Carta 2

Feliz cumpleaños papá

Espero de corazón que lo estés pasando grandioso, aunque seguramente cuando recibas está carta ya habrán pasado algunos días desde tu cumpleaños.

Esto me recuerda cuando era más pequeño y mi abuela me alistaba para ir a visitarte, para poder desearte, personalmente, un feliz cumpleaños, pero cada vez que ibamos no había nadie en casa, tocamos durante varios minutos, pero no había respuesta, así que deduciamos que no habia nadie y nos ibamos.

También recuerdo una vez en especial que fuimos a visitarte, ese día me habian adelantado dos años en la escuela, así que iba emocionado de contarte mi logro, pensaba que si habia logrado que mi tío Kail se sintiera orgulloso de mi, con más razón tu lo estarías, pero tu no estabas en casa esa vez. Una de tus vecinas de al lado nos dijo que estabas en casa, que apenas regresabas de realizar las compras, pero seguramente no vio cuando saliste de casa.

O eso pensaba en aquel tiempo, ya sabes, un niño de siete años siempre intenta justificar toda acción de sus padres a causa del cariño que les tiene. Ahora me doy cuenta que te ibas de la casa a proposito o finguias que no había nadie para no verme.

¿Por qué nunca me dijiste que te molestaban mis visitas?

Lo hubiera entendido y hubiera dejado de ir, lo último que quiero es molestarte o hacerte sentir mal.

Lo único que quiero es que seas feliz, pero eso ya no importa, nunca importaron mis intento para hacerte feliz, ¿o si?

Lo lamento, tal vez nunca tuve que haber intento buscarte, o intentar tener una relación de padre e hijo contigo.

Ni tuve que haberme esforzado para alcanzar todos esos logros en la escuela, sabiendo que un logro nunca va a suplir el lugar de una persona.

Debía de intentarlo por al menos.

¿O pensabas que todos esos reconocimientos y trofeos que estan sobre la chimenea eran para que mis tios se sintieran orgullosos de mi?

¿Sabes papá?

Me hubiera gustado haber escuchado, por al menos una vez, "Bien hecho" o en el mejor de los casos, "Estoy orgulloso de ti, ese es mi hijo"

Pero ya no importa más, después de todo, con cada trofeo lo único que perdía eran mis esperanzas y sueños de poder escuchar esas palabras de ti.

Lo lamento, ya no iré a molestarte en tu cumpleaños, y trataré de que mis tíos y abuelos no te llamen cuando logré alcanzar algun logro en la escuela.

Atte. Tu hijo, Saik Fuzen

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