Zweiundzwanzig

Estaban acostados uno frente al otro observándose con pesar, el silencio reinaba en el departamento durante la madrugada que se hacía infinita.. sus manos no se soltaban para bridar conforte al otro a pesar de no saber qué decir. 

-Yo... cuidare de ti.. para que vivas en paz... -La voz del ruso salió en un murmullo suave mientras su diestra se elevaba lentamente con duda hasta alcanzar la mejilla cercana del menor quien lo miraba atentamente por con un semblante algo agotado-.

-..Estoy condenado, Russland.. no puedo arrastrarte a mi oscuridad.. -Bajó este la mirada recayendo en la aflicción, era cuestión de tiempo para que todos los que estaban en la Unión Europea se fuesen en su contra a causa de los desniveles económicos que estaba causando con su ausencia prolongada-.

Los ojos lavanda del mayor se entre cerraron a causa de su entrecejo algo fruncido con confusión, había un instinto.. gritando desde el fondo de su pecho aunque no podía entenderlo, pero sus manos parecieron actuar por sí solas cuando tomaron ambas mejillas ajenas para elevarlas cuidadosamente hasta su altura, quedando con sus miradas conectadas y con las frentes casi juntas. Sus narices rozaban permitiéndoles sentir el aliento tranquilo del otro, Alemania estaba perdido en los profundos ojos ajenos.. dejándose envolver por el calor de sus manos tomándole el rostro como si se tratara de un fino diamante, entonces el azabache dio una pequeña caricia a sus labios con uno de sus pulgares.. muy sutil y delicada sintiendo su tacto rasposo por la sequedad.

Lejos de mostrar desagrado por la sensación, lo hizo nuevamente en lo que se inclinaba un poco más con el carmín tiñendo sus mejillas.. al rozarlos con los suyos se paralizó un momento.

¿Acaso era correcto?

Luego de todo lo que pasó..

Tocarlo como lo estaba haciendo, ¿Estaba mal?

Su padre fue después de todo quien le destruyó la vida y ahora él siendo su viva imagen lo estaba tocando..

Sus manos temblaron alejándose a lo que el rubio lo miró confuso y sonrojado pensando en si hizo algo mal para que se alejara así, luego preocupándose cuando lo vio temblar cubriéndose el rostro murmurando algo sobre un monstruo.

-¿Russland..? -El europeo lo llamó en tono suave levantando la mano izquierda para intentar tomar las suyas, no comprendía qué pasó pero necesitaba saber si el más alto estaba mal por algo para intentar que se sintiera mejor-.

-Lo siento, yo.. no debí estarte tocando así, prometo.. prometo que no volverá a pasar, no quiero hacerte daño también...-Rusia se encogió en su lugar suspirando con una expresión de profunda pesadumbre, no quería ser el monstruo que siempre señalaba el bicolor con asco, no quería ser más la sombra de su padre que resultó ser realmente lo peor del mundo como siempre oyó pero jamás quiso creer-.

-..Lo quiero... -El de ojos celeste entendiendo la situación se encogió también con un rubor rosa decorando sus mejillas otra vez, pero no podía evitarlo.. algo en lo profundo de su mente le decía que estaba bien lo que sentía en ese momento y que no estaba mal tomar la oportunidad- Quiero el beso.. si no te molesta..

Las cejas del eslavo se alzaron con sorpresa reflejada en sus ojos humedecidos por el previo estrés, pero.. realmente quería hacerlo, quería probar los ásperos labios del tricolor y besarlo tantas veces que estos volviesen a ser suaves por su cariño. No sentía culpa de pensar así ya que no era con malicia.. además, tampoco creció con odio hacia ese tipo de sentimientos o actitudes hacia su mismo género.. el de hoz y martillo estaba muy ocupado intentando humillar a América como para generarles ese resentimiento y tampoco hizo mucho caso a los humanos respecto al tema al estar más enfocado en su trabajo manteniendo la economía.

Tenía su permiso ahora, un beso pequeño no lo lastimaría y su expresión tranquila pero algo tímida lo tentaban a volver a acercarse, así lo hizo con su respiración agitándose un poco más con cada centímetro de distancia que restaban entre la oscuridad de la madrugada donde el germanos se sentía cómodo y seguro con quien lo había cuidado tan pacientemente a pesar de las cosas que hizo en su estado de descontrol. Rusia aún acostado lo atrajo a sus brazos para dejar un ligero beso en su frente antes de comenzar a bajar lentamente hasta sus labios, tomándose un momento en silencio previo a acabar con la distancia que quedaba logrando sentir la tibieza ajena.. al parecer ninguno de los dos tenía experiencia alguna así que no tuvieron problema en quedarse quietos para disfrutarlo sin presiones.

-Gracias.. Russland.. -Murmuró el de piel amarilla una vez se separaron despacio para poder respirar un poco agitados, ambos estaban algo avergonzados pero no tenían problema alguno con lo que pasó por lo que solo se volvieron a abrazar bajo la manta-.

-Alemania.. -El mayor cual oso lo envolvió entre sus brazos acariciando despacio la parte superior de su espalda para no ser muy invasivo, no quería soltarlo, el calor que había dentro de su pecho lo hacía.. sentir tan bien como no le había pasado en muchos años, quería protegerlo de todo lo que lo amenazara en un futuro- Yo velaré tu sueño...

Dejó otro beso en su frente, un poco más duradero que el anterior, para esconderse entre sus hebras doradas disfrutando de su sola presencia en tranquilidad sin pensar en más que ese momento. Pasado un rato sintió su cuerpo más pesado y supo que el de suéter se había quedado dormido finalmente así que lo acurrucó mejor y cubrió con la manta sin dejar de abrazarlo como si inconscientemente se convirtiera en su escudo para el exterior peligroso.

   

   

   

ₛₕₐg zₐ ₛₕₐgₒₘ ₒₙᵢ ᵢdᵤₜ ₚₒ ₚᵤₜᵢ ₖ ᵢₛₜᵢₙₑ, ₙₑₛyₐ ᵥₑₛ ₚᵣₒₛₕₗₒgₒ ₚₒ ₖₐₙₐₜᵤ, ₛₒₚᵣₒₜᵢᵥₗyₐyₐₛ', ₚₒₖₐ ₚᵣₐᵥdₐ ₙₑ ᵥzₒᵣᵥₑₜₛyₐ ₚₒₛᵣₑdᵢ ᵥₛₑgₒ ₑₜₒgₒ.

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