17
Woo tenía una corazonada que le decía que no debía confiar en los trillizos y llevaba una semana intentando que su hermano menor se sintiera de igual manera. Pero no había tenido mucho éxito, en realidad todo su plan se estaba llendo al carajo. No culpaba a Jimin, su hermanito era muy amable como para notar las segundas intenciones de Han, además que le daba un poco de crédito al imbécil por ser tan bueno mintiendo, hasta el le había creído un par de cosas porque Han tenía el don de la palabra y era increíblemente bueno convenciendo.
Ni siquiera había podido hablar con Yoongi sobre eso, quería decirle que se mantuviera vigilando cada cosa que el sujeto sospechoso hiciera con Jimin. De cierta manera se arrepentía de haber hecho tantas cosas para mantener al chico alejado de su hermano, si esos dos ya fueran novios no se tendría que estar preocupando por este nuevo pretendiente. Se había prometido a si mismo que haría todo lo que estuviera a su alcance para alejar a Han y acercar de una vez por todas a Yoongi, más bien atraparlo.
Al llegar al colegio Jimin camino rápidamente hacia adentro, ya que ese día tendrían una especie de olimpiada dónde los alumnos más inteligentes de su escuela competían contra los de otras escuelas. Jimin llevaba ganando la categoría de ciencias por tres años consecutivos, estaba muy seguro que ese sería su cuarto año ganando, nadie era más inteligente que su hermano. El en cambio no entro con tanto entusiasmo, si no fuera porque tenía que mantener al idiota a raya ni siquiera hubiera ido ese día. Y también porque San le había hecho prometer que asistiría.
San. Su relación con su mejor amigo aún era confusa, pero ambos avanzaban poco a poco y se sentían bien estando así. Aún no le ponían un nombre a su relación, pero se mantenían cercanos, se besaban de vez en cuando e incluso habían planeado tener una cita. No podía pedir más, no quería presionar a San y además se llevaban tan bien que no quería arruinar todo lo que habían logrado por intentar llegar más allá.
Noto que en la entrada se encontraban San y Yoongi, para su desgracia también estaban los sospechosos trillizos. Los miro entrecerrando los ojos intentando hecharles algún mal de ojo. Yoongi tenía la cara que había mantenido desde que esos hermanos habían llegado a la escuela, cara de perrito que le van a quitar su pan. Un perro tonto ¡Tenía que luchar por su pancito! ¡Era el mejor pancito del mundo! La otra cosa que le disgusto y le hizo tener un mal sabor de boca, era la cercanía en la que se encontraba Hansel de su amigo con muchos derechos.
Así que como buen mejor amigo con derechos camino hacia San para abrazarlo, aunque el castaño se sorprendió en un principio, rápidamente le correspondio el abrazo, pegando el rostro a su pecho — ¿Cómo estás, mi vida? — le pregunto olvidando porque se encontraba enojado, San era como una mantita segura, siempre lo hacía sentir bien.
— Bien, tengo sueño — se quejo haciéndolo reír. Lo apretó aún más contra su pecho ¿Era posible que le gustará más? La respuesta era por supuesto que sí, San siempre hacia cosas que le confirmaban lo mucho que le gustaba y lo atrapaba cada vez más. Nunca se había sentido así, nunca una simple atracción le había hecho sentir tantas cosas e incluso sentir que estaba enamorado, pero ¿Era eso amor? Algunas veces no dudaba, porque no podía creer que todo lo que sentía en el pecho fuera tan simple y era tan poderoso que seguro era amor. Seguramente estaba enamorado, y la idea no le disgustaba o aterraba, estaba felíz.
— ¿Ustedes son novios? — pregunto Hansel, levantado una ceja. De una patada le iba a bajar la ceja. Antes de que pudiera contestar, San lo interrumpió.
— Ya has escuchado esto antes — le respondió entre murmullos, porque aún se mantenía apegado a Woo como un bebé koala abrazando a su mamá. Y no tenía ninguna intención de alejarse.
— La otra vez también dijieron que Yoongi y Jimin eran novios, lo que no es verdad, así que porque tendría que creerles que ustedes son pareja — dijo sin despegar la mirada de ellos.
— No tenemos porque hacerte creer nada, tu no eres nuestro amigo — respondió nuevamente su castaño, haciéndolo sentir orgulloso. Además porque todo eso era cierto, ellos no le debían nada, no tenían porque probarle cosas.
El chico quería seguir insistiendo pero esta vez fue Yoongi quien lo freno — Déjate de hacer preguntas tontas, este par se pasa dando abrazos y besos, son como tener pegados a dos sanguijuelas, si no son novios pronto lo serán — le respondió, claramente cabreado, todos sabían que Yoongi no tenía paciencia.
— Mientras no sean novios oficiales, signica que aún alguien puede intentar algo con alguno de los dos — murmuró. San se pegó más a su cuerpo al escuchar eso y el aumento su agarre, como si alguien de verdad intentará separarlos.
