Nunca te abandonaré.
Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.
Enfermeras iban y venían circulando por el pasillo de aquel hospital donde Bulma, con angustia, estaba aguardando noticias acerca del estado de Goku.
Horas antes, cuando se encontró al pelinegro herido en la entrada de Capsule Corp, Bulma llamó apresuradamente a un ambulancia y desde aquel entonces no había podido distenderse, ni siquiera durante un segundo.
Bulma estaba sentada en un pasillo con un rostro de angustia y preocupación, pues su mejor amigo había ingresado en la UCI en estado grave.
Sabía que Goku había pasado por cosas más graves que eso pero verle tan ensangrentado y herido le había perturbado, además no tenía cerca las semillas del ermitaño para curarse rápidamente.
Odiaba admitirlo pero si el pelinegro no salía vivo en esta ocasión no sabría que hacer con su vida, pues perdería a su mejor amigo y al padre de su futuro hijo.
Y lo que menos deseaba es que su hijo creciese sin un padre, sabía que podía educarlo por sí misma pero aún así le haría falta una figura paternal sobre la que apoyarse.
Por suerte creció con sus dos padres, pero había gente que no corría la misma suerte y eran criados por un solo progenitor o ninguno, en ciertos casos.
Goku era el ejemplo de ello, creció con su abuelo en un bosque y a pesar de ni tener padres y vivir solo desde los siete años, su corazón era puro e inocente como el de un recién nacido, aunque no era muy inteligente por así decirlo era una gran persona.
"Por favor Goku resiste" -se dijo Bulma mentalmente apretando sus puños mientras veía a una enfermera correr a la habitación donde estaba Goku.
"Necesitamos más morfina y peróxido de hidrógeno, denme algodón y un bisturí para cerrar esta herida, ¿donde demonios está la enfermera? el paciente está perdiendo sangre" -se oyó decir al doctor al otro lado.
[Nota: lo siento gente, la cirugía no es mi especialidad :'v tengo que verme de nuevo la serie "The Good Doctor"]
La enfermera entró corriendo antes las palabras del doctor y Bulma estuvo a punto de asestarle un puñetazo a la enfermera por moverse tan lento.
Bulma estuvo esperando sin éxito durante varios minutos noticias del otro lado, hasta que el doctor salió poco después con una mascarilla en su rostro que impedía descifrar la expresión facial que tenía actualmente.
-¿Qué ocurre doctor? -preguntó Bulma levantándose repentinamente al advertir la presencia del hombre.
El doctor lentamente retiró la mascarilla dejando entrever una pequeña sonrisa impregnada en su rostro.
-La operación ha sido un éxito señorita Briefs, el paciente está estable si quiere puede ir a visitarlo -añadió el doctor tranquilamente viendo a la ojiazul.
Bulma asintió relajándose por unos instantes, así que caminó siguiendo al doctor hasta entrar al cuarto en el que el pelinegro estaba descansando.
Cuando llegaron vieron a Goku con una mueca incrustada en sus facciones mientras una muchacha pelinegra intentaba darle de comer, sin conseguirlo.
-Por favor señor, es por su bien, tiene que comer algo -la muchacha habló y el pelinegro se negó, hasta que advirtió la presencia de Bulma y sonrió alegremente.
-¡Hola Bulma! -Goku gritó tratando de alzar su mano pero sintió un dolor que le hizo soltar un quejido.
-¿Te encuentras mejor? -Bulma habló conteniendo sus lágrimas, no quería llorar frente a otras personas.
-Sí, aunque no me gusta la comida que hay en este hospital -contestó el pelinegra viendo con una mueca la comida que antes le había intentado ofrecer la enfermera.
[Nota: comenten quienes odian la comida de hospital :v]
-Sin ganas de molestar les dejaremos a solas -el doctor habló con educación y la enfermera, dedicándole un puchero al pelinegro por haber despreciado su comida, salió del cuarto dejando solos a Bulma y a Goku.
