Cap16: Sacrificio
El desesperado bicolor arrugo una de las fotografías entre sus manos, mirando con desprecio y frustración a ambos hombres; le jodia que ese par de imbéciles no hubieran atrapado a Izuku en ese preciso momento. Aunque sabia que si lo hacían eso los terminaría por perjudicar a todos.
- Tráiganlo, ya - Ordenó, recibiendo sus miradas de desprecio.
- ¡No trabajamos para usted padre!, Suficiente con hacernos perder el tiempo vigilando a ese maricon - Renegó unos de los sujetos.
Ante la desobediencia Shoto golpeo con fuerza la superficie de su escritorio con su puño, alarmando a ambos hombres.
- ¡Me importa una mierda!, Mientras esas cosas estén aquí, harán lo que yo les diga, su jefe les ordeno obedecerme a mi. Sin mi ayuda no venderían esas cosas con tanta libertad.. Obedescan o le dire a su amo que se lleve sus porquerías a otro lado, malditos perros - Soltó con soberbia, escupiendo a los pies de los dos hombres.
Uno de ellos ya no lo soportaba, quería reventarle la puta cabeza con su pistola, estaba a punto de empuñar el arma. Si no fuera porque el contrario le detuvo. Si le pasaba algo a ese viejo bastardo, sus cabezas rodarian antes de que su jefe fuera atrapado.
- Le traeremos a su niño, Padre... No se preocupe por eso - Ambos se retiraron de la oficina del sacerdote - Maldito cerdo.
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Izuku estaba a punto de terminar su clase, ese día aunque había empezado de una manera tan deprimente; termino por ser agradable, sentirse seguro por un momento, sentir que podía estar cerca de Kacchan como antes. Se sentía aliviado. Y talvez si lo mantenía en secreto, si trataba de ser cuidadoso. él no lo sabría.
- ¡Muy bien eso sería todo chicos!- Los alumnos de su última clase se levantaron para por fin salir- ¡Ah! ¡y no olviden su resumen de la página 100 a la 105!
Algunos chicos resoplaron y otros asintieron despidiéndose de su profesor. Antes de irse por fin a casa; en la espera a la llegada de Melissa, él se dispuso a limpiar el pizarrón, sabía que no era su obligación y que por eso había personal de limpieza para ello y otros deberes. Pero se sentía tan bien por primera vez que no le costaba nada ayudar un poco. Mala decisión, porque de haberse ido como cualquier otro profesor no se habría encontrado con dos intrusos que invadían su soledad dentro del aula.
- Hola chico... ¿Nos recuerdas?- Izuku los miro con miedo a ambos.
"¡¿Quién quiere tu dinero?!"
Recordó con perfecto detalle a uno de esos hombres, el que lo había golpeado en el estómago y le dio el último golpe de gracia que lo dejo noqueado.
- ¿Q-quienes son ustedes?..- Pregunto con la voz quebrada por el miedo.
- Solo digamos que somos personas que le debemos muchos favores a alguien que conoces muy bien, ahora ven con nosotros por las buenas o tendremos que darte otra paliza como la última vez
El nuevo teléfono del pecoso comenzó a vibrar en ese preciso momento.
"¡¿Melissa?!...¡Ya está aquí!"
- ¿Entonces?, ¿Vas a venir por las buenas o por las malas?- Uno de ellos lo amenazo mostrándole un arma escondida por dentro de su chaqueta.
Izuku comenzó a temblar por el pánico, no quería que nada malo ocurriese en la escuela y sobre todo que nada malo le ocurriera a Melissa.
- Solo déjenme contestar esta llamada e iré con ustedes- Les mostró el teléfono que no dejaba de vibrar.
- Contesta rápido - Izuku asintió para contestar.
- Amor - Escucho un leve suspiro de alivio en otro lado de la línea.
- Bebé.. Ya estoy afuera .. ¿Estas ocupado?.. Tardaste en contestar - pregunto la chica con un tono preocupado.
- E-es que, yo - Miro a ambos hombres mirando como uno le seguía mostrando el arma - Es que estoy en una junta de maestros y tardara un poco.
- Puedo esperar, no te preocupes - Una vez dijo eso el pecoso miro con miedo a los hombres.
- N-no amor, es que se hablara de algunos recortes y tal vez horas extra para las tutorías de los alumnos. Puede que tarde mucho en terminar. Yo volvere a casa cuando termine. Lo prometo - Melissa suspiro preocupada.
No quería dejar solo a Izuku después del asalto que había sufrido. Pero tampoco quería hacerle sentir que lo estaba sobreprotegiendo como antes, ya no eran unos niños, ahora eran adultos y sabia el fuerte conflicto con el que su prometido cargaba por ser mas bajo y un poco mas débil que ella.
- E-está bien cariño.. Lo entiendo pero por favor ten cuidado y llámame.. No me molesta venir por ti - El pecoso apretó con fuerza su muñeca, no podía aguantar más el peso de su teléfono.
