Capítulo IV
ChanYeol se apoyó en una de las paredes exteriores del hospital, donde estaba mínimamente resguardado de la lluvia. Sintió la necesidad de ocultarse de los doctores para poder dejar su mente tranquila.
Con las manos temblorosas alzó el teléfono de BaekHyun, por el cual tuvo que dar vuelta el colchón del castaño al entrar en la desesperación de no encontrarlo en la habitación hace unos minutos atrás.
Al prender el aparato y darse cuenta que tenía contraseña echó la cabeza hacia atrás con una mueca en los labios, golpeándose con la muralla que estaba a sus espaldas.
El teléfono vibró en sus manos de un momento a otro, asustándolo de sobre manera. Leyó con cuidado el nombre del remitente: BaekBeom Hyung.
Contestó de inmediato. No importaba quién fuera, alguien tenía que informarle a la familia de BaekHyun que el chico no estaba en su mejor estado.
—¡Baek, ¿me puedes decir por qué mierda no contestabas el teléfono?! ¡¿Sabes cuántas veces te llamé?! ¡Estoy muy...!
—Disculpa... —Para suerte de ChanYeol, su voz no salió tan temblorosa a pesar del frío que sintió su cuerpo.
—¿Quién eres? ¡Espera...! Eres el chico que antes estaba con mi hermano, ¿no? —Suspiró de puro alivio.
Su hermano.
—Yo...
—¡Lo sé todo, maldito! ¡Deberías estar temiendo mi existencia porque apenas te vea te pegaré tantas patadas que nunca más podrás ponerle una mano encima a BaekHyun! ¡Te romperé la cara, desgraciado! ¡Espera a que te encuentre! Juro que...
—Disculpa... —repitió y se apegó a la pared para no mojarse por la estrepitosa lluvia. Empezó a sentirse un poco asustado por el sujeto que estaba a través de la línea telefónica.
—¡No acepto tu puta disculpa, imbécil! ¿Qué haces con el teléfono de Baek? —ChanYeol suspiró y se abrazó a sí mismo para aguantar la baja temperatura—. ¡¿Dónde está mi hermano?! ¡¿Qué...!?
—¡¿Podrías callarte de una maldita vez?! —El grito salió cargado de desesperación y luego tuvo que morderse el labio inferior para no hacer notar su voz temblorosa. Se puso a llorar—. Baek está enfermo. ¿Puedes venir?
—¿Ah? ¡¿Qué mierda estás diciendo ahora?! ¡Si vienes a...!
—Por favor... —Las palabras lograron salir de sus labios para luego dejar escapar el sollozo que tenía retenido en la garganta—. Ven a la universidad, por favor. BaekHyun está enfermo y los doctores no quieren contactarse con su familia.
—Hey, no bromees con una cosa así. No es divertido.
ChanYeol se sorbió la nariz.
—No-o puedo bromear con algo así... —Soltó un suspiro lloroso antes de continuar—: Por favor.
El chico al otro lado de la línea tosió para acomodar su voz—. ¿Cómo te llamas?
—Park ChanYeol, soy el compañero de habitación de BaekHyun. ¿Sabes cuánto durará tu viaje?
—Un poco más de una hora. —Hizo una mueca y se tragó el sollozo que tenía en la garganta.
—Está bien, lo cuidaré hasta que tú vengas. No te preocupes demasiado y conduce con cuidado. —ChanYeol alejó el teléfono de su oreja para apegar su rostro a la pared y sollozar con más fuerza, de repente sumamente agobiado por toda la situación
—¡Hey! —Inmediatamente se mordió la lengua para no emitir algún otro lamento y volvió a acercarse el aparato para escuchar—. Yo... soy BaekBeom, el hermano mayor de BaekHyun. Nos vemos en un rato.
La llamada se dio por finalizada y ChanYeol apretó con fuerza el costoso aparato entre sus manos levemente húmedas. Apoyó su espalda contra la pared para bajar por esta, y se quedó en cuclillas, viendo lo tenebroso que se convirtió el campus con tanta lluvia y neblina.
