•¿A donde vamos?•
El día era espléndido y único para seguir con el turismo y la afición de conocer Madrid, el joven que les mostraba cada monumento hacía muy bien su trabajo mientras él tomaba una fotografía. Nuevamente caminaron hasta el museo del Prado.
—Este es el museo del Prado, si les gustan las pinturas de Velázquez, Goya, Rafael, el Greco, Murillo etc, este es el lugar más importante del mudo y aquí las encontrarán— los visitantes tomaron fotografías desde fuera y entraron tomando algunas también. —Y ahora iremos a la plaza mayor, es ideal para que tomen un descanso y allí los soltaré, ya que mi rutina ha terminado y su viaje también, allí mismo los buscará el bus que los llevará al aeropuerto— todos entendieron indicaciones y obedecieron esperando al bus mientras almorzaban.
—no será difícil ubicarse, después de todo hablan español— saco su cámara y tomo algunas fotografías más, cuando reviso la última en ella salía una chica de cabello negro y largo, usaba un vestido largo hasta las rodillas, ajustado de arriba pero hancho de la cintura.
—No lo puedo creer, ¿Quién es ella?— en la fotografía salía de perfil pero quería mirarla de cerca y comprobar si en verdad era hermosa o solo en la foto. Así que comenzó a buscarla con la mirada y cuando la encontro, fue como ver a un mismito angel.
—¡Hola!— la saludo mientras se acercaba a ella con una sonrisa tonta.—y dime tú eres de aquí o también eres una turista—
Ella se levantó de dónde estaba sentada cuando él se sentó a su lado, demasiado cerca logrando incomodarla.
—Disculpe pero creo que no lo conozco, no se evasivo— cruzo sus brazos.
—Perdon ¡que tonto! es verdad mi nombre es son Goku— tomo su mano y le dio un beso —y dime cuál es el nombre de este bello ángel que tengo enfrente—
Ella se giro mirando detras y solo sonrió al entender su referencia.
—¡Gracias! Pero no soy un ángel y mi nombre es milk, si soy una turista de hecho estoy esperando el bus que nos llevará al aeropuerto—
—¡¿Que?! ¿Estabas en el grupo que espera el bus de las tres?— ella asintió con la cabeza —Pero ni siquiera te vi en todo el tiempo—
—De seguro es por qué estaba tan distraído con los monumentos, yo tampoco lo había visto hasta que llegamos aquí y lo vi sentarse en aquella mesa—
—¡Hay que tonto! Pero dime belleza ¿vines acompañada?— se puso de pie para alcanzarla y llegar frente a ella.
—si se refiere a si tengo novio, dejeme decirle que no, ahora váyase— ella tomó su bolso e iba a retirarse pero él la alo de la mano haciendo que sus rostros quedarán demasiado cerca, con sus manos ahora en la cintura de la mujer. —hace calor ¿no?—
Ella intento safarse pero este la apego más a su cuerpo.
—no quiero que se sienta usted ofendida y crea que la estoy acosando, por qué se que usted también quiere lo mismo que yo— ella sonrió y respondió.
—¿asi?Y según usted ¿que es eso que tanto quiero?— pregunto con una sonrisa en sus labios.
—Usted me desea, puedo sentirlo por qué su cuerpo estás temblando— ella solto una carcajada.
—Ja,ja ¿a sí? Y por qué si sabe tanto de mujeres me molesta a mi. Además no estoy temblando de deseo, estoy temblando pero de coraje—intento soltarse nuevamente pero este no la dejo.
—¿Asi y por qué?, No le he hecho nada malo— sonrió mostrando aquella dentadura blanca y después la beso.
Si, aquí tipo desconocido se atrevio a besar a una desconocida y aquella desconocida se atrevió a corresponderle, y sin saber por qué, sentía como si con aquel beso se dieran todo, como si se conocieran de años, aunque una duda invadió a la mujer, él hablo de leer el cuerpo de la mujer con su reacciones, eso implicaba que había estado ya con muchas ¿Que tal si es casado o comprometido?
Entonces con todas sus fuerzas lo empujó sacándose de aquel beso y acto seguido su palma fue a parar en la mejilla del hombre, que al ser impactado su rostro se fue de lado y después una ligera sonrisa se le escapó para después acariciarse la zona afectada. Mientras los demás turistas miraban con intriga pues la cachetada resonó en el lugar ya que es algo reducido pero elegante.
—Mi madam, creo que es demasiado tarde para hacerce la ofendida— la miro a los ojos directamente —No he bebido mejor trago que tus labios aquí en madrid—
—Callese y dejé de ser engreído, yo a usted no lo conozco y me parece una falta de respeto que venga a besar a unas desconocida— se cruzó de brazos algo molestada, aunque no podía negar que el beso le había fascinado y moría por probar nuevamente los labios de aquel apuesto hombre.
—Escuche milk, ¿acaso usted no cree en el amor a primera vista?— preguntó sonando muy sincero, pues a pesar de todo ella le ocasionó una extraña sensación desde que la miro y ahora el beso profundizó todo aquello. —¡Yo se que si, vamos! Demostremosle al mundo que somos la prueba de que existe amor a primera vista—
Nuevamente la tomo de la cintura y la miró a los ojos, ella dudo de sus palabras y estaba tan segura que el solo bromeaba "es de esperarse de un patán como él" pensó pero este la sorprendió con lo último que dijo.
—escucha milk, siento como si te conociera de años, además me sorprendiste eres muy bella y además interesante, por lo que veo te gustan los libros— tomo su bolso y saco tres de ellos, unas fotografías de los lugares que ella ha visitado, una cartera, su teléfono y cámara, entre otras cosas pero no había maquillaje o cosas como lo que la mayoría de mujeres ama. —¿ves? Eres el tipo de mujer que yo busco para mí y mi vida—
—Dame eso— quitó su bolso y lo miro de nuevo —¿como?—
—una mujer sin escrúpulos, una sensilla y bella sin necesidad de maquillarse por qué así es perfecta, con grandes sueños, apasionada al arte una que de verdad amo y a ti te amo, jamás había sentido lo que sentí al verte a ti y créeme tus labios saben mejor que un vino de uvas de California es eso lo que busco—
—¿y cómo sabes que lo encontrarás en mi?—
—lo supe desde el primer momento en que te vi— ella enarco una ceja y dudó —Está bien, demos tiempo al tiempo y déjame conocerte y conóceme pero no me quites la oportunidad de mirarte tan solo un segundo—
Ella sonrió a pesar de todo ella también sintió aquello cuando él se le acerco y no estaba demás confiar en alguien como él.
—Esta bien— sonrió y le dio la mano este la estrecho e intento besarla nuevamente.—pero no intentes otro beso sin mi consentimiento—
— está bien, pero cuando quieras puedes besarme y no solo uno, tú puedes darme millones en la boca y en otros lugares— le lanzó una mirada un tanto salida de tono.
—¡Imbecil!— trato de darle otra cachetada pero este le tomo la mano
—yo también se devolverlas, pero con besos— ella se alejo y le sonrió
—¿en que quedamos?— preguntó sonriente aunque se moría por probar de nuevo sus dulces labios.
—¡Esta Bien! — el bus que esperaban por fin llegó y este la tomo de la mano, mientras ambos abordaban el transporte.
—¿Y ahora?— preguntó ella dulce y sonríente.
—¿ahora que?— preguntó él
—¿a donde vamos?— este sonrió y le susurro al oído
—A donde el destino nos diga—
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