- E-estaré bien.. Yo vuelvo a casa cuando termine -
- De acuerdo cariño.. Te amo - Hubo una breve pausa- ¿Izuku?
- Y yo a ti, mi amor - Colgó la llamada y guardo su teléfono.
Uno de los hombres ya aburrido y desesperado jalo al pecoso del brazo y lo apretó lastimándolo levemente para así comenzar a caminar entre los vacíos pasillos hasta el estacionamiento donde estaba el auto.
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- ¡Ya me voy! - Grito el cenizo saliendo de la sala de maestros, fastidiado.
- ¡Bakugou!, ¡Por favor solo ayúdame un poco más con esto!- Le suplico su compañera hipie de cabello verdoso.
-¡¡Aah!! ¡Maldición! ¡Pero con la condición de que me des tus cupones para ese restaurante hindú al que vas, Shiozaki!- Renegó el cenizo y esta solo suspiro derrotada.
- ¡Bien!, ¡Pero ayúdame!- El cenizo sonrió para entrar nuevamente a la sala y cerrar la puerta detrás de él.
Solo un segundo, solo tenía que estar de pie un segundo más para poder evitar que Izuku se fuera con esos hombres, ya que una vez cerró la puerta estos cruzaron a la izquierda del pasillo pasando de largo esa puerta cerrada, hasta por fin salir por la puerta trasera que daba al estacionamiento y empujar al pecoso al asiento trasero del auto y llevarlo de una vez por todas con ese insorteable cerdo.
El trayecto no duro demasiado descontando la media hora de tráfico, ambos hombres llevaron a jalones al pecoso que se resistía ahora de entrar a la iglesia; pues una vez vio el camino que llegaba a ese inferno vestido de santuario supo de ante mano que esos hombres estaban relacionados de alguna forma con el padre Todoroki, entraron a la oficina de este encontrándolo de pie dándoles la espalda.
- ¡Aquí lo tiene padre!, Ahora si no es mucha molestia. No nos esté jodiendo por el resto del día - Tiraron a Izuku al suelo y se largaron cerrando la puerta detrás de ellos.
Izuku comenzó a jadear por el miedo, por el pánico de ver a ese hombre delante de él sin moverse. Estático, su tranquilidad le llenaba de miedo, siempre le dio terror esa calma y serenidad antes de causarle tanto sufrimiento.
- Eres enserio un niño muy desobediente mi ángel - Soltó de repente , provocando el pánico en Izuku.
- ¡Y-yo no hice nada!, ¡N-no he hecho nada! - Exclamó de rodillas sobre el suelo sin fuerzas para levantarse.
- ¿No?...¿estás seguro?- Sacó de su manga izquierda una de las fotografías del pecoso abrazándose con el Ojirubí- ¿Y esto que es Izuku?...Dímelo.
No lo volteo a ver, solo le daba la imagen de esa firme e inponente espada cubierta por el manto negro de su hábito.
"¡No!.. ¡¿Como?!"
Izuku comenzó a sentir una fuerte presión contra su pecho, el corazón le dolía y las lágrimas comezón a brotar de sus ojos, había marcado la muerte de su mejor amigo. Sabía que así seria, y la sola idea le hacia derramar sus lagrimas.
- Dime Izuku.. ¿Quién quieres que muera primero?.. ¿Tu amada melissa o tu amigo Bakugou?- El mayor volteo para encontrarse con el pesos sobre el suelo con sus ojos impregnados en lágrimas - Esos hombres que te trajeron conmigo se encargaran de acaba con uno de ellos.. Agradece que no mande a matar directamente a ere maldito mocoso...Ahora dime.. ¿Melissa o él?
Izuku comenzó a gatear en dirección al bicolor para postrarse frete a él suplicándole perdón, rogándole que no lastimara a ninguno de los dos. Shoto se sentía venerado, adorado y como él mismo Dios al escuchar las suplicas de su hermoso ángel.
-¡No!, ¡Por favor no les haga nada!, ¡Hare lo que sea!, ¡Haré todo lo que me pida!, ¡Pero por favor no les haga nada!, ¡Por favor! - Rogo entre lágrimas apretando las fibras del pantalón del sacerdote.
"¿Lo que sea?"
El mayor paso una de sus manos sobre los cabellos del pecoso bajando hasta rosar sus húmedas mejillas y terminar en sus suaves labios.
- ¿Estás dispuesto a todo con tal de que los perdone?- Cuestiona cínico a lo que el pobre pecoso asintió con lentitud entre lágrimas - Bien..
Se escucho el sonido de una cremallera siendo abierta.
Izuku miraba el miembro del mayor frente a él, entre el asco y miedo levanto la vista para cruzarse con los ojos heterocromaticos de Shoto.
- Hazlo...- Ordeno, sacando su pene flácido frente al rostro del pecoso.
Poco a poco Izuku habría la boca para tener dentro de ella el pene de ese asqueroso monstruo.
