Verdad, o Reto, o No

¡Hola, amigas y amigos!

Espero que estén teniendo un buen día y estén de ánimos para un nuevo capítulo de esta historia. Cómo podemos observar por el título, la hora de Pacifica para pasarla mal ha llegado, así que acompáñenme a ver como nuestra rubia favorita pasa momentos realmente vergonzosos. Esta semana dejaremos a Preston descansar, pero ni crean que se salvará para la próxima. Sin más que decir por el momento, espero que el capítulo sea de su agrado. Nos leemos abajo para comentarios finales.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Un Fanfic de Gravity Falls

"Pacifica por la Carretera"

Capítulo 5: "Verdad, o Reto, o No"

—Pacifica, eres la siguiente. ¿Qué escoges? ¿Verdad, o reto, o no?

Mabel hizo la consecuente pregunta. Sin embargo, la atención de Pacifica se hallaba en un lugar muy diferente, inclusive lejano, así como su mirada, la cual la mantenía puesta sobre Dipper, aunque de manera disimulada para no levantar ninguna clase de sospechas entre las chicas. De hecho, para ser más precisos, desde que el grupo había arribado al parque de descanso, la joven Northwest no podía dejar fuera de su campo de visión al muchacho Pines por más de cinco minutos, o de lo contrario, la ansiedad en su pecho crecía de manera exponencial. No obstante, fue la misma Mabel quién logró sacarla de su agudo trance.

—¿Pacifica? ¿Estás bien?

—Ehh... ¿Qué...? —Reaccionó con un sobresalto—. ¿Me estás hablando a mí, Mabel? Ya les dije un millón de veces que no pienso jugar con ustedes a esta ridiculez. ¿Por qué no pueden madurar de una vez?

—Quisiera recordarte que todas nosotras tenemos doce años. —Dijo Candy, revelando un mal gesto.

—Cierto... Había olvidado por completo que no todas las chicas maduramos al mismo tiempo, querida. —Pacifica se mofó, provocando la irremediable furia de Candy.

—¡Vamos, chicas! —Mabel salió a poner las cosas en orden—. No quiero que comencemos a pelear de nuevo. No cuando ya hemos logrado un gran avance para asegurarnos que nuestra amistad prevalezca.

—Pues... Yo no lo llamaría un buen avance... —Dijo Grenda, poniéndose del lado de Candy.

—Sí... Está bastante claro que Pacifica no desea ser parte de nuestro club, ni nosotras del suyo. —Candy reafirmó lo evidente.

—Por favor, Pacifica. —Mabel continuó suplicándole—. Al principio creí que tener una archienemiga sería divertido, pero ese no es mi estilo. ¿En verdad no hay nada que yo pueda hacer para que quedemos en buenos términos?

—¡Está bien...! —Pacifica, harta, se levantó violentamente del tronco sobre el cual había permanecido sentada hasta ese momento, tirando accidentalmente su celular al césped, pero sin haberse percatado de ello—. ¿Sí sigo su tonto juego me prometen que no volverán a molestarme durante todo el día de mañana?

—Lo prometemos. —Mabel hizo el juramento en nombre de todas, llevándose la mano derecha hacia el corazón.

—De acuerdo... Como no pienso cumplir ningún estúpido reto, entonces elijo verdad.

—¡Así que elegiste "verdad"! ¿Eh...? —La expresión de Mabel se transformó súbitamente para semejar la misma que utilizaría un científico loco luego de haber tenido éxito en sus malévolos experimentos—. Entonces, dinos... ¿Hay algún chico que te guste? Y de ser así, dinos cuál es su nombre.

La temible pregunta le había caído a la chica de los cabellos dorados como un balde de agua fría en una mañana todavía más fría. De modo que no pudo evitar sonrojarse hasta el infinito, provocando que el resto de las niñas presentes se percataran de ello.

—¡Vaya! ¡Vaya! —Grenda fue la primera en reaccionar—. Parece que alguien se ha sonrojado.

