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Recapitulación
La vida en Teneriferos no se tornó más interesante. En toda su historia siempre ha habido grandes batallas y conflictos. Olivia Y Gobio están obsesionados en una máquina que el mundo jamás haya visto, alentados por una ambición grande. Osdar está preocupado por la voz que escucho cuando todos aquellos soldados muertos llegaron a las costas de Irem, teme que haya sido hechizado o este volviéndose loco. Abrahm con la promesa de su padre, Logró tener la paz con Sorus, Teniendo que llevar al rey de Tonatiuh ante el rey máximo de Feroe, teme lo que pudiera suceder.
Los grandes, fuertes y acogedores troncos de roble de las paredes del gran salón de Pevan aguardaban a Santiago de Bustamante, Junto a una parte de su comanda, Reunidos por sed de sangre Feroés.
La ciudadela de Pevan estaba a relativa corta distancia de Irem, sin embargo sus tierras no se tocaban en esa parte de los dos reinos, entremedio estaba el vibrante mar Arragón. Santiago de bustamante, el rey se hospedaba en esa ciudadela ya que está en un punto estratégico para sus próximos planes, y próximas batallas.
Las personas importantes que lucharon en la próxima guerra estaban en una reunión, en ese mismo gran salón, inmenso donde Santiago estaba en su trono, hecho de madera fina en forma de huesos. Todo el trono parecía un esqueleto, pero se veía cómodo con partes de piel y peluche, Y un cráneo que sobresalía por arriba de la cabeza de Santiago.
Frente a él estaban los treinta Hombres y Mujeres de la comanda, los cuales reinarán como uno solo cuando Santiago muera, esto porque el rey no tuvo descendientes, o familia. Todos esos hombres y mujeres estaban de pie, en una inmensa grada escalonada dentro del salón, toda hecha de madera y con miles de decoraciones tallados en la misma madera.
De pronto llega un guerrero, que en su mano izquierda traía una lanza, después de entrar cerró la gruesa y pesada puerta de madera en la entrada del salon, ya estando dentro quitó su gorra de piel y se calentó las manos en un fuego de un balde de oro. En unos instantes ya estaba caminando hasta el trono, donde estaba Santiago, se inca ante el.
— Mi señor, Creo que los planes se aplazarán unos días.
— De qué hablas hijo —Responde el anciano de Bustamante—, Nada ni nadie impedirá que Orban sea temido por todos los Dioses ajenos a nosotros.
— Mi señor, se bien eso, pero sus barcos, sus barcos que vigilaban las costas Iremies han sido destruidos, completamente despedazados —Aclara el guerrero.
— De qué hablas —Dice Santiago alarmantemente y despues se queja en voz alta—, Entonces nos atacaran. Deberíamos estarnos alistando en este momento.
— No mi señor, fueron piratas. Nuestros espías en Irem escucharon el reporte del rey Guido, donde decía que piratas se habían encargado de destruir los barcos y después se desaparecieron, como siempre.
— ¿Pero los espías vieron los cadáveres de los piratas, con sus propios ojos?, ¿hay alguna forma de confirmar los informes? —Pregunta el rey.
— También dijeron que los cadáveres de nuestros guerreros y mis compañeros fueron arrojados al río que pasa por la ciudadela de Irem. Pero nuestros espías solo vieron cadáveres de pevanos y otros más que no distinguieron que uniforme portaban. Eso sabemos mi señor —Responde el guerrero y sale de prisa del gran salón colocando de nuevo la gorra de abundante peluche.
¡Termine! ¡Termine! Por fin mi señor. Gracias dios mío. Esto será en tu honor Dios mío —Dice Gobio que acaba de terminar la Algetalbra—, Tengo que avisarle a Olivia.
Sale del taller, Traía puesto una bata delgada y arrugada de color blanco que le llegaba hasta las rodillas. Cuando caminaba a decirle a olivia más bien parecía que iba bailando, Y sus chamorros y pies delgados eran muy graciosos.
En la ciudadela de Irem existen dos muros, uno que protege a la ciudadela y otro que protege al castillo. El segundo muro, el que protege al castillo es mucho más alto; Por ahí vagaba olivia, traía puesta como siempre un sucio vestido verde, con grabados en negro. Después de caminar y ver todo lo que la rodeaba se sentó en el filo del precipicio, y se puso a reflexionar.
El gran imperio que su padre había forjado era una admiración para ella. Tantas batallas ganadas, Y Ella creería que nada ni nadie podría jamás ganarle una batalla a Irem. Solo pensaba en aquel día en que todo Teneriferos sea de los Ferrer, Algo que su padre anhelaba desde que se convirtió en rey de Feroe.