Prometió que cuidaría de BaekHyun, así que ni siquiera lo pensó dos veces cuando suspiró y se levantó de un salto, mareándose otra vez. Sintió un intenso y agudo dolor en una de sus sienes. Prefirió cerrar los ojos con fuerza y apoyó la cabeza contra la pared para no caer al suelo.
Cuando logró abrir los ojos el mundo le dio vueltas, pero pudo estabilizarse, y no fue hasta que dio el primer paso, que sintió que caería, por lo cual se apoyó en la pared para continuar avanzando. Cuando estuvo delante de las puertas automáticas esperó a que estas se abrieran para luego pasar y no volver a cometer el mismo error dos veces.
Mientras se adentraba a la sala se llevó una mano a la frente y pasó el dorso de su mano para secarse el sudor que se acumuló ahí. Al entrar vio a aquel doctor joven que estaba a cargo de BaekHyun. Se acercó hasta él con el celular entre las manos, y apenas estuvo a tan solo unos metros el objeto, fue apartado de su poder para ser introducido en el bolsillo de la bata de doctor, finalmente el contrario puso ambas manos en cada bolsillo y balanceó las caderas de delante hacia atrás. Por detrás de él pasó aquel doctor canoso que les dio una rápida mirada y luego continuó con su camino. El castaño tomó el teléfono y se lo extendió.
—¿Pudiste contactarte con alguien?
Ambos caminaron hacia las dos sillas que pusieron a un costado de la camilla de BaekHyun.
—Con su hermano mayor. Dijo que quizás demore más de una hora en venir.
El chico apretó los labios y sonrió sin mostrar los dientes.
—Por cierto, soy Ryu HunHwa. —ChanYeol agarró la mano que le extendió el contrario y la sacudió amablemente—. Tus manos están muy sudadas. ¿Estás bien?
—Estoy bien, Doctor Ryu. Solo se trata de agua —se mofó, recibiendo por respuesta una media sonrisa.
—Aún no soy doctor.
ChanYeol agradeció que desviara el tema y ya no hablaran de él.
—Byun BaekHyun, ¿no? —ChanYeol desvió su mirada hacia el médico—. He escuchado una que otra cosa de él.
—Pff... —Acomodó una de sus manos sobre la silla mientras que con la otra alcanzaba la suave tela que cubría el cuerpo de su compañero y jugó con el dobles de esta—. Hay miles de cosas que se dicen de él.
—La gente es estúpida —acotó el contrario mientras descansaba su cuerpo sobre el respaldo, cruzó las piernas y puso ambas manos sobre las rodillas.
—Tú también cuentas como gente, ¿no? —El chico hizo una mueca graciosa con los labios.
—Tú y yo también somos gente. —ChanYeol volteó la cabeza hacia el contrario al notar su expresión—. No sé cuál es tu nombre.
—Park ChanYeol —dijo elevando la barbilla para luego cerrar los ojos y agachar la cabeza, el gesto le provocó dolor de cabeza.
—Deberías descansar. Estuviste todo este tiempo aquí y podría apostar que tu ropa está mojada.
Arrugó la nariz y negó con la cabeza.
—Debo quedarme con BaekHyun —afirmó, y esta vez llevó ambas manos sobre la camilla para juguetear con sus propios dedos.
—Puedo quedarme con él. Después de todo, tengo que pasar aquí toda la noche. —HunHwa levantó ambos brazos para ponerlos detrás de su nuca y luego agregó con un falso tono alegre—: ¡Yupi! No hay nada mejor que pasar la noche en urgencias.
—No hay nadie aquí —murmuró después de mirar a su alrededor.
—Lo sé, es aburrido. —El castaño sacó la lengua en otra mueca—. ChanYeol... —El aludido volteó a ver al mayor—. Deberías ir a tu habitación y dormir un poco.
—Te dije que me quedaré aquí. Deja de insistir.
—Pero necesitas una ducha caliente, comer algo y abrigarte. Si quieres puedes venir después de hacer todo eso. —ChanYeol cruzó los brazos sobre el pecho y cerró los ojos mientras ladeaba la cabeza. Estaba realmente cansado.
