Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

La incesante lluvia había terminado y las grisáceas nubes que cubrían el cielo como si de un manto se tratase, se desvanecieron de forma parcial, dejando aquel paisaje todavía nublado.

-Oh, parece que ha terminado de llover -habló el pelinegro observando que dejaron de caer gotas del cielo- Oye Bulma, deberías despertarte...

Bulma permanecía con la cabeza recostada en su pecho, descansando plácidamente sobre el fornido pectoral de su mejor amigo, Goku.

-*Bostezo* ¿Qué ha pasado? -preguntó la muchacha alzando la vista, viendo que había dejado de llover- oh, deberíamos regresar ya.

-Es que tú te quedaste dormida y... -habló Goku y se retractó al mirar la sonrisa muy peligrosa de Bulma- s-sí, es cierto, será mejor regresar.

"Me sentía bastante cómoda en esa posición" -discurrió Bulma por unos instantes, mientras ambos caminaban para salir del parque y volver a Capsule Corporation- "es la primera vez que siento algo así... no sabría cómo describirlo, pero era mágico. Lo repetiría sin dudarlo"

Bulma giró la cabeza y vio a su amigo, quien se percató de la mirada sobre él y posó sus ojos en la hermosa figura de su mejor amiga Bulma.

Ónix y azul chocaron en aquel instante, observándose silenciosamente mientras el tiempo se había detenido a su alrededor.

Goku sonrió nerviosamente rascándose la nuca y Bulma sonrió sumida en pensamientos...

-Hum... ¿te apetece tomar algo? -preguntó Bulma, era extraño que Goku todavía no le hubiese pedido que fuesen a comer a algún lugar como solía hacerlo de costumbre.

-Debes descansar, por tu bien y por el bien del bebé -respondió el azabache tranquilamente y los ojos de Bulma se abrieron de par en par movidos por el desconcierto que tenía.

-¿E-estás seguro de que no quieres ir a algún lugar? ¿N-no tienes nada de hambre? -preguntó Bulma abriendo cómicamente sus ojos.

-¡Claro que tengo hambre! -contestó Goku pues su estómago llevaba media hora sonando como si se tratase de una alarma- pero el doctor dijo que no tienes que hacer muchos esfuerzos y hemos caminado bastante en todo el día.

Goku notó las dificultades de Bulma para moverse y caminar, eso sumado al hecho de que se detenían cada media hora para sentarse en algún banco debido al sobreesfuerzo de Bulma.

"Realmente... mi embarazo te está cambiando cada día Goku, aunque después de todo eres el padre... tu hija tendrá bastante suerte de tener a un padre como tú, yo también soy afortunada por tenerte en mi vida"- pensó Bulma con una suave sonrisa mientras cerraba sus ojos.

-Entonces regresemos a cas... -Bulma no pudo acabar sus palabras pues Goku la tomó en sus brazos- ¡Oye aún puedo caminar Goku!

-Lo sé jejeje pero he visto que te cuesta caminar y por eso pensé en ayudarte... ese es mi deber como padre -explicó Goku dejando a Bulma más sorprendida de lo que estaba- o al menos eso dice el libro que me compraste jejeje.

En el libro que leyó Goku ponía que su deber como padre del futuro niño era ayudar en todo lo posible a la madre y sobretodo prestar la mayor atención a todas las necesidades que presente.

"Oh, Goku actúa según lo que leyó en aquel libro y según lo que ha estado oyendo del doctor, tal parece que no lo hace a conciencia... aún así me alegra que sea mucho atento que antes, hay que ir paso a paso... dejando que fluyan las cosas"- pensó Bulma enrollando sus brazos al cuello de Goku para viajar "más cómoda", seguramente.

De repente un hormigueo surcó la pelvis de Bulma y movió bruscamente sus piernas, generando un desconcierto en Goku.

-¿Qué ocurre Bulma? -cuestionó Goku al ver los extraños movimiento que hacía la chica.

-Tengo ganas de orinar -habló Bulma maldiciéndose a sí misma. Debido al efecto de la progesterona ella tenía deseos frecuentes de orinar, lo cual llegaba a hacerse exasperado.

-Orinar... pero si aquí no hay ningún arbusto o baño para hacer eso -añadió Goku parpadeando sus ojos, todavía con Bulma en sus brazos.