Gobio había vagado por la ciudadela, finalmente la vio arriba del muro donde toda la ciudadela la veía brillar por los rayos del sol.
¡Olivia! Oliva —Dice Gobio cansado de correr hasta Olivia, La miraba desde abajo del muro y con sus dos brazos temblorosos le apuntaba—, Él hace una seña con su cabeza queriendo decir que su creación esta lista.
De inmediato la cara de Olivia cambia al saberlo y da un brinco para treparse en un pino y despues bajar de un brinco hasta el suelo, después corrieron los dos, obviamente olivia iría al paso de su amigo Gobio.
Llegan al taller de Gobio y ahí estaba; De madera, Papel y clavos. Se veía lo imponente de la máquina. Con solo verla Olivia y Gobio se imaginaban volando y derrotando a cada enemigo opuesto a ellos, o incluso construir miles y volver a Foros un imperio indestructible. Con su elegancia enamoraba y su maquinaria temía, Algo fuera de lo común, Algo hasta místico y hasta fuera de este mundo.
— Olivia, Está aquí. No ha sido probada pero sé que funciona, Pero tienes que entender que Si esto lo ven los soldados llegara la noticia a todo mundo. Si eso sucede podrían suceder cosas malas para todo Feroe. También debes recordar que tu madre se opondría al ver esta máquina y seguramente la querrá destruir con tan solo verla —Declara Gobio.
— Debemos probarla en el bosque, Ahí nadie nos verá, Pero tiene que ser ahora. Pronto caerá la noche y los animales del bosque podrían traernos problemas.
— Claro mi niña, buscare la carretita —Dice Gobio.
En eso Gobio se agacha y coloca su cabeza en el suelo, después mira hacia todas partes y logra ver la carretita debajo de un mueble. Se encamina a sacarla y Olivia le ayuda, salta polvo pero Gobio la revisa y se da cuenta que no está desbaratada o en mal estado. La colocan a un lado de la pesada Álgebra y después cada uno de una lado la levanta y la ponen sobre la carretita.
Le quitan una tela que cubría otro artilugio y la colocan sobre la Algetalbra. Gobio hace un hueco entre las enredaderas y ve que no hay nadie en el jardín, velozmente sacan la Algetalbra transportada en la carretita, que era una tabla en el suelo levantada por ruedas de madera y una cuerda que Gobio y Olivia empujaban así lográndose llevar la Algetalba facilmente. Ya afuera tienen del segundo muro tienen que cruzar el río que rodea el este de la ciudadela.
Estamos aquí reunidos Y espero que estemos todos aún juntos cuando seamos los dueños de Teneriferos. Hemos tenido algunos inconvenientes, Se ha informado que a las costas de Irem llegaron nuestros soldados, acompañados de piratas, ¿De dónde serían esos piratas? Seguramente de nuestro reino, O el de Feroe; No sabemos Pero nosotros diremos que fueron piratas enviados desde Irem Y Eso nos dará fuerza, Valor y lo que más cuenta, la inteligencia —Dice Santiago en su trono— Como sabrán yo solo soy un viejo rey, No tengo descendencia, mucho menos familia, Por eso los instruyó a ustedes. Orban no solo tendrá un rey, tendrá treinta reyes, Porque treinta son mejores que uno Y el valor, la fuerza y la inteligencia será su mejor arma. ¡Que se jodan todos los demás malditos reinos con sus inexistentes dioses! ¡Orban será el que acabe con todos! No podemos retrasar el plan, Tenemos un cometido y se cumplirá.
Todos en la sala alaban a su rey, al igual que gritan muchas palabras de humillación al reino de Foros.
Santiago se deja recargar plácidamente en su trono y sonríe, está feliz y ansioso por lo que cree que sus dioses le tienen preparado para su reino.
La claridad del cielo estaba más ausente. Los troncos de los pinos resplandecían color verde en la oscuridad del bosque y los murmullos aparecían constantemente. Habían vagado por quince minutos en el bosque, la carretita saltaba a brincos al chocar con las rocas y Gobio ya se notaba cansado.
Repentinamente Gobio se detiene, coloca sus manos en sus rodillas para disipar un poco el cansancio, Pero no basta para su tomar aire que llenaran sus pulmones, se deja caer al suelo, pero aún mantiene fuerzas para levantarse, se limpia el sudor y hierbas que traía en la cara con un pañuelo que saca de sus prendas.
