Cap13: Alma rota
Recostado en posición fetal en el sofá de su sala el pecoso solo cambiaba los canales de su televisor sin poner atención realmente al contenido, solo lo hacia como viejo habito mientras estaba perdido en sus pensamientos y dolor, agradeciendo por milésima vez que su novia estuviera toda la noche en ese hospital pues pensaba quedarse solo sumergido en su miseria y llorar por la perdida de su libertad, agradecía ya que no quería tenerla cerca de él y mentirle nuevamente.
Sostenía un poco su vientre por el leve dolor que le recorría, tenia que tomar nuevamente los analgésicos.
Con pesar se levanto de su sofá arrastrando los pies a su paso pues el dolor en su cuerpo lo fatigaba, y la depresión lo carcomía, ante su fatiga solo vestía un pants holgado y una playera manga larga que le cubría el cuerpo. No tenia los ánimos de vestir apropiadamente aunque ¿Quien tendría ánimos después de ser victima de abuso sexual y psicológico?
Con esfuerzo entro a la cocina y tomo un vaso de cristal llenándolo con el agua del grifo, tomo el frasco de plástico que tenia guardado en su pants y lo abrió para tomar solo una pastilla y así poder calmar su dolor, respiro con pesadez, el pecho le dolía después de haber llorado todo el día, no tenia apetito y solo se preguntaba de donde sacaría el coraje para hacerles pensar a todos que estaba perfectamente bien. No iba a mentir que no paso por su cabeza tomar el frasco entero de pastillas y acabar con todo en ese preciso momento. Pero por melissa, por su padre; solo por ellos la idea desapareció de su cabeza.
Se abrió paso para volver a recostarse en ese sofá y repetir lo que había hecho en todo el día, pero el sonido del timbre lo hizo separar su vista de ese sofá color marrón y ahora ver en dirección a la puerta, sabia que no era melissa ella le dijo que estaría todo la noche en el hospital y además tenia una copia de la llave del departamento, ¿tal vez podría ser su padre?, camino con lentitud tratando de normalizar su andar para no alarmarlo, estaba a un centímetro de distancia de abrir la puerta pero recordó que su padre estaría en una fiesta de trabajo con David y otro compañeros del almenen de evidencia ¿Si no era su padre y no era melissa entonces era?
- Ábreme Izuku... se que estas dentro- su mano comenzó a temblar y el pánico lo invadió al reconocer esa voz - Sera mejor que me abras la puerta si no quieres que me enfade Izuku, ¿Recuerdas la ultima vez que me enfade?
Si, claro que lo recordaba. Fue y es parte de sus pesadillas desde siempre.
Con la voz a punto de perderla por el miedo el pecoso apretaba con fuerza su pecho retrocediendo entre lentos pasos.
- ¡M-melissa! - llamo como ultimo recurso escuchando solo una leve risa detrás de la puerta.
- Se que estas solo en casa Izuku.. melissa me llamo... Ahora ¡ábreme la puerta! o algo malo le pasara a ella - el pequeño apretaba con mas fuerza las telas de su playera contra su pecho derramando lagrimas por la amenaza.
Sollozando se acerco a la puerta poco a poco para recibir al Diablo en su hogar, arrepentido de a verlo hecho pues aquel demonio una vez entro lo tomo con fuerza del mentón cerrando la puerta al entrar, azotando su espalda contra la madera blanca de la entrada.
- Eres un mentiroso mi niño. ¿tratando de hacerme creer que melissa estaba contigo? vaya que merecer un severo castigo- Resoplo aquel hombre por la excitación que tenia contenida en todo el camino.
- ¡N-no porfavor! ¡no me toque! ¡Me duele! - el pobre pecoso solo apretaba con fuerza esa mano que lo apretaba tratando de alejarla de él.
- Pero si solo jugamos un simple juego mi niño... hoy jugaremos un juego aun mejor - esa bestia fue metiendo su mano en la zona baja del pecoso soltando su ardiente respiración en su cuello.
- ¡¡N-no!! ¡P-por favor no lo haga! ¡Se lo suplico tenga piedad!- La mirada perversa de ese hombre no reflejaba que la tendría este solo sonrió ante el miedo que su ángel emanaba, excitándose cada vez mas.
Movió el mentón de su pecoso de un lado para poder invadir mas su cuello comenzar a lamer esa deliciosa piel, ante el pánico el pecoso lloraba y forcejeaba tratando de liberarse de ese asqueroso ser humano, lo cual solo enfureció a Todoroki, apretando su agarre en la intimidad el pecoso haciéndolo gritar del dolor pero antes de que fuera escuchado el mayor ahora había invadido su boca besándolo de una manera tan sucia que solo le provocaba dolor y asco a su victima.
