Haciendo lo correcto
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
"¡Hola! ya estamos en casa"
Bulma exclamó con una voz viva mientras entraba por la puerta principal de su casa junto a Goku, quien sostenía a su hija, a su primogénita.
Habían pasado tres semanas desde que dio a luz a un hermoso bebé, permaneció todo ese tiempo en el hospital pasando pruebas y revisiones.
Recibió el alta hace unas horas y lo primero que hizo fue invitar a Goku a un buen desayuno. ¿Por qué? Pues porque Goku estuvo a su lado en todo este tiempo, despertándose cada día a su lado.
Bulma estaba no sabía con certeza si Goku había retomado sus entrenamientos o siquiera había tenido tiempo de dormir. Siempre que abría sus ojos ahí estaba el pelinegro, sentado a su lado y dedicándole su mejor sonrisa.
Cuando se lo preguntó Goku soltó una enorme carcajada. Respondió que entrenaba en el mismo cuarto donde estaba Bulma descansando, haciendo pequeños ejercicios de calentamiento.
Así que después de el extenso desayuno que tuvieron, decidieron que ya era tiempo de regresar a Capsule Corporation después de varios días sin estar allí.
-¡Hola! ¿Cómo está mi pequeña nieta? -la madre de Bulma vino corriendo hacia la entrada, deteniéndose frente a la pareja de padres primerizos.
-Aquí la tienes mamá -Bulma le indicó a su novio que le diese el bebé a su abuela para que ella pudiera cargarlo.
Goku obedeció y con tranquilidad depositó a su hija en los brazos de su ahora suegra, Panchy, quien sonrió al ver a su adorable nieta.
-¿Quién es la hermosa nieta de su abuela? ¡Eres tú querida! -exclamó Panchy alzando a su nieta con animosidad mientras Bulma sonreía.
-¿Dónde está papá? -preguntó Bulma ya que no veía a su padre en ningún lado, seguramente había ido a por más juguetes para su nieta.
-Ha salido a comprar unos componentes para su nueva máquina -respondió la madre con una sonrisa en su rostro mientras besaba al bebé.
Bulma tomó de la mano a Goku y se alejó unos metros de su madre. El pelinegro parpadeó varias veces sus ojos intentando comprender ese acto.
-¿Qué ocurre Bulma? -preguntó Goku, no sabía porqué pero tenía la necesidad de tener a su hija en sus brazos como hace unos minutos.
-He quedado con Milk para agradecerle toda la ayuda que nos ofreció -explicó Bulma mientras Goku asentía- así que estaré unas horas fuera... ¿podrás ocuparte de darle el biberón y cambiarle los pañales cuando sea necesario? -preguntó-
-Claro que sí, he estado entrenando todos estos meses para poder hacerlo -respondió afirmativamente Goku con una sonrisa en su rostro- ¿a qué hora le toca el biberón?
Goku sabía que no debía darle de comer a su hija si ella no lo necesitaba, lo más lógico era estipular una hora para hacerlo aunque siendo Goku podría olvidarse de hacerlo... o quizás no.
-Le di de comer en el hospital hace tres horas... así que intenta hacerlo en una o dos horas -habló Bulma y nuevamente asintió el pelinegro- bien, ya sabes en qué sitio están los pañales... cuando le des de comer procura llevarla a su cuna para que descanse, así podrás entrenar un rato, ¿sí?
Bulma decidió comprarse unos sacaleches porque le parecía un tanto incómodo tener que exponer su pecho en cualquier lugar para dar de comer a su hija. Así almacenaba leche materna.
Bulma le advirtió varias veces a Goku que ni se le ocurriera tomar los biberones de su hija, conocía a su novio y sabía lo que el hambre le empujaba a hacer. Lo que menos deseaba es que aparte de darle leche a su hija también tuviera que hacerlo con su pareja, en todos los sentidos posibles.
-O bien puedo cantarle una de tus canciones para dormir -habló burlescamente Goku recordando la ridícula canción de Bulma acerca de animalitos.
-¿Te crees gracioso? -preguntó Bulma poniendo sus manos sobre su cintura mientras que Goku sonreía, triunfante- a ver si te hace tanta gracia quedarte sin comida esta semana ¡jajaja!
