentir como está enfadado contigo.

—Lo sé... —ríe levemente —yo también odio que esté enfadado conmigo.

— ¿Y por qué no terminas con esto? Papá también está decaído, debiste decirlo cuándo él se disculpo por golpearnos.

—Es que me gusta castigarme. —sonríe observando a su hermano de frente —Lamento haberte golpeado.

—No fue nada. —sonríe palmeando su hombro —Pero lo decía enserio, Hinata sabe muy buenas técnicas de coqueteo, deberías pedirle que te las enseñé.

—Yo no creo que ella... —ríe más animado —Es imposible que ella sepa hacer esas cosas.

— ¡Ella lo sabe! ¡Lo sabe! —ríe manteniendo las manos entre sus piernas —Aun no las he probado, pero enserio son buenas.

Sasuke ríe agachando el rostro entre una negativa, era verdaderamente divertido pensar en esa chica coqueteando con alguien ¿Cómo sería posible? En el pasado ella se desmayaba con la simple presencia del Uzumaki a su lado.

—Quiero que me lo muestre.

Inclina el cuerpo al frente entre una risa —Vas a quedar encantado por ella.

—Ya estoy... —posa su indice bajo la nariz cubriendo la sonrisa de su rostro con su mano —encantado por ella.

—Hinata es buena persona, de verdad me agrada, pero me da miedo que se quede contigo —bromea, empujando el hombro de su hermano —solo le enseñarás cosas malas, la harás rebelde.

—Creo que será mucho más increíble siendo rebelde.

— ¿¡Qué dices!? —ríe a carcajadas — ¡Hinata es bellísima siendo tranquila!

—Hinata es... —sonríe con tranquilidad —Bellísima siendo de cualquier modo.

Esas últimas palabras dejaban muy en claro lo enamorado que ese chico se encontraba de ella, y Naruto estaba feliz de ver a su hermano gozar ese sentimiento.

Llegaron a su casa justamente a la hora de la cena, saludaron y sus padres regresaron la mirada para asentir; mientras los chicos se lavaban las manos sus padres acomodaban los platos y vasos a la mesa, el lugar estaba silencioso, y de esa misma manera transcurrió su cena.

—Me iré a bañar —espetaba el rubio.

—Yo... —hace retroceder su silla para dedicar una sonrisa a los presentes —Necesito terminar de arreglar la ropa... —observa a su hijo — ¿Puedes ayudarle?

—Si...

—Genial, entonces los dejó.

Iruka sonríe y simplemente toma los platos sucios para llevarlos al lavabo mientras su hijo le sigue de cerca, al estar frente a los tratos sucios el mayor se encarga de entregar los guantes de plástico a su hijo para después ponerse los suyos.

—Lo lamento.

Asiente abriendo el agua del fregadero para remojar los trastos.

—Fuí impulsivo, actúe de forma frenética y golpeé a mi hermano sin tener idea de lo que había ocurrido en realidad... Lamento no haberme detenido cuándo lo pediste, y ser terco... —observa de reojo el tranquilo rostro a su lado —te quiero papá, por favor perdóname.

Sonriendo sigue enjabonando los trastos para pasarlos a las manos de su hijo; no era necesario que dijera nada ya que era muy sencillo ver cuándo el enfado abandonaba su cuerpo, su mirada cambiaba y aquella pequeña sonrisa tomaba suavidad, pero sabía que ese chico necesitaba tenerlo claro, así que deteniendo sus manos observa al chico de frente.

— ¿Ya le has pedido disculpas a Naruto? No me golpeaste a mí.

—Fue lo primero que hice papá.

—Bien. —vuelve la mirada al jabón —Hay que terminar de lavar ésto, tengo trabajo que hacer, y ya es tarde... —sonríe mirándole —deberías ir a dormir.

—Si. O podría ayudarte un poco.

— ¿Quieres?

—Si. —sonríe entre su risa —No hay nada que me guste más.

Y con eso daba por terminada la batalla campal; en el marco de la puerta Naruto y su padre chocaban los puños mostrándose una sonrisa complacida mientras aquellos dos tenían una conversación más tranquila sobre el transcurso de su día.

