Capítulo XVIII

Una serie de besos en la barbilla lo hicieron abrir los ojos. Se encontró con un desnudo y pálido hombro, el cual tenía suaves tonalidades rosáceas sobre la piel, aquella que él mismo marcó. Cerró los ojos y sonrió gustoso, ganándose por fin un beso en los labios.

—Buenos días —saludó el pelinegro una vez que terminaron de besarse.

—Buenos días —contestó y BaekHyun soltó un extraño gritillo de emoción.

—Me encanta tu voz por las mañanas.

Soltó una suave risa y acarició el cabello del contrario mientras se dedicaba a mirarlo a los ojos. El momento fue muy romántico, pero la atmósfera se evaporó cuando la puerta se abrió con fuerza, por esta entró JongDae con una cámara en las manos, JunMyeon con una bandeja con comida, YiXing con plumeros y un Minseok enfadado que no dejada de tironear la camiseta de JongDae.

—¿Qué mierda hacen aquí? —ChanYeol se sentó sobre la cama y tomó una de las almohadas para estamparla contra BaekHyun—. Tú, cúbrete.

—Buenos días... —canturreó JongDae con una sonrisa mientras los apuntaba con la cámara.

—Juro que intenté detenerlo. —MinSeok tiró un poco más de JongDae, pero este no tuvo ninguna intención de moverse.

—Chicos, sonríanle a la cámara, por favor. Es esencial que guardemos este momento para el recuerdo.

ChanYeol frunció el ceño y gruñó con fuerza. Estuvo decidido a pararse y sacar a patadas a JongDae de ahí, pero BaekHyun lo agarró de la muñeca antes de que intentara sacarse las mantas de encima.

—Estás desnudo —recordó el chico con voz baja, pero él aún estaba demasiado enfadado, así que, una vez que vio los desnudos hombros de BaekHyun que no fueron cubiertos por la almohada, tiró de las sábanas hasta tapar al contrario por el cuello.

—¡Dios mío! ¡Nuestro Yeollie está celoso y no quiere que nadie mire a su novio desnudo!

—Cállate, imbécil.

Pasó un brazo por los hombros de BaekHyun y lo apegó a su pecho, viéndose aún más posesivo.

—Chicos, esto es para ustedes.

JunMyeon se acercó con la bandeja de comida y se la entregó a ChanYeol al ver que BaekHyun estaba envuelto con las sábanas. YiXing movió los plumeros y sonrió sin verdadera alegría.

—No me miren así. JongDae me obligó a festejarles.

ChanYeol rodó los ojos y acomodó la bandeja sobre sus piernas. MinSeok insistió en tirar de JongDae para sacarlo de la habitación.

—Eres tan fastidioso —dijo MinSeok una vez que logró empujar al castaño para que saliera por la puerta.

—Aun así me quieres. —JongDae formó una sonrisa de insuficiencia y grabó el rostro de MinSeok.

—Aleja esa mierda de mi cara y salgamos de aquí de una vez. —Al parecer, las palabras duras de MinSeok hicieron que JongDae entrara en razón, por lo que finalmente todos salieron de la habitación para dejarlos solos.

—Son odiosos —susurró ChanYeol luego de que la puerta se cerró.

—Tú eres odioso. —Baekhyun se sacó las sábanas que lo cubrían con frustración y lo miró ceñudo.

—¿Yo? ¿Por qué?

El contrario resopló y pasó su mirada por la habitación mientras él sonreía con autosuficiencia. BaekHyun guardó silencio y bajó la mirada mientras jugaba con la cocedura de las mantas. ChanYeol, distraídamente, volvió a mirar el desayuno y tomó los palillos para comer algo de la bandeja.

—ChanYeol... —susurró el pelinegro y él levantó la cabeza para mirarlo con curiosidad.

—¿Qué?

—¿Qué somos?

¿Qué somos?, pensó. ¿Acaso había pregunta más confusa que esa?

—¿Humanos? —intentó acertar, pero BaekHyun lo miró ceñudo.

—¿Así que somos humanos? —Las palabras salieron toscas y ChanYeol frunció el ceño.

—Por supuesto, ¿acaso tú no lo eres?