—Estoy bien.
HunHwa hizo un extraño sonido con la boca a la vez que movía su dedo índice de un lado a otro.
—No, no. —Hizo una pausa para quitar su actitud cómica y miró hacia el frente después de suspirar—. Ni siquiera traes zapatos, ChanYeol. Te estás enfermando.
—¡Oh! No me di cuenta que no tenía zapatos —dijo después de bajar la mirada para ver sus pies sucios por el barro y el pasto.
—ChanYeol, ¿qué tal si te acuestas en una camilla? —Negó ante el gesto de brazos que le hizo el castaño.
—Tengo que cuidar de BaekHyun.
El doctor bufó y estiró los pies para balancearlos—. ¿Qué te pareces si te acuestas en una camilla que esté a su lado?
—No, Doctor Ryu. Por favor, no insista. —El aludido refunfuñó con una ridícula mueca entre los labios.
—No me digas Doctor Ryu...
Ambos guardaron silencio. ChanYeol se quedó con la vista fija en el chico de la camilla.
—Te daré un inhalador que es exactamente igual al de BaekHyun. Su medicamento no tiene horario y solo debe ser administrado en una crisis, estas, según su registro médico, no son frecuentes, pero pueden ser bastante peligrosas porque, cuando era pequeño, tenía un asma más severa de la que tiene ahora. El riesgo ha reducido, pero a pesar de eso pareciera que las crisis son igual de arriesgadas como aquellas que tuvo cuando niño. —Escuchó atentamente a pesar de que no miraba hacia el chico que le hablaba—. Te estoy dando esto a ti para que cuides de BaekHyun, al principio dudé en pasártelo, porque pensé que dirías que no eras quién para cuidar del chico, pero ahora veo que le tienes aprecio.
—BaekHyun no tiene nada de malo, es un chico tierno que puede llegar a ser atrevido y extrovertido. De igual manera, he conocido poco de él y de verdad tengo ganas de seguir conociéndolo.
HunHwa asintió como si estuviera orgulloso—. Deberías seguir acercándote a BaekHyun, creo que si tiene a una persona a su lado le será más fácil soportar todo.
Este es el primer año en el que mi mejor amigo no la pasa conmigo... De repente recordó.
—¿Crees que podría ayudarlo?
—Cualquiera podría ayudarlo si quisiera. —ChanYeol se giró a verlo con una expresión serena—. No obstante, si lo harás, debes hacerlo bien, BaekHyun ya ha pasado por demasiadas cosas como para soportar una traición por una nueva amistad.
—Pensé que no sabías mucho de él —se mofó mientras se removía en la silla para intentar hacer desaparecer su dolor de cabeza y actuar alegre.
—Quizás sea porque estoy viejo y nadie quiere hablar conmigo. —HunHwa chasqueó la lengua, pero luego sonrió y terminó por aclarar—: Ese tipo de cosas me desagradan, así que las evito.
—A mí me pasa lo mismo —concordó y le dio una sonrisa.
Cuando desvió la vista hacia BaekHyun sintió que su cabeza se oprimía con fuerza y no pudo evitar levantar las manos para apretar las sienes sudadas con las palmas.
—ChanYeol, acuéstate para que descanses un poco.
Suspiró y bajó sus manos para aparentar que el dolor desapareció.
—Disculpa...
Ambos se voltearon para ver a un chico sumamente abrigado que estaba a un costado del gran escritorio, donde hacía falta la enfermera.
—Vuelvo en un momento. —HunHwa apoyó una mano sobre su hombro y le dio una rápida mirada antes de irse hacia el desconocido.
ChanYeol volteó su vista hacia BaekHyun, quien seguía durmiendo sin tener ningún indicio de molestia. Ante sus ojos pareció sumamente tierno acostado de aquella manera tan serena.
—Park ChanYeol. —Se volteó para encontrarse a aquel chico encapuchado, quien ya no estaba tan abrigado, porque se sacó la chaqueta impermeable que tenía encima—. Soy BaekBeom.