-Es-espera si sólo era una broma -farfulló nerviosamente Goku mientras juntaba sus manos en señal de disculpa- entendido, termino de darle el biberón y le hago dormir ¡a sus órdenes Bulma!
Goku se paró firmemente como si fuera un militar, lo cual suscitó una profunda carcajada en Bulma, su novio sabía cómo hacerle reír a cada rato.
-Te quiero, gracias por estar conmigo -dijo Bulma con una sonrisa tierna mientras alzaba la planta de sus pies y enrollaba el cuello de Goku con sus brazos, llevaba días sin poder besar a su amado.
-Gracias a ti por aparecer en mi vida -habló a su vez Goku con toda la sinceridad del mundo, no sabía lo que hubiera sido de él de no haber conocido a Bulma aquel día hace varios años.
Habiendo intercambiado aquellas palabras ambos unieron sus labios en un profundo beso, Goku colocó tranquilamente sus manos en torno a la cintura de Bulma, quien se aferró a su cuello.
Bulma decidió jugar y con sutileza estiró su lengua buscando a la de Goku, el roce llegó a producirse de forma tan afrodisíaca que Bulma gimió. Sin embargo, Goku interrumpió el beso.
-Bulma... sentí tu lengua -habló Goku bastante confundido, ahora tenía la duda de si las parejas también debían unir sus lenguas aparte de sus labios, porque es lo que acababa de pasar.
-Es una forma de besarse -Goku asintió lentamente a la explicación de su novia- tengo mucho que explicarte Goku, pero aun así ambos tenemos toda la vida por delante para aprender.
Goku hizo nota mental de aquello. Sintió una sensación eléctrica recorrer su cuerpo cuando su lengua entró en contacto con la de Bulma, no iba a negar hacerlo disfrutado y querer repetirlo.
-Si surge cualquier cosa llámame, mi número de teléfono está pegado en la puerta de la nevera en la cocina... -indicó Bulma tomando su bolso y sus gafas de sol- nos vemos amor, volveré en nada.
-Ve con cuidado Bulma -añadió Goku asintiendo mientras miraba cómo Bulma caminaba hacia su madre y su hija, se despedía de ambas y salía de casa- bien, lo primero que tengo que hacer ahora es... comer algo, es que me muero de hambre.
Con una sonrisa impregnada en su rostro comenzó a caminar hacia la cocina, como su hija estaba con Panchy podría aprovechar en entrenar un rato, llevaba un tiempo sin hacerlo adecuadamente y tenía que estar preparado si quería proteger al planeta de cualquier amenaza.
Tiempo después.
Bulma estaba sentada en la cafetería en la que había quedado con Milk, habían pasado par de minutos desde que llegó a aquella cafetería.
Su vida no podía ser mejor, no conseguía imaginarse una vida donde fuese más feliz de lo que era ahora. Tenía un novio perfecto, unos padres perfectos, su bebé tenía buena salud y el dinero no era un problema para su familia.
Sí, un novio perfecto, o al menos perfecto para ella. Si bien todavía quedaba mucho que aprender eso lo hacía todavía mas divertido, no tenía prisa pues no quería apresurar las cosas con Goku.
Se habían besado varias veces, pero hasta ahora ningún beso había sido tan excitante como el que tuvieron hoy, si su madre no hubiera estado allí con el bebé quizás el asunto habría sido otro.
"Menudos pensamientos tengo"- se reprendió a sí misma Bulma, todavía era demasiado pronto para pensar en eso... aunque gracias a eso sus destinos se habían unido y tenían una hija.
"Hola Bulma"
Bulma salió de sus pensamiento al ver a una pelinegra frente a ella que vestía un kimono azul con rayas rojas y cuyo cabello estaba atado en una cola tradicional japonesa... o bien china.
-Hola Milk, te ves bastante bien -habló sinceramente Bulma al ver el conjunto de la pelinegra, quien se sentó frente a ella.
-Gracias, tú también -Milk forzó una sonrisa de la que perfectamente se percató Bulma, quien suspiró mentalmente al ver aquella acción.
"Esto será un poco difícil"- se dijo a sí misma Bulma, dudando de si había hecho bien al llamar a Milk para aclarar las cosas entre ellas dos.
Con Goku.