BaekHyun soltó un quejido a modo de berrinche y se levantó de la cama, enfadado. El jugo de naranja se tambaleó dentro de su vaso.

—¿Qué pasa? —preguntó un poco asustado cuando el otro caminó hasta el pequeño bolso que llevó.

Para ChanYeol fue inevitable admirar el bonito y firme trasero del contrario, aún más su estrecha cintura y lo pálido de su piel. Estuvo tan concentrado en eso que ni siquiera se dio cuenta que el chico se puso la ropa interior.

—Pasa que eres estúpido, Park ChanYeol. Eso pasa.

Bufó y dejó la bandeja sobre la mesilla de noche para levantarse y caminar hacia el chico. Una vez que estuvo detrás de BaekHyun lo abrazó por la cintura y dejó un delicado beso en su nuca.

—Somos novios, BaekHyun; si es que estás de acuerdo con eso.

El chico detuvo sus movimientos, pero no se giró para mirarlo, por lo que ChanYeol dejó suaves besos sobre sus hombros.

—Yo... —Al pelinegro le costó un poco hablar, así que él se alejó para mirarlo—. ¿Estás bien con ello?

—¿Con qué, cariño?

BaekHyun se volteó—. Con que seamos novios, ¿estás bien con ello?

—Siempre he querido ser tu novio —confesó y se le fue inevitable sonrojarse.

BaekHyun sonrió a más no poder y se acercó para empezar un lento beso. Ambos apretaron el agarre para tener más cerca al otro.

—Las cosas irán mucho mejor ahora, BaekHyun. Lo prometo.

El chico sonrió, corrió hacia la cama y se lanzó sobre esta. Se cubrió con las mantas y le regaló una última sonrisa a modo de invitación para que imitara sus actos.

Los dos comieron su desayuno entremedio de mimos e infinitas sonrisas y los besos siempre estuvieron presentes. ChanYeol nunca antes estuvo tan feliz en su vida.

—Vamos a mi casa —dijo una vez que se cambiaron de ropa luego de bañarse.

—¿Qué casa? ¿A la casa de tus padres? —ChanYeol no pudo evitar soltar una risa al ver lo preocupado que se mostró BaekHyun—. No te rías de mí, tonto. No puedes presentarme aún con tus padres. No llevamos ni medio día de novios.

—Vamos, BaekHyun. No pasará nada malo. Lo prometo. —Le regaló una amplia sonrisa y lo abrazó por los hombros—. Todos en casa te adorarán.

—¿Aún si soy hombre?

—Por supuesto que sí. Pareces más niña que hombre —bromeó y el chico lo miró con el ceño fruncido.

—No parezco niña —gruñó y ChanYeol lo apretó más.

—Claro que no, cariño. Simplemente estás perfecto para mí.

ChanYeol no supo cómo, pero dio con las palabras acertadas para convencer a BaekHyun, así que se despidieron de los chicos diciendo que saldría y fueron directo a la casa de su madre.

—Ha pasado mucho tiempo desde que no estoy en Seúl, creo que desde las vacaciones —comentó BaekHyun. ChanYeol pasó un brazo por sobre los hombros ajenos y caminaron por la calle.

—Te invitaré a salir más seguido entonces.

El pelinegro acarició la mano que colgaba de uno de sus hombros y jugó con sus dedos.

—Eres tan lindo. —BaekHyun levantó la cabeza y él le robó un beso.

Todo es tan perfecto, se dijo mientras aún caminaba apegado al chico y se acercaban a su vecindario.

—BaekHyun, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro.

Tomó un poco de aire antes de hablar y bajó su brazo para tener una mejor vista de las expresiones del contrario. BaekHyun, al ver que se alejó, lo miró extrañado.

—Prométeme que dirás la verdad.

—Por supuesto que sí. ¿Qué pasa?

Ambos detuvieron sus pasos, tomó al chico de la mano y lo miró con intensidad, dando a entender que el tema era delicado.

—Tú... ¿desde cuándo no lo hacías? —ChanYeol tiró de la mano de su novio para volver a caminar, de modo que el contrario no tuviera oportunidad de mirarlo sonrojado.

—¿A-A qué te refieres? —BaekHyun bajó la cabeza y apretó un poco el agarre de sus manos—. ¿Al sexo?