Rápidamente se levantó de la silla para saludar correctamente, pero el dolor de cabeza y las piernas temblorosas lo hicieron desestabilizarse, logrando que casi cayera sobre las sillas si no fuera por el aspirante a médico que lo alcanzó a sujetar por el brazo.
—Lo siento —murmuró avergonzado y soltó el agarre para inclinarse con respeto hacia el mayor.
—¿Qué te pasó? —preguntó ceñudo el hermano de BaekHyun.
—No es nada —se apresuró a contestar y se obligó a no tomar asiento otra vez, si se sentaba parecería insolente, pero si se quedaba de pie terminaría tirado en el suelo por lo débil que se sentía.
—Ha estado todo el día cuidando a BaekHyun y no quiere ni siquiera salir a comer.
—Estoy bien —dijo entre dientes y miró hacia el doctor para que notara su molestia.
—No te preocupes, deberías ir a descansar. Yo me quedaré con BaekHyun.
Fue casi cómico cómo a ChanYeol se le doblaron las piernas cada cuantos segundos, pareciendo una jirafa bebé.
—ChanYeol —llamó el médico de forma preocupada al ver que se afirmó de sus hombros para no perder el equilibrio.
—HunHwa... creo que no me siento muy bien... —susurró con la boca levemente abierta por los jadeos.
No fue hasta que dio el primer paso para empezar el rumbo hacia su habitación, cuando cayó y su cabeza golpeó contra el suelo.
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Abrió lentamente los ojos para encontrarse con aquel techo color crema y se sorprendió a sí mismo cuando se dio cuenta que estaba alegre de verlo. Miró por el rabillo del ojo para notar al chico que estaba a su lado sentado sobre una silla giratoria, le daba la espalda y parecía hacer algo con las manos. ChanYeol lo reconoció inmediatamente como BaekHyun. Su vista aún estaba un poco nublada por el aparente sueño, pero pudo oler su característico perfume, del cual estaba casi seguro que tomaba un poco del suyo.
Cuando el castaño se volteó hacia él aprovechó la oportunidad para sentarse en la cama y pasó los brazos en torno a su menudo cuerpo.
—¿Cómo estás? —Soltó el agarre para tomar al chico por las mejillas y hacer que este lo mirara.
El más bajo lo observó sonrojado y con los ojos sumamente abiertos, tanto así que pareció realmente afligido, y justo cuando se iba a reír de su expresión, vio a BaekBeom sentado en uno de los sofás que rodeaba su pequeña mesita de madera, la cual permanecía en medio de la habitación.
Soltó el rostro del castaño como si este le quemara y se acomodó mejor sobre el colchón, corriendo el trasero al lugar más alejado del castaño, casi cayéndose de la cama por el nerviosismo.
Reaccionó de inmediato y se levantó con la intención de saludar correctamente al hermano mayor de BaekHyun, pero este último lo tiró de la muñeca y lo hizo sentarse de nuevo.
—¿Por qué estoy desnudo? —preguntó en un susurro avergonzado mientras se tapaba con las sábanas y miraba hacia su compañero de habitación, porque definitivamente no tenía cara para mirar al hermano de este. Secretamente palmeó debajo de las mantas para luego alegrarse de que tuviera puesta su ropa interior.
—Tus amigos vinieron temprano para asearte, pero dijeron que, ya que te bañaron, no tenían por qué ponerte la ropa. —ChanYeol suspiró y se rascó una ceja mientras cerraba los ojos.
—¿Mis amigos vinieron? ¿Qué hora es? —Se volteó para mirar el reloj que estaba debajo de la ventana y comprobó que eran cerca de las tres de la tarde—. ¿No fuiste a clase?
—Yo también estoy enfermo —murmuró el chico mientras jugaba con la pequeña toalla blanca que tenía entre las manos.
—¡Oh, claro! —se apresuró a contestar y se inclinó un poco hacia abajo para buscar la mirada de su compañero—. ¿Cómo estás?
—Me contaron que ayer lloraste. —ChanYeol infló las mejillas y miró hacia otro lado, sacándole una suave risa a BaekHyun.
