Capítulo 31: Es lo justo
Papá estaba en casa un sábado por la noche, algo raro después de dos largas semanas de ausencias. Al llegar, lo encontré sentado en el sofá más grande de la sala, con la mirada fija en el televisor. Lucía un poco desaliñado: el cabello alborotado y un par de bowls con restos de papitas lo acompañaban a su lado. Si Katherine estuviera en casa, seguro no se le habría permitido aquello, así que por lo mismo deduje que esta vez estaba solo en casa.
—Ven a sentarte un rato conmigo, hija. Por cierto, ¿dónde andabas? Ya ni idea tengo de lo que haces —comentó, con un tono que mezclaba cariño y preocupación.
Al instante me di cuenta de que era una oportunidad perfecta para hablar con él sobre el pasado, aunque sabía que podría ser un poco incómodo. Tenía las fotos conmigo, y la situación con el demonio había despertado demasiadas preguntas en mi cabeza.
—Fui a ver a Matt. También estuve con Chris —respondí con naturalidad.
—¿Recuerdas que te gustaba Matthew cuando eras niña? —preguntó de pronto, con una sonrisa traviesa.
—¿Qué? ¡Iugh! Eso jamás pasó. —Fruncí el ceño, incómoda, aunque lo cierto es que los recuerdos de mi infancia siempre me resultaban vagos y confusos.
—¿Y esa bolsa? —dijo señalándola, despertando mi atención al instante—. Sabes que soy curioso. Mala idea aparecerte con un paquete misterioso frente a mí.
—Son fotografías. Chris me las dio —mentí rápidamente, cerrando la bolsa antes de que pudiera inspeccionarla.
—¿Ah, sí? ¿Fotografías de qué? —insistió, con evidente interés.
Me senté a su lado en el sofá y saqué algunas fotos
. Al mostrárselas, noté cómo su expresión cambiaba de inmediato: los músculos de su rostro se tensaron, sus manos se detuvieron sobre sus rodillas y su mirada, antes relajada, se volvió pesada.
—Si Chris te las dio, supongo que es porque ha llegado el momento de hablar sobre eso...
No esperaba esa respuesta. Mis sentidos se agudizaron, intentando captar cualquier señal en su tono o expresión.
—Sí —respondí con una seguridad fingida—, ha llegado el momento de hablar sobre eso, papá.
Papá desvió la mirada, parecía estar luchando consigo mismo.
—¿Me dejarías prepararme un poco para eso, cariño? —pidió finalmente, con un aire de derrota en su voz.
Eso me frustró más de lo que quería admitir.
—Siempre que dices que harás algo después, nunca termina ocurriendo —murmuré, decepcionada, mientras recogía las fotos y me levantaba del sofá.
Aunque no había obtenido las respuestas que buscaba, algo me quedaba claro: Chris sabía algo, y por lo que papá acababa de insinuar, él también estaba al tanto de la existencia de las fotos. Pero, ¿por qué estaban en casa de Matt?
La respuesta llegó de manera lógica: Christian y Matt vivieron juntos durante los primeros meses después de que Chris se mudó de casa. Seguro mi hermano, con su caos habitual, las dejó olvidadas ahí.
Chris y papá no se salvarían de evadir mis preguntas la próxima vez.
━━━━━━━━━※━━━━━━━━━
Cuando papá se marchó al trabajo, la casa quedó completamente vacía. Y no es que fuera una percepción; estaba literalmente sola. Papá tenía un turno esa noche en el hospital, Katherine estaba en casa de su madre y Bárbara... bueno, ni idea. No me hablaba a menos que fuera para molestarme, y yo tampoco me dirigía a ella, ni siquiera para pedirle que me pasara la sal en la mesa.
La verdad, no me gustaba quedarme sola, y menos de noche. Me recordaba aquella vez en la que el demonio me atacó. Cada pequeño ruido era un detonante para mi paranoia, y mi mente empezaba a fabricar un millón de escenarios desagradables, todos igual de improbables y aterradores.
Al llegar a mi cuarto, me detuve frente a la puerta cerrada. Las luces estaban apagadas y, para mi horror, escuché ruidos provenientes del interior. Mi corazón empezó a latir con fuerza.
