Capítulo 13: Haremos como que nada pasó
-¿Dónde andabas? -preguntó mi padre con los brazos cruzados frente a mí, su postura rígida proyectaba su evidente descontento.
Acababa de llegar a casa. No era demasiado tarde, pero tampoco había avisado a nadie que saldría. Después de la escuela, había tardado un poco más regresar debido a mi aventura sobrenatural con mi ex novio y mi queridísima amiga, Georgina. Sin embargo, mi participación fue breve; tan solo unos minutos después de llegar, Derek nos pidió a Georgina y a mí que les dejáramos a solas.
-Salí con Adam -respondí vagamente, intentando rodearlo para subir a mi habitación, pero él volvió a hablar, obligándome a detenerme.
-Bien, eso fue ahora. Pero mi pregunta va por ayer en la noche. Curiosamente pasé por tu cuarto y no estabas allí. ¿Qué pasó, Abigail?
Mordí mi labio, sintiendo un nudo de tensión en el estómago. Había dormido en la cabaña de Hunter, pero no había manera de explicarle a mi papá que no llegué a casa porque un Vampiro-Lobo se volvió loco y me atacó. Mentirle me incomodaba, pero tampoco podía decirle la verdad.
-Me quedé a dormir en casa de Fei. No te llamé porque se me descargó el móvil y no quise molestar -mentí, intentando sonar casual.
-¿Estás segura? -preguntó, observándome detenidamente. Asentí, pero él no parecía convencido-. Porque anoche llamé a los tutores de Fei y me dijeron que no estabas allí. ¿Algo que decir?
El silencio se apoderó de mí, incapaz de inventar una excusa.
-¿Entonces no vas a decirme en dónde pasaste la noche?
ㅡ No hice nada malo...ㅡ Mascullé una respuesta apenas audible.
Él alzó ambas cejas mirándome con sorpresa por un breve segundo, luego, su rostro volvió a tornarse serio.
-Entrégame tu teléfono y tu computadora -dijo, extendiendo una mano. Su tono era firme-. Si no quieres hablar, no los tendrás de vuelta por un buen tiempo.
-Pero...
-¿Vas a decirme la verdad?
Miré hacia mis zapatos y negué con la cabeza.
-Enseguida te traigo las cosas.
Sin más opción, fui a mi cuarto, sintiendo la tensión en cada paso. Cuando regresé con el teléfono y la computadora, él lucía más tranquilo, aunque todavía firme. Le tendí los dispositivos y, después de un momento de duda, los tomó.
-Aún puedes decirme la verdad y devolverte tus cosas -insistió, mirándome con un dejo de preocupación.
Me mantuve en silencio. No podía, ni quería, hablar.
-Llevas puesta la misma ropa de ayer -continuó él, examinándome-. ¿No vas a decirme qué pasó?
Suspiré, tratando de mantener la calma.
-¿No te basta con saber que llegué a casa bien? Eso debería ser suficiente.
Él me miró con una mezcla de desconcierto y decepción.
-No entiendo tu comportamiento -suspiró finalmente-. Si no vas a decir nada, puedes subir a tu habitación.
━━━━━━━━━※━━━━━━━━━
-Apuesto a que me extrañabas.
Un grito escapó de mis labios, y caí de la cama al escuchar la voz de Derek. Al levantarme, noté que junto a él estaban Hunter y Zac. ¿Cómo no los había notado al entrar? Casi moría del susto.
-¿Qué hacen aquí? -pregunté, intentando calmar mi corazón acelerado.
Derek esbozó una sonrisa ladeada.
-No lo sé, pregúntaselo a Hunter.
Miré a Hunter, quien lucía visiblemente molesto.
-Les dije que no me siguieran -murmuró entre dientes.
-¿Qué sabíamos nosotros que vendrías donde ella? -se defendió Derek con un tono despreocupado-. Dijiste que irías a cazar.
Tragué saliva, sintiendo la intensidad de la mirada de Hunter sobre mí.
-Hmm Derek... -musité-. ¿Qué pasó con Adam? Pensé que estarías con él.
-Tu novio tiene un carácter especial... y serios problemas de autocontrol-dijo el híbrido de ojos bicolores mientras soltaba un suspiro pesado- Cuando intenté hacer que soportará a Zac, él muy hijo de puta no aguantó ni tres míseros segundos y le atacó.
Dediqué una mirada rápida para examinar a Zac. A simple vista no parecía haber recibido daño alguno, por suerte.
ㅡ¿Tú también eres un híbrido como Derek, Zac?ㅡle pregunté.
El chico negó.
ㅡSoy vampiro, pero fue Derek quien me transformó hace unos años.
-¿O sea que Derek puede transformar a humanos en Lobos y Vampiros? ¿Y acaso... en híbridos también?
-Pues, no en híbridos -aclaró Derek con una sonrisa arrogante-. Solo yo soy así. Verás, cuando convierto a alguien éste se convertirá en lo que yo era en el momento de convertirlo, ¿comprendes, preciosa?
Asentí, sintiéndome abrumada.
-Todo esto es tan extraño... Aunque sé que es real, parece como si estuviera en una película...un sueño... o algo así.