-Lo sé... vayamos a un baño público -sugirió Bulma y el pelinegro hizo un gesto haciendo ver su incomprensión- ugh... ¡¡si no hago nada voy a mearme encima!! -gritó ganándose miradas-

"Lo que me faltaba... ¡desde luego que no compraré pañales por si acaso!"- Bulma negó cómicamente en su mente generando una gota de sudor en su amigo, quien sonrió ante eso.

-¿Seguro que no tienes miedo de que aparezca un dinosaurio como la última vez? -preguntó Goku sonriendo pero aquella sonrisa burlona se esfumó al ver el aura oscura de su amiga- ups...

-¡¿Acaso me ves con cara de tener miedo de un dinosaurio en plena ciudad?! -preguntó Bulma con una vena en la sien y Goku se encogió de hombros sonriendo nerviosamente.

-¿Entonces qué hacemos? -preguntó Goku algo confundido, ya que Bulma permanecía callada.

-¡¡Llévame a casa ahora mismo!! -clamó Bulma con suma estridencia y Goku asintió corriendo hacia Capsule Corpo con Bulma en sus brazos.

Lo más probable es que su grito se haya oido en toda la zona y seguramente por toda la ciudad, sus cuerdas vocales eran increíbles.

Más tarde.

Cinco minutos fueron suficientes para que ambos llegasen a Capsule Corporation.

Bulma se bajó de los brazos de Goku y corrió en dirección al baño, tirando al suelo doctor Briefs por el camino y a varios robots en el proceso.

-¿Q-qué es lo que ocurre con ella? -preguntó el doctor Briefs al ver cómo se acercaba Goku, quien, con una gota de sudor en su cabeza, le extendió la mano para ayudarle a levantarse.

-Necesita orinar jejeje -explicó el pelinegro mientras se rascaba la nuca viendo cómo Bulma golpeaba desesperadamente la puerta del baño.

-Oh, querida, tu madre es quien está ahí dentro -informó el padre canoso tirando de sus bigotes- ve mejor al baño de tu habitación Bulma.

Bulma asintió subiendo rápidamente las escaleras en dirección a su cuarto y Goku fue tras ella, manteniendo la gran gota de sudor en su cabeza. Su amiga Bulma era tan extraña...

"Ah... jóvenes"- suspiró mentalmente el doctor Briefs mientras acariciaba al gato en su hombro y se dirigía a su cuarto de reparaciones.

Bulma entró en el baño y cerró fuertemente la puerta, mientras que el azabache se sentaba en la cama de su amiga para esperar que saliera.

"Quedan tres meses para que nazca el bebé"- indagó Goku, saber aquello le llenaba de una gran felicidad e intriga, aunque él no sabía el motivo de aquellas sensaciones extrañas.

Tener una hija... algo que nunca había estado en sus objetivos desde luego. Él siempre pensó en querer ser más fuerte cada día para proteger a sus amigos y enfrentarse a duros rivales, aun a costa de que sean mucho más fuertes que él.

Sin embargo, el hecho de ser padre le llenaba de una emoción comparable al hecho de tener una pelea, o aún más. No podía explicar la adrenalina que surcaba su torrente sanguíneo y sobretodo, tampoco podía explicar aquel sentimiento que llenaba su pecho cada vez que pensaba en ello.

"Voy a ser papá..."- tuvo aquel mismo pensamiento hace seis meses, cuando Bulma le dio la noticia y le explicó que serían padres.

Pero ahora algo había cambiado en él: sabía cambiar pañales, sabía preparar un biberón, sabía cantar canciones, sabía cargar de forma adecuada a un bebé, sabía alguna que otra información relativa al embarazo de Bulma.

Lo más importante de todo, sabía un poco más acerca del significado de ser padre. No era fácil entenderlo, pero a lo largo de estos seis meses el chico había ido desentrañando el enorme misterio que abarcaba la frase "ser padre".

Claro, pero en estos meses también había pasado bastante tiempo con la madre de su futura hija, Bulma. Siendo su mejor amiga ahora la conocía mucho más, sabía más de sus gustos y preferencias, sabía de sus temores y miedos, sabía acerca de su hermana y sabía cómo no hacerla enojar... aunque eso era bastante difícil.

También esta el hecho de que Bulma le había besado tres veces en la mejilla. Quizás aquello le confundía a Goku, pero la sensación que sentía cuando los labios de Bulma rozaban su piel era mágica e indescriptible, al igual que la sensación que tuvo cuando abrazó a Bulma... Goku todavía no sabía porqué hizo aquello, su cuerpo pidió que lo hiciera y él obedeció...