Bulma, no pudiendo contenerse durante mucho más tiempo, estalló en un mar de lágrimas recostando su cabeza en el hombro del pelinegro.
Goku, sintiendo algo de compasión por Bulma le comenzó a acariciar el cabello dándole leves palmadas en la espalda diciendo "por favor no llores" repetidas veces.
-¡Idiota! ¡Me tenías bastante preocupada! ¿En qué estabas pensando para regresar tan herido? -Bulma preguntó golpeando el pecho de Goku con sus puños.
-...- un silencio sepulcral fue la respuesta de Goku, había un motivo por el que llegó herido pero más tarde se lo diría a Bulma, cuando estuviera más relajada.
-¿¡Por qué no me dices nada!? -cuestionó Bulma sollozando, nuevamente sin obtener respuesta a su pregunta.-Goku, ahora las cosas son distintas, vamos a tener un hijo y debes estar para cuando llegue al mundo.
-...- el pelinegro sabía que Bulma tenía razón, ahora tenía una gran responsabilidad por delante, pero si no hubiese derrotado a ese monstruo quizás nadie lo habría hecho.
Bulma tomó un paño de su bolso y lentamente se limpió las lágrimas, mientras que el ojinegro permanecía callado, sin decir nada, viendo con tristeza a su amiga.
-Lo siento Bulma, realmente no pretendía ponerte triste -el ojinegro habló con la voz entrecortada y los ojos celestes de Bulma se centraron en él.
-¡Pues ya lo has hecho! -Bulma replicó con los ojos llorosos y el pelinegro asintió intentando consolar a su amiga y a la futura madre de su hijo.
-AAAAHHHH -Goku gritó con sumo suplicio al sentir un gran dolor en la zona de las costillas y Bulma se alarmó temiendo lo peor que podría ocurrir en estos momentos.
-¡¿Goku, te encuentras bien?! -la ojiazul preguntó sintiendo aflicción, esperando la respuesta del chico, para saber si llamar o no a los médicos.
-T-tranquila, era un s-simple dolor -respondió el muchacho con una sonrisa y Bulma suspiró aliviada.
-¡Nunca me vuelvas a dar un susto así! -vociferó Bulma y el pelinegro se rascó la nuca con una sonrisa nerviosa, antes de decir las siguientes palabras:
-Bulma ¿podrías hacerme un favor? en mi casa tengo semillas del ermitaño, si las traes podría recuperarme enseguida y así podríamos irnos de este hospital, no quiero que me inyecten -inquirió con un escalofrío recorriendo su espina dorsal.
-Es cierto, iré -contestó Bulma con determinación y el azabache sonrió animado a sus palabras.
-Sabía que podía contar contigo, eres realmente genial -añadió el ojinegro enseñándole el pulgar y la peliazul asintió apenada antr tales palabras.
-Con un avión de último modelo llegaré en menos de dos horas, primero regresar lo más rápido posible Goku -Bulma profirió correspondiendo con el pulgar y el chico sonrió, confiando en su mejor amiga.
-Gracias jeje -agradeció el pelinegro y Bulma comenzó a tomar sus cosas, para salir del hospital en dirección al monte Paoz, hogar de Goku.
-Nos vemos -Bulma se despidió saliendo del cuarto, mientras el azabache recordaba la batalla que tuvo con aquel sujeto hace unas cuantas horas.
Horas antes.
Goku se tocó la mejilla por unos instantes, en el tiempo de su larga amistad Bulma nunca tuvo un gesto como aquel beso, realmente estaba bastante desconcertado.
-Bueno, es hora de entrenar -corrió hacia la parte trasera, llamó a su nube voladora y salió volando del lugar.
Al cabo de unos minutos llegó al palacio de Kamisama situado en los cielos, encontrándose a su vez a Mr Popo regando las plantas como de costumbre.
-Eres tú Goku, ¿venías a buscar a Kamisama? -preguntó el hombre viendo a Goku, quien asintió enérgicamente.
-Venía a decirle una cosa bastante importante, ¿está por aquí? -cuestionó el ojinegro recibiendo un asentimiento.