—Quién lo diría... —Candy prosiguió—. La gran Pacifica Northwest sucumbió finalmente ante los encantos de un chico. No creí que viviría tanto para ver este momento.

—¿Qué...? —Pacifica reaccionó como ya era de esperarse: De forma estrepitosa y agresiva para tratar de negarlo todo cuanto fuera posible—. ¡Están locas! ¡No me gusta nadie!

—Por favor, Pacifica. —Insistió Mabel—. Te prometemos que no se lo diremos a nadie. Tu secreto estará a salvo con nosotras. ¿Verdad, chicas?

—Por supuesto... —Aseguró Candy—. No es como si quisiéramos aprovecharnos de la situación para hacerlo viral en internet.

—¡Todas ustedes están dementes! —Pacifica las señaló a todas—. Ahora me dieron más motivos para nunca decírselos.

—¿Qué? ¿Entonces eso significa que en verdad hay alguien que te gusta? —Mabel no perdió su oportunidad para tratar de convencer a la rubia de que soltara toda la sopa.

—¡No...! ¡Claro que no...! —Ríos de sudor comenzaron a caer de su frente—. Ustedes ven cosas donde no las hay... Y no tengo porque soportar esta humillación... ¡Me voy a dormir...!

—¡Espera, Pacifica! Se te olvidó tu...

Pacifica dio media vuelta para dirigirse hacia el camper y reunirse con sus padres. Sin embargo, Mabel notó que el celular de Pacifica había caído muy cerca de su posición, por lo que procedió a levantarlo y corrió para llevárselo personalmente, pero tropezando en el intento, ocasionando que su mano completa cayera sobre la pantalla táctil del teléfono y que con sus dedos alcanzara a presionar el botón de desbloqueo, revelando así algo que nunca nadie tendría por qué tener una razón para verlo, con la excepción de Pacifica. En la pantalla de desbloqueo, se podía apreciar en todo su esplendor, una foto reciente de Dipper de hacía apenas unos cuantos minutos. Una reveladora fotografía en la cual el chico se encontraba dentro de la misma piscina que habían recibido por parte de la administración del parque, sin camisa y sosteniendo una lata de gaseosa en la mano izquierda.

—¡Pero qué...! —Mabel pasó de tener un gesto de asombro a uno en dónde su sonrisa le permitía que todos los frenos colocados sobre sus dientes se pudieran observar a la perfección—. ¿Qué es esto...?

—¡Esto sí que es nuevo! —Exclamó Candy, imitando la expresión de Mabel.

—¿Quién lo diría? —Dijo Grenda, uniéndose al club.

—Eso... Eso es... —En ese momento, Pacifica sintió como todo su pequeño mundo se le venía encima. Ella sabía ahora que ya no había vuelta atrás. Fin del juego. Su secreto estaba finalmente al descubierto. En consecuencia, su corazón dio millones de vuelcos en su caja torácica, su estómago se contrajo hasta quedar del tamaño de una ciruela, su respiración se volvió extremadamente pesada y sus piernas se volvieron de gelatina. Todo en menos de un instante.

—¿Se puede saber por qué tienes una foto mi hermano como tu fondo de pantalla? —Mabel continuó inmiscuyendo, demostrando satisfacción en lo que hacía.

—¡Y sin camisa! —Remarcó Grenda.

—No... No es lo que piensas... Es solo... Es solo que... Fue... Fue un accidente... Yo...

Pacifica percibió la intimidante mirada de las tres chicas, entonces se sintió indefensa. Débil. Por primera vez en su vida, Pacifica Northwest se hallaba atrapada como un ratón en un laberinto. Tenía miedo. Miedo de afrontar lo que a continuación pudiera acontecerle. ¿Cómo reaccionarían ahora ese trío de chicas ansiosas por una respuesta? ¿Se mofarían de ella y la destrozarían públicamente? Pacifica les había dado ya bastantes motivos para hacerlo. Después de todo, al principio del verano ella se había encargado de presumirse a sí misma como una innegable enemiga del trío. De un momento a otro, el cerebro de Pacifica pareció no soportar más ante la brutal presión, de modo que liberó toda la tensión de un solo golpe, por medio de una explicación lo bastante sólida, la cual dejó muy satisfechas a las tres amigas y sin las ganas de seguir indagando al respecto.