Para mi sorpresa, Zac se acercó y, sin previo aviso, me envolvió en un abrazo. Me quedé inmóvil, completamente desconcertada. No entendía por qué me abrazaba, apenas nos conocíamos, pero su gesto era cálido, genuino.
ㅡSupongo que al haber sido convertido puedo entender bastante el cómo te sientes, disculpa si te abrumé...ㅡComentó el chico sin dejar de abrazarme todavíaㅡ. Tal vez no ayude mucho, pero si quieres, puedo responder todas tus dudas sobre nosotros. No te haré daño, Abby. Podemos ser amigos.
Soltó una suave risa mientras se apartaba, y yo solo pude mirarlo, aturdida. ¿Cómo un Vampiro podía ser tan... adorable? Con su dulzura, Zac me recordaba a un enorme oso de peluche, por raro que eso pareciera.
ㅡEs encantador, ¿no es así?-añadió Derek con una sonrisa divertida.
-¿Te gustaría oír mi historia y por qué fui convertido? -sugirió Zac, con un brillo peculiar en los ojos.
-¡Sí, sí! Yo quiero oírla -interrumpió Derek con entusiasmo-. Adoro tu historia, tiene mucho drama.
Zac rodó los ojos.
-Eh... la pregunta iba para Abby.
Derek bajó la cabeza, fingiendo desilusión.
-Oh...
-¿Les importaría irse? -intervino Hunter, cruzando los brazos con gesto impaciente-. Quiero estar a solas con ella. Ahora.
Derek dejó escapar una risa burlona.
-¿Por qué?
-Te vas ahora o te lanzo desde aquí hasta el bosque -amenazó Hunter,
-¿Podrías hacerlo? -Derek sonrió, desafiante-. No, en serio, sería divertido intentarlo.
-Derek... -murmuró Zac, dándole un leve empujón-. Es mejor irnos.
Derek suspiró con fingida resignación.
-Oh... pero eso no estará bien. Aunque bueno, ¿qué se le va a hacer? -se encogió de hombros y caminó junto a Zac hacia la ventana-. Una más, una menos... Solo cuida de no lastimarla demasiado, ya sabes, lo de siempre. Y asegúrate de que cuando su familia la encuentre muerta, parezca que ella misma lo hizo. ¿Entendido, Hunter?
Antes de que pudiera reaccionar, ya se habían esfumado. Habían saltado, desaparecido, volado... quién sabe cómo lo hicieron. Solo se fueron en un parpadeo. Tragué saliva y me giré para enfrentar a Hunter, que me observaba con una intensidad perturbadora. Su mirada estaba oscura, su respiración agitada y su postura tensa. Dio un paso hacia mí, y yo retrocedí por puro instinto.
-¿Qué piensas hacerme? -pregunté, sintiendo cómo me embargaba la ansiedad-. ¿De verdad planeas matarme?
Hunter no apartó los ojos de mí, como si estuviera intentando leer cada uno de mis pensamientos.
-No hagas nada inapropiado -ordenó en voz baja-. Y ni se te ocurra gritar.
Dio otro paso y mis nervios se desbordaron. Sin pensarlo, solté un pequeño grito y corrí hacia la puerta, pero antes de alcanzarla, él me rodeó y cerró esta tras de mí, echando el seguro. Sentí su pecho contra mi espalda, y sus brazos me rodearon, atrapándome en el lugar. Mi patético intento de huida había terminado. Me quedé quieta, sin saber qué esperar.
-No grites -susurró cerca de mi oído-. No voy a lastimarte.
-Pero...
-Calla -replicó. Su cercanía me incomodaba de una forma que no podía explicar-. Derek solo estaba bromeando. Pensé que lo sabrías.
Me separé de él de golpe, furiosa.
-¿Entonces por qué no lo dijiste desde el principio en lugar de actuar como una reina del drama? ¡Esa mirada que me lanzaste fue una locura!
Hunter frunció el ceño, molesto.
-¿De qué hablas? ¿Y cómo es posible que creas que voy a matarte, cuando ya te salvé la vida dos veces?
Cruzándome de brazos, le sostuve la mirada.
-¡Claro que no lo creí! -Él rodó los ojos-. Pero es que fue esa maldita mirada tuya la que me asustó. Es como si pudieras comerme con la mirada...
-¿Perdona? -Hunter me miró con incredulidad.
Bajé la vista, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas.
-Bueno, me refiero en el sentido literal, comer... devorar... no figurativo.
¡¿Por qué no podía cerrar la boca antes de empeorarlo?!
-Ya veo... así que eso es lo piensas -Hunter soltó una risa baja. No esperaba que riera. Me sentía tan estúpida-¿Ya estás más calmada?
Exhalé pesadamente, liberando toda la tensión.
ㅡ Claro, pero en el futuro evita actuar como una reina del dramaㅡ le reproché, intentando sonreír para aliviar el ambienteㅡ En lugar de responder un "No, Abby. Derek sólo habla estupideces, pero en realidad yo no te haré daño." No vuelvas a hacer algo así, me asusté mucho.
ㅡBueno, es normal que te asuste.
Asentí.