Con la noche presente Iruka se adentró en su habitación frotando la crema de sus manos mientras se dirigía a la cama, Kakashi estaba recostado con la manta sobre la cintura mientras leía sus libros usuales, pero al sentir como el colchón del lado opuesto bajaba rápidamente cerraba su libro para dirigir su mirada atenta a aquel hombre.

— ¿Cómo estás?

—Mejor. —sonríe mirándole de reojo — ¿Estabas mirándonos?

—Naruto me acompañaba —sonríe.

Enternecido con esa confesión sube a horcajadas descansando los antebrazos sobre el pecho de su amante mientras sus labios se unían en un par de besos profundos que terminaban con unas risitas cómplices, sus miradas terminaban encontrándose, y en aquellos ojos podían apreciar el mismo encantó al ver los ojos contrarios, aún se amaban como la primera vez, quizá un poco distinto, pero... Se sentía igual de bien.

—Te amo Hatake... —acaricia el mentón de su pareja —te amo demasiado.

—Y sabes que yo te amo a ti

Las manos juguetonas del Hatake ahora viajaban sobre la piel descubierta de su pareja, y es que ya había logrado subirle un poco la camisa del pijama causando la risa del hombre sobre él.

—No podemos hacerlo si los niños están en la casa —susurra precavido.

—Podrías intentar guardar silencio —besa el mentón de su amado —seré suave... —susurra con tono ronco bajando por su cuello —lo haré lento, tan lento... Justo como te gusta...

Su ronroneo contra el cuello ajeno causaba mil sensaciones en el siempre centrado Iruka que, cerrando los ojos inclinaba un poco el rostro permitiendo que los labios ajenos lo probarán por completo, en su estremecimiento se sentía faltó de aire al tener las manos de su pareja deslizándose lenta y pausadamente por debajo de sus prendas, una corriente eléctrica subió por toda su espalda cuando Kakashi avanzó bajo su pijama acariciando, con un poco de presión de sus uñas, el trasero del Umino atrayendo contra si mismo aquel cuerpo jadeante.


—Kakashi... —susurra levemente encendido en deseo —No deberíamos...

—Pero quieres hacerlo, mi vida —sonríe sobre su hombro —Vamos... Hagámoslo.

Inhalando profundamente el hombre moreno se apartaba hasta encontrarse de rodillas sobre el colchón, ahí, mirando a su pareja podía notar esa sonrisa pícara bien conocida para él, y la erección bajo aquellos pantalones.

—Eres... —susurraba desviando la mirada entre el peinar de sus cabellos detrás de su oreja —tan molesto.

— ¡Oh, vamos! —ríe deslizando la mano desde su pecho hacia la erección de su pantalón —Te encanta que sea así de molesto.

— ¡Deja eso! —expresa con vergüenza abalanzandóse sobre las manos de su pareja para evitar que siguiera con aquello —Bien, lo comprendo, de verdad quieres hacerlo... Y mentiría si te dijera que no quiero hacerlo, pero... Mañana tengo trabajo y no puedo llegar exhausto.

Con la emoción pintada en su rostro Kakashi se levantaba hasta poder tumbar a aquel hombre sobre la cama, Iruka se mantenía sorprendido y mordía su labio con vergüenza dirigiendo su mirada sobre la puerta cerrada.

—No le puse seguro —susurra.

Ríe — ¡A dormir chicos! ¡No los quiero escuchando música o mirando televisión en la sala! ¡Su padre está cansado así que espero ya se duerman!

La contestación llegaba al unisonó seguida por el sonido de los apagadores y pasos de sus hijos, al estar seguros de que ambos chicos estaban en cama Kakashi se levantó para apagar la luz de la habitación y sacarse el pantalón dejando a la vista su calzoncillo color negro.

—A dormir, cariño.

—Deja de llamarme así —expresaba con vergüenza.

Entre una suave risa el Hatake subía en la cama comenzando a besar los labios de su pareja con cariño mientras sus manos viajaban bajo la tela.

A la mañana siguiente Naruto acompañó a su padre a la academia mientras que Sasuke se despertaba con cansancio saliendo a la sala en donde su padre lo miraba.

—Hoy estás desarreglado y despertando tarde, no es usual en ti. ¿A pasado algo?

