Victoria

Sus dedos chocaban con la tabla de la mesa haciendo un pequeño e insistente ruido, ¿hace cuánto que no sabe de él? Chasquido su lengua molesta al recordar que ya han pasado dos años o más.

–S-Señorita– escucho la voz de uno de sus sirvientes.

–¿Qué?

Se notaba que estaba molesta, era así desde que el chico desapareció de la gran mansión sin dejar rastro –Los informes, l-llegaron.

Ella extendió su mano sin mirarle siquiera, cuando los tomo el se retiró sin decir una palabra, la chica tomo los papeles y reviso con detenimiento buscando buenas noticias para ella pero nada. –¡Maldición!– grito tirando los al suelo –No hay nada, no puede ser… ¿cómo es posible?

Había buscado en todos lados del país, incluso en las fronteras y nada, las personas no solo desaparecen sin dejar rastro a menos que ella lo ordenará, o alguno de sus colegas pero sabía que eso no había ocurrido. Suspiró y se acomodo en su asiento para luego llamar a su sirvienta personal –Miriam, llama a mi tío Carson.

–E-Enseguida señorita.

Sabía que todos actuaban así con ella por sus repentinos cambios de humor, pero ¿cómo no estar molesta? Si tu sirviente favorito un día desaparece de la nada, ya no tenía con quién entretenerse y eso le molestaba, intento buscar un reemplazo pero no funcionó, no era lo mismo.

Soltó un poco de aire por su boca y se levantó, iría a caminar tal vez y eso le calmaba un poco. Sin embargo al ver las flores solo le causó molestia pues, no estaban tan bien cuidadas como antes de que él desapareciera se acercó para tocar suavemente los pétalos de una rosa blanca, tan linda y frágil, como él, luego la apretó con su mano destruyéndola por completo –¿Dónde demonios te has metido, Kane?

Sonrió al ver cómo los pétalos blancos caían de su mano hasta el suelo –Más te vale tener una buena razón, supongo que debo pensar en una mejor penitencia para ti.

En ese momento sonrió un frío extraño, no era por el aire en si, algo había cambiado. Miro a su alrededor, todo parecía igual a simple vista pero no… sabía que algo era diferente pero ¿el qué? Frunció levemente el ceño para ir directo dentro de su mansión pero algo la detuvo, la cuidad estaba mucho más animada.

–¿Alguna celebración?– negó inmediatamente –No es posible.

A parte de eso todo en su mansión estaba igual, tanto así que en ese momento llego su tío Carson el cual mando a llamar, el cual traía consigo una gran sonrisa. –¡Mi pequeña y hermosa Victoria!– exclamó abrazándola.

–¡Tío, me alegra tanto verte!– sonrió pero luego puso una cara triste.

–¿Qué sucede, preciosa?

La chica suspiró –Aún no logran encontrar a Kane, estoy triste, lo extraño mucho tío…

El hombre miro con tristeza a su sobrina –Se cuánto lo aprecias, por eso mismo tengo esto– sonrió antes de darle unos papeles.

–¿Qué es?– pregunto tomando los para luego leerlos.

–La última vez que intente buscar un reemplazo te molestaste mucho, así que no es eso– aclaró –Es mejor, mucho mejor.

–Es…

–Así es, encontré a Kane.

En los papeles estaba una dirección en dónde se suponía que el chico estaba viviendo, Victoria frunció el ceño –Esto es a unos cuantos kilómetros de aquí ¿Cómo es que no lo encontraron antes?

–E-El chico es muy bueno escondiéndose– se apresuró a decir al ver su semblante tan molesto.

Victoria cerro los ojos y abrazo esos papeles –En fin, por ahora solo vamos por él. O mejor dicho– sonrió –Tío, ve por el, tráelo.

–Pero, creo que él está con su familia ahora y puede que no sea tan fácil que…

Detuvo su explicación al verla sería –¿Crees que me importa? Ve por él, tráelo aunque debas arrastrarlo hasta aquí.– dicho esto se dió la vuelta con una sonrisa –¡No puedo esperar a verlo! ¡Prepararé las cosas!

Dicho eso se fue dando saltitos, los demás empleados suspiraron aliviados, al fin Victoria volvía a ser la de siempre. Pero su tío se quedó con la duda ¿preparar algo para un sirviente?

–¿Señor?

El mayordomo de él lo llamo haciendo que se reincorporara –Ejem, muy bien, vamos a por el chico.