Sólo era cuestión de tiempo que el pelinegro se diera cuenta de todos los cambios que estaba experimentando y los nuevos sentimientos que día a día iba descubriendo junto a ella... Bulma.

"Realmente me ha sentado bien"

Una voz le sacó de sus pensamiento y el azabache se giró viendo cómo Bulma salía del baño y se sentaba a su lado suspirando.

Bulma había aprovechado en vendarse la mano en que había recibido el corte poniendo en poco de peróxido de hidrógeno, agua oxigenada, para acelerar la actividad de los glóbulos blancos.

Ambos estaban en silencio contemplando la oscuridad del inmenso firmamento desde la hialina ventana de aquella habitación.

-Qué noche tan hermosa... -susurró Bulma con una sonrisa, poniendo inconsciente y lentamente su mano sobre la de su amigo Goku.

-Cuando era niño no podía ver noches como ésta porque mi abuelo me prohibía salir las noches de luna llena, nunca entendí el motivo jejeje -habló Goku con una sonrisa en sus labios.

Bulma retiró rápidamente su mano sonriendo nerviosamente al recordar con estremecimiento lo que sucedió en el palacio de Pilaf y también en el combate de Goku y Jackie Chun.

Goku se convertía en un enorme gorila al contemplar la luna, como aquellas personas de las viejas leyendas de los hombres lobos.

"Es una suerte que ahora no tenga su cola, no me imagino que se convierta en gorila justo en un momento así..."- con una sonrisa nerviosa Bulma pensó en una situación así y enseguida negó con la cabeza olvidando la imagen.

Bulma pensó que sí su hija nacía con cola tendrían que cortársela para evitar cualquier problema, eso sería la solución más lógico.

Pup.

Pup.

Ambos abrieron sus ojos al oír extraños sonidos y Goku arqueó sus cejas al percatarse de que aquel ruido provenía del estómago de Bulma.

-Me parece que tienes hambre Bulma -habló el pelinegro con una sonrisa- deberíamos comer.

-No, no es eso -contrarió Bulma sonriendo, llevándose la palma de la mano al vientre y masajeando aquella zona- es el bebé... está dando patadas -explicó, confundiendo a Goku-

En su vigésima semana de embarazo Bulma se percató de los movimiento que hacía el bebé en su interior, pero ninguno de ellos había sido tan fuerte como el movimiento de ahora.

-¿En serio? Pero si los bebés no pelean Bulma -agregó Goku rascándose la nuca, aunque en una película infantil que vio con Bulma hace unos meses aparecía una empresa dirigida por bebés, realmente no pudo terminarla porque se durmió.

-B-bueno es cierto que los bebés no pelean pero cuando una mujer está embarazada es normal que sienta este tipo de cosas... los bebés se mueven y dan patadas -se explayó la ojiazul y Goku asintió- ven aquí y podrás comprobarlo.

Bulma le indicó a su amigo que pusiera el oído en contacto con su vientre para poder percibir aquellos movimiento y Goku obedeció.

-Oh... -susurró Goku abriendo sus ojos, pues efectivamente había sentido algo- s-se está moviendo... ¡es increíble! -habló sinceramente el pelinegro y Bulma sonrió ante aquellas palabras.

Goku exclamó aquello, sin saber realmente el motivo. Simplemente le invadió a Goku una emoción inexplicable y no pudo contenerla.

-Sí Goku... está dando patadas, estoy segura de que es igual que tú en ese aspecto ¡jaja! -habló Bulma soltando una pequeña risa y acariciando la cabeza de Goku por unos momentos.

Goku cerró los ojos por un instante, oyendo los ruidos que hacía el bebé en el interior del vientre de su madre. Su pecho se llenó de una enorme felicidad en aquel momento, aunque el ojinegro seguía sin saber el motivo por el cual sentía aquellos sentimientos... simplemente era feliz.

"Te entiendo Goku... yo también estoy muy feliz en este momento... y no hay otra persona con quien quiera compartir esta felicidad salvo tú"- pensó Bulma con una sonrisa en sus labios.

-Podrías hablar con ella... así se familiarizará con tu voz -añadió Bulma y el pelinegro se rascó la nuca ante eso- vamos Goku... inténtalo.

-Bien... -Goku tomó aire para hablar con su hija- ¡Hola hija! Soy tu padre y me llamo Son Goku.... Emmm, realmente tengo bastante hambre.