Pero Shoto no quería un beso, aunque esa saliva le sabia exquisita el quería mas, quería calmar sus ansias de robar la pureza de su ángel una vez mas.
Se separo de ese placentero beso visualizando a un hermoso ángel bañado en lagrimas, lo volteo rápido pegándolo a la puerta y bajándole con desesperación la ropa, Izuku sabia que no tendría escapatoria, que seria violado nuevamente, pero trataba de liberarse, aun con el profundo dolor trataba de hacerlo, pero fue inútil, Shoto ya lo tenia desnudo de las piernas, y sus pants resbalaban sin descaro al piso, podía sentir ese palpitante miembro contras sus mejillas, lo cual aumentaba su pánico, su miedo y su llanto.
- Aah...aah.. he esperado esto por dieciocho años... dieciocho malditos años - articulo el sacerdote con la voz ronca, quemándole en oído a la victima.
- ¡Aléjese! Deje - fue silenciado y sus piernas fueron separadas.
- ¡¡Shhh!!... calla y solo déjame disfrutarte mi niño -le apretó la cintura acercando ese erecto miembro mas a su entrada.
No fue cuidadoso, si no lo fue cuando Izuku solo era un niño no lo seria ahora, entro de una sola estocada haciendo gritar a Izuku de dolor. Pero esos gritos no serian escuchados, por mas que gritara no lo serian.
¿Azotar la puerta ahora de que serviría?, sus manos le dejaron de funcionar por la impotencia y la presión dentro de él.
- Aah..Ahh ¡Dios!... ¡Dios! ¡como extrañaba esto! - Shoto pozo su frente contra la nuca de su ángel dejando soltar grandes bocanadas de aire caliente.
Paso su extensa lengua por esa dulce piel provocando un fuerte y doloroso escalofrío al peliverde, respiro con tentación ese nuevo perfume olor a miel en sus cabellos, mordisqueando las exenciones naturales de esa hermosa melena.
Quejidos de dolor era lo único que Izuku podía soltar, apretando con la yema de sus dedos la madera mojando esa mano que le impedía el pedir ayuda, El mayor comenzó a moverse duro dentro de él, quemandole el cuero cabelludo con el resoplido caliente de sus jadeos.
"¡No aguantare esto! ¡no podre hacerlo! ¡no podre soportarlo una vez mas!"
Ese demonio solo se movía mas bestial dentro de él, lastimándolo. Izuku no podía sentir placer en algo tan sucio, no quería sentirlo, pero esos sollozos se volvían pequeños gemidos, gemidos de dolor, sentía como el pene de ese maldito palpitaba dentro de él y se resbalaba con dureza entre sus apretadas paredes.
"¡Maravilloso! ¡tan maravillo! ¡estoy en el cielo! ¡Estoy en el cielo gracias a este ángel!"
Más y más y ¡Más!, ese ser tan despreciable era el único que disfrutaba de sus perversa acción, resbalando su miembro con esas deseables mejillas que se lubricaban con la expulsión de su liquido pre seminal.
- ¡Aah! .. Ahh..Ahh- Resoplo mas rápido sintiendo que llegaría muy pronto a su orgasmo.
Acerco mas el cuerpo de su pequeño a él, abrazando su cintura y apretando mas el agarre contra su boca, azoto mas fuerte su masculinidad contra esas deslizantes paredes e incluso cargando ese pequeño cuerpo a su merced hasta que lleno su interior con su esencia, salpicando ese viscoso liquido blanco entre esas nalgas. Aunque se corrió, siguió, escuchando como ese liquido chapoteaba cuando entraba y salía nuevamente del interior de su victima.
Llanto silenciado, Izuku solamente podía sentir como de su interior escurría ese asqueroso liquido blanquinoso y resbalaba por sus piernas acompañado de una ligera línea de sangre.
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Abrocho el botón de su pantalón mirando de reojo el cuerpo de su pequeño tumbado en el suelo, viéndolo tan lindo con su cuerpecito tembloroso a lo que solo le hizo tener viejos recuerdos de sus noches juntos.
- Te veré el fin de semana Izuku- Salió dejándolo completamente solo.
Lagrimas, sangre y semen era lo único que ese pobre cuerpo podía desprender por el momento, esa alma pura volvió a ser mancha de la manera mas pútrida, usada y desechada. Izuku se abrazaba a si mismo tratando de recurar el valor, tratando de tener esperanzas pero ya no podía, de nuevo ya no podría creer en alguien que lo había abandonado desde su miserable existencia.
"Dios no existe... alguien tan maldito como el no puede existir"
Lloro pegando su mojado rostro al piso apretando la madera del suelo con la yema de sus dedos, sintiendo de nuevo ese horrible dolor dentro de su pecho.
El dolor de un alma rota
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