— ¿Además del enfado de papá por la tontería que hice? —cruza la sala hasta abrir la nevera —Si... No me he disculpado con Hinata por lo que hice, y estaba preocupado porque debo acompañarla dentro de poco —toma la leche encaminándose a los platos —a su cita con el prometido que le están poniendo a la fuerza... Ella estará enojada conmigo...

—Regresa a lo que me has dicho... —gira en el sofá para verlo — ¿Que le hiciste?

Vuelve la mirada sobre su padre —No es algo horrible como seguro estás pensando... —vierte el cereal en su tazón —solamente fuí brusco, la tomé por las muñecas con demasiada fuerza porque estaba enfadado de verla coquetear con Naruto.

—Espero no hagas algo estúpido hacia ella de nuevo Sasuke, no creo haberte enseñado un comportamiento tan deplorable.

—Bueno... —encoge los hombros —sabes que soy de arranques... Pero no quiero hacerle daño, y nunca lo haría, simplemente no pude controlar mi fuerza al sujetarla... Es la primera vez que nos sucede algo así —toma asiento tomando su utensilio —y no dejaré que vuelva a ocurrir.

—Debes evitar esos arranques.

—Lo sé... —cierra los ojos entre su masticar —soy un desastre y estoy intentando evitar las partes malas de mi... De verdad lo estoy intentando.

Kakashi suspira cediendo a las palabras de aquel chico; Sasuke había vivido bastante tiempo con un rencor en su interior, un rencor que intentaba salir en otras formas que podían llegar a ser muy bruscas, de hecho, durante el ataque de Orochimaru enfrentaron un gran problema cuándo Sasuke intentó ir con ellos, por suerte recapacitó, pero luego sucedió la llegada de su hermano, habían pasado tantas cosas con ese chico.

—Voy a ir a verla hoy, quiero pedirle disculpas por mi comportamiento... —sonríe recargando la mejilla de su puño —y hablar con ella.

—Te quiero Sasuke.

— ¿He? —vuelve la mirada con sorpresa — ¿Que dices?

—Sé que no se los digo mucho, pero los quiero bastante... Ustedes fueron el inicio de lo más increíble que pudo pasarme en la vida, su nacimiento... Agradezco tanto ese día aún cuando no estuve presente.

—Hoy estás raro... —sonríe —pero yo también te quiero.

Era difícil que ese hombre hablará de sus sentimientos, y cuando lo llegaba a hacer terminaba completamente avergonzado, pero... Era lindo escucharlo decir esas cosas de vez en cuando. Con su desayuno terminado el chico tomó sus platos dejando todo en el fregadero para dirigirse a su habitación.

—Lavaré eso más tarde, hoy me toca lavar los platos de la cena.

—Hoy hago la cena. ¿Tienes alguna sugerencia?

—Haz ensalada.

Ríe —Bien, algo que lleve ensalada.

Luego de un rato Sasuke salía con ropa casual y se ponía los zapatos en la entrada avisando que estaba yéndose. Los días para Kakashi estaban siendo muy aburridos desde que decidió dejar a los Anbu, aún no tenía una plática sería con la Hokage, pero pronto tendría una charla con ella.

Al llegar frente a la residencia Hyuga detuvo su andar mirando a Neji entrenar con algunos otros chicos de su clan, el joven Hyuga no tardó nada en percatarse de su presencia y elevando la palma desactivó su técnica ocular para informarle a los chicos que entrenaban a su lado que podían tomarse un descanso.

—La misión es dentro de dos días.

—Lo sé, vine a ver a Hinata.

—Esta estudiando.

—Solo será un momento... —observa la casona —o puedo esperarla.

Analiza de pies a cabeza al invitado —Me molesta verte rondando alrededor de ella. Sé que vas a causar problemas.

Sonríe encogiéndose de hombros —No pasará pronto.

—Admites que lo harás. —avanza retando al chico con la mirada —Basta de tonterías Uchiha, no puedes interferir en temas de nuestro clan.

—Creí que tú tío casi había expulsado a su hija de su propio clan.

—Hinata sigue siendo nuestra próxima líder, y está prometida, así que más vale que no vengas a intentar conquistarla, no creas que no veo lo que haces...

