4._Pacto


Cuando Rox, por medio de la sombra, advirtió a ese ser detrás se dio la vuelta con una expresión de terror. Sin embargo, no intentó huir o agredirlo algo que llamó un poco la atención de Mary y de Luk que terminó por quitarle el madero a la chica para amenazar a la extraña criatura que tenía delante de él.

-¡¿Qué demonios es está cosa?!- exclamó Luk poniendo a Rox a su espalda.

-¿Cosa?- repitió Liquir- ¿Qué forma es esa de referirse a un ser como yo?

-Es el dios del bosque- le respondió Mary tomando a Ann, la gata, entre sus manos.

-¿Dios del bosque?- murmuró Luk quien no daba crédito a algo así pese a lo que estaba viviendo- Eso es imposible...

-Pero que hombre más escéptico tenemos aquí- comentó Liquir dando un par de pasos hacia el grupo de jóvenes.

Rox se aferró de la camisa de Luk y se asomó sobre el hombro de este a ver a esa criatura que le dedicó una breve mirada, para después ver al gato que sostenía Mary y luego darle su atención a la muchacha de la metamorfosis. Pareció quedarse pensando un momento. Hasta se frotó la barbilla e iba a decir algo cuando Luk trató de darle un golpe. El madero fue detenido por el dedo meñique del dios que sin mirar siquiera a su agresor, le arrebato su improvisada arma y le golpeó el costado de la cabeza con ella. Luk terminó en el suelo aturdido y Rox solo se arrojó de rodillas a su costado, sin quitar los ojos de esa criatura que la miró de forma sesgada y con bastante desaprobación, mas rápido paso a poner sus ojos en Mary.

-Ven conmigo, por favor- le dijo extendiendo su mano a ella con un ademán delicado. Obviamente la mujer no se movió y él acabó bajando la mano para meterla debajo la manga de su atuendo- Al parecer no estás entendiendo tu situación...

-¡Nadie me ha explicado nada!- exclamó Mary dando un paso atrás cuando él dio uno hacia ella.

-Oh, es cierto- exclamó Liquir- Discúlpame por favor. La aparición de ese gato molesto me desoriento un poco.

Rox estaba inmóvil. Luk logró hincarse cubriéndose la herida, en el costado de su cabeza, con su mano. La sangre brotaba de manera abundante. Con la vista borrosa logró ver al dios ir hacia Mary, pero aunque trato de levantarse para ir en su ayuda no lo logró.

-Olvidaba que eres un visitante. Trataré de ser breve. El tiempo apremia- prosiguió Liquir que acorraló a la mujer entre él y una roca. La gata entre las manos de la muchacha maulló de una forma agresiva al dios que fijo sus ojos en ella un momento- Cada siglo el dios del bosque debe recibir un tributo. Una ofrenda especial que simboliza el pacto entre los hombres y lo divino. Por eras este trato se celebra con unas nupcias.

-¿Nupcias?- repitió Mary apretando un poco a la gata Ann entre sus brazos- ¡Jodete, no me voy a casar contigo!- le gritó cuando recordó el significado de aquel vocablo.

Liquir se sonrió con desprecio.

-La metamorfosis se completó- le dijo bajando las manos, algo que Mary interpretó como un indicio de agresión- Has dejado de ser una mujer humana. Ahora solo tienes dos opciones: cumples con tu deber de prometida o terminó con tu vida en este momento- al decir eso levantó su mano enseñando sus agudas garras.

Mary se quedó quieta. No tenía ninguna intención de cumplir con su supuesto deber, pero tampoco quería morir. Tras una breve meditación concluyó que lo mejor era ceder. Mientras estuviera viva tendría opciones, pero si moría todo acababa. Se inclinó para dejar a Ann en el suelo. Un acto que sorprendió a la gata que volteo a ver a su amiga dando un claro maullido de confusión. Mary le sonrió y extendió las manos hacia Liquir con las palmas hacia arriba, manteniendo la cabeza gacha. Era todo. Ella se sometía, pero no así Luk que no estaba dispuesto a permitir tamaño disparate.

-¡Hey, animal!- le gritó al enarbolar una piedra que tomó de la arena. Iba a lanzarsela, pero Rox se le arrojó encima y lo tumbó para evitarlo.

Liquir aprovecho el momento para golpear a Mary detrás de la cabeza y llevársela sin que ofreciera ningún tipo de resistencia. La mujer cayó inconsciente al suelo, Ann brincó hacia el dios y le hundió los dientes en la mano. Liquir sacudió el brazo con fuerza, pero la gata no lo soltó. Terminó tomándola de la cola para hacer que abriera la boca y lo liberara. Cuando lo logró no la soltó. Levantando a Mary bajo su brazo, como un bulto, alzó a la felina a la altura de su cara para mirarla con atención y luego, con cierto cuidado, la arrojo a un costado, brinco sobre la roca y dando un salto largo hacia la parte superior de la rivera de la playa con el campo, se desvaneció en el aire.   