La algetalbra por casualidad queda varada en una pequeña pendiente, en el entorno salían picos de rocas apenas unos pocos centímetros, pero a lo lejos se veían aun mas grandes. Olivia solo tuvo que empujar un poco la máquina para que quedara en el filo de la colina, cuando termino de colocarla sonrió, porque había visto que frente a ella estaba libre de pinos, era el lugar indicado. Gobio lo observó y se levantó del suelo y en un tronco de pino se apoyó para subir sin muchas complicaciones.
— ¡Quedo! Olivia, tendrás que tener mucho cuidado. Ya te he dicho que yo al ser tan viejo no podré usar la máquina, Y si te accidentas y caes muy lejos tardare mucho en irte a buscar —Dice Gobio.
— Sí. Tendré cuidado. Tú sabes que si me pasa algo no te culpare de nada, no podría hacerle eso a mi abuelo —Dice Olivia mientras se pone unas gafas redondas de madera, varios cinturones de cuero y subiéndose a la máquina— Casi anochece, los lobos vendrán y mi padre se preocupara si no me encuentra.
La oscuridad ya se hacía vigente en el bosque, pues los árboles tenían la oscuridad consigo, pero había pequeños espacios donde se notaba la luz del atardecer y se reflejada de color verde en los troncos. Quedaban algunos minutos de luz en Irem, olivia tendría que ver esa luz al surcar los cielos con esa máquina y lograr pasar desapercibida.
— Olivia. Recuerda cómo te he dicho que se controla, Concéntrate, pero tambien dejate llevar por el viento; asumo que eso servira.
Olivia estaba seria, Muy concentrada. Se lamia los labios tragando su sudor. Se acomodó en el asiento de tablas de la algetalbra y estaba lista. Tenía sus manos en dos palancas de madera que sobresalen de la estructura y su vista en el horizonte, donde volaban cuervos a la distancia, decorando el bello atardecer
— Olivia, Toma esto, te servirá —Le dice Gobio a Olivia angustiado, en sus manos viejas y temblorosas tenía un costalito de tela café, pero seguía dudando de darle esas hierbas o no.
— ¿Qué es esto Gobio? —Le pregunta Olivia.
— Es algo, unas hierbas que me dio un amigo cocinero, él venía del norte; donde vive la nieve como césped. Normalmente diría que es lo que menos necesitas, pero te servirá por si necesitas valor —Dice Gobio y se vuelve a limpiar el sudor mientras mira el atardecer.
— ¿Qué tengo que hacer? —Pregunta Olivia, se inclina desde dentro de la máquina hacia afuera y le toma el costalito marrón a Gobio.
— frotando en la nariz. Al cabo de un tiempo te sentirás muy bien y feliz, pero concéntrate, que no se te olvide. Estoy seguro de que te hará de mucha ayuda, como lo hace conmigo.
Gobio camino hasta el frente de la máquina, ahi habia unas espigas de madera que giraban en forma concéntrica, Gobio con sus manos las empujaba y unas poleas que estaban atadas a la superficie de cada una, y que hacen que giren independientemente. De un momento para otro las hélices ya giraban por sí solas, pero la máquina hacia movimientos raros y sin sentido.
Gobio salió de esa zona, las hélices ya se movian por si solas y solo esperaría a que la máquina empezará a volar. Olivia se estrujaba por el movimiento de la máquina, giró su cuerpo para ver a Gobio detrás de ella, lo miraba preocupado, pero Gobio solo le hacía señas con las manos que ella no entendía y por el enorme sonido de la máquina no se escuchaban uno al otro.
Las expresiones de Gobio eran espeluznantes, estaba muy asustado e inquieto y trato de detener la máquina, se acercó a las hélices pero antes de que llegara la máquina hizo un ruido enorme y salió disparada hacia el horizonte. Gobio fue lanzado hasta un árbol cercano, pero parecía no haberle afectado y de prisa se levantó del suelo.
Olivia sintió dolor en su hombro, se miró y vio una herida. Ella estaba en mala postura, debía estar de frente pero ella hacía justo lo contrario. Cuando la máquina salió disparada olivia salió lastimada.
Pero de inmediato se colocó en la posición adecuada y asintió no tener dolor de la herida. Poco a poco su cara se llenó de felicidad, pues Aquella máquina funcionaba a la perfección. Sentía el aire correr por cada parte de su cuerpo, Algo que jamás había sentido. La máquina no se podía controlar muy bien pero no le importó.
De pronto estaba viendo que todo irradiaba luz. Todo en su cabeza daba vueltas y se retorcía las copas de los árboles en sus ojos. No paraba de reír y sus propias carcajadas se repetían miles de veces en su cabeza.