El pelinegro habia terminado de entrenar en el patio trasero de la enorme corporación, vio que Panchy estaba en la cocina preparando un pastel mientras el bebé estaba recostado en un carrito.
Vio también el reloj, dándose cuenta de que había pasado una hora y media desde que se fue Bulma, así que supuso que había llegado el momento de darle el biberón a su pequeña hija.
-Voy a darle de comer -avisó Goku mientras se agachaba para tomar en brazos a su hija- así que necesitaré el calentador de agua para usarlo.
-Humm... está aquí mismo -Panchy señaló el aparato que estaba a su derecha- puedes darme al bebé mientras estás preparando su biberón.
-Claro -aseveró el pelinegro yendo encimera donde estaba en calentador, tras pasarle su hija a Panchy, su abuela- Bien, es hora de empezar esto.
Goku tomó un delantal blanco y se lo puso rápidamente mientras ataba un pañuelo de cocina en su cabeza para empezar a preparar el biberón.
-Sigues igual de apuesto aun siendo padre -habló Panchy grabando en su mente la imagen de Goku vistiendo un delantal de cocina, pero era su yerno.
Goku sonrió nerviosamente mientras metía agua en el calentador y ponía el temporizador en dos minutos, tiempo que transcurrió tranquilamente mientras la temperatura del agua iba en aumento.
Tras haberse calentado el agua lo trasvasó en un pequeño recipiente con forma cilíndrica hasta donde marcaban unos veinticinco centilitros.
"Creo que aquí estaba esto"- el pelinegro abrió la puerta del pequeño armario que estaba encima de él, de ahí sacó un envase que contenía leche infantil en polvo y lo depósito sobre la encimera.
Aquélla era una leche especial apta para bebés recién nacidos, si bien lo más adecuado era que bebiesen leche materna hasta los cuatro meses necesitaban varios suplementos vitamínicos.
Goku tomó dos cucharadas de la leche en polvo según ensayó con Bulma y las vertió en el biberón que contenía el agua ya calentada. Luego removió durante unos instantes para que así el disolvente universal hiciera efecto y el biberón esté listo.
-Uff, ya lo he preparado -Goku sonrió con satisfacción al ver que había preparado el biberón de su hija adecuadamente- ya puedes traerla.
Panchy obedeció y le devolvió la niña a su padre Goku. Había logrado calmarla después de que se pasase la última media hora llorando a gritos.
Goku la tomó en sus brazos y se sentó en el asiento más próximo, con su mano derecha sacó el chupete que estaba presente en la boca de su hija e introdujo ahí mismo la tetina del biberón.
Su hija comenzó a succionar movida por el apetito debido a que llevaba horas sin comer y Goku lo vio con una enorme sonrisa plantada en sus labios, amaba sumamente a su pequeña.
No podía creerse que su vida hubiera dado tal giro argumental, de la lejana noche en que regresó de la atalaya de Kami-sama hasta hoy habían transcurrido nueve meses que dieron un nuevo sentido al que tenía antes su vida.
Durante ese tiempo se enamoró de Bulma, aprendió a expresar sus sentimientos de la mejor manera posible y también aprendió a ser padre.
Si bien ser padre no había estado nunca en sus planes sería mentira decir que no era lo mejor que le había pasado en la vida, además de conocer a Bulma, a quien amaba con todo su corazón.
Lo que sentía al tener a su hija en sus brazos era indescriptible pero le llenaba de enorme felicidad, por eso siempre quería tener al bebé consigo.
Transcurridos un par de minutos Goku dejó de darle el biberón y lo depositó sobre la mesa que estaba a su izquierda. Se levantó y comenzó a pasear con su hija alrededor de Capsule Corp.
Con Bulma.
"............"
Un silencio pesado reinaba en en lugar, Bulma decidió romperlo dando un sorbo a la pequeña taza de leche desnatada que tenía frente a ella.
Milk se movió incómodamente imitando el gesto de la peliazul y tomó la taza de té negro que había pedido hace unos minutos tranquilamente.
Ambas terminaron al mismo tiempo e intercambiaron una rápida mirada antes de girar su cabeza para evitar un nuevo cruce de ojos.
-¿Cómo está el bebé? -preguntó Milk iniciando la conversación con la que se rompería el tedioso silencio que había estado reinando hasta ahora.