—¡Está bien! ¡De acuerdo! ¡Lo admito! ¡Por favor, ya no me torturen más con esto...! —Sus ojos comenzaron a lagrimar—. ¿Querían que lo dijera...? Entonces lo diré... ¡Ya no me importa nada! ¡Me gusta Dipper! ¿Ya me escuchaste, Mabel? —Se dirigió hacia ella, tomándola del cuello de su suéter—. ¡Me gusta tu hermano! ¿Quieres que te lo diga por escrito? ¿Te envío una postal? ¡ME GUSTA DIPPER...! ¡Listo, lo dije...! ¿Estás feliz ahora...?

—Tengo el presentimiento de que te gusta mi hermano. —Dijo Mabel.

Pacifica había liberado una gran cantidad de estrés y de algún modo, ahora se sentía un poco más relajada, e inclusive mejor consigo misma. Sin embargo, Pacifica sabía que lo peor estaba aún por venir, ya que ahora se encontraba completamente a merced de Mabel, de Candy y de Grenda para someterse a una humillación todavía más terrible, de modo que se dejó caer de rodillas, derrotada, con la mirada al suelo, lista para afrontar su cruel, pero probablemente merecido castigo. No obstante, la mano derecha y extendida de Mabel fue lo primero en reaparecer dentro de su campo de visión, indicándole que pretendía a ayudarla a ponerse de pie.

—¿Qué es esto...? —Preguntó la rubia, desorientada.

—Descuida, Pacifica. —Dijo Mabel—. Lo único que queríamos era que sacaras toda esa tensión de tu pecho. Eso es todo.

Pacifica aceptó la mano de Mabel, reincorporándose.

—No entiendo... ¿Acaso no van a humillarme públicamente?

—Nope. —Contestó Mabel.

—Entonces... ¿Me están diciendo que no pretenden divulgar mi secreto para que mi reputación se vaya por los suelos?

—Así es... —Reafirmó la niña de los frenos.

—Pero... ¿Por qué...? Después de lo mal que las he tratado a las tres... Yo...

—Escucha, Pacifica. —Candy tomó la palabra al ajustarse las gafas y cruzarse de brazos—. Las tres estamos de acuerdo en que tú desprecio y mal trato hacia nosotras amerita que propaguemos tu secreto. No cabe duda de que en cuanto este llegue a tus redes sociales, te convertirás en el hazmerreír de todo internet. Pero no lo vamos a hacer... En un principio, yo estaba totalmente en contra de que formaras parte de nuestro grupo de amigas, hasta que Mabel nos contó tu historia... Nos dijo que el motivo por el cual te comportas así, es gracias a la clase de educación que te han impartido tus padres. Quieres cambiar tu actitud para no convertirte en un eslabón más de la peor cadena del mundo, pero gracias a que aún vives bajo su techo, esto no te permite hacer un avance significativo por tu propia cuenta.

—Pero... Mabel... ¿Cómo supiste todo eso...?

—Fue Dipper el que me lo confesó todo. —Mabel respondió, mostrando empatía—. Una vez que la fiesta terminó, y luego de que Dipper y yo regresamos a la cabaña, él me contó acerca de lo que había sucedido entre ustedes y que nosotras no pudimos notar debido a que estábamos... —Recordó el incidente que las tres tuvieron relacionado al apuesto y ricachón joven austriaco—. Bueno... Atendiendo otro tipo de asuntos... Durante la charla, Dipper me dijo que había visto un cierto grado de bondad en ti y que en el fondo no eres una mala persona. El problema es que debido a que vives bajo la constante presión de nunca defraudar a tus padres... Eso ha contribuido a que te hayas convertido en una persona superficial y bastante mezquina e insoportable la mayor parte del tiempo. A pesar de ello, Dipper se mostró muy dispuesto en buscar una manera para ayudarte a salir de esa situación.