-¡Mary!- gritó Luk, pero nada pudo hacer.

-Él tiene lo que quiere- le dijo Rox aferrándose a él- Ahora nos dejara en paz. Deja que se vaya...

-¿Pero que estás diciendo?- le cuestinó Luk medio dándose la vuelta para poder verla a la cara- ¿Acaso no te importa que se haya llevado a Mary?

-¡No, no me importa! ¡Esos seres no son algo con lo que tú, yo o cualquier ser humano podamos lidiar! ¿No viste en que la convirtió? Mary dejó de ser un ser humano- le dijo la mujer soltando a Luk para arrodillarse en la arena- Nada podamos hacer. Olvídate de ella y vámonos de esta isla antes de que algo más pase...

Luk se puso de pie. Estaba un poco aturdido por el golpe que Liquir le dio por lo que se tambaleó al levantarse.

-¿Que me olvidé de ella? ¿Te volviste loca? ¿Y que hay de Ann? No sabemos dónde está Ann. Son nuestras amigas. No podemos...- Luk cayó sobre su rodilla incapaz de seguir hablando.

Rox se abrazo a si misma y bajo un poco la cabeza, momento en que Ann le saltó directo a la cara. La gata le encrusto las garras en la piel sin piedad y la mordió logrando hacerla sangrar tanto que cuando Rox pudo quitársela de encima su cara se veía del terror.

-Ann, tranquila, te lo explicaré todo- le dijo Rox que no parecía molesta por el salvaje ataque que sufrió, sino triste.

Luk no entendía absolutamente nada. Algo le había contado Rox, pero era evidente que desconocía muchos detalles. Cuando la gata intentó saltar sobre la morena, otra vez, el muchacho la atrapó en el aire y la sujetó de tal forma que no pudiera hacer ningún movimiento. Un poco más compuesto, pero seriamente intrigado le exigió a Rox una explicación.

-¿Por qué llamas Ann a este gato?- le dijo- Dime de una vez que demonios está sucediendo y cuánto sabes de todo esto.

-No mucho- le contestó Rox viendo con pesar a la gata mientras se limpiaba el rostro con las mangas de su camiseta- Pero te lo diré todo...todo está vez.

Cuando Rox fue al bosque se encontró con un hombre que ella pensó un turista. Él se identificó como tal también y le dijo que estaba allí tomando fotografías para un reportaje en el que estaba trabajando.  Obviamente todo eso era una mentira y ese sujeto no era un ser humano realmente, pero Rox lo descubrió demasiado tarde. Aquel tipo que no mintió al darle su nombre (Liquir), la condujo a un sitio que según había descubierto en uno de sus paseos. Mientras caminaban entre los árboles, Liquir le fue hablando de la enorme belleza del sagrado sitio a donde se dirigían. Rox siempre tuvo interés en las cosas místicas así que iba muy entusiasmada y su interés no sufrió decepción. El lugar era maravilloso. Había allí un portal de madera cubierto de enredaderas y musgo sobre el cual había una escultura de un zorro de dos colas. Más allá una arquitectura arruinada, pero todavía de gran riqueza y hermosura. Allí, después de un rato, él compartió con ella una bebida de color rojo que le dijo estaba hecha de frutos del bosque. Hacia un poco de calor por lo que Rox bebió sin desconfiar. Mientras contaba la historia a Luk tuvo que admitir fue demasiado incauta al probar la bebida que le ofreció un extraño. Una vez se la devolvió Rox comenzó a sentirse un tanto extrañada y unos minutos después perdió la conciencia. Al recobrarla tenía un aspecto muy parecido al de Mary solo que su cabeza también sufrió un cambio y era como la de un zorro. Su reflejo, en una roca pulida que había en aquel santuario, le sembró terror.

Liquir trató de detenerla para explicarle lo que estaba pasando o eso creía Rox, mientras contaba la historia, lo cierto fue que ella no se quedó para escucharlo y huyó por el bosque transformada en esa quimera. Rápido, la mujer, descubrió un par de cosas que evitaron se aproximara a las personas que encontró por lo que al atardecer se hayo sola y perdida entre esos árboles salpicados de templos y altares a dioses que súbitamente ella sabía eran reales. Fue entonces, cuando Rox más desesperada estaba, que él apareció. Un gato antropomorfo ataviado de forma ostentosa que sentado en la rama de un árbol comía una manzana y la miraba con ínfulas de gran señor.