Movió su cabeza de adelante hacia atrás, era imposible que sus ojos derramaran más lágrimas, pero lo hacían, con su boca apenas podía cubrir la mitrad de ese falo que comenzaba a endurecerse dentro de su boca.
- ¡Tsk! ¡Aah!..Aah...Sí..mas.. Lame más Izuku..¡Chúpala!- Shoto entrelazo sus dedos con los cabellos del pecoso.
Izuku tocia con ganas de vomitar a la par de que su úvula chocaba con el glande del miembro de Shoto, el mayor sentía que estaba a punto de correrse, era demasiado rápido; pero la felicidad de sentir la boca de su amado ángel darle una mamada no le hizo resistir mucho. Apretó la cabeza del pecoso teniendo el control de las envestidas contras su verga, fue más rápido hasta arquear su espalda y pegar la cabeza de Izuku contra él impidiéndole escapar y hacer que se tragara por completo su semen, el liquido viscoso escapaba por la comisura de los labios de Izuku, sus lágrimas eran más intensas, y una vez fue soltado escupió lo que pudo acompañado de vómito, flemas y una incesante tos inposible de controlar.
-¡A-ah!..¡aah!- Jadeaba por el completo asco y la falta de aire.
Una mamada no sería suficiente para Shoto, no si Izuku quería que esas dos personas siguieran vivas, se inclinó para estar a la altura de su pecoso que escupía en el suelo y trataba de recuperar el aliento mientras el vómito y semen se le escurría incluso por la nariz.
Lo jalo con fuerza de sus verdosos cabellos haciendo que lo mirara a los ojos.
- Ahora desvístete y colócate sobre el escritorio...- Se incorporó levantando al pecoso mientras aun lo tenía atrapado de los cabellos provocando que este gimiera por el dolor.
Lo soltó esperando a que el pecoso se desnudara ante sus ojos, chasqueo los dedos señalándole su miembro que volvía a estar erecto, Izuku seguía mirándolo con asco pero tenía que hacer lo que Shoto le ordenara, sacrifico su cuerpo por salvar a las dos personaras que quería y apreciaba.
Con la torpeza de sus tembloroso dedos fue quitando de poco a poco cada botón de su camisa hasta mostrarle su pecho desnudo y ligeramente herido para dejarla caer al piso y lo mismo hizo con sus pantalones y ropa interior. Shoto jadeaba al ver ese delicado cuerpo completamente desuno ante sus ojos. Dios, como le recordaba cuando tan solo tenía siete años.
- Ahora.. Boca abajo contra el escritorio - Señaló impaciente y frunció el ceño cuando el peliverde no se movió - Vamos..¡Hazlo!
Comenzó a caminar, pero cada paso era más difícil de dar, se recostó contra el escritorio, sintiendo la fría madera contra su cuerpo desnudo y el cómo sus piernas eran separadas. Shoto acaricio lentamente sus piernas, rozando sis dedos con sus hermosas nalgas salpicadas de pecas.
- Tan hermoso - Siseo, agachándose para lamer su culo.
Separo sus nalgas, pasando su lengua alrededor de su ano, hasta introducir la lengua en su recto, Izuku temblaba ante esa sensación asquerosa, jadeando y suplicando por que no hiciera eso; pues el recuerdo de su niñez volvía a esa ocasión en la que el mayor probaba y chupaba su pequeño culo.
Aunque probar su ano después de años le era delicioso, Shoto ya necesitaba su verga dentro de su niño, le dejo en paz, incorporándose y frotar su verga venuda contra las nalgas del pecoso. Sin pudor alguno el padre Todoroki entro de una sola estocada dentro de él.
- ¡Aah! ¡Aah! ¡Si! Dios..Si!- Le separo de nuevo sus nalgas para penetrarlo más profundo y ver como su líquido pre-seminal salpicaba.
- ¡Tsk! ¡¡Aah!! - El pecoso solo lloraba cada vez más cubriendo su boca para no dejar escapar sus gemidos producto del dolor.
- ¡Aah!..¡No Izuku!..¡Esta vez te quiero escuchar gemir!- Lo tomo de las muñecas apretándolas con fuerza e inclinándose sobre la espalda del pecoso.
Una arqueada involuntaria y un sonoro gemido para Izuku, pero más que exquisito para Shoto fue la señal de que ese lugar que tanto buscaba el mayor en el interior del recto de su ángel fue encontrado, chocándolo con más fuerza, provocando más gemidos indeseados por el pobre pecoso que derramaba lágrimas y saliva contra la madera.
Sentía como la lengua de ese sucio hombre lamia sus ojeras y como ese aliento caliente las derretía, Shoto continuo hasta escuchar esos jadeos como susurros contra sus tímpanos.
- Aah..Si quieres que ellos vivas vendrás por tu cuenta todos los días a partir de hoy..Y si me desobedeces de nuevo..- Una envestida más que hizo gemir al pecoso de dolor- Ambos morirán.
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Ikuzu tubo que mentir, fingir ante todos, por semas engaño a los que amaba, todo para poder protegerlos.
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