—En verdad... ¿Él dijo todo eso sobre mí? —Los ojos de Pacifica se iluminaron como dos luciérnagas jugando y revoloteando en medio del bosque más oscuro.

—Sí... Y es por eso que nosotras tres, hemos decidido ayudarte a acercarte a él.

—¡Un momento! ¿Cómo supieron que me gustaba Dipper?

—Por favor, Pacifica... ¿Acaso crees que nacimos ayer? —Grenda se hizo notar—. Somos chicas, sabemos nuestras intenciones y la forma en la que nos comportamos cuando se trata de chicos. Durante el día de hoy, cada vez que te acercabas a Dipper, tu cara enrojecía, comenzabas a sudar y empezabas a emitir sonidos raros por la boca como los de un robot sin aceitar. Además, cuando Dipper no se alejaba de nosotras y lo tenías a tu alcance, no le podías quitar la mirada de encima.

—Cielos... —Pacifica rió de manera nerviosa—. ¡Qué vergüenza...! Aun me sorprende que quieran ayudarme...

—Sí con eso te podemos quitar esa cara de amargura para que nos hagas el viaje más placentero, haremos todo lo que sea necesario. —Dijo Candy.

—Pero entonces... ¿Cómo debería acercarme a él? ¿Qué debería hacer? ¿Y cómo voy a burlar a mis padres? Después de lo que Dipper le hizo a la mansión aquella noche durante la fiesta, dudo mucho que a mi padre le complazca mucho el verme cerca de él.

—No te preocupes por eso, mi querida Paz... —Mabel retomó el hilo de la conversación—. Tus padres son solo una preocupación menor para que este romance florezca. En cambio, Dipper siempre ha sido un tonto en cuanto a temas de amor se refiere. Es un nerd sin remedio, así que cualquier contacto que tenga con una chica le resultará raro, por lo que es posible que su cerebro se dañe de forma permanente y no se exprese correctamente. Aunque tu caso es diferente. Ustedes dos ya han tenido interacciones en el pasado, así que lo tomaremos de referencia. Debes dejar de comportarte tan mezquina y comenzar suavemente a demostrarle tu cariño. Ahora escucha con atención, este es mi plan... —Dijo, antes de atragantarse y estar a punto de ahogarse por llevarse más de diez malvaviscos a la boca al mismo tiempo—. ¡Estoy bien!

Continuará...

Ha de ser realmente vergonzoso el hecho de que tu amiga descubra que te gusta su hermano, gracias a que en tu fondo de pantalla tienes una foto de él sin camisa. Apuesto a que Pacifica no podrá dormir bien por los próximos días gracias al trauma.

En fin, eso ha sido todo por ahora. No tengo mensajes importantes que compartir esta vez, así que amigas y amigos, pueden ir en paz, la misa ha terminado... Ya enserio, gracias por leerlo, y si ustedes gustan dejarme su opinión ya saben cómo hacerlo. Pido disculpas por si de repente no llego a responder a sus comentarios, pero semanas tan pesadas y terribles como la que acaba de pasar, no me han permitido pasarme por la plataforma. Estar en la universidad y trabajar en cuatro fanfics a la vez es de locos. Siendo que tarde o temprano sucumbiré ante un ataque de nervios. Pero bueno, mientras eso no ocurra quiero que sepan que leo todo lo que me escriben y es por ello que agradezco que se tomen su tiempo para hacerlo.

¡Pásenla bien y nos leemos para la próxima actualización fechada para el día 3 de Mayo! ¡Chao!

PD. La foto que Pacifica la tomó a Dipper a escondidas.

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