—Ujum... —Intentó ser casual, pero estaba pendiente de la respuesta del más bajo. Pensó que sería el momento para aclarar las curiosidades que sentía en torno a BaekHyun.

—Antes de ti no lo hice desde principio de año —susurró el contrario, mostrándose un poco avergonzado.

—Eso quiere decir que los rumores...

—Los rumores no son ciertos. —El chico bufó y levantó la mirada para regalarle una sonrisa—. Ahora yo quiero hacerte una pregunta.

—Adelante.

—¿Alguna vez creíste en los rumores?

ChanYeol sonrió de medio lado—. En un principio me dio igual si tenías sexo o no, aquello no es algo que yo deba juzgar. Eso pensé antes, cuando aún no teníamos nada.

—Me alegra saber que no tuviste una imagen equivoca de mí, aunque en más de una ocasión...

—Lo siento, es mi culpa. Aún no aclaraba lo que sentía por ti. —Tomó un poco de aire—. Estaba molesto conmigo mismo por no entender lo que sentía, supongo. —Se encogió de hombros y dio una sonrisa lamentable, más parecida a una mueca que a una verdadera sonrisa—. De verdad lo siento.

—No te preocupes. —BaekHyun sonrió y elevó sus manos unidas—. Ahora estamos bien.

ChanYeol asintió y esperó unos segundos antes de soltar su siguiente pregunta—: ¿Cómo se generó el problema inicial, esa foto y todo el rumor? —El contrario pareció incómodo, así que él volvió a detenerse y lo tomó por las mejillas, obligándolo a que lo mirara—. Si no quieres decirme ahora está bien. Podemos conversarlo cuando estés cómodo.

—En realidad, es algo tonto. —BaekHyun se alejó de su tacto y dio una sonrisa incómoda—. Estuve en el medio de una apuesta. —Frunció el ceño, sin comprender—. Ni siquiera sé por qué, pero algunos chicos apostaron en humillarme. Uno de ellos salió conmigo. Fue él quien hizo la foto.

—¿Qué? —Molesto apretó los puños. BaekHyun pareció más concentrado en su propio bochorno que ni siquiera lo miró.

—El chico me invitó a salir, tuvimos unas cuantas citas y me pidió que saliéramos —empezó BaekHyun con una mueca en los labios. ChanYeol pudo notar en la expresión ajena algo de molestia y dolor—. Estábamos por tener nuestra primera noche juntos. Dijo que sería bueno relajarnos, así que bebimos algo. —El pelinegro se encogió de hombros, como si no fuera nada. No obstante, se notaba que estaba avergonzado de sí mismo—. Me acabé desmayando y me hizo la foto.

—¿Qué pasó con ese imbécil? —preguntó tenso.

—Lo demandé y lo expulsaron. —El más bajo suspiró y le dedicó una mirada de ojos húmedos, dolor se albergaba en ellos—. Sin embargo, el rumor no fue fácil de quitar y la gente comenzó a molestarme. Parece que se olvidaron del sujeto ese y simplemente asumieron que era una puta. —ChanYeol se mordió el labio inferior, entre incómodo por el relato y afligido por el dolor del contrario—. Creo que el tipo se vengó porque le arruiné la relación con la novia.

Eso lo sorprendió—. ¿Cómo pasó eso?

—Era un compañero de clase, tuvimos un trabajo juntos y a mí... A mí me gustaba. —BaekHyun apretó los ojos y suspiró—. Yo no sabía que tenía novia y coqueteé con él.

Asintió, aún aturdido, y se tomó el tiempo de procesar todo lo que dijo el contrario. Ciertamente, nunca escuchó acerca de otra persona aparte de BaekHyun, pero él nunca le puso mucho interés al tema, seguramente no sabía el chisme al completo, agregando que siempre se distorsionaba todo.

—¿Por qué la gente sigue molestándote? —preguntó confundido y ceñudo. El chico tan solo se encogió de hombros.

—Porque la gente es así, necesitan algo con lo que entretenerse y eso soy yo. —El pelinegro meneó la cabeza, cabizbajo—. Ya ni siquiera insisto en quitar todo. Es inútil.

