Parte uno.

Einstein era su gran apoyo moral, aún cuando advirtió a los Estadounidenses sobre la bomba atómica que estaban fabricando los Alemanes, ambos construían hipótesis, las posibilidades de ser rebasados eran demasiadas, y a veces, solo a veces, se decía a si mismo si él era el hombre correcto para resolver tal incógnita sobre un posible final a la Segunda Guerra Mundial.

El Proyecto Manhattan no era una de sus principales pasiones, trabajar en ello era fascinante, estar rodeado del pelotón y de un militar político de gran poder no eran de sus cosas favoritas, pero él podía manejarlo. Dar una posibilidad de que aquello que ansiaban pase, o que también, las cosas no salieran tan bien después de todo.

Un pequeño destello de luz entre todo el sufrimiento le aseguraba un pequeño lugar dónde poder descansar lejos del caos, cuando una mujer rubia tenía la particularidad de hacerlo estremecer desde lo más profundo de él. Sus sentimientos estaban a flor de piel, lo cuál era una difícil respuesta a todo lo que llegaba a sentir con solamente dirigirle una mirada solamente a ella, hechizado por la luz y atraído por lo que había considerado su primera conclusión más interesante en mucho tiempo, el encontrar algo hermoso sin una explicación clara y amarlo sin remedio, aún si por dentro le volvía loco no encontrar un porqué. Esa era Bárbara, su Barbie.

Aún cuando caminaba sin rumbo en medio del campamento lleno de hombres listos para salir afuera a matarse entre sí, él solo estaba encantado por la mirada y el carisma de Bárbara, una dulce señorita que solamente le había llevado rato tratar de descifrar parte de su persona, pero dolía, era extraño sentir tanto por una mujer que conoció de casualidad en un evento tan poco carente de sentido, como él solía decir al pelotón cada vez que su superior lo requería para aquello.

Llevado a rastas, con un aspecto poco favorecedor pero que combinaba con su personalidad agria y poco amigable, se presentó en el evento junto a uno de sus colegas llamado Leslie, quién le susurro en forma indiscreta qué deberá dejar que él eligiera su vestuario la próxima vez que asistieran al mismo evento que Lewis Strauss. Él físico solo atinó a dar una sonrisa sarcástica, cansado de sentirse fuera de lugar entre tantas personas que no le importaban, en realidad.

Estaba cansado de ser parte del Proyecto Manhattan, que las dudas carcomieran su mente todos los días o las cosas se pusieran peor cada vez que estaba resolviendo las incógnitas, sentir que gestaba algo que estaba fuera de sus manos, no estaba seguro de seguir adelante resolviendo todas esas cosas con su equipo, y todos parecían notarlo en sus ojos. Nunca supieron describirle si era miedo o arrepentimiento.

De cualquier manera, no podía importar menos cuando ya estaba envuelto en lo que quizás era, uno de los acontecimientos más importantes de la humanidad y una clave fundamental para terminar la guerra. Aún si odiaba el sentimiento de mentirse a si mismo y a la gente de su alrededor, dando un discurso que no era capaz de creerse ni él mismo. Quizás no llegaría tan lejos después de todo, no cuando Einstein se había ido de su lado hasta entonces.

Un poco incómodo se removió de su asiento, se reproducia una cinta en la gran pantalla que no era de su conocimiento y le resultó aburrida a lo largo de la función, su mirada pérdida y la nula atención le evitó prestar atención a la mayor parte de la película, pero escuchaba vagamente una especie de propaganda contra los Nazis, algo que no era de su más mínimo interés a estás alturas del partido, estaba tan cansado de cualquier ideal político llegados a este punto de su vida, después de presenciar él liderazgo que tenían ciertos políticos, los cuáles portaban grandes cargos, no eran capaces de manejar la situación sobre la guerra de la mejor manera, no era nada nuevo, y él odiaba la muerte en todos los sentidos.

Lo odiaba con todo su corazón.

Nada más eran él y su cabeza formando otra conclusión que lo llevaba al mismo pozo de desesperación al que se había estado hundiendo desde el principio, a cuando sus primeras exigencias con respecto a lo que tenía exactamente que construir tenía que ser más eficaz y rápidamente más mortal que la de su rival, pero simplemente no podía definir cuán extraño se oía saber que no tenía seguridad de saber lo que estaba gestando en ese laboratorio tan poco cuidado y con recursos no llegaban a calificarse como los más útiles en muchas ocasiones. Otra conclusión, no podía vivir en paz sin dejar de cuestionar su creación y reconocer que no tenían los mejores recursos a disposición debido a que la guerra se estaba llevando más dinero invertido de la cuenta.

