La Desolación de Pacifica
¡Hola de nuevo mis estimadas y estimados lectores!
Es miércoles y es hora de subir un nuevo y flamante capítulo. Sé que antes les dije que a este fic le restaban únicamente 3 capítulos más, pero parece ser que coloqué el mismo número a los 2 capítulos finales y me confundí. Ósea que este fic terminará en el capítulo 14. Por cierto, si creían que este fic no tendría feels están muy equivocados, pero será mejor que pasemos directamente al capítulo. Nos leemos más abajo para comentarios finales. Espero que les guste.
Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!
Un Fanfic de Gravity Falls
"Pacifica por la Carretera"
Capítulo 11: "La Desolación de Pacifica"
—¿Escapar? —La voz de Darlene se volvió más aguda conforme se aproximaba—. Lamento arruinarles los planes, niños... Pero nadie escapará mientras yo me encuentre a cargo. Todos ustedes se convertirán en comida para mi rara y milenaria especie. Ustedes, con sus deliciosos tejidos, órganos y demás fluidos nos ayudarán a prevalecer por muchos siglos más. Debieron de haber huido cuando tuvieron la oportunidad. ¡Ahora, mis retoños! ¿Qué les parece un suculento aperitivo antes de comenzar con el plato fuerte?
En cuanto las palabras de Darlene dejaron de percibirse, una nueva caterva de arañas emergió de los huecos en las paredes de la cueva, cuya función principal era la de fungir como un nido con múltiples conductos para desplazarse.
—Chicos... ¿Qué vamos a hacer? —Mabel se mostró aterrada, sujetándose de Candy, quien a su vez, aprovechó la ocasión para sujetarse de Mabel y así sentirse un poco más protegida.
—Ya descubrimos que no son tan fuertes, podemos hacerles frente, chicas. ¡No se dejen intimidar por su tamaño! —Grenda pretendió hacerles recobrar el valor a sus dos mejores amigas, recogiendo del suelo la misma roca con la cual pretendía noquear a Stanley y a los señores Northwest.
—Eres valiente, pequeña... Pero... ¿De verdad crees poder hacer algo en contra de todas nosotras? —Preguntó Darlene, sorprendiendo a Grenda desde una grieta en el techo de la cueva, en dónde hasta se momento se había mantenido oculta de la vista de los presentes, lanzándole una potente descarga de telaraña para sujetarla, atraerla hacia ella y apresarla entre sus patas, para así comenzar a envolverla con una gran cantidad de red, hasta formar un capullo y dejarla inmóvil—. ¿Qué me dices ahora, querida?
—¡Vaya! Siempre creí que ser envuelta en telarañas sería divertido... Ahora me doy cuenta de que me equivoqué. —Comentó la joven.
Dipper, Mabel, Pacifica y Candy gritaron al unísono en cuanto vieron como Grenda era tomada como rehén. Sin embargo, Darlene no se mostraría conforme únicamente con su presa recién adquirida, por lo que con otros dos certeros disparos de su telaraña lanzados desde su cavidad bucal, consiguió aprisionar tanto a Mabel como a Candy, depositándolas de igual forma dentro de un capullo.
—¡Mabel! —Dipper enfureció—. ¡Suéltala, monstruo!
—Lo dices como sí en verdad lo fuera a hacer. —La carcajada de Darlene se volvió más pronunciada—. Si tanto te preocupas por ella... ¿Por qué no te le unes?
Sin darle más tiempo a Dipper para pensar en una estrategia, Darlene realizó su letal disparo en contra suya, consiguiendo estampar su espesa malla sobre la tela del chaleco del joven Pines, para proceder a arrastrarlo hacia su posición. No obstante, los reflejos de Pacifica fueron mucho más avivados y agudos, de modo que consiguió sujetar a Dipper por medio de su brazo derecho, para enseguida, ayudarle a quitarse velozmente su chaleco y así poder liberarse.
—¡Cielos! Gracias, Pacifica...
—No lo menciones... —Contestó la rubia sin mostrar alguna clase de expresión.
—Esa fue una buena maniobra, pequeña. Pero... ¿Podría preguntarte por qué lo hiciste? —Darlene se dirigió hacia Pacifica, a la vez que descendía del techo por medio de un solo brinco, dejando a Mabel, a Candy y a Grenda colgadas del mismo sin la mínima posibilidad de escapar—. Verás... Es algo que me causa mucha curiosidad... Me doy cuenta de que decidiste arriesgarte para salvar a tu amado a pesar de que te estuvo engañando durante un largo tiempo.
—Eso no te concierne... —Dipper se puso a la defensiva—. Además... ¿Cómo te enteraste de eso?