— ¿Viste? Ahora les vamos a tener que tirar agua caliente para separarlos — le regaño Yoongi. Se quedaron en silencio, pudo notar en las expresiones del pelinegro menor que aún había algo que le faltaba y el sabía muy bien que era.
— Jimin corrio hacia dentro, ya sabes, como hoy son las olimpiadas — le dijo, confirmando sus sospechas cuando los ojitos del chico se iluminaron y su expresión cambio totalmente.
— ¿En serio? No lo ví entrar — la voz odiosa de Han interrumpió su pequeño momento de paz — Voy a entrar, yo también participó en las olimpiadas — intento justicarse, huyendo antes que le pudieran decir algo.
— Vamos hacer pancartas para apoyar a nuestro niño — dijo Woo intentando subirle el ánimo a Yoongi , que nuevamente se había decaído. El chico sonrió y asintió.
— Han y Jimin hacen buena pareja, ambos son inteligentes, se verían maravillosos juntos — comento Hannie tirando las palabras al aire, pero de lo poco que conocían a la chica sabían que no daba ningún golpe si no tenía claro sus objetivos. La carita de decepción de Yoongi era su objetivo logrado.
— Y tu te verías maravillosa si te callaras — le dijo, sonriendo falsamente — Ahora, vámonos Yoongi , tenemos que ser los fans número uno de nuestro chico — hablo, enfatizando la palabra nuestro.
(...)
Habían hecho pancartas muy bonitas, de eso no tenía dudas. El problema había sido que después que Yoongi los dejara solos para adelantarse a encontrar asientos, ellos había aprovechado ese tiempo para otras cosas. Así que se encontraban, en uno de los salones, besandose libremente, con San sentado sobre sus piernas mientras el estaba sobre la silla del profesor. Para su buena suerte, en ese momento no había personas circulando por ahí, porque todos se encontraban reunidos en la cancha.
No iba a negar que la adrenalina y el miedo a que fueran descubiertos aumentaba aún más la exitacion del momento, más cuando los besos de San siempre lograban elevarlo hasta el cielo. Le gustaba como tomaba su cara entre sus pequeñas manos para retenerlo contra sus labios, le gustaba más aún porque el castaño siempre usaba algún bálsamo labial con sabor a frutas, por lo que probar sus labios siempre era su perdición. No tenían muchas intenciones de alejarse, así que se tomó el tiempo de recorrer lentamente la columna del chico sentado sobre sus piernas, bajo su desde la unión de sus hombros hasta el borde su pantalón, degustando en su boca los pequeños quejidos del chico por las caricias. Al parecer, y cosa que le gusto descubrir, la parte sensible de San era su espada.
Aunque quisieran seguirse besando por toda la eternidad la falta de aire les obligó a separarse, uniendo sus frentes se quedaron mirando con toda la intensidad que podían, ninguno quería hablar, pero de alguna manera querían decirse cuanto sentían en ese momento.
— Te quiero — susurro Woo, con la respiración agitada al igual que su corazón. La cochinas abejas zumbando le recordaban cuan enamorado se encontraba, le recordaban porque los ojos verdes de San era su paraíso y su lugar.
— Yo también te quiero — le respondió, con la cara roja, no sabía si por su apasionado beso o las palabras que salían de su boca, cualquiera que fuera, le encantaba.
Sabía que debían parar ahí, en primer lugar por lo riesgoso que era y por qué si no lo hacían se perderían a Jimin compitiendo. Pero cuando las manos de San desabrocharon su pantalón no pudo evitar levantar levemente la cadera para que esté pudiera bajarle el pantalón un poco. El nunca había hecho nada de eso porque siempre había esperado que el castaño lo hiciera primero, si tendrían cualquier encuentro sexual siempre esperaría que el lo iniciará o le dijera, porque Woo no podía hacer nada sin que San se lo permitiera. Suponía que así se sentía el amar y sentir deseo por la misma persona, desearla tanto que te duele, pero al mismo tiempo respetarla hasta que esa persona se encuentre lista. El había encontrado todo en San.
Las manos traviesas del castaño hicieron lo suyo liberando de su apretado pantalón de escuela su adolorido miembro. Solto un gran suspiro y tiro de su cabeza hacia atrás cuando los dedos tocaron la punta de su falo, tocando con delicadeza y curiosidad, estaba seguro que San en ese momento lo miraba avergonzado pero ansioso y curioso por tocar. Cuando se decidió por mirarlo podía confirmar su suposición, todo era nuevo para ambos, pero Woo había ganado un poco más de experiencia y también era un desvergonzado, por lo que aunque se encontraba nervioso podía manejar la situación. Llevo sus manos al pantalón del contrario para poder desabrochar y sacar su miembro del igual manera, aunque el castaño se hubiera sorprendido por su repentino movimiento no lo detuvo. En cambio soltó un quejido cuando su falo fue liberado, rozándose levemente con el del pelinegro.
— ¿Que haces...? — susurro San, con su voz totalmente agitada y pequeñas gotas de sudor en su frente.