ㅡSupongo, deberías asustarme... eres un Vampiro, después de todo.
ㅡ¿Entonces admites que me tienes miedo?
Solté una risa burlona.
-No te tengo miedo.
Bueno, a veces, muy de vez en cuando, sí.
ㅡ¿Estás segura de eso?
ㅡBueno, yo...ㅡchasqueé la lenguaㅡ Creo que más bien se trata de desconfiaza.
-¿Desconfianza? -arqueó una ceja, evaluándome-.¿Desconfías de alguien que ya te salvó la vida y que, si quisiera, podría terminar contigo aquí mismo?
Me encogí de hombros.
-No me harás nada porque tenemos un pacto, y tú mismo dijiste que no eras un Vampiro malo, ¿recuerdas?
Hunter sonrió con cierta suficiencia.
-Así que me creíste. No parece que desconfíes de mí.
Rodé los ojos.
-¿A dónde quieres llegar con esto?
-No lo sé... entender un poco tu comportamiento, supongo.
-¿Quieres que confíe en ti?
-En parte ya lo haces, ¿no? -rió-. Eres algo ilusa...
-¡¿Ilusa?!
-Bueno, tal vez "demasiado inocente" suena mejor. Parece que todavía no te has dado cuenta de ciertos detalles.
Le fulminé con la mirada, pero él ya se había acercado lo suficiente como para que mi corazón latiera con una mezcla de ansiedad y algo que no entendía del todo. Sus ojos recorrieron mi rostro, atentos a cada pequeña reacción, y sin darme cuenta, retrocedí un paso. Él abandonó su sonrisa burlona y adoptó una seriedad que tensó el aire.
-No te muevas... -musitó con voz baja y grave.
Llevó su mano a mi cabello, tomando un mechón con delicadeza. Lo acercó a sus labios y lo besó suavemente, como si fuera lo más natural del mundo. Mi mente se detuvo.
-Tu aroma... me gusta eso.
¿Qué demonios estaba haciendo?
Sin apartarse, deslizó el mechón tras mi oreja con un cuidado inesperado, manteniéndome cautiva en su mirada. Nos quedamos mirándonos en silencio, hasta que vi su atención desviarse a mis labios, y un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo.
-¿Qué haces...?
Antes de que pudiera decir algo más, sus labios tocaron los míos, apenas fue un roce, casi como si estuviera probando un límite. Y aunque no se trató de un beso apasionado, sentí algo extraño ardiendo en mi pecho.
-Será mejor que olvidemos que estuve aquí esta noche... -dijo Hunter, retrocediendo de golpe.
¿Qué? ¿¡Cómo puede decir eso ahora!?
Hunter comenzó a caminar hacia la ventana, como si realmente fuera a marcharse sin más. En un impulso, lo llamé por su nombre, haciendo que se detuviera. Me posicioné frente a él y puse las manos sobre sus hombros, tirando de su cuerpo para acercarlo a mí. Me puse de puntillas, con mis labios a un suspiro de los suyos, pero dudé.
Quedamos a un centímetro de tocar nuestros labios, los dos congelados en el lugar, él con sus manos en mi cintura y yo rodeando su cuello. Nos mirábamos como si no entendiéramos en qué habíamos caído.
-¿Qué estoy haciendo? -musité en voz baja.
Su expresión cambió, y vi una sombra de decepción en sus ojos. Apartó sus manos de mi cintura y desvió la mirada, con una dureza repentina.
-Entonces suéltame -gruñó-. ¿Qué esperas?
Me quedé inmóvil, confundida por su cambio de humor, pero sin poder soltarle. En el fondo, sabía lo que quería hacer.
-Abby, suéltame ahora, o haré algo de lo que ambos nos arrepentiremos.
Seguí sin soltarle. Sus ojos se clavaron en los míos, y antes de darme cuenta, murmuré:
-Hunter... No sé por qué, pero quiero...
-No, no quieres -me cortó de golpe-. Lo dices ahora, pero luego te arrepentirás... esto no está bien.
-Tal vez no esté bien, pero... -tragué saliva, buscando entre mi nerviosismo alguna excusa que pudiera convencerlo-. Podríamos dejarnos llevar esta vez y luego fingir que no pasó...
Hunter frunció el ceño, y el brillo en sus ojos pasó de la incomodidad a la desilusión. Claro, ¿cómo no iba a parecerle una mala idea? ¿Qué clase de persona sugiere algo así? Mi comentario me hacía sonar como alguien que juega con los sentimientos de los demás, y yo... yo no era esa persona, pero ¿por qué había elaborado algo tan estúpido?
-¿Pretendes jugar conmigo? -tomó mis manos y las apartó de su cuerpo-. Sé que no dejarías al Lobo por mí.
¿Él pensaba que mi duda tenía que ver con Adam? Dios... nosotros ni siquiera estábamos juntos. Parecía que ya no podía decir nada para arreglar la jodida situación. La había cagado.
-Oye, tranquila -continuó diciendo, acompañado de una risa seca-. No voy a decirle nada. Además, no pasó nada. Como sea... -Hunter se encogió de hombros-, será como tú dijiste. Haremos como que nada pasó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top