Intenté calmarme, respirando profundamente, pero el temblor en mi mano no se detenía. Mi palma estaba apoyada en el pomo, indecisa sobre si girarlo. Escuché otro ruido, y mi corazón se detuvo un segundo.
Cuando el pomo se movió bajo mi mano sin que yo lo tocara, solté un pequeño chillido.
La puerta se abrió lentamente y me quedé paralizada, con la mente en blanco. Pero lo que vi dentro no tenía nada que ver con mis temores.
—¿Por qué tardaste tanto en entrar? —preguntó Derek, mirándome con una ceja levantada. Estaba justo allí, de pie, tendiéndome la mano como si hubiera estado esperándome todo este tiempo.
—Pero qué...
—Vamos, apresúrate o no funcionará. —Su tono era apresurado, casi ansioso.
—¿Qué cosa?
—Esto.
Mis ojos se abrieron como platos al ver a Hunter tirado en el suelo, aparentemente inconsciente. Antes de que pudiera preguntar, Derek se adelantó:
—Lo noqueé... fue sin querer... o tal vez un poco con querer. Pero no te preocupes, todo está bajo control.
—¿Tú lo hiciste? —pregunté, sorprendida, mirándolo incrédula—. ¿Por qué?
Él sonrió, encantador como siempre, y me guiñó un ojo.
—Confía en mí.
—Tú... ¿qué planeas, Derek?
—Algo que me vas a agradecer después. Pero ahora necesito que me ayudes antes de que Zac lo note y venga a buscarlo. Vamos, ¿me ayudas?
—Yo... no sé. ¿Qué quieres que haga?
—Perfecto. Ahora escucha: tú lo vas a retener por la espalda cuando despierte, mientras yo hago... bueno, algo.
Negué con la cabeza de inmediato.
—¿Retenerlo yo? ¿Es una broma, verdad?
—El simple hecho de que lo rodees con tus dulces bracitos lo pondrá tan bobo que no se atreverá a moverse. Ese es mi plan. Si no funciona, pues no perdemos nada.
—No creo que funcione... —murmuré, sintiendo que esto era una mala idea.
Derek ignoró por completo mi protesta y se arrodilló junto a Hunter.
—Lo levantaré, y tú harás un esfuerzo por mantenerlo de pie. No será por mucho, ya que lo voy a despertar enseguida.
Aunque dudaba, terminé asintiendo. Derek ya había levantado a Hunter con facilidad, dejando claro que ahora era mi turno.
—¿Y si se enoja? Todavía no entiendo lo que intentas hacer.
—Confía en mí. Y si se enoja, será conmigo, no contigo.
Rodeé a Hunter por la espalda, haciendo un esfuerzo tremendo para mantenerlo en pie. Cuando Derek lo soltó, por poco el peso del cuerpo de Hunter me aplasta.
—Apégalo más a tu cuerpo —me ordenó Derek con una sonrisita.
—¡No haré eso!
—Vamos, hazlo por mí, ¿vale?
—No, Derek. No voy a hacerlo.
—Te mueres por hacerlo. —Su tono estaba lleno de malicia—. Vamos, hazlo. ¿Cuándo más vas a tener la oportunidad de tocar el tonificado cuerpo de este bombón?
—Pero... se va a enojar...
—¡Y qué! ¿él ya te ha jodido bastante a ti, no crees? Es momento de tu venganza.
¿Debería hacerlo? Suspiré, mi mente estaba dividida entre la culpa y la curiosidad. Sabía que estaba mal, pero las palabras de Derek solo alimentaban la tentación.
—Hazlo, maldita sea.
Y, bueno, esa fue la frase que me llevó al desastre.
—¿Está duro? —preguntó Derek, burlándose descaradamente de mí.
—Definitivamente eres un mal ejemplo.
Él se rió con descaro.
—¿Preparada, nena? Voy a despertarlo.
—¡No! No estoy preparada. Pero... sólo hazlo.
Mis manos sudaban mientras las tenía apoyadas en el pecho de Hunter, y, sin querer, mis dedos se deslizaron un poco.
Dios... Hacer aquello se sentía tan bien y tan mal a la vez.