—Eso fue porque me sentí enfermo —se excusó sin insistir mucho en ello—. Por cierto, ¿hablaste con el doctor que nos atendió? Dijo que me pasaría algo.
—¿Te refieres al inhalador? —BaekHyun apuntó hacia la mesilla de noche, donde estaba el aparato.
—¿Ese es tuyo o mío?
—Es tuyo.
Asintió y miró hacia el mayor de los tres, quien los observaba con expresión neutra desde el sofá.
—Lamento haber causado molestias —susurró apenado hacia BaekBeom—. De seguro debió ser raro para ti que me desmayara.
—Eres un idiota. —ChanYeol bajó la cabeza y se mordió el labio inferior con nerviosismo después de escuchar la respuesta seca del mayor de los Byun—. No debiste descuidar tu salud por quedarte con BaekHyun. De igual manera, no eres el único ser en la Tierra que puede cuidarlo.
BaekBeom desvió la mirada del más alto y miró su teléfono, dejando que ChanYeol se inclinara hacia él de manera educada, como si entendiera y aceptara el regaño.
—¿Por qué haces eso? —gritó BaekHyun en un susurro mientras lo tiraba del antebrazo para que se enderezara.
—No quiero ser descortés —musitó de la misma manera que su compañero para luego susurrar aún más bajo—: Te pareces a él.
—Yo soy el más guapo entre los dos, mamá siempre lo dice. —ChanYeol apretó los labios y se rio silenciosamente por el tono y las muecas que usó el castaño para expresarse.
Fue extraño. Cuando veía o hablaba con BaekBeom sentía que estaba delante de una persona sumamente importante a la cual no podía faltarle el respeto, o simplemente... solo quería causar una buena impresión.
—Me tengo que ir, BaekHyun. Estarás bien, ¿cierto? —El aludido se volteó hacia su hermano, quien se levantó del sofá.
—No te preocupes, estaré bien. —El castaño se levantó para caminar hacia su hermano.
—No es necesario que me acompañes hasta el auto. No creo que me pierda —se mofó el mayor mientras abría la puerta que daba al pasillo.
—Está bien, hyung. Asegúrate de enviarle saludos a mamá y a papá. —El hermano asintió y le desordenó el pelo al menor. BaekBeom salió al pasillo y BaekHyun movió la mano para despedirse de él—. ¡Cuida a tu esposa y al bebé! ¡Felicidades!
El castaño suspiró con sosiego y se adentró a la habitación para acomodarse rápidamente el pelo que fue desordenado por su hermano.
—¿Cómo te sientes? —preguntó el más pequeño después de subir el escalón que los dividía de la pequeña sala.
—Estoy bien, pero siento un poco de calor —contestó mientras ponía las manos alrededor de su cuello para sentir la temperatura.
—Aún debes estar afiebrado —comentó el mayor a la vez que volvía a sentarse en la silla giratoria que estaba entre las camas de ambos, la cual, al parecer, sacó de su escritorio—. Lo que hiciste ayer... —El chico suspiró—. Te hace ahora aún más idiota.
—BaekHyun —susurró sin prestarle atención a su anterior comentario—, estaba muy preocupado por ti.
Todo salió en un susurro cálido y suave. ChanYeol pensó que le costaría más aceptar que de verdad se preocupó, pero todo salió como si las palabras no pasaran filtro alguno y simplemente fluyeran.
—De verdad, de verdad... —insistió a la vez que recargaba la espalda en el respaldo de la cama y se cruzaba de brazos—. Pensé que algo malo te pasaría y me asusté mucho. No vuelvas a hacer eso de nuevo, ¿bien?
La cabeza gacha de su compañero lo único que le dio a entender fue que quizás el chico estaba avergonzado, porque, bueno... bien sabía que sus palabras sonaron demasiado profundas y emocionales. Sin embargo, quería hacer sentir bien a BaekHyun, porque el castaño se merecía que alguien se preocupara por su bienestar, ¿y por qué esa persona no podía ser él? No había nada que se lo opusiera y solo se trataba de dar y recibir. Lo que más quería era dar todo de sí para que BaekHyun absorbiera toda esa energía que parecía necesitar.