El mayordomo acató la orden sin objeciones –Como ordene.

–Señor, si me permite– dijo su mayordomo junto a él mientras el chófer los llevaba a la casa de el chico –Dudo que sea posible que el pequeño regrese si está con su familia.

Carson lo pensó y tenía razón –De igual forma el firmo un contrato con Victoria, no puede irse solo porque si. Es un desvergonzado.

–Comprendo.

En ese momento el chófer les aviso que habían llegado, vamos, terminemos esto cuánto antes. Pero cuando bajaron se quedaron de piedra, está mansión… ¡¿Vivía ahí?! Negó rápidamente, seguramente trabaja para los dueños de este lugar, pensó.

Con paso firme se acercó a la puerta y luego de unos segundos, tocó el timbre.

★★★

Victoria corrió directo a su habitación, al fin lo tenía, pronto volvería y todo sería como antes, con una sonrisa se sentó en un borde de su cama, hace tiempo que no se sentía tan feliz. Pero de la nada su sonrisa se esfumó, claro, no sabía que tanto hizo Kane todo el tiempo que desapareció.

Se levantó y puso seguro a su puerta, para asegurarse que nadie interrumpiera su momento. Luego fue directo a su closet y removió mucha de su ropa, en el fondo había una caja la cuál tomo –Hace mucho que quiero usar esto, el día al fin llegó~

★★★

Carson tuvo suerte que el que abrió la puerta no fue nadie más que el mismo Kane el cual se quedó de piedra al verlo, no se lo esperaba. –¿Señor Car…son?

–Esto nos ahorra tiempo– sonrió feliz de no tener que lidiar con sus actuales jefes, lo tomó de el brazo y lo jalo directo a su auto –¿Creías que podías huir de tus responsabilidades así como así? Pues no– lo tiró dentro de el auto –Es hora de regresar.

Kane intento abrir la puerta pero ya tenía seguro –¡Mi familia me espera! ¡Y tengo que ver a Seishi-chan!

Sin importar lo que dijo Carson subió al copiloto y le dió la señal al chófer para que avanzará. Después de todo, esa familia podía encontrar a otro sirviente.

En ese momento Ain bajo las escaleras –Kane-kun ¿Quién era? Eh…– no había nadie, pero estaba segura que Kane había bajado a ver –¿Kane-kun?

★★★

Cuando volvieron a la mansión de Victoria todo estaba casi igual de cuando se fue – Deberías sentirte halagado de que mi sobrina te estime tanto.– le reprochó Carson –Todo este tiempo te busco con insistencia y tú, felizmente trabajando con otra familia, vaya descaro.

–Y-Yo no...

Antes que pudiera decir algo Victoria llegó corriendo hasta estar frente a ambos –¡Realmente estás aquí, Kane!– se notaba feliz –¡Muchas gracias, tío!

–Lo que sea por mi princesa.

Pasaría n unos minutos hablando entre ellos, pero el mayordomo de Carson no lo había dejado de vigilar, por lo que no podía escapar. –Muy bien, iré con Kane, tenemos mucho de que hablar– dijo tomando el brazo de el chico –Puedes ir a donde quieras tío.

El hombre sonrió –Creo que me iré, tengo cosas que hacer, y ahora que estás muy feliz puedo irme sin remordimiento.

–¡Muy bien, buen viaje!

Victoria se despidió con una sonrisa, no fue hasta que el auto de su tío se alejo por completo que quiero esa sonrisa. Luego miro a Kane, el cual no había dicho nada –Realmente estás aquí– dijo tocando su mejilla –Fue difícil dar contigo, oye ¿qué tanto hacías?

–Eh...

–Todo este tiempo ¿con quién has estado?

Kane sonrió –¡Con Ain-nee, conocí a muchas personas! Tía Aika, Ethan, Kenneth, Sei, Allen, Kuro, son muchos pero el más tierno es Seishi-chan.

Antes que pudiera seguir hablando ella le tomo con fuerza de sus mejillas –¿Y con el permiso de quién conociste a tanta gente?

Kane le miro confundido y algo adolorido por la fuerza que ella estaba usando. –Además, ¿Seishi-chan? Estás siendo muy cariñoso no crees, Kane.

–E-Eso es porque Seishi-chan es...