Gobio logró observar la fina maquina, corrió hasta otra colina y en algún lugar tropezó con su bata blanca y lazos que colgaban de ella. Vio la máquina volaba junto al viento y sin más preocupaciones se río, vio que Olivia estaba bien y siguió el camino de la máquina.
De repente había alguien en la cabeza de Olivia que le decía que bailara y Olivia lo hizo dejando de lado los controles de la máquina, no pasaba nada, se reía y reía y se sentía increíble completamente libre. Al poco tiempo todo se tornó oscuro y en un segundo se le borro todo de la mente dejándola tirada en el suelo.
— ¡Olivia! ¡Olivia! Oh Dios mío quítame la vida y dásela a ella. Soy un tonto Dios, soy un tonto —Decía Gobio a Olivia que estaba desmayada en el césped, sucia, y maltratada. Con los restos de aquella máquina desperdigados por todas partes y Aullidos de lobos por todas partes.
De pronto Olivia recobro la razón y despertó extrañada. Levanta la cabeza del suelo e intenta hablar, pero traía tierra en su boca, escupe la tierra y habla con Gobio.
— ¿Qué sucedió? —Pregunta Olivia.
— Oh Olivia. Todo salió mal. Tienes golpes en todo el cuerpo, el sol ya cesó.
— ¡Que! No puede ser, Tenemos que irnos Y yo que apenas me acuerdo de que paso.
— No Olivia, tuve que llamar a tu padre. Fui con tu padre En vez de buscarte, fui a decirle al rey lo que pasó y que yo tuve la completa culpa. Perdóname Olivia, Perdóname —Dice Gobio llorando, después le daba golpes al suelo y saltaba mucha tierra.
Ahi se queda tirada, y Guido se sigue lamentando. Escucha aullidos de lobos pero a la niña ya no le importa; era su madre junto con hombres que portaban lobos, pero a su padre jamás lo vio.
En medio de los pantanos de camino a Irem va Abrahm, junto con Tonatiuh. Los pastizales sobresalen en pequeñas islitas a las orillas del camino real, Casi tan alto como un hombre. Iban cabalgando, detrás de ellos hombres que miraban los plantíos y a las mujeres cosechando. En frente de la guardia estaba Abrahm, Nester, August y Tonatiuh junto a José.
— ¿Qué objetivo tiene? —Pregunta Augusto a José.
— ¿Qué Augusto? —Responde Abrahm desinteresado.
— El pregunta que; ¿Qué objetivo tiene? —Responde José.
— No entiendo tu pregunta —Dice Abrahm.
— Bueno; Según sus dioses a como lo veo yo que soy ateo, Los dioses te dan una vida, Te dan la alegría de procrear una vida, Placeres increíbles ¡Te hacen amar! Te dan una hija, dos o tres incluso diez los que tu quieras, Te dan la oportunidad de crear un patrimonio con riquezas, propiedades, Un ejército, Amigos, Pero de pronto todo se torna gris y así es como los dioses te quitan todo lo que te hicieron amar con la muerte —Dice Tonatiuh.
— No todos pueden tener fortunas o procrear una familia o propiedades, Muchos son vendidos a partes que aún no conocemos. Pero si, estas en lo correcto; Te dan cosas para que las ames y después te las quitan, pero nada se compara a la pérdida de un ser querido. De igual forma Dios te lleva al paraíso, si aceptaste sus mandamientos claro.
— Es cierto, Sí, es cierto. No entiendo porque los reinos se aferran a un dios, incluso hay lugares donde hay más de un dios. En Foros decidimos ser libres, Sin reglas, así la vida es más feliz. Siendo libre —reflexiona Tonatiuh— No importa si al término de tu vida vas al cielo, al paraíso; pues en vida viviste atado de manos y pies, donde solo te hacen leyendas cuando mueres. He escuchado de los pecados, ustedes los ven como lo más vil, lo más bajo mientras en mi reino lo vemos como la llave que cierra la puerta, te dejan encerrado en una habitación oscura, mientras otros que son libres gozan de todos los placeres habidos y por haber.
— Eso lo tenemos en el cielo; los placeres, tal vez sí, tal vez no, pero si te digo que no me agrada mucho la religión en Irem. Pero ya callados todos que la noche ya llego por estos valles —Advierte Abrahm.
José y Augusto no hablaban mucho, pero eran los que más conversaban en la marcha, algo que extraño a Abrahm y que al parecer raramente ellos dos se comenzaban a hacer amigos.
Otro día más, en una parte del mundo despiertas y en la otra estas listo para fornicar en la oscuridad de la noche; Otra historia por escribir. El sol aparecería por completo en minutos Y las almas de Pevan estarían despertando ebrios y cansados, Exceptuando el rey y la comanda.
