ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs ᴀᴅᴜʟᴛᴇʀᴏs

Arregló su corbata una vez más y camino hasta la puerta que estaba vibrando con los toques del timbre, peino su melena una vez más para abrir la puerta de su casa esperando ver a esa mujer pelinegra, pero en su lugar no estaba ella, se encontro con su azulada amiga colgada del brazo de ese enano malhurado y en sus manos llevaba un par de botellas de alcohol, tequila y licor, no alcanzó a distinguir la marca pero sabía que era de los más fuertes; Bulma siempre extravagante con el alcohol.

Se hizo a un lado para dejarlos pasar y cerró la puerta, se preguntó cuanto más debía esperar para verla, además su hermana ya estaba ansiosa, nerviosa, sudaba de la frente mientras se mordia las uñas de la mano derecha mientras la otra estaba en su cadera.

—Tranquila, recuerda que su especialidad es llegar tarde... bueno, venir con quien no es puntual.

Ella miro al tipo de cabello rosado y dejo de morderse las uñas.

—No es eso hermano, es solo que estoy nerviosa, sera la primera cena en la que estamos ambas familias —Respondió la chica que usaba el cabello suelto sobre sus hombros y un vestido en color rojo, con mangas a mitad de los brazos y un escote bonito y discreto, el vestido le llegaba debajo de la rodilla.

—Es normal ¿No? Habra muchas más cenas después de casarse.

La chica lo miro y se acerco hasta él, su hermano tenía razón, pero había algo más que a la chica le ponía en ese estado.

—¿Acaso ya no recuerdas? Me preocupa que haya mas encuentros entre tú y el señor Reicel, ¿O ya olvidaste la vez que se pelearon por una estupidez que no recuerdo? Estoy seguro de que te odia por golpearlo y tú también lo odias —Reclamó acercándose amenazante al de cabello rosado y traje gris.

—Escucha Videl, él tuvo la culpa, y si me repugna verlo, no dudaría en volver a golpearlo.

La chica abrió los ojos y cubrió su boca con miedo, no queria más peleas entre su familia y la de su prometido.
Recordó, la vez que ellos se conocieron, fue en una pequeña reunión entre él y los padres de Gohan, era para conocer al chico y que los padres de su novio la conocieran a ella; sin embargo acabó mal por culpa de estos dos.

—Black, deja de hacer esas bromas —Dicho esto el hombre sintio un golpe fuerte en su cabeza, su madre lo había golpeado con una sartén. —Tranquila Videl, tu hermano no hará nada más, si pasa algo aquí estamos todos para detenerlos.

—Videl, tu vestido es hermoso, dime ¿quien fue esa persona maravillosa, perfecta, glamurosa, brillante, inteligente y sexy que te lo diseño?

—Señora Bulma, fue usted —Respondió con una sonrisa nerviosa.

—¡Es verdad! No hay nadie más perfecto que yo —Dicho esto se sentó en el sofá de color caqui junto a su esposo.

Vegeta iba a quejarse pero el timbre los interrumpió, esta vez fue Videl quien recibio la visita, Black ya se había encaminado hasta la cocina para probar un bocadillo que su madre estaba preparando.

—Sentimos la tardanza, el postre aún no estaba listo... —Habló avergonzada mientras sonreía, a su lado derecho se hallaba su hijo vestido con un elegante traje azul, y a su izquierda estaba su esposo, con el cabello rojizo peinado hacía atras y sosteniendo aquel postre que a simple vista parecia delicioso.

A black se le encendió el temperamento, otra vez cruzaba miradas con el de cabellos rojos, era un idiota, pero tenía lo suyo, no iba a decir que tenía más dinero, tampoco que era más guapo, ni mucha fuerza, en esos aspectos estaban iguales, ninguno era más feo o más apuesto que el otro. Sin embargo había algo en lo que le ganaba, en inteligencia, ese pelirrojo era 10 veces más listo que él, aunque bulma lo superaba.

Era eso algo que le heredó a su hijo gohan, en eso eran identicos, agradecía por que fuera solo en eso y en los ojos que fuesen idénticos, por que el resto gohan era muy parecido a su madre, sobre todo en el cabello negro.

Por su lado el pelirrojo tenia pensamientos similares al de traje gris, no soportaba cruzarcelo, aunque esta vez se controlaria, era algo que le prometió a su hijo, y lo haría por Gohan.

—Sientese

Para cuando recobro su propia conciencia, la família Yamada ya estaba sentada en el sillón de la sala, Black se quedó apoyado del otro lado de la tabla de la cocina observando a través del marco de la cocina; realmente estaba muy comodo comiendo de aquellas patatas gratinadas con queso, una comida francesa que a su madre le queda perfecto.

Cuando estuvo a punto de llevarse otro bocado tomado con una cuchara, su madre volvió a golpearlo. ¿De dónde demonios sacaba ese sartén?

—¡Por un demonio Black! Deja de ser tan tragon y mueve el culo hasta la sala.

Aquello no le ofendió en lo más mínimo, estaba acostumbrado a ese vocabulario por parte de su madre hacía él, pero sintió un poco de enojo cuando vio la sonrisa burlona de Raicel Yamada, luego fue sustituido por un sonrojo de vergüenza al notar la mirada de todos sus amigos sobre él, en especial la mirada de esa mujer.

—Diablos ¡callate! —Mencionó entre dientes y se cruzó de brazos, sostuvo su orgullo y caminó hasta el sillón individual, se sento justo frente a la pareja Yamada, Black pensaba en como se vengaria del pelirrojo, justo cuando se percató de la mirada de aquella azabache, en cuanto la miro ella volvió a unirse a la conversación.