— ¡Primo Neji! —sonríe mostrando la dentadura desde las escaleras — ¿Por qué molestas al invitado de mi hermana? —descansa las mejillas sobre sus palmas —Sasuke Uchiha es un buen amigo de mi hermana, deberías simplemente... Hacerlo pasar.

—Ahora mismo Hinata está en medio de su lección.

—Ya no, le acaban de dar un descanso.

Ante el apoyo de aquella chica Sasuke comienza a avanzar ignorando el duro rostro de aquel joven Hyuga para quitarse los zapatos y adentrarse en la casona.

— ¿En la sala sur? —cuestiona a la menor.

—En su habitación, y no deberías tocar antes de entrar —sonríe.

— ¡Hanabi! —expresa con enfado el Hyuga de larga melena.

Dejando esa pelea de lado Sasuke sigue el camino por el pasillo, no era la primera vez que estaba en aquel lugar y mucho menos que visitaba aquella habitación. Al llegar frente a aquella puerta da tres toques y espera por la contestación antes de entrar.

—Dame un segundo, estoy... —suspira —ya puedes pasar.

Al abrir la puerta observa a aquella dulce chica refrescándose con un abanico, tenía puesta una ropa muy casual y había libros por sobre toda la mesa de centro.

—Sasuke... —menciona con incomodidad — ¿Que haces aquí?

—Pues... —toma posición de disculpa —vine a pedirte perdón, mi forma de actuar aquel día fue muy estúpida, sé que sobrepase un límite y posiblemente te lastimé, así que estoy de acuerdo en que estés enfadada conmigo, pero aún así... —observa a su amiga sin dejar de inclinarse —no me gusta saber que te has enfadado conmigo.

Algo avergonzada decide desviar la mirada lejos de aquel rostro arrepentido y simplemente da un arreglo sobre su cabello para pensar las cosas.

—No estoy tan enojada... Jamás pensé que vendrías a disculparte de está forma. —observa al chico —Me gusta verte siendo tan formal.

Con una suave sonrisa se acerca hasta tomar asiento al lado de aquella chica, ella sonríe con calma y simplemente vuelve la vista a los escritos abiertos sobre la mesa.

—Hanabi dijo que estabas teniendo un descanso de tus clases, pero yo veo que sigues estudiando.

—Te dije que me atrasé bastante con los estudios sobre la toma del clan. —exhala un exhausto suspiro —Debo ponerme al corriente.

—Ya veo... —observa los escritos, y su mirada viaja sutilmente hacia el rostro de su amiga —Realmente necesitas un descanso.

Ella ríe y al ver la mirada contraría sobre si decide cerrar sus libros para sentarse de frente a él, Sasuke sonríe.

—Muéstrame esas técnicas de seducción que estabas enseñándole a Naruto.

— ¿Él te lo dijo? —cuestiona avergonzada.

—Si. Así que ahora debes mostrarme a mi, quizá tengo... —recarga el codo de la mesa de centro para descansar la mejilla sobre sus nudillos —alguien a quién quiero enamorar.

Abre los ojos con sorpresa y enseguida sonríe ilusionada — ¿¡De verdad!? —sujeta el brazo del chico — ¿¡En enserio!? ¿¡Quién es la afortunada!?... O el afortunado —menciona con algo de pena —no lo sé, quién te guste, esa persona tiene mucha suerte Sasuke, quiero conocer a esa persona.

—Te la presentaré si logro enamorarla. —observa sus manos y toma de forma suave la mano de aquella chica — ¿Me ayudarás?

—Um... —analiza sus manos unidas —bueno, son técnicas muy faciles y creo que ni siquiera vas a necesitarlas para enamorar a la persona que te gusta, pero...

Con una sonrisa en cara la chica mantiene la mirada sobre los ojos negros de su compañero y se inclina hacia él logrando que el rostro siempre serio y confiado de aquel chico tuviese un mínimo segundo de duda, Sasuke deja su pose de chico rudo y por un segundo traga grueso haciendo viajar su mirada al suelo, sus manos bajan sobre su regazo y logra ponerse rígido. Ella sonríe con la naturalidad habitual para simplemente desviar la mirada dirigiéndose directo hacia el libro detrás de aquel muchacho, al segundo toma asiento de frente a él mostrándose orgullosa.