—¿Crees que si lo golpeo despierte? —preguntó Derek de repente, sacándome de mi vergonzoso trance.
Intenté dedicarle una mirada de odio fulminante, pero el cuerpo de Hunter bloqueaba mi vista.
—No creo que eso ayude realmente —respondí con un suspiro cansado.
—¡Espera, ya está despertando! —anunció Derek con emoción repentina—. Increíble, sólo duró cinco minutos inconsciente, y eso que fue uno de mis mejores golpes...
—¡Vaya, qué lástima! —murmuré con ironía.
—Calla, calla —ordenó Derek con un gesto impaciente.
—¿¡D-despertó!? ¿¡Debo dejar de tocarlo!? —pregunté nerviosa, sintiendo un escalofrío cuando Hunter empezó a moverse. Apenas tuve tiempo de reaccionar antes de que él abriera los ojos y se incorporara. Mis manos seguían en su torso, temblorosas y, para mi vergüenza, todavía bajo su camisa. ¡Seguro que ya lo había notado! Y efectivamente, no pasó mucho antes de que sus manos se cerraran sobre las mías, deteniéndolas.
—Abigail... —murmuró con voz ronca, su tono grave me envió un extraño cosquilleo por la espalda—. ¿Por qué estás tocándome?
Me tensé como un resorte y traté de retirar mis manos de inmediato, pero él no me lo permitió. Sus dedos presionaron los míos ligeramente, manteniéndolos firmes en su lugar.
Intenté ponerme de puntillas para buscar a Derek al otro lado de Hunter, esperando que él saliera al rescate. Pero no estaba. Diablos. No. Lo. Encontré. Se había ido.
—¡No es lo que piensas! —me apresuré a explicar, con mi voz saliendo más aguda de lo que pretendía.
—No pensé que fueras ese tipo de chica —comentó Hunter. El maldito de Derek me las pagaría después —. Pero supongo que está bien, puedes seguir tocando si quieres.
—¿¡Qué!? ¡No, no, no! Yo no... —Intenté nuevamente retirar mis manos, pero él siguió deteniéndolas, obstinado.
—Eso sí... —me interrumpió, con un destello divertido en los ojos—. Si vas a tocarme, tendrás que dejar que yo haga lo mismo. Es lo justo, ¿no crees?
Antes de que pudiera procesar sus palabras, Hunter se dio la vuelta con una rapidez que me dejó boquiabierta, poniéndonos cara a cara. Mis manos seguían sobre su pecho, aunque esta vez no era él quien las mantenía ahí... era pura inercia.
—P-puedo explicarlo —balbuceé, sintiéndome como un ratoncito acorralado bajo su mirada intensa.
—¿Explicar qué? —preguntó, inclinándose hacia mí con un movimiento suave. Di un pequeño salto cuando sus manos rozaron mis caderas, su contacto fue firme y directo como un golpe de electricidad.
—Hu... ¡Hunter!
—Es lo justo —susurró él, su tono ronco iba acompañado de una sonrisa descaradamente coqueta. Sus dedos se deslizaron más arriba, rozando mi piel con deliberada lentitud.
—De... Deberías soltarme —murmuré con torpeza, aunque la seriedad en mi tono era cuestionable.
—Hmm... No. —Su respuesta fue rápida y despreocupada. Inclinándose aún más, susurró cerca de mi oído—: No quiero hacerlo.
Un escalofrío me recorrió por completo al sentir su voz tan cerca, profunda y resonante. Era extraño. No me sentía tan incómoda como debería, pero reaccioné de inmediato cuando sus manos subieron hasta toparse con el broche de mi sujetador.
—¡Hunter!
—Lo sé —dijo, su sonrisa burlona se desvaneció mientras adoptaba una expresión seria—. Derek, sé que estás ahí. Sal ahora.
—Eres un maldito cerdo, Hunter —respondió Derek, apareciendo de repente desde la sombra como si nada.
¿¡Pero qué estaba pasando!?
Hunter nos señaló a ambos, alternando su mirada entre Derek y yo con una intensidad intimidante.
—Ustedes dos... —dijo, su tono era bajo y amenazador—. ¿Qué se traen?