Ahí estaba Odal Y sus dos amigos; Borrachos, Y Tirados en el suelo de una cantina de la ciudad.
— Háganse a un lado. Tengo que mear —Dice Odal, completamente ebrio con la voz confundida y torpe. El acababa de despertar y tenía ganas de mear, pero sus amigos le tapaban el camino a uno de los corrales de cerdos.
— Tranquilo Odal. No vayas a mearme encima —Contesta Carlos. Que ya estaba despierto unos minuto antes.
— Despierta a Maury. El día comenzó y el rey comenzara a decir el plan a más tardar mañana. Tenemos que evitar embriagarnos para la guerra. Hay que comenzar a planear nosotros nuestro plan —Indica Odal pateando a su amigo Maury después de haber terminado de mear.
—Claro Odal. Tú sabes que siempre te seré fiel. El trono era tuyo por derecho. Y juntos lo recuperaremos —Dice Carlos mientras despierta con cachetadas a Maury.
Maury despierta tranquilamente y ve a Carlos cacheteando a lo que él responde con empujones.
— ¡que! ¿Qué pasa? —Pregunta Maury.
— Mi amigo. Se acerca el gran día, Hay que alistarnos —Dice Odal y le da unas palmaditas en la espalda y después le mete los dedos en la boca.
— ¿Qué haces tonto? —Pregunta Maury.
— Acaba de mear —Dice Carlos apenas pudiendo hablar de la burla que le hace a Maury.
— No. ¡qué asco Odal! Ya me las pagaras —Dice Maury apenado y enojado, pero feliz de la amistad que tiene con Odal.
— Es solo para que te despabiles. Solo enjuágate la boca. Tenemos que hacer nuestro plan.
El sol ya calaba en las caras de Abrahm y el rey de Sorus. Pero ya estaban entrando a la zona de cultivos de Irem. Los habitantes de las granjas miraban a este rey cobarde de Sorus con desprecio, Pero en cambio las mujeres miraban la espléndida hermosura de su hijo Nester con anhelo. El príncipe Nester dejó atónitos y perplejos a toda mujer de Irem, lástima que Nester no podía concebir a ninguna de ellas.
Nester provocaba orgasmos a las mujeres, tenía una mirada muy noble, pero al mismo tiempo pícara y su boca hacía volar las mentes de toda mujer en una fantasía sexual. El físico era perfecto; no tenia musculos pero no tenía grasa y hasta su forma de pararse era muy sensual.
— Abrahm. Espero que tú, Como mi amigo, ajjh, Puedas ayudarme con tu padre; Pídele que no sea tan duro conmigo, Porque soy tu amigo ¿o no? —Dice Tonatiuh.
Abrahm solo lo mira a los ojos fijamente. No le dice nada, pero en su mente piensa en la gran cobardía de Tonatiuh. Abrahm solo quiere que termine todo y poder viajar al norte con su amigo José.
Llegan a la ciudadela, dos guardias anuncian su llegada y grita —Abran las puertas— por lo que las puertas se abran. Tonatiuh se queda a esperar montado en su caballo, Mientras Abrahm va a avisarle a su padre de su llegada.
EL plan de Abrahm era llegar al gran salón, donde sabía que estaría Guido, por eso estaba caminando entre las personas de la ciudadela. Dentro del gran salon estan Adriel y Osdar; estaban en una charla con su padre.
— Para mi es algo importante la lectura. En los libros aprendes mucho. Los libros que ven aquí los he escrito yo mismo —Dice Guido apuntando a un estante de libros bastante viejos y otros recientemente bordados—, Cada Guarra en la que participó la escribo. Cada detalle, No importa si gané o perdí la batalla, cada logro o pérdida es una enseñanza.
La zona del gran salón estaba llena de libros y estaban pasando personas constantemente por ese lugar.
— Claro padre, Los leeremos todos y cada uno de ellos, Al igual que entrenaremos mucho también —Aclara Osdar— Tu eres una gran inspiración para nosotros.
— Padre —Llama Abrahm abriendo escandalosamente las puertas del gran salón. Interrumpiendo la charla de Guido con sus hijos.
— Hijo, que ha sucedido. ¿Has traído a Tonatiuh? —Pregunta Guido.
— Sí padre, Él está allá afuera — Responde Abrahm—, Ordene a Hombres para que los custodiaban.
— ¿para que Los Custodiarán? —Pregunta Guido.
— Sí padre, las situaciones se dieron y ahora el rey, su hombre de la guardia real y su hijo están aquí —Responde Abrahm, a lo que Guido queda sorprendido, al escuchar la palabra "Hijo" Guido quedó atónito
— ¿Hijo? —Pregunta Guido.