No lo había notado pero ella lucía realmente bien, usaba una camisa caqui pastel y una falda verde pistache, larga hasta los tobillos y con un tul de tablones encima, de zapatos vestia unos botines color café. Llevaba el cabello suelto acompañado de su cerquillo.

Era linda, no lo iba a negar, aunque no era tampoco la belleza andante, había conocido a chicas más bellas, sin embargo esa mujer casada tenía algo que le atraía y no sabía que era.
Sin embargo estaba seguro que no era amor, solo atracción, la mujer era linda y con un lindo cuerpo.

La había visto un par de ocasiones atrás, y siempre lucía fresca y elegante.

—Bien gohan, ya que vas a casarte con mi hija dejame decirte que también puedes llamarme padre —Anunció el señor bardock.

O quizas a mí.

—Muchas gracias señor, digo... padre.

—Es hora de cenar  —La señora Gine y Bulma comenzaron a repartir los platos sobre el comedor y todos los demás se encaminaron a la mesa para dar inicio a la cena.

Era de esperarse, con aquellas botellas de Bulma todos caerían borrachos, a excepción de él. Black no era el tipo de hombre que caía demasiado rápido a causa del alcohol. Estaba acostumbrado tanto a beber que ya sabía controlar su consumó de alcohol.

Y luego estaba ella, no había bebido más que dos tragos de tequila, gohan estaba dormido sobre las piernas de videl, y su esposo estaba tan caido de borracho que deliraba sobre un vegeta dormido. Seguro que ella manejaria y por eso no bebió más.

Por mucho que no bebió demasiado, tenía un ligero rubor en las mejillas y estaba sudando, lo cual le pareció algo tonto, el aire acondicionado estaba trabajando bastante bien.

—Eh... disculpe, ¿Me podría indicar el baño? Necesitó remojarme la cara.

—Claro.

Sus ojos rosados se clavaron en ella, su mirada tenia un toque de deseo, no quería admitirlo pero lo haría, justo ahora la estaba deseando más que nunca, quiza era efecto del alcohol pero lo deseaba.

—Vamos.

Se puso de pié y camino hasta un pasillo donde la condujo al baño de la casa, la puerta quedo entre abierta por que solo era una pequeñez de necesidad. Ella estaba inclinada hacia el lavabo del baño, era grueso y grande con un enorme espejo en el frente.

Mientras que a black se le antojo sentir esa estrecha cintura bajo sus manos, y para cuando la señora de Yamada reaccionó, el hombre se encontraba masajeando sus pechos por sobre su camisa, luego bajo una mano a su pierna derecha mientras besaba el cuello de la azabache.

Milk pudo resistirse pero no lo hizo, se había sorprendido pero también le estaba gustando, y por eso se sentía una mala mujer, no quería arruinar la confianza de su esposo e hijo pero ya se había dejado tocar por el peli rosa, aunque estaba a tiempo de empujarlo, propinarle un buen golpe al rostro y salir corriendo de allí, no lo hizo, porque desde que miro al hermano de su futura nuera por primera vez, este le había gustado, le atrajo de forma fisica y ahora estaba disfrutando de aquello.

¡Adúltera!

¡Pecadora!

¡No mereces el cielo!

El hombre le dio la vuelta y la sento sobre el lavado, subió su falda y ella apreto los labios cuando lo vio acercarse peligrosamente a su intimidad, tuvo el impulso de empujarlo más hacía ese lugar y apretarlo entre sus piernas, estaba disfrutando de la suave y humeda lengua que al contacto con su piel era caliente, aquella lengua que no pertenecía a su esposo, eso le quemaba el corazón, pero se sentía genial, si ir al infierno implicaba una visita al paraíso antes de ello, entonces lo disfrutaría.

Sintió unos espasmos en su vientre y luego la humedad en su entrepierna aumentó, había terminado en la boca del tipo, se sintió tan avergonzada, eso no era correcto, era la tercera vez que lo miraba, además de que no debió permitirlo, ahora se sentía muy mal por su acto de indecencia.

Demasiado tarde para arrepentimientos.

Se bajo de ese lugar y acomodo su ropa, el se limpió las manos y ella hizo lo mismo con el lavado, limpió el lugar de esa casa ajena donde había hecho algo indebido. Se lavó las manos y estuvo apunto de salir cuando el hombre apresurado se pego a ella y froto descaradamente su erección en su trasero, aún teniéndola de espaldas le habló al oido.

—Aún no terminamos.

Mentiría si dijera que las piernas le temblaron del miedo, más bien fue de deseo, en el fondo quería saber hasta donde llegarian. Pero alguien interrumpió a lo lejos con su escandalosa voz. Así que ella salio rapidamente de allí dejando al hombre con su calor a medias.

—Es hora de ir a casa Reicel, vamos camina.

El hombre salio hasta la sala y se paro frente a la puerta apenas pudo, mientras que ella desperto a su hijo y caminaron hasta la salida.

—Milk, te amo —Se inclino para besarla y ella sintio la culpa quemandole los huesos. Esos labios gemían su nombre hace un momento.

—Hasta luego —Ella se despidió y salió de casa.

El sonrió y se sirvió otro trago, ya tendría tiempo para volver a estar  con ella. Por el momento disfruto su tequila.

Y ese, fue uno de los encuentros secretos de este par de perfectos adulteros.

YurleisOquendo vos me pediste algo de posesividad, no sé si esto lo sea pero igual ahí lo tienes.

Por otro lado, quiero decirles que estoy a dos historias más de cerrar el libre y darlo por completado.  Gracias. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top