—Te prometo que las cosas cambiarán. —Tomó las manos del contrario y sonrió—. Ahora somos pareja. Podemos mostrar otra imagen de nosotros y estar tranquilos.

BaekHyun asintió y sonrió apacible. Retomaron el rumbo hasta que ChanYeol detuvo su caminar delante de una casa promedio. Se acercó a la puerta y tocó el timbre.

—Te aviso de antemano que papá falleció.

BaekHyun abrió la boca, asombrado, y pareció querer decir algo, pero todo quedó en el olvido una vez que su madre abrió la puerta y los vio a ambos parados afuera.

—¿ChanYeol? —La mujer abrió la reja con una sonrisa y se acercó a abrazarlo—. Pensé que este fin de semana lo pasarías con tus amigos.

—Es lo que tengo planeado, pero es inevitable venir a visitarte.

Su madre sonrió encantadoramente y luego dirigió su mirada a BaekHyun aún sin perder la simpatía.

—¿Y este muchacho?

ChanYeol se enderezó—Bueno, mamá. Él se está convirtiendo en alguien importante en mi vida.

La mujer frunció el ceño aún sin dejar de sonreír al notar las actitudes de su hijo e hizo un ademán para que se adentraran a la casa.

—¿Cómo te llamas, cariño? —preguntó la mujer hacia BaekHyun y este le envió una rápida mirada a ChanYeol en busca de ayuda.

—Se llama Byun BaekHyun, mamá. Y no lo acoses tanto —advirtió al verla sonriendo con entusiasmo por tener gente ajena en casa.

—¡YooRa, tu hermano trajo un amigo!

La chica bajó corriendo las escaleras luego de escuchar el grito de su madre. Estaba tan despeinada que ChanYeol pensó que la chica quiso sacarse el cabello con los dedos. YooRa se acercó entusiasmada, pero a mitad de camino se detuvo y lo miró con la boca abierta.

—¡Teñiste tu pelo!

—YooRa, por Dios. Tenía que cambiar ese color.

—¡Pero yo quería hacerlo!

Suspiró y se acercó a su hermana para abrazarla por los hombros al darse cuenta que la chica simuló sollozar, tan dramática como solía ser ella.

—Suéltame, asqueroso. —YooRa le propinó un empujón y puso cara de ángel cuando se dirigió a BaekHyun—. ¿Y tú quién eres?

—Es mi novio —contestó ChanYeol con rapidez y el más bajo lo miró con horror.

Las dos mujeres guardaron silencio mientras parecían procesar la información y él pasó su brazo por los hombros de BaekHyun para acentuar lo anterior dicho.

—Hijo, no sabía que te gustaban los hombres... —dijo su madre despacio mientras lo miraba atónita.

—Pues ahora estas enterada. —Tiró a BaekHyun en dirección a las escaleras—. Nos quedaremos a almorzar, mientras tanto estaremos en mi habitación.

YooRa aún no parecía procesar todo lo que dijo y su madre se dirigió a la cocina con rapidez. ChanYeol no estuvo realmente preocupado, desde que su padre falleció él pasó a ser el hombre de la casa, un adulto. Entendía que a su madre le costara aceptarlo, por supuesto, pero sabía que no habría mayores problemas.

—Creo que fuiste desconsiderado.

Abrió la puerta de su antigua habitación para que su novio entrara.

—Ellas lo entenderán.

El chico suspiró y ChanYeol se sentó sobre su cama después de cerrar la puerta. BaekHyun dio una vuelta por la habitación mientras miraba sus paredes y se detuvo en medio del lugar.

—¿Puedo preguntar qué le pasó a tu padre?

Su mirada decayó y el más pequeño lo notó, por lo que se sentó a su lado y puso una mano en su espalda.

—Nunca... fui un chico al que consideraran agradable. —Se detuvo un momento para pensar por dónde comenzar—. En el colegio me molestaron por mi apariencia o por cualquier cosa. —La mano de BaekHyun bajó a su rodilla y dejó suaves caricias. Él levantó la cabeza para mirarlo a los ojos—. Fueron tan agresivos que mi padre decidió que tomara clases de boxeo y defensa personal. Al principio me aburrí y me desagradó tanto que me rehusé a asistir a las clases. —Sonrió y dejó un beso en la mejilla de BaekHyun al verlo tan atento—. Empecé a asistir cuando me di cuenta de lo costosas que eran. Era tan lamentable que incluso mis compañeros de boxeo se burlaban de mí.

