Cuatro
Desde que me desperté sentía la cabeza pesada, mi cuerpo no me obedecía del todo, pensé que fue por la pela de ayer, aun me sentía algo mal por lo que le dije a Jimin, debimos separar siempre la relación de los dos, siempre debí dejar en claro que solo haría mi parte del trato, se que es algo tarde para no sentir nada.
Mejor me fui a correr con la esperanza de olvidar un poco toda la situación, los mareos por el dolor de cabeza se intensificaron, el aire me faltaba, me detuve un segundo sostenida de mis rodillas intentando recuperar el aire
—¿Adri?— Cuando levante la vista estaba el señor Jeon mirándome con preocupación
—Jefe— me incorpore, pero de nuevo se me vino el mareo sostuve mi cabeza, el puso su mano en mi espalda para que me estabilizara.
—Estas muy pálida —observo las marcas de mi cuello y clavícula
—Estoy bien—lo aleje de mi y subí mi chamarra
—Te dijo quien soy, ¿no es así?
—Si
—Supongo que no tomo muy bien el hecho que te acosara
—no importa—
—Si importa, el esta sobrepasándose contigo, estas anémica, además de estar mordiendo donde no debe; tus padres me pidieron que te alejara de él, no podía hacer nada porque tenía mi pactante, pero hace unos días, cumplió su plazo y la libere, ahora te reclamare a ti
—No puedes, aun me quedan dos años a su servicio
-claro que puedo, mas viéndote así, el rompió las reglas, todas, pediré tu liberación, pero necesito que me digas que quieres ser liberada
¿Quiero ser liberada?
—Piénsalo, se que será difícil dado el hecho de que lo quieres, pero si sigues así terminaras muerta
Sentí algo escurrir de la nariz me lleve las manos a la nariz, mirando la sangre que comenzó a salir de esta, con un mareo aun mas fuerte, me desvanecí.
Cuando abrí los ojos de nuevo, estaba en la cama de un hospital con suero conectado a mi vena, mire el monitor de mis latidos y presión sanguínea, en lo que mi vista se adaptaba de nuevo, una figura familiar se acercaba a mi cama.
—¿Madre? ¿Qué paso?
—Tienes una anemia severa, tuviste suerte del que señor Jeon estuviera cercas cuando te desmayaste.
—¿El los llamo?
—Si, en cuanto lo hizo corrimos para acá
—¿Y papá?-
—Esta con el médico, para saber cuándo te darán de alta
—Estoy bien, además no pueden hacer mucho, están prohibidas las transfusiones de sangre en nuestro clan.
El señor Jeon entro con el ceño fruncido al escuchar mi comentario
—No estas bien Adriana, tu anemia es peor de lo que pensé Jimin se ha sobrepasado, por poco y te mata, un inmortal no puede hacer esto con su pactante
—Jimin desarrollo una obsesión muy grande hacia ti mi niña, así que no lo dejaremos que este más tiempo junto contigo, ya pedimos tu liberación
—¿Con que derecho? —mire a mi madre furiosa —ya no soy una niña
—Hija
—Me siento cansada no quiero verlos ahora —cerré mis ojos esperando dormir de nuevo
Cuando volví abrir los ojos, la noche había caído, se sentía un viento fresco entrando por la ventana, en esta estaba parada la única figura que podía reconocer incluso en la oscuridad.
—Sigue durmiendo
—Ji.. —no me dejo terminar cuando atrapo mis labios en un intenso beso, se separo de mi mirándome con mucha tristeza
—No quería esto, perdóname Adri
De nuevo me beso, pero esta vez mas tiernamente, cuando se separo sonrió un poco
—Yo te libero —la marca de la araña en mi cuerpo desapareció, no tuve tiempo de reaccionar estaba de nuevo en la ventana, solo alcance a leer de sus labios un "adiós" antes de verlo desaparecer por completo.
Hacia mas de un mes que Jimin me había liberado y no sabia nada de el, Jungkook me ofreció ser su pactante, me dio tiempo para pensarlo sin presionarme, seguía todo normal, me recuperaba rápido de la anemia, las marcas en mi cuerpo desaparecieron, así que en mi piel no había mas rastro de la existencia de Jimin.
—Sora— busque a la bola de pelos, pero no estaba por ningún lado, mi corazón salto un poco, eso solo lo hacia si estaba el en casa, pero cuando fui hacia el sofá donde siempre aparecía estaba vació, en cambio mire la ventana mi gato arañaba por querer entrar.
—Entra gato tonto ¿Qué hacia afuera?—lo cargue y me dirigí a la cocina, salte al ver un hombre parado junto a la mesa vestido completamente de negro —¿Quién eres?
—Eso no importa— miro a mí alrededor—sabes he notado que ya no está el aroma de Jimin, cercas de aquí desde hace mucho—sus ojos eran como dos llamas, y por cómo estaba sora de nervioso, era lógico que era un inmortal
—¿Qué quieres aquí?— mire a mi alrededor buscando con que protegerme
—¿Qué quiero? Tu sangre es lógico— se movía lento a mi alrededor, no debía entrar en pánico
—¿Por qué la mía?
—No tienes una idea de lo delicioso que hueles jamás había olido un aroma tan dulce como el tuyo, pero no podía acercarme, siempre olía a Jimin, si el era tu dueño me descuartizaría si me acerco, pero puedo notar que te libero, y el aroma de tu sangre es tan fuerte que cualquiera puede olerlo
—No puedes beber de mi sangre, pronto tendré otro pactante
—Has dicho pronto, mas no lo tienes aun—mire hacia la puerta, busque la manera de escapar, sabia que su velocidad y fuerza me llevaban la ventaja
—Ni lo intentes, antes de que toques la puerta estarás muerta—bese a sora y lo baje, el salió por la ventana. La situación era tensa, pero de algo estaba segura, no le iba a ser fácil matarme. Y en un segundo sentí su respiración en mi cuello, sentía que mi piel se erizaba y mi adrenalina aumentaba.
—¿Escuchas eso?, ese golpeteo rápido, es tu corazón diciendo lo que pasara—logre quitarme de su alcance y tomar un cuchillo
—¿Un cuchillo? —rio con gran fuerza — no eres muy lista
—El cuchillo no es para ti— sus ojos se abrieron de par en par, sabia que tramaba, me acerque rápidamente el cuchillo a la mano, y abrí mi palma lo mas que pude dejando que mi sangre brotara, inmediatamente que mi sangre toco el suelo, el inmortal frente a mi comenzó a doblarse y retorcerse. Sus movimientos cambiaron, eran rápidos pero torpes, trato de atacarme pero logre esquivarlo
—Maldita— siseo, miró la sangre en el suelo de manera hambrienta.
En lo que se distraía, me acerque lo mas que pude a la puerta, pero logro darme un golpe con tal fuerza que me lanzo contra la pared de la sala, el sentí como el aire escapaba de mi cuerpo, y la vista se me nublo, el golpe hizo que mi sangre se esparciera mas por la casa, en este punto el inmortal estaba enloquecido por el olor, me quede inmóvil por un rato, sentía como si cada hueso de mi cuerpo estuvieran roto, de haber sido un humano normal, esto me hubiera matado. Escuche maullar a sora...
—Estas muerto— fue lo último que escuche antes de quedar inconsciente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top