— Si padre, el mismo Tonatiuh lo decidió de esa manera —Responde Abrahm.
La sala quedó en silencio, Guido pareciera estar pensativo, cambiando o creando nuevos planes. Guido ni siquiera sabía de la existencia de ese hijo, pero ya estaba pensando en como actuar.
— Bien, Se hará una junta en el Centesorio —Anuncia Guido y sale del sitio.
Abrahm acepta con la cabeza. Mira a sus hermanos Adriel y Osdar que quedaron solos en la sala, les sonríe y de inmediato los abraza fuertemente.
— ¿Dónde está Olivia? —Agrega Abrahm—, Vaya que los extrañe mucho.
Osdar Y Adriel le comentan los sucesos llevados a cabo por Olivia Y Gobio en la noche anterior, lo que Olivia se había atrevido ha hacer, También le dicen que Olivia fue encerrada en el calabozo.
— ¿Cómo? Nuestro padre no puede encarcelar a Olivia, Jamás haría eso —Dice Abrahm, con una mirada fija a ellos.
Siguen pasando muchas personas por el lugar, por lo que Osdar y Adriel caminan a un lugar más apartado en el mismo salon, cosa que pone muy intrigado a Abrahm.
— No hermano, Fue Elizabeth. Elizabeth es tan mala que ni siquiera me gusta llamarla madre —Aclara Osdar— Guido ni siquiera se dio cuenta. Ayer por la noche, Gobio entró encarrerado al gran salón y aviso que olivia había sufrido un accidente. Elizabeth persuadió a papá para que no fuera y por el momento solo nosotros sabemos lo que ha pasado, nadie más. Ahora más que nunca se que Elizabeth es una persona muy mala.
— No es verdad, Mi mama es muy buena. Ella no es mala —Alega Adriel.
— Eso es porque tú eres su preferido, A ti si te ama. A mí y a Olivia nunca nos quiso de verdad.
— Ya chicos tranquilos. ¿Qué opino papa al respecto? ¿O que es lo que ha sabido?—Pregunta Abrahm.
— Elizabeth solo le dice que está descansando en su habitación. solo una sirvienta, Elizabeth, Adriel, Yo y ahora tú lo sabemos y la sirvienta no puede decir nada. Decidimos no decir nada y esperaremos a que Elizabeth la dege salir, sabemos que si nuestro padre se entera seguramente la decapitara.
— Que desgraciada, no quisiera vivir eso de nuevo; que mate a su madre como Guido lo hizo con la mía, no lo permitiría jamás. Han vivido en represión por ella desde que nacieron, pero no deben negar, ni siquiera yo que nos ha protegido con uñas y dientes —Dice Abrahm.
— Temo decir esto pero, Todos sabemos que Dios termina castigando de una u ottra forma a este tipo de personas —Advierte Osdar.
Abrahm se deja guiar por la calma, Y no decide hacer un escándalo, Pero él sabe que Dios no hará nada de justicia, Pero seguramente sí será castigada por Guido cuando se entere de lo que Elizabeth hizo.
Olivia sufría sola; estaba encarcelada. paredes de cantera rosa altas, una pequeña reja a lo alto de una pared la hacía distraerse viendo las sombras de los pies de las personas en los caminos de la ciudadela, Y también Oyendo las personas y Los caballos haciendo ruidos ¿pero algo más? Nada, Todo pareciera estar tranquilo. Los guardias que custodiaban el calabozo nunca le gritaban o trataban mal, Pero no quería decir que estaba bien estar ahí, por dentro se desmoronaba a cada segundo que pasaba.
Estaba tirada en el suelo, y solo podía pensar en Gobio; presentía que algo malo le había pasado. Miraba un rayo de luz que entraba por una reja y se disparaba en todas direcciones en los barrotes de la celda.
El calabozo era un pasillo, que había sido puesto en las profundidades de la tierra, las paredes eran las rocas del naturales del suelo. A los lados del calabozo estaban las celdas, pequeñas habitaciones rodeadas de rocas y del lado que daba al pasillo estaban barrotes de metal, estaban muy gruesos pero ya algo viejos y chuecos. Al fondo del pasillo del calabozo estaba otra sala sin protección; era un baño donde los reclusos se bañaban ante los ojos de todos.
Llegó una monja con olivia, las monjas eran las encargadas de ese calabozo y otros, al igual que guardias.
— Señora Olivia, Tiene que darse una ducha. Al fondo del pasillo está un balde y toallas listas —Dice una sirvienta de la cárcel por los barrotes de la puerta.