Derek no pareció ni remotamente afectado. De hecho, avanzó hacia Hunter con pasos relajados, deteniéndose tan cerca que parecían estar a punto de besarse.
—¿Y a ti qué te importa? —soltó Derek con una sonrisa provocadora, disfrutando de la tensión.
Hunter frunció el entrecejo, con su mirada fulminante fija en Derek.
—Me lo dices por las buenas o por las malas, te estoy dando una advertencia solo porque somos amigos. De otro modo, no lo habría hecho.
—¿Por qué estás tan gruñón hoy? —se burló Derek, con tono juguetón—. ¿Es porque te jodí tu plan de evitar a Abby?
Vaya... Así que Hunter efectivamente estaba evitándome después de lo del beso. No me sorprendía en lo más mínimo.
—Hunter... Hunter... Hunter... —murmuró Derek entre risas, divertido por la tensión en el aire—. Quizás te enojes conmigo después de esto, pero honestamente, no me importa.
Sin previo aviso, Derek golpeó a Hunter en el estómago. En el mismo instante en que el Vampiro pareció tambalear, Derek lo tomó por los hombros y sus ojos bicolores brillaron con una intensidad extraña mientras lo observaba fijamente. Lo sostuvo así durante un par de segundos que parecieron eternos, como si el tiempo se ralentizara. Luego, lo soltó y Hunter cayó de rodillas al suelo, respirando pesadamente.
—Espero que haya funcionado... —musitó Derek para sí mismo, pasando una mano nerviosa por su cabello alborotado—. Si no, voy a tener que salir huyendo. Tal vez me vaya a China, cambie mi apariencia y no vuelva a verlo hasta dentro de treinta años... o tal vez más.
Me acerqué a Derek, intentando que notara mi presencia.
—¿Qué fue lo que hiciste?
Él rió sin humor, mordiendo su labio con nerviosismo antes de responder.
—He intentado controlar sus sentimientos... Si todo sale bien, ya no intentará evitarte. Pero si sale mal, seguirá comportándose como un idiota y, además, querrá matarme.
—¿¡Entonces...!?
—Ah, pero espera... Olvidé un pequeño detalle. Si todo va bien, el efecto probablemente dure unas siete u ocho horas, teniendo en cuenta lo terco que es y lo mucho que tiene reprimido hacia ti. Y no solo eso... Lo más probable es que se ponga demasiado cariñoso, eso sería lo normal. Ahora que lo pienso, tal vez no fue una buena idea.
—¿Qué estás diciendo?
—Creo que actué por impulso. Perdón... Aunque, quizás te guste conocer a un Hunter demasiado empalagoso y cariñoso. Espero que no se ponga excesivamente atrevido... En serio, me sorprendió que actuara así hace un rato, pensé que contigo se controlaría. En fin, puede que haya hablado demasiado. Hoy te quedas sola, ¿verdad?
—Este... sí, pero...
—Perfecto —me interrumpió con un suspiro de alivio—. Entonces me voy. Y por favor, si funciona, mantenlo aquí y no lo dejes salir. Si no funciona, también mantenlo aquí e intenta convencerlo de que no me mate.
Alcé las cejas, totalmente sorprendida.
—¿Es en serio? ¿Vas a irte?
—Tic toc, los segundos corren —dijo, mirando hacia la ventana con nerviosismo—. Él va a despertar pronto, y no quiero arriesgarme. Estarás bien, lo sé. Y por cualquier cosa, no estaré muy lejos.
Derek se apresuró a caminar hacia la ventana, echando furtivas miradas atrás, claramente inquieto.
—Se me olvidó decirte algo —comentó cuando ya estaba a punto de saltar—. No debes, escúchame bien, no debes por nada del mundo corresponder a un beso. Eso podría ser realmente peligroso para ti... ¿Cómo te lo explico? Él podría "emocionarse demasiado". Solo... no lo beses. ¿Entiendes a lo que me refiero con "emocionarse demasiado", verdad? Espero que sí. Adiós, hermosa, y por favor, no me odies.
Con esas últimas palabras, Derek saltó por la ventana, desapareciendo en la oscuridad de la noche.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top