— Se va sentir mucho mejor así — le respondió. Ocupo su gran mano para pegar definitivamente sus miembros y empezar a masturbarlos juntos. Las expresiones de San le estaban encantando más que el propio placer que sentía en ese momento, el chico no sabía cómo reaccionar a esas nuevas sensaciones por lo que solo se quejaba, apretaba los ojos y tiraba de su cabeza hacia atrás, dándole una hermosa imágen que lo estimulaban aún más. Le gustaba mirarlo fijamente mientras su mano se dedicaba a masturbarlos, a veces lento y a veces más rápido, cambiaba el ritmo y se aseguraba de que San lo disfrutará tanto como el lo estaba haciendo. El había notado como el chico le avergonzaba sentir placer por lo que privilegiaba el placer de Woo antes que el suyo.
El iba a demostrarle que no había nada con sentirse bien y que ambos podían disfrutar de la misma manera. Su mano jugaba y estimulaba los dos miembros al mismo tiempo, aunque no negaba que sentía mucho más placer de sentir sus pieles juntas que de el movimiento de su mano, sentir su palpitar juntos y disfrutar de los gemidos que se escapan de la boca de San aunque esté intentará detenerlos.
—Hazlo tu — le pidió, aunque su voz más bien lo haya hecho parecer una orden. Toma la muñeca de San para dirigir su mano hacia donde se encontraban sus miembros juntos. El chico con algo de inseguridad comenzó un vaiven desde arriba hacia abajo, tomándose el tiempo de tocar todo lo que su mano le permitía. Intentando ayudar y poder darle más confianza puso su mano sobre la de San y comenzó a seguir los movimientos, ambas manos se movían al compas de arriba hacia abajo, logrando que sus cuerpos experimentaran un sin fin de sensaciones. Se sentían conectados y totalmente fuera de ese mundo.
Cuando sintió que su abdomen se contraía aumento un poco más el ritmo, mirando a San para corroborar que se sentía de igual manera. Cuando la explosión de emociones les atrapó llevo su mano a la espalda del otro y lo apego a su pecho mientras el semen salía esparcido y manchada sus ropas y un poco del piso. Las respiraciones no se regularon por unos minutos y lo único que los hizo despertar del trance fue la voz a través de un parlante que anunciaba a Jimin como el ganador de la competencia de ciencias.
— ¡Mierda! — murmuraron. Se pusieron de pie, acomodaron y limpiaron su ropa lo mejor que pudieron. Woo no encontró mejor solución que limpiar todo con las cortinas del salón.
Se tomaron de la mano y salieron corriendo hacia la cancha para llegar justo al momento dónde le entregaban una medalla a su hermano menor. Era una lastima que ese año hubieran decidido premiar a todos los concursantes ganadores al mismo tiempo por lo que tuvo que ver cómo Han se le pegaba como garrapata a su hermano en las fotos. El muy idiota también era muy inteligente por lo que había ganado la categoría de matemáticas y por supuesto que usaba la ocasión para acercarse lo más que podía a Jimin.
Ya le estaba cabreando un poco su actitud y si Jimin no le ponía límites, el lo iba hacer, porque de hermano celoso ya tenía fama. La gente comenzó amontonarse alrededor de los ganadores ya que era un gran evento para las escuelas ganar esas olimpiadas, su escuela estaba acostumbrada a ganarlas, y eso signicaba alguna bonificación en dinero o a veces incluso incursiones o viajes.
Busco con la mirada a Yoongi, pero no pudo verlo entre tantas personas.
— ¿Vamos a felicitar a Jimin? — Pregunto San, su hermano estaba recibiendo muchas felicitaciones y por supuesto que Han estaba a su lado como sanguijuela.
Camino hacia Jimin y lo alejo, delicadamente, del lado de ese maldito impostor. — Felicitaciones a la persona más inteligente de este colegio — le dió un abrazo intentando no tocarlo mucho, porque le asqueaba un poco tocar a su hermano con las mismas manos que había estado haciendo cosas. San solo le tocó un poco el hombro, a Jimin no le pareció raro y solo les sonrió en agradecimiento, aunque tampoco les prestaba mucha atención. Buscaba algo, o más bien a alguien, pero ese alguien se encontraba alejado del resto mientras miraba el piso, perdido en sus pensamientos.
Jimin lo miro triste. Sabía que su hermano esperaba que Yoongi lo fuera a felicitar, pero también comprendía muy bien como se sentía Yoongi en ese momento por lo que no quería presionarlo y no lo culpaba.
— Si el perrito no va al pancito, el pancito debería ir hacia su perrito — le dijo a Jimin que lo miro extrañado por lo que decía.
— Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña — dijo San traduciendo lo que había dicho. Pero el encontraba mucho mejor su metáfora.
Jimin logro comprender y sonriendo corrio hacia Yoongi.
— Me sentí muy mal por tocar a Jimin con estás manos impuras — se quejo San haciéndolo reír. Woo pasó su mano por el hombro del chico mientras sonreía.
— Si tus manos son impuras por lo que hicimos, mi mente es el infierno por todo lo que me imagino que te hago...
Espero les guste.
Los vengo a invitar a todos que pasen a mi perfil tengo más historias que tal vez les interesa leer alguna.
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