-Sígueme -el sirviente habló comenzando a caminar hacia el otro lado del templo. Mientras tanto, Goku seguía sus pasos recordando con nostalgia los entrenamientos que llevó a cabo en aquel lugar hace años.
En cuestión de segundos Kamisama apareció frente a ellos dibujando una sonrisa en su verde rostro atestado de arrugas. Goku también sonrió a su maestro.
-Hola Kamisama -el pelinegro inició con una salutación siendo correspondido.- venía para contarle algo que me ocurrió hace unos días jiji -se rascó la nuca nerviosamente mientras hablaba.
Goku le contó lo ocurrido con Bulma el día de su descenso a la tierra y Kamisama escuchó todo atentamente, aunque ya lo sabía de antemano, pues él lo veía todo.
-Y eso es lo que ocurrió -concluyó el muchacho con una sonrisa, esperando con impaciencia la respuesta o el comentario de su maestro.
-Ahora tienes una gran responsabilidad en tus hombros, confío en que lo harás lo mejor posible -comentó el dios y Goku asintió.-ambos aprenderán muchas cosas a lo largo de estos nueve meses, y sobretodo algo comenzará a uniros -el pelinegro asintió sin entender bien lo último.
-Prometo hacer mi mayor esfuerzo, y estaré junto a Bulma -añadió el azabache con una sonrisa y el dios asintió, recordando al muchacho que subió hace dos años a su atalaya con el objetivo de ser más fuerte.
-Pero hay otra cosa, un antiguo secuaz de Piccolo está rondando la tierra -Goku frunció el ceño ante esas palabras.-se ha vuelto más fuerte, por eso necesito que le encuentres lo antes posible antes de que ocurra algo peor.
-Lo haré Kamisama, suena emocionante combatir contra alguien poderoso -dijo Goku apretando sus nudillos mientras sonreía de manera desafiante.
-Será un entrenamiento de cara a la futura amenaza -Kamisama habló aludiendo al hijo de Piccolo Daimaō y su discípulo asintió captando la referencia.
-Entiendo, ¡nos veremos pronto Mr Popo, Kamiama! -Goku se despidió comenzando a correr para después llamar a su nube voladora y salir de la atalaya.
Al bajar se encontró al maestro Karin y le saludó alzando la mano, siendo correspondido gratamente.
Estuvo horas buscando el lugar donde se podría encontrar aquel monstruo, hasta que sintió cierta presencia maligna en un bosque.
Se bajó de su nube voladora y comenzó a caminar con los cinco sentidos en alerta, hasta que se detuvo frente a una gran roca sobre la cual un ser verdoso estaba sentado, como si estuviera meditando.
Tenía dos alas saliendo de su espalda así como una cola. Sus facciones estaban sumamente arrugadas y atestadas de llagas, dándole un toque repugnante.
-¿Eres tú el secuaz de Piccolo? -Goku preguntó con voz seria y el ser se bajó de la roca en un salto.
Sacudió su cola y al instante la roca se hizo polvo, literalmente, mientras que Goku observaba con seriedad.
-Supongo que tú has de ser Son Goku, ¿has venido para recibir tu castigo? -cuestionó el monstruo viendo a Goku con rabia irradiando de sus ojos.
-¿Castigo? -Goku inquirió sin entender muy bien.
-Tú fuiste el maldito causante de que no estemos gobernando el mundo ahora -siseó el ser iracundo.
-No puede dejar que seres como ustedes dominen el mundo, ¡eso jamás! -gritó Goku dirigiéndose hacia el ser a una enorme velocidad antes de conectar un puño en su abdomen, enviándole a estrellarse con varios árboles.
El ser comenzó a levantarse lentamente sonriendo, saliendo ileso de aquel golpe que le había propinado el azabache con tanta fuerza.
-Estás a la altura de lo que dicen de ti, no me esperaba menos, espero que puedas darme un combate digno -habló el ser poniéndose en posición de combate.