Su mirada cambió de dirección cuando el símbolo que también era muy conocido para él apareció en la pantalla dónde, mostrando de una forma un poco más obvia su desinterés hacia la película y el poco efecto que tenía la propaganda sobre él y sus pensamientos en ese momento, atrajo sin querer la mirada de alguien que llevaba mirándolo hace no mucho tiempo, pero lo suficiente para sentirse curiosa de su accionar.

Mientras que él físico estaba metido en sus pensamientos todo el tiempo, nunca notó a una dulce chica seguirlo un buen rato con sus azules y curiosas pupilas, durante una parte de la función lo había estado viendo, desde que había hecho su aparición junto al Ingeniero Leslie Groves, escuchándose varios susurros muy malintencionados con respecto a cómo se vestía él hombre durante todo el camino a la sala de cine. Este parecía ser muy anticuado como para formar parte de una fiesta tan elegante de la alta sociedad, esto iba desde su sola forma de vestir, hasta la forma tan cortante pero ingeniosa de seguir la corriente en las charlas para complacer a militares de poder con respecto a su conocido Proyecto Manhattan. Era de público conocimiento que él hombre trabajaba como la cabeza principal de un plan imposible, pero que con los conocimientos de Oppenheimer, sería posible completar lo qué tanto estaban ansiando, junto a otras grandes figuras de distintos campos que fueron convocadas para participar de tan ambiciosa creación.

Ella solo era Barbie, con una sonrisa brillante dirigida a las cámaras ansiosas por tener un pedazo de ella, un vestido completamente rosa y lleno de brillos en todos lados, algo que deslumbró a todos los invitados, lo cuál significaría que sería un vestido de la temporada, demandado por las demás mujeres de alta sociedad para complacer sus deseos de verse como ella. Su figura se veía favorecida a pesar de tantos colores llamativos, acompañados de una cabellera rubia que estaba bien peinada, algo qué logró captar la mirada de absolutamente todos los presentes durante mucho tiempo, menos la de él. Ella sostenía un carácter tan alegre y una aparente mentalidad inocente con los demás que se había llevado él corazón de más de la mitad de las personas en la habitación que habían conversado con ella.

Cuando la película terminó, todos se levantaron de sus asientos, incluídos Oppenheimer y Groves, qué estaban listos para irse de inmediato a pedido del primero, quién relativamente se encontraba cansado de estar rodeado de gente que no estaba aportandole mucho, más sino le estaban quitando tiempo crucial para seguir con sus experimentos e investigaciones.

Ambos no se habían percatado de que fuera de la sala gigante en la que estaban, una cabellera rubia se había adelantado a ellos con mucha prisa, cuestión que había pasado por alto por parte de los dos hombres perdidos entre la multitud, sino fuera porqué al salir del recinto y encontrarse con el lobby, qué más que nada parecía otra sala completamente diferente y que portaba un escenario, se hubieran apagado las luces de forma repentina.

Las voces perduraron por un tiempo en la oscuridad, debido a la nula vista, la curiosidad crecía sobre quién iba a aparecer en el escenario, ya qué lo único visible serían las luces de este apuntando hacía ese lugar. Leslie había soltado una pequeña carcajada al ver el fastidio de su compañero asomarse por su rostro, quién le había susurrado cuando tiempo faltaba para que todo esto acabase de una vez. Este solo le dijo que disfrutará del momento, volviendo su mirada al espectáculo que se estaba por dar en ese mismo momento, seguido de la mirada de un cansado Oppenheimer.

Es entonces que todas las luces del escenario se encienden, mostrando a la mujer rubia hacer su aparición y siendo reconocida al instante por todos en aquel sitio. Bárbara, más bien conocida como Barbie hacía su aparición en el escenario, deslumbrando a más de uno con su micrófono entre sus manos, preparándose para cantar una de sus canciones más reconocidas. Su rostro completamente iluminado daba la sensación de qué era un ángel en vida, moviéndose entre los mortales al portar tal belleza y simplismo al moverse por el escenario, comenzando a cantar.

"The French are glad to die for love
They delight in fighting duels
But I prefer a man who lives
And gives expensive jewels..."