— Soy una niña, así que no me llames señorita, Y no me bañare en ese lugar, Todos me verán —Contesta Olivia.
— Tiene que bañarse señorita, Antes de usted, en esa celda estaba un anciano que se cagaba en las paredes. Usted también ya huele a mierda.
— Atrevida, Ya le dije que soy una niña, Y no aceptaré bañarme en ese lugar, no me importa humillarme de esa manera, solo quiero hablar con mi madre, Elizabeth —Repite Olivia.
La sirvienta se acerca más a la reja de la puerta como tratando de decirle algo en secreto.
— Le traeré el balde hasta acá señorita. Yo vigilare que nadie se acerque a la puerta.
Olivia le sonríe y empieza a quitarse las prendas de encima.
Abrahm sale a avisarle a Tonatiuh, Le avisa que la reunión de los dos reyes ya empezó. Lo guía hasta el gran salón del espléndido castillo y Tonatiuh extrañamente fue recibido espléndidamente con bebidas y demas cosas. Se sentaron en la mesa central de la sala y comenzaron a tener una conversación.
— Aquí estamos, Los dos máximos reyes de los reinos más fuertes. Que el reino de Feroe y Foros sea bendecido por Dios —entre grita Tonatiuh.
— ¿Qué no en Foros todos son ateos? si es asi me extraña que use palabras como "dios" en su vocabulario, a menos de que se refiera a otra cosa. —Pregunta Guido.
— Sí, Sí, pero Estamos Yo, mi hijo y mi máximo líder de la guardia de Sorus, estamos en otro reino, en otro reino muy diferente, Con otros ideales y pienso que debemos acatarnos a sus ideales.
Guido se sonroja de pena ajena por Tonatiuh. Guido piensa que eso es acto de debilidad, porque un hombre siempre debe de tener bien presentes sus creencias y jamás dejarse cambiar por alguien o algo, eso avergonzaría a sus ancestros.
— Bien, Usted me traiciono, teníamos un lazo que yo creía que era fuerte, pero a la primera oportunidad que vio se me lanzó encima —Comenta Guido.
— Discúlpeme rey, Pero le digo esto; como cualquier otro rey hice lo que mi pueblo de encomendaba a hacer. Yo me di cuenta que estaba mal a tiempo, ¿No es así Abrahm? Cuéntale a tu padre lo que sucedió —Contesta Tonatiuh haciéndole seña a Abrahm para que lo ayude.
— Es así padre; No hubo guerras, No muertos, Todo bien y tranquilo —Comenta Abrahm.
— Tonatiuh, Has sabido administrarte bien, Has acumulado una gran fortuna para tu reino. Le has dado más riqueza a tus habitantes que cualquier otro reino en el mundo, Pero eso mismo te hace ver débil. Tengo muchos planes para Foros, Tonatiuh te prometo que se te recordara como un grande y muy valiente rey. Tu hijo no heredará el reino de Foros, pero tendrá un buen puesto y será bien tratado —Explica Guido.
— ¿Cómo? ¿de qué hablas? No tienes derecho de decidir en mi reino —Pregunta Tonatiuh.
— No lo tengo pero si lo tendré —Aclara Guido.
Tonatiuh mira a Abrahm, de reojo Pero Abrahm también se encuentra confundido.
— Este día regresaras a Sorus; En sorus se encenderán las llamas de la tristeza, Tu pueblo llorara por ti, Todo Foros estará de luto. Las melodías se oirán, las melodías harán llorar, Si no creíste en Dios entonces no habrá descanso para ti —Advierte Guido—, Di que crees en Dios, Te daré la oportunidad de aceptar a Dios en ti.
— Espera, De qué hablas —Dice Tonatiuh parándose del gran comedor en el gran salón—, si me explicas entonces hablamos.
Guido se quedó callado mirándolo fijamente. Las cosas se pusieron aún más tensas, pero aún así ni Nester, ni Abrahm, los hijos de los reyes dijeron una sola palabra
Guido también se levantó del gran comedor, Con la cara predispuesta a ver sangre. Dio unos pasos hasta Tonatiuh, Puso su mano derecha detrás de él, Cuando estaba poniendo su mano detrás de él levantó su túnica y se observó una navaja bastante grande que salía de su pantalón apretado, La tomó bastante fuerte con sus manos y estando en frente de Tonatiuh la enterró en su pecho. Tonatiuh literalmente sintió la verdadera muerte, Los ojos le brotaron casi saliendo. Unas gotas de sangre saltaron de su boca casi de inmediato, pero jamas lucho por detenerlo, aun mirando la navaja no trato de luchar, ni siquiera su hijo y mucho menos abrahm.