-Vaya lio en el que te has metido, muchacha- le dijo aquel ser- Ese zorro siempre está aumentando el número de mujeres de su harén. No entiendo para qué si no tiene pensado tener descendencia...

Rox quedó paralizante ante la nueva criatura y temiendo que fuera a hacerle algo malo se dio la vuelta e intentó escapar, pero no dio ni dos pasos. Para su sorpresa ese ser apareció de pie delante de ella, como si nada.  Dándole la última mordida a la manzana avanzó con una intención indescifrable. Rox retrocedió, pero él evitó se alejara tomándola por uno de sus brazos. Tenía una fuerza enorme.

-Por favor...no me hagas daño- suplico Rox- Déjame ir, te lo ruego...no le diré a nadie de ustedes, lo juro.

-Como si pudieras hacerlo- río la criatura arrojando el huesito de la manzana a unos metros, para tomarla por el cuello- Ese sujeto nunca me ha agradado, además usurpa mi lugar...¿Te gustaría hacer un trato conmigo?

-¿Qué clase de trato?- logró preguntar Rox aferrándose a la mano de ese ser que la levantó unos centímetros del suelo.

-Yo te quitaré la magia de Liquir si tú prometes levantarme un altar- le respondió aquello criatura- Los dioses necesitamos altares y yo no tengo uno hace años.

-¿Eso es todo?- preguntó Rox con cierta emoción, pues parecía que su problema se solucionaría pronto, aunque era demasiado fácil y sospechó.

-Sigueme- le ordenó ese sujeto al soltarla y se echo a correr entre los árboles, hacia el ocaso.

Rox no teniendo más opciones a su alcance, fue tras él. Con una actitud cautelosa siguió a esa criatura a un templo en total desgracia. En el lugar había un pequeño estanque en cuyo centro había una escultura de un gato dormido. Los árboles del sitio tenían colgados decenas de cascabeles que sonaban con el viento. Por todo todas partes crecía esa hierba asociada a los felinos como también habían restos de esqueletos de animales. El aura del ese templo era un poco inquietante y Rox no avanzo más llegado a un punto.

-Mi nombre es Bills- le dijo esa criatura mirando al interior del estanque- Soy la deidad de este bosque. El verdadero señor del lugar y mi poder es superior al de ese zorro engreído...

Rox que sabía un poco del tema comparó las ropas que ambos llevaban y el atuendo de Bills hablaba de una posición superior en la jerarquía de dioses. Sin embargo, lo abandonado del lugar le habló de otra cosa. 

-Acercate- le pidió Bills y ella, con recelo, se aproximó al estanque mientras él le hablaba de los supuestos malos hábitos de Liquir.

Por lo que Rox entendió ambos tenían una rivalidad con respeto de su posición y adoración, pero eso a ella no le importaba.

-¿Todo lo que tengo que hacer es levantarte un altar, verdad?- le preguntó Rox a Bills.

-Sí- contestó de manera relajada- Y ahora métete a estanque que tengo prisa.

Rox no estaba muy segura en si debía confiar o no en esa criatura, pero no tuvo más tiempo para meditarlo. Bills la empujó al agua y una vez la tuvo ahí dejó caer dos gotas de su sangre. El dios apretó el puño enterrandose sus propias garras para herirse. El líquido pinto el estanque de rojo y el cuerpo de Rox volvió a la normalidad acabando desnuda ahí bajo la ladina sonrisa de Bills que se hincó para apreciarla mejor. Ella, avergonzada, se cubrió. Eso no evitó que él le arañara una pierna. La herida ardió, pero Rox no tuvo tiempo de preocuparse de eso. Rápido vio su cuerpo acabar convertido en el de un gato negro que Bills levantó por la piel de detrás de la cabeza.

-Un altar es todo lo que tienes que hacer para agradecerme las molestias que me tomé contigo- le dijo el dios- Pero para volver a tu forma original debes pasar la maldición a otro. Un rasguño o una mordida será suficiente para marcar al maldito...

Luk oyó todo un tanto consternado. No podía aprobar a Rox por transformar a Ann, pero tampoco podía culparla.

Mary no se enteró del largo viaje que hizo debajo del brazo de Liquir. Él la dejó caer en el piso de una vieja casa muy elegante, pero de mobiliario antigüo. Ese golpe la despertó viéndose entre media docena de mujeres parecidas a Liquir y otras que solo tenían la cola y las orejas de un zorro. Todas vestían ropa elegante y pegada a su figura, pero lucian tristes. Ni siquiera mostraron curiosidad por ella.

-Mi nueva futura esposa es un poco rebelde. Tratenla bien- les dijo el dios antes de retirarse.

-Ni siquiera seré la única. Ni sueñes que me voy a quedar aquí- pensó Mary, aunque no tenía idea de como salir de ese lugar y menos de como escapar de esa situación.

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