Hombres casados, jóvenes solteros en busca de una aventura, científicos o atletas, todos caían por Barbie, la perfección hecha en un humano. Nadie podía quitar sus ojos de la rubia, sus pequeños gestos arriba del escenario daba a entender que disfrutaba de cantar, de saber que estaba siendo vista y reconocida solo por una persona. Y ese mismo era Oppenheimer, quién no había podido quitar la mirada de la tan atrayente mujer ni un solo segundo desde que piso el escenario.

Mientras algunas personas coreaban la canción o silbaban sin contenerse de admirar de sobremanera el cuerpo y el rostro de Barbie, él hombre con traje anticuado solo se limitaba a observar a la mujer, sintiendo un pequeño malestar en su interior, impulsado por la extraña incomodidad de ver a tantos hombres volverse locos por la rubia en frente de él, al igual que las demás mujeres quiénes desprendían envidia y admiración por querer ser como ella. A Oppenheimer no podía darle más igual la situación, pero una cosa que se había quedado grabada en su mente, era su sonrisa, y la forma en la que la rubia parecía ser ajena a todo lo que pasaba debajo de sus pies.

Una pequeña sonrisa se escapó de la boca al hombre del sombrero, sintiéndose maravillado al ver a la mujer rubia dar un verdadero espectáculo sin importarle toda la situación, qué en general, personalmente le parecía degradante ver a hombres poderosos que estaban casados sentirse con el poder de admirar a Barbie de formas tan obscenas. Pero la percepción de hombres machistas y retrogadas tampoco le iban a arruinar el pequeño concierto que estaba dando Barbie a su público. Ella parecía una muñeca viviente con su estilizado cabello, vestido rosa y tacones que increíblemente parecían demasiados altos para Bárbara, pero que eran resultado de tanta práctica que se viera elegante sobre ellos sin tambalear ni siquiera un poco.

"A kiss on the hand
May be quite continental
But diamonds are a girl's best friend..."

La escenografía resaltaba la presencia de Barbie, las luces se enfocaban en ella y sus movimientos, varios hombres de traje hacían parte del espectáculo, rodeando a la mujer rubia y bailando con ella sincronizadamente, formando una agradable coreografía que resultaba divertida en ocasiones, acompañada de la letra de la canción que desataba un aire de ironía por su voz tan dulce, ajena al contenido de la letra. Al parecer, aparentar inocencia volvía locos a los hombres, quiénes al rededor de Oppenheimer, saltaban extasiados de sus lugares al verla moverse con provocación, esperando aquella reacción por parte de su público. Seguido de todo ello, Barbie sonrió a la multitud.

Pero su sonrisa, esa misma tan resplandeciente y llamativa, iba a dirigida a una sola persona en la habitación, quién solo se limitó a observarla con duda y asombro. Así es, le estaba sonriendo a Oppenheimer, a pesar de que fácilmente el público lo hubiera confundido como un gesto más que se perdería entre su gran espectáculo, ella siguió sonriendo hacía la misma dirección por un tiempo prolongado, con su mirada clavada en aquel misterioso hombre, esperando una pequeña señal, un gesto por parte de él.

Enseguida Robert se dió cuenta de lo que estaba pasando, un poco confundido devolvió la sonrisa que más se convirtió en una mueca rara, sintiéndose un bueno para nada y un completo raro. Pero eso no evitó que una parte de Barbie saltará internamente al saber que él la estaba viendo, la estaba notando y ahora había correspondido su sonrisa. Algunos hombres movían sus cabezas curiosos, buscando al responsable de la atención de Barbie, sin mucho éxito en el proceso.

"A kiss may be grand
But it won't pay the rental
On your humble flat
Or help you at the automat..."

La canción duró por unos minutos más, en los que confundido y asustado, Oppenheimer la observó con fascinación y duda, preguntándose qué era lo que había acontecido entre ellos y porqué le sonreía como si nada, poniéndose nervioso y acalorandose dentro de su anticuado traje al no saber cómo enfrentar la situación, muriéndose internamente de los nervios. Una vez finalizada la canción, tomó a Leslie por uno de sus hombros bruscamente, quejándose este en el proceso por aparentemente estar ensuciando su traje con sus manos, y lo llevó rápidamente lejos de todo y todos recibiendo pequeñas quejas del hombre contrario.

ㅡ ¿Se puede saber que demonios haces?. ㅡ Preguntó Groves un poco molestó. Sacudió su traje de forma exagerada, como si esté hubiera sido arruinado.

ㅡ Necesitamos irnos de aquí. ㅡ Respondió Oppenheimer.

ㅡ ¿Y se puede saber que te hizo cambiar de opinión?.