-Hummm... está bien, Goku está cuidando de ella en estos momentos, gracias por preguntar -respondió Bulma con una ligera sonrisa.
-Ya veo... -Milk estaba un tanto sorprendida por que Goku estuviera cuidando de su hija, sí que había cambiado mucho en los últimos años.
-Escucha Milk... entiendo que no te caiga nada bien, cuando tu pretendías casarte con Goku es cuando él se dio cuenta de lo que sentía por mí -habló Bulma mientras soltaba un suspiro.
Bulma sabía que hoy tenía que arreglar el problema que había entre ella y Milk. Después de la ayuda que le había brindado a lo largo del parto debía hacerlo, su consciencia se lo dictaba.
-Desde que era pequeña estuve enamorada de Goku, cada vez que le veía a él mi corazón comenzaba a latir rápidamente y mi rostro se sonrojaba, por eso le pedí que nos casáramos cuando tuviéramos más edad -explicó Milk-
Bulma asintió mientras daba un sorbo a su taza, ¿qué tenía esa leche que la hacía tan buena?
-Crecí con la esperanza de que cuando nos volviéramos a encontrar él cumpliera su promesa, pero si nos hubiéramos casado él no me amaría, estaría conmigo sólo por no fallar su promesa -agregó la pelinegra con los ojos llorosos.
Bulma quiso refutar pero no encontró ningún contraargumento, sabia en el fondo que tenía razón. Goku se habría casado por "obligación".
-Habríamos tenido hijos, una casa... pero él nunca me hubiera amado tanto como le amo yo -aseveró la pelinegra tomándose un respiro mientras intentaba reprimir sus lágrimas en sus ojos- por eso te admiro Bulma, has sido capaz de enseñarle a Goku el valor del amor y hacerle mejor persona, eso es algo que nunca habría hecho yo por más amor que le tuviera a Goku.
Bulma nunca pensó en eso. Es cierto que Goku había madurado bastante en los últimos meses y se había hecho más responsable, ¿pero aquello era gracias a ella? Ahora que lo pensaba...
-Nunca planeé tener una hija con Goku, si esa noche yo no me hubiera emborrachado lo más probable es que ahora mismo estés casada con él -afirmó Bulma- pero de cierta forma ese error mío nos ha unido a mí y a Goku mucho más de lo que estábamos, así que el causante de que Goku sea mejor persona hoy en día es su hija y no yo.
-La-lamento haberte dicho todo eso en el hospital... fui una idiota, tú eres la persona que más le conviene a Goku... -profirió Milk un tanto avergonzada por aquello que dijo hace semanas.
-No te preocupes, no es nada... te prometo que cuidaré de Goku por más dolores de cabeza que dé -habló Bulma suspirando ya estar con Goku exigía bastante paciencia, algo que ella tenía.
Ambas estrecharon sus manos como señal de paz... si bien el destino había dictado que solo una de ellas se ganara el amor de Goku eso no significaba que no podían ser amigas, ¿verdad?
Por la noche.
Goku estaba apoyado en el respaldar de la cuna mientras que observaba a su hija dormir, el rostro angelical de la pequeña llenaba de felicidad todo su ser, no podía describir aquel sentimiento.
Hacía unos minutos que le cambió el pañal, después de eso le lavó el cuerpo, le puso un poco de polvo de talco y le vistió de nuevo, tal y como lo ensayó con Bulma durante estos meses.
Iba a darle el biberón pero Panchy insistió en que quería hacerlo ella, un chibi Goku se quejó diciendo "no me quiero ir señora Briefs" mientras Panchy le decía que se salga fuera a tomar aire.
Tras unos minutos de espera regresó al interior y tomó a su hija en sus brazos para poder hacerle dormir, en cuestión de unos minutos aquello se produjo, subió al cuarto de Bulma, donde estaba provisionalmente la cuna, y la dejó ahi, donde estaba en estos momentos.
"Ya estoy en casa Goku"
El pelinegro se giró viendo a su novia entrar por la puerta, ella traía consigo unas bolsas de plástico.
Bulma dio unos cuantos pasos y lo primero que hizo es darle un beso a Goku en la mejilla, luego bajó la cabeza y miró la cuna donde dormía su hija. Una sonrisa se formó en sus labios.