Al darse cuenta que pasó demasiado tiempo sin recibir respuesta se fijó en el chico que ahora mantenía su cabeza gacha, eso lo hizo cuestionarse si sus propias palabras fueron adecuadas.
—BaekHyun —llamó con tono sugerente y este se llevó las manos al rostro.
Cuando levantó la cabeza se pudo encontrar con el chico tapándose los ojos, pero mostrándole una tímida sonrisa. Además, pudo ver el brillante camino que dejó una lágrima previamente caída.
—¿Por qué siempre lloras? —ChanYeol rio con suavidad para no hacer sentir mal al contrario. Su gran mano se fue hasta la mejilla ajena y quitó cuidadosamente aquel destello con el pulgar.
—Creo que quizás... —BaekHyun respiró hondo antes de continuar—: Debo ser todo un niñito débil y asustadizo —se burló el chico de sí mismo mientras agachaba la cabeza y se secaba las lágrimas con la manga de su sudadera.
—Quizás se debe al dolor que tuviste que aguantar. —El castaño levantó el rostro, confundido con lo que intentó explicar—. Quiero decir... Estuviste muchos días escuchando los insultos que las personas te decían, incluso fueron tan desvergonzados que lo dijeron frente a ti, y hasta el día de hoy nunca te he visto llorar delante de alguien que te insulte.
BaekHyun suspiró y levantó la cabeza para sonreírle cálidamente. Él, en respuesta, tiró de su brazo para que se subiera a la cama y quedara a su lado.
—Está bien que llores aquí, cuando estás solo o conmigo. —ChanYeol sonrió, llamando la atención de su compañero de cuarto—. Que llores delante de mí me dice que confías en mí. Hazlo las veces que quieras.
—¿Debería confiar en ti de un día para otro? —preguntó burlón el más bajo.
—¡Claro que deberías! —ChanYeol agarró al chico por la cintura y lo hizo apegarse a su cuerpo para ponerlo sutilmente debajo de él—. Puedes confiar en mí, ¿ok? —preguntó, haciéndole un gesto con los dedos que elevó a la altura de los ojos, donde guiñó uno de ellos.
—Tienes talento con el aegyo —se burló el mayor mientras le sonreía.
—¿Lo crees? —preguntó divertido y luego cerró ambas manos en puños y las puso a los costados de sus mejillas para ladear la cabeza y sacudir mínimamente los puños.
BaekHyun miró hacia otro lado y luego sonrió, haciendo que ChanYeol le picara las mejillas con sus dedos índices.
—Basta —murmuró el más bajo, pero pareció entretenido.
—Inténtalo tú. —BaekHyun rodó los ojos después de que ChanYeol lo apuntara con la barbilla.
El castaño se pasó la lengua por sobre los labios resecos y miró hacia un punto fijo, pensando qué podría hacer.
—¡Espera! ¿Por qué se supone que debo hacerte caso?
ChanYeol rio con fuerza y luego tomó su propio teléfono que estaba en la mesilla de noche. Se dejó caer a un costado del más bajo y se dirigió a la aplicación de la cámara. Cuando alzó el aparato para que los dos cayeran en el perímetro, BaekHyun abrió levemente la boca y se volteó a mirarlo.
—¿Qué haces? —Rodó los ojos y mantuvo una sonrisa en los labios.
—Después dices que el idiota soy yo —se mofó, a lo que recibió un suave golpe en el brazo—. Nos sacaremos una foto —recalcó por si no quedó claro.
—¿Tú y yo? —preguntó atónito el castaño.
—¿Tienes algún problema conmigo? Bueno... me acabo de despertar... —Ladeó la cabeza mientras se arreglaba el pelo y hablaba consigo mismo—. Ni siquiera me he cepillado el pelo, aunque nunca me cepillo el pelo, pero para las fotos acostumbro...
—¿Podemos saltarnos la parte en la que estás acomplejado? —ChanYeol bufó sin verdadera molestia y apegó su cabeza a la del chico que estaba a su lado para luego volver a alzar el celular.