—¿No es algo lógico? Yo tengo ojos en todas partes. Mis pequeños me informan acerca de todo lo que ocurre en esta montaña y sus alrededores. No hay nada que se me escape a mi entendimiento. Ahora... —Volvió a centrar su atención en Pacifica—. Te lo preguntaré una vez más, pequeña... ¿Por qué lo salvaste?
—Yo... —Pacifica trataba de buscar una sólida respuesta en su cabeza, algo que no comprometiera directamente los sentimientos que alguna vez tuvo por Dipper. Sin embargo, pese a la presión, le resultó algo prácticamente imposible de conseguir—. Yo...
—Comprendo lo que pasa aquí... —Darlene no le permitió responder—. Aun lo amas... ¿No es cierto? Pero no comprendes el motivo del porque aun lo haces.
—¿Amar? —Preston se metió a la conversación—. ¿De qué rayos está hablando ese monstruo? ¿Es cierto lo que dijo? ¿Qué tu amas a ese chico, Pacifica?
—Yo... Verás... Papá... Yo... —Pacifica comenzó a sudar de manera abundante.
—Será mejor que cierres esa bocota y no te metas en esta conversación, Preston. Tú ya has hecho el daño suficiente. Al contrario de tu esposa, quién más bien tiene la pinta de ser simplemente una marioneta sin voluntad propia y que solo acata tus órdenes, Tú y ese niño de allá, son los principales responsables de que esa niña haya dejado de creer en las falsas promesas que suelen decir todos los hombres. Pero a decir verdad, no la culpo... Debe ser difícil e incluso complicado aceptar para esta pobre chica, que los dos hombres con mayor influencia en toda su vida hayan resultado ser un par de patanes mentirosos buenos para nada. Al contrario de los tontos unicornios del bosque, mi especie posee un raro y único sexto sentido, con el cual nos es posible ver muy dentro en los corazones de las personas, esto con el fin de detectar sus más grandes temores y debilidades, para posteriormente aprovecharnos de ellas y encontrar un medio más eficaz para engañarlos, conducirlos hacia nuestras redes y de esta forma devorarlos y saciar nuestros voraces apetitos. Y por lo que veo... Esta niña les guarda un gran resentimiento a ambos. Comenzando por su padre, quien ha sido el responsable de múltiples abusos contra su persona desde temprana edad. Seguido por este chico con un crónico problema de sudoración. Él fue el causante de haberle roto el corazón.
—Aún no comprendo cuál es el punto central de todo esto... —Dijo Dipper, apretando los puños, sintiendo como su odio hacia la mujer-araña crecía exponencialmente. Al mismo tiempo, desvió su mirada hacia Pacifica, quien había permanecido hasta ese momento en un absoluto estado de silencio—. ¿Esto que tiene que ver con el hecho de devorarnos?
—¡Qué bueno que lo preguntas, muchacho...! Ya que aunque no lo parezca, todo en este mundo tiene una simple razón de ser. He estado pensando muy seriamente en perdonarle la vida a esta chica y no lo sé... Quizá tomarla en adopción.
—¡¿Qué?! —Reaccionaron todos de forma unánime, sorprendidos por las palabras de Darlene.
—Lo que escucharon... —Darlene prosiguió—. Esta niña tiene un gran potencial para formar parte de nuestra creciente familia. Su rencor hacia los hombres que le hicieron daño crece conforme los segundos transcurren. En cierta medida, ella me recuerda a mi misma solo poco tiempo antes de que decidiera eliminar a todos los miembros de sexo masculino de mi propia especie.
—No es que me interese... —Stanley se agregó a la conversación—. Pero... ¿Cómo has podido engendrar a tantos adefesios si no queda nadie de sexo masculino?
—Nuestra reproducción es asexual, así que no tenemos que preocuparnos por sentimentalismos baratos, ni mucho menos por caer en falsas promesas provenientes de sujetos desalmados y sin corazón. Pero basta ya de charla. Es momento de pasar al momento decisivo. Pacifica Northwest... Te doy la oportunidad de salvar tu pellejo y convertirte en una de mis hijas. Si lo haces, nunca más volverás a sufrir de los abusos de tus padres, ni mucho menos de las mentiras que te dicen los hombres con tal de conquistar y conseguir la atención de una cara bonita. Aunque, ten en cuenta que si no aceptas mi oferta, terminaré por devorarte junto a todas estas personas.
—¿Qué? ¡Estás loca! —Los reclamos por parte de Preston no se hicieron esperar—. No le hagas caso a ese esperpento, hija. ¡Huye de aquí y consigue ayuda!