-No espera que consiguieras que se duerma -admitió Bulma ya que esperaba encontrarla despierta y se llevó una enorme sorpresa.
-Lo hice después de bañarle y ponerle un nuevo pañal, quise darle un biberón pero tu madre dijo que quería hacerlo ella -dijo Goku haciendo nota mental de vengarse algún día de su suegra.
-Estás hecho un padrazo Goku, lo estás haciendo muy bien -profirió Bulma con una sonrisa que hizo que Goku se rascara la nuca nerviosamente.
-Estos meses han servido de entrenamiento, así que haré mi mejor esfuerzo -habló Goku ya que no deseaba defraudarle ni a Bulma ni a su hija.
-Mañana puedes irte a entrenar si lo deseas, con todo lo que has hecho hoy lo mínimo que puedes hacer es descansar -dijo Bulma y enseguida negó el azabache, sorprendiendo así a su novia.
-Me quedaré aquí contigo y con ella... es posible que pueda entrenarme cuando ustedes dos estén durmiendo... -contestó Goku ya que quería pasar tiempo con las mujeres de su vida- ¿Qué tal con Milk? -preguntó con bastante curiosidad.
-Oh, todo bien -Bulma habló mientras dejaba las bolsas a un lado y se sentaba en la cama, seguida de Goku- cuando terminamos de hablar fuimos de compras, ella tiene muy buenos gustos.
-Me alegra saber que ambas se llevan bien -habló sinceramente Goku con una sonrisa afable.
"............"
Pronto se produjo un silencio en la habitación, Bulma tenía algo que decirle a su novio pero no sabía por dónde empezar, era algo importante.
-¿Te quedarás a dormir aquí está noche? -preguntó Bulma ya que las cosas cambiaron cuando se hicieron pareja hace semanas.
-Creo que sí... dormiré aquí, contigo -respondió Goku mientras daba pequeños saltos en la cama de Bulma- aquel día no me dejaste dormir en tu cama y dijiste que durmiera en el suelo.
-Eso es porque todavía eres un niño y se podía malinterpretar... -contestó Bulma recordando aquello con una sonrisa, Goku dijo que también quería ayudarla a bañarse ya que Bulma le bañó siendo aquél el primer baño de su vida.
Definitivamente Bulma había alumbrado su vida, sin ella habría infinidad de cosas que a día de hoy desconocería como la electricidad, por ejemplo.
-Respecto a eso... me gustaría comentarte algo -Goku asintió ante lo dicho por Bulma- llevamos casi tres semanas siendo una pareja y ahora que ha nacido nuestra hija... pienso que es hora de que comenzásemos a vivir juntos... si deseas.
-¡Oh, genial! Eso significa que viviré aquí contigo, ¿no? -preguntó Goku entusiasmado ante la idea.
-No exactamente... sería yo quien se iría a vivir junto a ti en el monte Paoz -añadió Bulma, algo expectante por conocer la respuesta de Goku.
-Humm... está bien, pero mi casa es un poco pequeña para los tres jejeje -agregó, a su vez, el pelinegro rascándose la nuca como de costumbre. También le gustaba la idea.
-No te preocupes, recuerda que tengo cápsulas -Bulma esbozó una sonrisa- cuando Bra cumpla tres meses nos iremos a vivir ahí, ¿sí?
-Suena genial... un momento, ¿quién es Bra? -preguntó Goku parpadeando sus ojos con bastante sorpresa, no conocía a ninguna Bra.
-Nuestra hija... he decidido llamarle Bra, ¿o es que tenías un nombre mejor que proponer? -cuestionó Bulma con una sonrisa de superioridad.
-Bra... me gusta como suena -admitió Goku puesto que no se oía nada mal- si tenemos otro hijo me gus... -habló antes de ser interrumpido.
-Wowowow todavía es muy pronto para hablar de otro hijo cariño... recuerda que debemos ir paso a paso, no hay prisa alguna -dijo Bulma recibiendo un asentimiento de Goku- te he comprado algo de ropa para que renueves tu vestuario, puedes darte una ducha y luego nos dormimos -añadió-
Un chibi Goku se hizo presente al ver que Bulma le había comprado un pijama de una esponja amarilla con traje mientras comía una hamburguesa bajo el agua, vaya cosas.
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Fin del capitulo.
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