Sonrió y acercó su mano desocupada a su rostro para cerrarla, a excepción por el dedo índice y medio, los cuales llevó hasta la esquina de su ojo. Ya para cuando estuvo listo para la foto se percató que su compañero se mordió nerviosamente el labio inferior.
—¿Qué debo hacer? —preguntó el mayor sonando más tímido que en otras ocasiones.
—Haz lo que yo. —Se giró mínimamente para ver de reojo cómo el castaño intentaba imitarlo—. Tienes que sonreír.
—Estoy sonriendo —se quejó BaekHyun quitando la mirada del celular y mirándolo ceñudo.
—Pero sonríe como si estuvieras feliz.
—¿Qué te hace pensar que mi sonrisa no es feliz?
ChanYeol suspiró y se alzó un poco en la cama para mirar al más bajo desde arriba, rozando el pómulo del contrario con su nariz sin querer, pero ninguno de los dos demostró que aquel acercamiento pasó o influyó en ellos.
—No digo que tu sonrisa no sea feliz —murmuró sin mirarlo y tiró de las comisuras de los labios ajenos para remodelar su sonrisa—, es solo que tu sonrisa parece forzada.
—¿Si la acomodas como quieres crees que se verá más real? —se burló el castaño, recibiendo su ceño fruncido.
Ante ello ChanYeol dejó su celular sobre la almohada en la que antes estaba apoyado y empezó a molestar BaekHyun con cosquillas, quien solo se retorció ante sus largos dedos. Ya para cuando ChanYeol vio que su maliciosa acción fue suficiente, tomó el celular en sus manos y lo alzó como anteriormente tenían planeado, aunque esta vez se encontró con un despeinado y jadeante BaekHyun que no dejaba de sonreír.
—Sonríele a la cámara. —Ambos miraron hacia la pantalla y él sacó la foto.
—¡Oh! No salgo tan mal —murmuró el castaño para sí mismo cuando ambos vieron la fotografía.
—Es porque estás feliz. —BaekHyun rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír—. Te la enviaré.
ChanYeol se encaramó sobre el más bajo al verse falto de espacio en el colchón, por lo que terminó sentado sobre la cadera ajena. Ni siquiera se dio cuenta que solo llevaba puesto un boxers negro al estar demasiado concentrado en su teléfono.
—No tengo tu número —Estiró la mano sobre la mesilla de noche para alcanzar el aparato tecnológico de BaekHyun como si ya supiera que este estaba ahí—. Dámelo.
El castaño tomó de manera nerviosa el celular e intentó desbloquearlo unas cuantas veces hasta que por fin pudo dictarle los dígitos que conformaban su número de teléfono.
—Ya está. Te enviaré la foto. —BaekHyun asintió y luego giró la cabeza para evitar ver cualquier parte de piel expuesta que él tenía. Solo no debía mirarlo y estaría a salvo.
—ChanYeol...
Elevó las cejas sin apartar la vista de su celular después de escuchar el murmuro de su compañero.
BaekHyun hizo viajar los ojos por toda la habitación en busca de alguna cosa en la que concentrarse, pero no halló ninguna. No pudo contenerse, así que acabó pegándole puñetazos a ChanYeol en el estómago, asustándolo.
—¡¿Qué haces?! ¡Loco! —BaekHyun apretó los dientes y los labios al ver que el idiota de verdad no se daba cuenta de nada. ¡Todo era culpa de su maldito teléfono!
El castaño pellizcó con una de sus manos un costado de la cadera de ChanYeol y con la otra pellizcó debajo de una costilla.
—¡Ah!
Incluso su celular cayó por el asombro y el dolor que sintió que lo llevó a retorcerse y abrazarse a sí mismo mientras se sobaba las zonas enrojecidas.
—Ehh... verán. Nos dijeron que ChanYeol estaba enfermo, pero... yo creo que...
Se volteó asustado y BaekHyun recargó el peso sobre sus manos para alzarse sobre el colchón, aunque de igual manera tuvo que ladearse un poco para ver a los tres chicos que estaban parados en la entrada de la habitación.
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