Uno
Adriana
Mi rutina era sencilla, salir de mi casa a correr todas las mañanas, ducharme, tomar un desayuno completo, universidad, ir trabajar de medio tiempo, tareas y dormir, pues es una vida sencilla, no puedo quejarme, cuando tengo tiempo salgo con amigos los fines de semana pero normalmente me dedico a descansar.
Todo eso suena perfecto para alguien de mi edad ya independizado, pero la verdad es que no todo es tan tranquilo, recordando que las apariencias engañan, pues vengo de un linaje poco común de humanos que son criados como ganado para un grupo de inmortales....
—Ya llegue sora— mi gato siempre me recibía al llegar del trabajo, pero esta vez no fue asi esto solo puede significar una cosa
—Adri— sentí como mi cuerpo se ponía lánguido y un aliento en mi cuello susurraba mi nombre, sin poder reaccionar sentí una punzada al instante, mis cosas cayeron al piso y fui arrinconara contra la pared.
—Jimin— mis labios temblaban con solo el hecho de decir su nombre, mis manos se mezclaron con su suave cabello negro, su aroma siempre me recordaba a la lluvia además que la tibieza de su tacto era de lo más agradable mientras mordía mi cuello sus ojos verdes me miraban llenos de placer.
—¡Detente!—reaccione un poco tarde lo empuje y trate de abofetear, pero detuvo mi mano para con la otra tomar mi cintura apretándome contra él.
—No quiero esperar, estoy hambriento— se inclino para morderme de nuevo pero lo detuve de nuevo.
—Sabes que no debes morder mi cuello, no puedes dejar marcas visibles, no así—
Le extendí mi muñeca donde tenia dos lunares marcados, hizo una mueca y me empujo, en un parpadeo estaba sentado enfrente del televisor, parecía una obra de arte su piel tan blanca, sus labios abultados, sus cuerpo trabajado, mis ojos siempre recorrían con descaro desde el su cabeza hasta sus piernas. Me mire en el espejo que estaba en la entrada, estaba despeinada, y mis ojos marrones me miraban con vergüenza porque estaba toda ruborizada por la excitación, en mi cuello se podían ver las marcas de los colmillos de Jimin, suspire, ahora tendría que cubrirlos, el me ignoro por completo y se quedo dormido en el sofá, subí a mi habitación para tomar una ducha mientras lo hacía recordé la primera vez que lo vi, a mis tiernos 14 años fui elegida por ese hermoso inmortal que me tenía enamorada, mire el tatuaje que tenía con la marca de nuestros clanes.
Los clanes de luna, se crearon hace mas de 500 años en un acuerdo con los inmortales, estos clanes eran básicamente para poder mantener en secreto la existencia de estos, pero al mismo tiempo ellos pudieran interactuar con los humanos. Se decidió como sería la crianza de estos humanos que servirían de alimento.
Desde el momento que un hijo del clan de la luna nace, es criado con una dieta especial, educado con los mejores mentores ya que también debemos de poseer inteligencia y madurez, además de que somos hechizados por los cabalistas de los clanes para poder ser más fuertes y resistentes, "humanos superiores" podría decirse.
Pero como todo existen reglas que se deben cumplir para que todo esto funcione.
1.- Cada inmortal solo tendrá un pactante, que el eligiera cuando sea el momento
2.- Si el pactante quiere ser liberado, serán después de 10 años de servicio.
3.-Se debe de alimentar una vez al mes solamente del pactante, en caso de ser necesario se puede hacerlo más de una vez pero no es recomendable.
4.-No se deben de dejar marcas en el pactante, solo se puede morder en la muñeca dónde usan una pulsera especial para cubrir las marcas de alimentación.
La edad en la que comenzamos a ser elegidos por los inmortales es a los 18 cuando ya cumplimos mayoría de edad y nuestra sangre esta en estado puro y perfecto. A mi me eligieron antes por que alcance la madures antes, además de que Jimin se había negado a beber sangre de alguien mas que no fuera de mi familia, así que a los catorce pacte con el siendo marcada con el símbolo de su familia que es una araña, el de la nuestra es una mariposa así que cuando ya se tiene pactante ambas marcas se unen demostrando así la unión de los clanes.
Al principio todo iba bien, se alimentaba de mi cada mes, como era acordado y solo mordía en la muñeca en los lunares que eran para eso, pero cuando cumplí 16 me mordió el cuello casi en pleno baile de graduación, la corte de los inmortales lo castigo sin beber sangre por 4 meses, pero después de pasar el castigo duro otro mes me mordió de nuevo el cuello, esta vez lo castigándolo 6 meses, otra falta mas y seria un año lo cual lo podría matar. Ellos pueden mantenerse de alimentos básicos pero sin sangre su inmortalidad es inexistente, la siguiente mordida que me dio en el cuello, la oculte pinchando mis lunares en la muñeca para que nos padres no lo reportaran otra vez, así lo estuve cubriendo durante un tiempo porque me encantaba la manera en que tomaba de mi sangre no lo iba a negar.
Al cumplir los 18 me independice así que fue más fácil el dejar que bebiera de mi usando mi cuello sin necesidad de esconderme de mis padres. Pero ya no solo eran las mordidas en el cuello poco a poco subía las interacciones de los dos, hasta que un día sin previo aviso Jimin tomo mi primer beso para esa misma noche en un acto pasional terminamos en mi cama entregándole también mi virginidad, todo lo que me hacía me parecía excitante así que nunca ponía peros a nada.
Lamentablemente termine enamorándome de el, cuando el solo me ve como su juguete para complacer sus deseos carnales o de alimentación, me había acostumbrado pues solo lo veo de vez en cuando. Aunque con mi trabajo ya casi no lo dejaba morder mi cuello estar usando mascadas todo el tiempo es algo molesto.
Así que podemos decir que Jimin también es parte de mi rutina, viene toma todo de mi destruyéndome en el proceso mientras yo me adapto a una vida cotidiana común.
Cerré la regadera lentamente, cuando Salí de la ducha el estaba en el marco de la puerta viéndome, con sus ojos verdes, esos deliciosos ojos verdes, tome la toalla para cubrirme, pero me detuvo acercó su mano a mi rostro delineando mis labios con su dedo pulgar.
—Necesito de ti está noche—
—No Jimin no está bien, ya debemos detener esto—
Beso mi cuello rompiendo con mi razonamiento.
—Puedes negarte todo lo que quieras Adri pero mientras tú boca me dice que no, tu cuerpo ya está entregándose a mi — bajo su mano por mi cuello hasta llegar a mi pecho haciendo círculos en mis pezones con su dedo índice.
—No es justo de tu parte solo vienes a utilizarme —
—Eres mía y puedo hacerlo.
Intente decir algo mas pero comenzó a besarme, yo a quitar su ropa con lentitud, era de esas drogas que no puedes dejar, me llevo a la cama, y comenzó a morderme por todo el cuerpo, sentía tanto placer, que las marcas no me importaron, sus manos se deslizaban por mi cuerpo desnudo y mojado, creando pequeño choques eléctricos. Ya no podría parar, Jimin era mi perdición.....
Seguimos resubiendo, como aún estamos con el mes de Jimin y aprovechando que es el mes de halloween un Jimin vampiro no viene mal
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