-¡¿En serio Goku?! -demandó Bulma con una gran vena en su sien y el azabache retrocedió- ¡¿esto es lo que puedes decirle a tu futura hija?! ¿que tienes hambre? -añadió Bulma enfadada-

-Pero es que tengo hambre... además tú dijiste que podría decir cualquier cosa -se excusó Goku teniendo una distancia prudencial de Bulma.

-¡Algo más bonito al ser la primera vez que hablas con ella! -pregonó Bulma masajeándose la sien y Goku sonrió nerviosamente.

-Está bien, lo intentaré... -habló Goku acercándose nuevamente al vientre de Bulma- hola... soy tu padre Goku... en estos momentos estoy feliz y emocionado, tanto Bulma y yo esperamos tu llegada dentro de tres meses... y bueno, gracias a tu madre he aprendido bastantes cosas que servirán para cuando estés con nosotros como a cambiar pañales o preparar biberones, procuraré protegerlas a ambas para que nada malo ocurra y espero que cuando llegues... ¡no te comas toda mi comida!

Goku terminó de hablar dejando bastante sorprendida a Bulma. Había hecho un esfuerzo titánico al pronunciar aquellas palabras, pues eran la manifestación de sus sentimientos más profundos y lo había hecho correctamente.

"Goku está aprendiendo a expresar mejor sus sentimientos, pero todavía..."- discurrió Bulma analizando la evolución de su amigo en los últimos seis meses que pasó junto a él.

-Ahora es tu turno Bulma -indicó Goku sacando a la muchacha de sus pensamientos- ahora a ti te toca hablar con ella y decirle palabras "bonitas".

-Oh sí claro... -farfulló Bulma pensando en qué iba a decirle al bebé- bueno... supongo que a mí me conocerás más porque estás dentro de mí... pero ten por seguro que estamos muy contentos de tenerte aquí con nosotros, nos haces muy feliz. Has cambiado nuestras vidas y nos has unido como nunca antes lo habíamos estado, por eso quiero que sepas que tu padre y yo haremos el mejor esfuerzo por criarte, lo haremos con todo el amor del mundo y nada, absolutamente nada nos va a separar, entre los tres formaremos una familia irrompible -añadió Bulma mientras cogía la mano de Goku-

"Amor... una familia..."- pensó Goku, mientras aquellas palabras retumbaban en su mente.

-Supongo que es hora de comer -habló Goku a punto de levantarse de la cama pero Bulma le retuvo tomándole de la mano- ¿Qué ocurre?

Bulma la atrajo hacia sí y le dio un cariñoso abrazo saltando sobre él, quedándose ambos recostados en la cama que ocupaba el centro de aquella habitación. Goku correspondió el abrazo, envolviendo sus brazos en la espalda de Bulma.

-Gracias por estar conmigo... realmente no sé que haría sin ti -se sinceró Bulma cerrando sus ojos mientras afianzaba el abrazo.

Estuvieron así unos segundos más hasta que ambos se levantaron dispuestos a comer ya.

-¿Sabes? Con tu hermosa voz podrías cantarle canciones al bebé -sugirió Bulma sonriendo, sorprendiéndose por el hecho de que Goku le había tomado la mano... es como si le estuviera ayudando a caminar- emmm... ¿Goku?

Goku no respondió, para enojo de Bulma, quien con una vena en su frente le golpeó la cabeza.

-¡Ayayaya! ¡eso dolió Bulma! ¿por qué me golpeaste? -preguntó el muchacho con lágrimas en sus ojos, pues aquel golpe dolió.

Bulma le devolvió la jugada y se quedó callada... pero no pudo permanecer así más tiempo pues el rostro de Goku le daba bastante gracia.

"¡¡JAJAJAJA!!"

Bulma estalló en carcajadas que resonaron por toda la corporación cápsula mientras un chibi Goku con lágrimas cómicas en sus ojos seguía preguntándose porqué le había golpeado ella.

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Fin del capítulo

¿Qué les pareció? u.u

En el siguiente capítulo daremos un salto en el tiempo de tres meses, para avanzar a la última fase del embarazo de Bulma... así que las cosas se van a complicar mucho más de lo previsto...

La reacción de sus amigos en el reencuentro al comienzo del torneo, o el hecho de que Goku está descubriendo sus sentimientos y quiere expresarlos adecuadamente... es difícil para él.

¿Quién dará el paso? ¿Goku o Bulma?

Recuerden dejar sus votos y comentarios, así me animan a actualizar el fic cuanto antes :D