-Lo mismo digo -respondió el pelinegro poniéndose a su vez en posición de combate, sonriendo de manera desafiante ante el combate que estaba apunto de empezar.
-Soy Arkaitz, si preguntabas -el ser ya conocido como Arkaitz batió sus alas volando a gran velocidad hacia Goku intentando asestarle una patada en el costado.
El pelinegro utilizó su codo para bloquear el ataque de Arkaitz, quien retrocedió flotando en el aire, mientras comenzaba a inhalar gran cantidad de aire.
"¿Qué es lo que pretende ese sujeto? "-Goku indagó sin bajar la guardia mientras una espesa neblina comenzaba a invadir el ambiente.
-Veamos si puedes luchar sin verme -Arkaitz habló desde una posición desconocida mientras el pelinegro cerraba los ojos para concentrarse.
Una patada alcanzó la espalda de Goku enviándole metros más adelante, posteriormente un puñetazo en el estómago seguido de un combo entre puñetazo y rodillazo en la mandíbula y el abdomen respectivamente.
"Aún no logro detectar su energía, maldición" -el pelinegro siguió recibiendo golpes sin parar mientras seguía concentrado en la búsqueda de la energía de Arkaitz.
Arkaitz seguía asestándole varios golpes, hasta que vio cómo uno de sus golpes era detenido con facilidad por el ojinegro, quien sonreía satisfactoriamente.
-¿Eeh? -preguntó Arkaitz confundido.
-Es cierto que no te veo con esta niebla, pero tus movimientos gracias al ruido que emiten tus músculos cuando te desplazas, por eso dejé que me golpeases hasta prever todos tus movimientos -contestó el pelinegro sorprendiendo al ser.
La niebla comenzó a dispersarse lentamente dejando ver a Arkaitz con una expresión de molestia en su rostro.
-Ahora verás de lo que soy capaz -Arkaitz siseó con enojo mientras un aira violeta comenzaba a cubrirle.
Actualmente.
"Entonces Akrkaitz me mostró su as bajo la manga, por suerte logré derrotarlo aunque salí bastante herido del combate, por ello debo seguir entrenando" -inquirió el pelinegro con los ojos cerrados.
-Ya estoy aquí -una voz sonó delante de él y vio a Bulma sonriendole tiernamente.-gracias a mi avión llegué muy pronto y pude regresar cuanto antes.
-Genial, ¿y encontraste las semillas? -preguntó Goku correspondiendo la sonrisa, mientras que su amiga asentía sacando una pequeña bolsa de su bolsillo.
Bulma le entregó una semilla al pelinegro, quien se la tragó al instante. En cuestión de segundos se levantó de la cama haciendo algunos ejercicios y estiramientos.
-Ahora estoy como nuevo, podemos irnos Bulma -Goku sonrió suspirando, pues no tendrían que inyectarle.
-Goku pero... -antes de que Bulma pudiese replicar el pelinegro la cargó al estilo nupcial y salió por la ventana de un salto, llamando a su nube voladora al instante.
-¡Avísame cuando vayas a hacer algo así! -exclamó Bulma ruborizada y el pelinegro asintió con una gota de sudor.-¿sabes? -preguntó cambiando el tono de voz a uno más triste.-pensaba por un momento... que me abandonarías, cuando te vi tan herido, pensé que todo lo que habíamos vivido juntos... se convertirían en simples recuerdos -añadió Bulma mirando a la Luna.
-Bulma... yo nunca te abandonaré pase lo que pase, prometí que estaría contigo y que te protegería, y no fallaré a mi promesa -contestó Goku viendo a la ojiazul, quien asintió con una lágrima bajando por su mejilla.
-Lo sé, ahora regresemos a casa, seguro que tienes hambre -Goku asintió alzando su cabeza enérgicamente y Bulma soltó una carcajada ante aquella reacción.
Ambos siguieron riéndose y charlando mientras volaban bajo la luz de la luna adonde les llevara el destino.
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Esto es todo por hoy mis ilustres, sin más que decir se despide su vecino y amigo del alma Destroit-san
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