— ¿Qué tal?

— ¿Qué tal... Qué?

Musitó apenas separando un poco los labios mientras contenía la respiración, su mirada viajó por los alrededores de forma rápida y al segundo dio un arreglo de voz cubriendo su boca. Ella ríe dejando el libro sobre la mesa de centro.

—El movimiento, es muy sutil y puedes darte cuenta de cómo se siente la persona delante de ti.

— ¿Y cómo...? —aprieta los labios observando los cuadros de la habitación — ¿Cómo me sentí yo?

—Sorprendido, pero no ibas a alejarme, —vuelve la mirada de reojo con una sonrisa —eres muy hábil al captar las cosas, te has dado cuenta de que no iba a...

Era tan despistada que aveces no podía evitar enfadarse con ella. Con un brusco movimiento tomó a la joven por las muñecas dejándola derrumbada sobre el suelo pulido de madera, ella no era alguien con quién podías meterte como si nada, si así lo quisiera ya lo habría golpeado, pero era Sasuke, siempre le daba el beneficio de la duda.

Ahí estaban ambos nuevamente, mirándose fijamente con una sensación incomprensible y una totalmente comprensible a sus sentidos, Sasuke sabía lo que hacía, y ella dudaba de lo que ocurría, siempre era así... Ese chico jamás había sido fácil de leer, pero Hinata no pudo evitar estremecerse en la comprensión de la situación cuando él comenzó a descender sobre ella, cuando sus ojos negros y felinos se entrecerraban a la par que sus labios abrían una brecha para un...

— ¿Qué haces? —ascendía apartando la mirada de los labios ajenos hacia los ojos conocidos —Sasuke... ¿Qué haces?

Traga grueso dando una mirada al pincel en el suelo para luego volver la mirada hacia su amiga, ahora mismo tenía dos opciones, seguir con aquello y besar los labios que tantas veces lo habían seducido sin saberlo, o...

—Seguir tus enseñanzas —sonríe tomando el pincel para mostrarlo — ¿Qué tal lo hice? —jala a la chica por la muñeca —Creo que lo hice bien porque he logrado que tus mejillas tomen color —ríe suavemente depositando el pincel en el lugar correspondiente — ¿Lo hice bien?

— ¿He? —toca sus mejillas con ambas palmas —Si... —observa en otra dirección —lo hiciste muy bien. Te dije que eras muy natural en eso...

Ella volvía la concentración de los escritos y él permanecía a su lado admirando cada mínimo movimiento de aquella linda mujer, delineando su cuerpo con la mirada hasta el punto de atraer su atención; apretando sus labios suavemente mientras su corazón galopa con una clara duda, pero sus labios se mantiene en silencio y la mirada que se dan permanece por tan solo un segundo. Ambos despiertan del transe para dirigir la mirada en dirección contraria.

—Shikamaru... —menciona él.

— ¿He? —vuelve la mirada.

— ¿Te lo dijo...? —frota su nuca — ¿Que la persona que le gusta es Shikamaru?

—Uh... Si, fue claro. Tan claro como siempre lo ha sido, —vuelve la mirada a sus estudios repitiendo el mismo párrafo una vez más —me lo confesó de frente y sin miedo. Siendo él.

—Claro. —sonríe pegando la mejilla contra su antebrazo —Asi es Naruto.

— ¿Lo sabías y aún así lo golpeaste? —parpadea dándole un momento — ¿O te lo dijo después? Ustedes jamás han parecido los más cercanos, pero tú relación con Naruto es buena... ¿Lo sabías?

—Lo olvide... —confiesa sin más —puedo jurarlo por mi vida, lo olvidé cuando los miré ahí... Juntos. —vuelve la mirada sobre ella —No quiero verte triste otra vez.

Ella sonríe —Gracias. Pero estoy bien, y estaba bien, debiste detenerte cuándo te lo dije.

—Lo siento.

Dejando la incomodidad de lado iniciaban una conversación más tranquila sobre cualquier otra cosa, sus risas se elevaron de pronto y un segundo después comenzaron a empujarse en un pequeño juego.

—Hanabi, Neji —menciona con dureza mirando como ambos se estremecen — ¿Qué hacen?