Pese a las palabras de su padre, Pacifica permaneció callada, sin realizar un solo movimiento, conservando la cabeza agachada y los ojos apretados, rememorando todas aquellas situaciones inhumanas por las que sus padres la habían hecho pasar desde que era una niña muy pequeña. Comenzando por las extenuantes horas bajo el sol y sin descanso que tuvo que atravesar tras haber sido sometida a un riguroso entrenamiento para engrandecer sus habilidades en golf miniatura cuando recién había cumplido los seis años de edad, pasando por las crueles sesiones de tratamiento psicológico al ser adiestrada por medio del Condicionamiento Pavloviano, para controlar su conducta por medio del sonido de una campana y finalizando con el doloroso hecho de jamás haber recibido palabras de aliento, ni de amor por parte de alguno de sus padres. Por si eso fuera poco, el dolor provocado por la traición de Dipper, también había hecho eco dentro de su cabeza, así como en el interior de su pisoteado corazón, siendo esta la gota que derramó el vaso. Pasados unos segundos, sus lágrimas finalmente salieron a brote, pudiendo ser capaz de articular unas cuantas palabras que dejaron en shock a todos sus amigos y familiares.
—Lo siento mucho, padre... Pero ella tiene razón.
—¿Qué...? ¿Qué quieres decir, hija?
—Desde que nací... Ustedes no han hecho otra cosa que obligarme a cumplir con los estúpidos estándares de perfección que deben seguir todas las generaciones de nuestra familia. Nunca se han preocupado por conocer mis verdaderos sentimientos. Ustedes nunca se han acercado a mí para darme apoyo moral... Siempre son los mayordomos y las mucamas los encargados de cumplir con ese rol. ¿O acaso ya olvidaron mi último cumpleaños? Debieron hacerlo, ya que ninguno de los dos estuvo presente... Al parecer, una asquerosa fiesta de millonarios es mucho más importante... Los odio... Papá... Mamá... Los odio... —Su llanto se intensificó aún más—. Nada les costaba... Decirme que estaban orgullosos de mí... Decirme que me amaban... Es por eso que me quedaré aquí... ¡No quiero volver a verlos!
—No... No puedes estar hablando enserio... —Priscilla alzó la voz—. Escucha... Tu padre y yo...
—Ya es muy tarde. —Pacifica la interrumpió—. Adiós mamá, adiós papá... —Se giró hacia el joven de gorra, el cual conservaba una expresión de conmoción absoluta—. Adiós Dipper.
—¡Ya la escucharon, chicas! —Exclamó Darlene, dándole la indicación al resto de arácnidos que eran completamente libres de atacar a Dipper.
Dipper retrocedió en cuanto las arañas comenzaron a aproximarse, aterrado y confundido, aún sin poder creer en aquello que Pacifica se había atrevido a decir. Fue en ese entonces, al momento de hacer las piernas para atrás, que Dipper se topó accidentalmente con un agujero al ras del suelo, el cual tenía una forma circular casi perfecta y lo suficientemente grande como para que su delgaducho cuerpo pudiera caber a la perfección. Con el único inconveniente de que la propia oscuridad le impedía observar el fondo del mismo.
Dentro de sí, Dipper se encontraba deshecho emocionalmente hablando, por lo que no descansaría hasta obtener una explicación coherente y razonable ante lo que acababa de suceder. Sin embargo, Dipper sabía también, que por el momento él se encontraba en una clara desventaja al no contar con ninguno de sus amigos y/o familiares, así como con Pacifica, para que pudieran darle una mano. Fue de este modo, que sin saber con precisión lo que le aguardaba en el interior de este nuevo pasaje, el muchacho se dejó caer por medio del agujero hacia un incierto destino. Esperando que lo que fuera que le aguardara ahí dentro, no fuera tan aterrador como la situación de la cual a duras penas había logrado sobrevivir.
Continuará...
Bien dicen que una mujer desesperada y con el corazón roto es capaz de cometer muchas locuras. Ahora que Pacifica ya no tiene nadie en quién depositar su confianza se ha unido al lado oscuro, mientras que Dipper se encuentra vagando por el limbo esperando encontrar un rayo de esperanza que le permita salvar a sus seres queridos. M pregunto qué será lo que le deparará al pobre... Me doy cuenta que ni en un fic tan tranquilo como este dejo de hacer sufrir a los personajes. "Este es mi don y mi maldición..."
En fin, dejaremos esto aquí por hoy y espero que me acompañen el próximo 14 de Junio para un nuevo capítulo y conocer la recta final de esta historia. Si les gustó o no, pueden dejarme sus opiniones. Las estaré leyendo y muchas gracias a todas y a todos por sus comentarios. ¡Hasta la próxima! ¡Chao!
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