—ChanYeol...

—Me dieron clases particulares y cuando cumplí los dieciséis años comencé a jugar ilegalmente. Para esa época ya conocía a JongDae, ambos éramos unos inadaptados que tuvieron la suerte de encontrarse con el otro. Él fue quien llevó la cuenta del dinero en las peleas. Al principio lo hacíamos por diversión, nada más que por curiosidad.

Cerró los ojos y sintió el beso de su novio sobre las mejillas. No se dio cuenta hasta ese momento que estaba llorando.

—Las cosas cambiaron cuando me enteré que papá fue despedido y no teníamos el dinero suficiente para mandar a YooRa a la universidad. Desde ahí comencé a meterme en peleas más grandes por más dinero y logramos hacer que mi hermana estudiara, aunque las cosas se pusieron feas cuando papá notó los golpes y las cuentas del hospital.

Se llevó una mano a la cabeza y enredó sus dedos dentro de su cabello en un intento inútil de apaciguar el dolor que tanto lo maltrató de adolescente.

—Estuvimos en una pelea importante y gané, pero cuando salí del lugar con JongDae mi padre nos esperaba afuera. Me dio una paliza ahí mismo, yo simplemente me dejé porque se trataba de mi padre y sabía que hice mal.

—ChanYeol, puedes contármelo después. Ahora mismo no te ves muy bien.

Negó con la cabeza y le dio una efímera sonrisa.

—Quiero decírtelo —susurró y BaekHyun le acarició la mejilla.

Intentó continuar, pero el recuerdo le llegó de sopetón, transportándolo a algún lugar de su memoria.

—¡¿Qué mierda haces aquí?!

—Papá...

—¡¿Acaso te eduqué para esto?

—Papá, YooRa necesita ir a la universidad.

—¡Ese es mi maldito trabajo, no el tuyo! ¡Yo soy quien debe mantener a la familia, no tú!

—Me golpeó tan fuerte que me desmayé y terminé en el hospital. Yo... de verdad no podía mover mis piernas y papá no creyó que la recuperación serviría, así que simplemente... se fue... se suicidó.

—ChanYeol, no es tu culpa.

—Sí, lo es.

Y sí lo fue. Le costó menos recuperarse de la operación que del trauma psicológico. Estuvo más de tres meses internado por su actitud depresiva y por sus ganas incesantes de acabar con el mundo. Estuvo tan roto en aquellos momentos, siempre lo estuvo.

—No fue tu culpa. —Sus ojos se encontraron con las perlas negras de BaekHyun y se sorprendió a sí mismo al darse cuenta de cuanto lo quería—. De seguro tu papá está orgulloso de ti.

La lágrima resbaló por el rostro pálido de su novio y para él fue inevitable pasar los brazos alrededor del contrario para acercarlo a su pecho y hacerlo participe de un cálido abrazo.

—Hay algo que debo decirte. —BaekHyun se puso de pie para mirarlo desde lo alto y ChanYeol pasó las manos por sus mejillas para borrar el rastro de lágrimas—. Lamento lo extraño que fui cuando nos conocimos y todo lo cambiante de mi actitud. Empecé a sentir algo por ti desde el principio, pero tuve mucho miedo. Hubo tanta gente que hizo lo mismo que tú con la pura intención de hacerme sufrir que no supe si era adecuado confiar o no.

—Lo entiendo, BaekHyun. Lamento darte explicaciones confusas en algún momento, supongo que no supe cómo reaccionar delante del chico que me gustaba y que parecía tener tantos complejos.

—Gracias, ChanYeol.

Estiró ambos brazos y se levantó de la cama para abrazar al más bajo. Llenó de besos su cara y acarició su espalda mientras le susurraba al oído cuanto le gustaba.

—Cuando lleguemos a la universidad recuérdame que debo mostrarte algo.

Asintió y una vez que se separaron no hicieron más que sonreír mientras se miraban a los ojos.

Un grito sonó desde el primer piso—. ¡Chicos, está lista la comida!

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