ㅡ Tenemos que volver, necesito terminar unas cosas. ㅡ Respondió él hombre con un hilo de voz, desesperado. ㅡ Sabes que no soy mucho de estás cosas, podrías haber invitado a Jean.

Leslie resopló, un poco divertido. ㅡ Claro que podría haberlo hecho Señor Importante, pero quería que salieras a distraerte un rato.

La mirada de Oppenheimer se apaciguo, quedándose unos cuantos segundos sin decir nada. ㅡ Lo siento, siempre lo arruinó.

Groves retomó su postura al lado del hombre desarreglado, comprendiendo la situación. ㅡ No te preocupes, podemos irnos ya, de cualquier manera ya cumplí con mi cometido.

Robert asintió con alivió, sintiendo que le habían sacado un peso de encima. ㅡ Dime qué nunca más volveremos a este sitio, podemos ir a otros lugares más interesantes que este.

ㅡ ¿Y habernos perdido a Barbie?. ㅡ Leslie negó para sí mismo. ㅡ No, realmente solo vinimos para verla a ella, hace mucho que la veía en diarios o revistas, así que cuando supe que estaría aquí, tenía que llevarte a verla. ㅡ Él hombre mantuvo su mirada conectada a la de Robert. ㅡ Entonces, ¿valió la pena?.

Oppenheimer meditó por unos cuantos minutos su respuesta, comenzando a caminar en dirección al estacionamiento bien resguardado del lugar, dejando atrás a Leslie, que con rapidez, se posicionó al lado del hombre con un poco de diversión contenida caminando junto a él. Un jóven que trabajaba de cuidador merodeaba por allí, entregándoles las llaves enseguida y ambos acercándoseal auto, listos para irse del lugar, aún se podía seguir escuchando él espectáculo de Barbie. Oyendose su voz traspasar las gruesas paredes del recinto y, a su vez, retumbando todo el lugar hasta llegar al estacionamiento dónde estaban.

A punto de subir al vehículo, un hilo de voz se oye salir de Oppenheimer, deteniendo a Leslie de subirse al instante en el auto y escuchándolo con suma atención.

ㅡ Valió la pena. Creo que ella es bonita. ㅡ Susurro Robert. Procedió a meterse dentro del vehículo dejando boquiabierto y sin oportunidad de responder a Groves de inmediato, quién solo se limitó esbozar una sonrisa pícara y seguido de ello soltó unas risas estruendosas mientras negaba repetidamente con su cabeza, formando un ambiente cálido para Oppenheimer en ese momento, quién aún se encontraba un poco avergonzado después de soltar tales barbaridades con tanta libertad, y buscando un alivio a todo lo que había sucedido con anterioridad en aquel recinto, que todavía lo tenía anonadado y sin respuestas.

(...)

ustedes creen q mi familia estaría decepcionada d mi si escribo un fanfic d barbie y oppenheimer.....

pues q creen ya lo escribí y lo estoy publicando 🤓☝️ JAKDJSJS gente no sé pero de tanto que los relacionan por sus estrenos se acaba de crear u. universo raro dónde hay gente q hace edits y dibujos de estos dos juntos, asi que como mensajera de toda esa gente que ahora solo le faltaba ver un fanfic de ellos yo les cree

gente obviamente yo no sé mucho sobre la segunda guerra mundial ni de oppenheimer, asi que todo lo que escribí aqui es inventado y de mi propio canon que fui haciendo mientras escribía esto. no sé si oppenheimer tendrá esa personalidad en la vida real, pero no sirve tanto saberlo ya que yo escribo imaginandolo a través de cillian murphy, el cuál tampoco se que personalidad tenga interprentandolo en la peli jskf. lo mismo pasa con barbie, yo misma moldee su personalidad asi que...

todo lo que ven en este fic es inventado asi que si hay alguien que le gusten estos temas y vea errores, que sepa que esto es solo para entretener y no busco informar sobre esos temas que pueden ser delicados, solo escribo para el entretenimiento sin querer faltar el respeto a nadie. en si este fic es una broma, asi que tomenselo como tal jskf ya cuestión de ustedes si lo leen irónicamente o si les gusta, no cuál ninguna de las dos cosas están mal, mientras no insulten y respeten. <3

nada eso, si llegaron hasta aqui muchas gracias 🫂 ya veré si les saco otro fic porqué seguro habrá mucho contenido con ambas pelis que se ven super interesantes, asi q con todo el gusto del mundo las veré a las dos

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top