Abrahm quedó sorprendido. Corrió hasta Nester que vio todo lo que pasó y lo sostuvo. Lo sacó del salón y lo sentó al costado de la pared, Nester se retorcía entre las pacas de césped viejo, y Abrahm lo abrazo fuerte; Aun sabiendo nada de él. Se solidarizó de él que aunque no tenía un padre muy querido siempre se sufre por la muerte de un ser querido.
Calmandolo camino a dentro del salón con su padre, a Nester lo dejó impactado tirado en el suelo.
— ¿Qué acabas de hacer? —Preguntó Abrahm a Guido.
— Acabo de darte un futuro prometedor —Responde Guido—, Tú serás rey de Sorus. El consejo de Foros no te proclamará rey de Foros porque tú eres un Feroés, Pero con mi poder como rey si te puedo situar de rey de Sorus. Con el tiempo y estrategias te harás rey de Foros y lograremos unir los dos reinos, Para después unir a todo el continente en uno solo.
— Padre, Padre, no sé cómo actuar. Tu obsesión por unir todo el continente en un solo reino es buena, Tu estas sentando las bases, pero unas bases hechas de abusos. ¿Qué harás cuando se sepa de la muerte de Tonatiuh? Nadie va a aceptar un Feroés de rey en Foros.
— Escúchame, A estas alturas ya no nos podemos retractar, tendremos una charla con Nester, y el sujeto de la guardia real; si no aceptan tu mandato tendrán el mismo fin que su rey —Advierte Guido.
— Está bien, Está bien, ¿pero qué dirás cuando se pregunte de qué murió?
Guido le contó todo su plan a Abrahm, Pero ahora era tiempo de exponerlo ante todo Irem y después viajar a Sorus a proclamar rey a su hijo.
En unos unos minutos Guido ya estaba dando su discurso, no dio condolencias a nadie, ni disculpas o alguna charla. Abrahm fue el que habló con Augusto, y con Nester.
— Hoy se le rendirá tributo a Tonatiuh rey de Foros —Anuncia Guido.
La gente se reunió desde que Guido apareció. Todos se intrigaron al ver que desde el gran salón salían soldados con un gran baúl.
— Lamentamos y lamentaremos la partida de Tonatiuh, Gran hombre, dejando una familia que lo amaba —Dice guido, detrás de él estaba Nester, junto a Abrahm.
De entre la multitud de gente, el bullicio le advertía a Guido que el pueblo estaba atónito. ¡¿Qué sucedió?! ¡¿Qué está pasando?! Se oían de todas partes de la plazoleta.
— Tonatiuh el día de hoy falleció, Atraído desde Sorus, Para cumplir una petición de su pueblo. De una guerra sucedida entre nuestro reino y el suyo, Para pactar una paz duradera ¡cuéntale Nester!
Guido ya había ordenado que Abrahm le dijera las condiciones a cambio de su vida, mentir para que Guido, el hombre que mató a su padre fuera salvado de eso mismo. Le había dicho que hablaría mentiras de su padre ya fallecido. Si no lo hacía moriría junto con él.
— Mi padre, Que en paz descanse, Traía consigo heridas; Heridas que sufrió en el camino hasta aquí, Provocadas por su afán de embriagarse, Estando casi inconsciente cayó de su caballo clavándose su cuchilla, Una herida poco profunda y no dolorosa, Pero su cuerpo no resistió más —Decía Nester, sufriendo por dentro—, Él desangró en el gran salón, Solo su cuerpo dejó la batalla y murió postrado en la silla del comedor.
Todo el mundo lo escuchó y creyó cada palabra que de él salió.
—Tonatiuh, en sus mismas palabras ordeno que mi hijo, Abrahm fuera nombrado rey de Sorus como compromiso por la paz de los dos reinos. Desde este momento nombró a Abrahm Aprentice como Abrahm Ferrer, Legítimo rey de Sorus —Anuncia Guido.
FIN
Abrahm está preparado para su futuro, Pero aún más Guido por la unión de todos los reinos.
Santiago seguirá alistándose para lo que viene
El destino les dirá su suerte.
Nota del autor.
Sería de gran ayuda para mi que me dijeran algunos problemas de los capítulos, o ideas generales, con esto me refiero a; incoherencias o partes donde la historia es narrada pésimamente, cosas sin sentido o errores ortograficos.
Si lo hicieran y encuentran algo donde mi historia mejoraría, estaría recibiendo sus mensajes con mucho agradecimiento.
~JDDT.
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