Ambos regresaron la mirada hacia aquel hombre de porte firme y en un segundo se pusieron en pie retrocediendo entre el mirarse y mantener una sonrisa extremadamente forzada, el hombre frunció el ceño y luego elevó la ceja analizando aquella escena, pero la duda se desvaneció al escuchar la radiante risa de su hija.

—Ese día fue muy bueno —expresaba con dulzura —me gustó mucho ir en esa misión contigo, fue muy divertido.

—Bueno, no me molesta caer al río si es para evitar que te mojes toda.

—Aunque al final ambos terminamos mojados.

En su desconcierto se acercó a la puerta entre abriendo lo suficiente para poder observar como su hija sonreía con un cariño sincero hacia el joven que se encontraba a su lado, en esa casa, bajo su tutela, su hija nunca había sonreído de tal modo a ningún varón del clan, conocía la amistad cercana que había establecido con el chico del clan Inuzuka y el clan Aburame, pero la sonrisa que por ese momento iluminaba su rostro no era igual a la que mostraba ante ellos, lo percibía, podía verlo, había algo en esa cercanía y en los toques que llegaban a darse como un juego; con un parpadeo tranquilo dió una última mirada sobre la habitación y siguió su camino mostrando su habitual rostro serio.

El sol del ocaso pintaba los alrededores de aquella banca en donde Chouji y Shikamaru hablaban sobre sus recientes misión dando un sutil asentimiento como mayor saludo a Naruto que tomaba el sitio junto al Nara; quizá no era tan notorio pero Shikamaru observó de reojo como Naruto se removía más de lo usual cambiando constantemente de posición.


—Naruto... —empuja el brazo ajeno con su antebrazo —Naruto, Chouji te está haciendo una pregunta.

— ¿He? —sonríe avergonzado inclinandose un poco para poder ver al otro chico —Lo lamento, estoy un poco distraído con algo.

—No te preocupes, está bien. Entonces... ¿Quieres algo? Iré a la tienda de aquí cerca.

—Uh... No, nada. —sonríe entre una leve risa.

—Muy bien. —baja de un brinco —Entonces vuelvo pronto.

Ambos permanecieron en aquel muro observando como su amigo canturreaba alguna melodía mientras se dirigía a la tienda más cercana; Shikamaru suspira de forma sutil y vuelve la mirada hacia el chico con mirada cabizbaja que se encontraba a su lado.

— ¿Ocurre algo Naruto?

— ¿Qué? —eleva la mirada hacia el rostro ajeno —No, no... —sonríe apretando los labios para luego bajar la mirada —Estoy bien.

— ¿Cómo podrías? —exhala un suspiro extenso —Estas pérdido y no sonríes como de costumbre. Debe estar ocurriendo algo y no me dices lo que es.

Aquella mirada que naturalmente era tranquila había tomado cierta dureza, y la voz de aquel chico ahora sonaba a demanda. Naruto trago grueso y poniendo una mirada de disculpa simplemente hizo avanzar su mano hacia la de aquel chico causando que sus meñiques se tocaran, al sentir aquel toque Shikamaru borró su semblante duro y simplemente giró la palma hacia la contraría entrelazando sus dedos con los del rubio.

—Me preocupa cuando estás tan decaído Naruto, sabes que puedes decirme cualquier cosa.

Sonríe aferrándose a la mano contraria —No es gran cosa. Gracias por preocuparte.

Ríe mirando sus manos unidas —Entonces no me dirás lo que tienes.

—Nada... —confiesa con una sonrisa.

— ¿Seguro? —ajusta su agarre.

—Seguro.

Dedicándose aquella suave sonrisa mantienen sus manos unidas jugando levemente con los dedos contrarios. Cuando Chouji volvió ni siquiera se detuvo a ver la obvia unión en las manos de sus amigos, simplemente volvió a tomar su lugar al lado del chico con coleta y comenzó a platicarles sobre las nuevas frituras que había en la tienda.

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Espero les haya gustado este capítulo, y por favor no olviden darle a la estrellita para que la historia sea más conocida.

Si les gusta mi forma de escribir pueden buscar mi perfil e intentar con mis otras historias. No he estado muy activa, pero sé que volveré a escribir

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