Uso un poco más de fuerza ¿desde cuando era tan fuerte? –"Seishi-chan" deja de decir eso, me molesta.– Kane con tal que lo soltará asintió y al menos está lo soltó –¡Muy bien, vamos te tengo un regalo!

–¿Regalo?

–¡Así es!

Ella lo arrastro dentro de la mansión y le llevo al que antes era su habitación, estaba tal y como la dejo. –¡Espera aqui, ya vuelvo!

Kane con tal que no demolieran el orfanato donde vivía accedió a trabajar para la familia dueña del lugar, es decir para la familia de Victoria. Si bien el nunca firmo nada, tomaron la firma de alguien al azar y lo hicieron pasar como su tutor legal así que estaba obligado a quedarse en la mansión y trabajar ahí siempre y cuando el orfanato siguiera en pie y en funcionamiento.

Al principio todo iba bien pero luego, Victoria cambio con el, no es que quiera ser pesimista pero es que realmente solo a él lo trataba diferente, le gastaba bromas aunque siempre las ignoraba estás subían de nivel cada día, y aún no entendía porque hacía tal cosa. Al inicio le pidió que usará el uniforme de mujeres lo cual no le tomo importancia, pero luego comenzaron las bromas pesadas, aún recuerda que una vez lo tiró por las escaleras... bueno, quizá fue un accidente, quería pensar que así fue.

–¡He vuelto!– dió un pequeño salto por el susto –¡Mira! Es especialmente para ti~

Era un vestido de maid, se notaba que era diferente al de las demás sirvientas.

–Oh, gracias– dijo tomándolo después de todo no era buena idea molestarla.

–¡Vamos, póntelo!

–... B-Bien, ya vuelvo.

Ella lo detuvo –¿Dónde vas?

–Debo cambiarme.

Ella sonrió –¡Ya veo, no hace falta, cámbiate aquí!

Kane iba a negarse.

–... O es que acaso quieres escapar otra vez.

–Y-Yo no, no voy a hacer eso... pero, no puedo cambiarme aquí.

El hecho de verlo tan nervioso solo le daba más ganas de obligarlo a cambiarse en esa habitación, pero estaba de bien humor –Tienes 5 minutos, si no vienes en ese tiempo iré a buscarte.

Después de literalmente correr al baño Kane logro salir a tiempo.

–¡Muy bien, Kane! justo a tiempo– dijo deteniendo el reloj ¿realmente estaba contando el tiempo? –Ahora el toque final.

–¿El toque final?– cuando terminó de hacer la pregunta sintió como algo se le ponía en el cuello, era una correa para ser exactos. –¡! ¿E-Esto...?

Victoria sonrió –Te queda bien, además de esta manera– dijo mostrándole una cadena, al parecer realmente lo miraba como un perro ahora –No podrás volver a escapar, Kane.

Por más que intento negarse no funcionó, por lo que ahora estaba encadenado –¡Buen chico! Ahora que lo pienso, aún falta tu castigo, te escapaste de casa.

–¡!

–Por ahora no haré nada, debo pensarlo.

★★★

Victoria caminaba molesta por todo su habitación, si bien tenía a Kane, pero todo el tiempo el hablaba de un tal "Seishi-chan" ¡No importaba lo que le hiciera! Siempre sonreía al recordar ese nombre, no importaba si lo humilla a él siempre estaba sonriendo, así nunca iba a romperlo.

–Y es por eso que lo necesito.

Carson suspiró –Eso es muy peligroso.

–¡Kane solo debe pensar en mi tío, su enojo, frustración, amor, odio... TODO debe ser dirigido a mi! ¡Haré que olvide a ese tal Seishi-chan de cualquier forma!

–¿Es por eso que necesitas merodeadores?

Sonrió –¿Se alimentan de recuerdos, no? Quiero que se lleven todos los recuerdos que tiene Kane de los últimos 3 años. De esa manera solo existire yo para el, justo como antes.

–Pero Victoria eso es...

–No necesito sermones tío, ya he hecho que olvide antes, puedo volver a hacerlo.

Era verdad, en su dimensión hizo qué tanto Ain como Kane olvidarán cuando se conocieron una vez, razón por la cuál ellos creen que solo hasta que llegaron a la dimensión central se reencontraron.

–¿Me ayudarás o no?

Carson suspiró –Los traeré mañana.

–¡Gracias, eres el mejor!– miro por la venta y sonrió al ver cómo Kane volvía a cuidar de su jardín, mientras hablaba con otro empleado, podía imaginar que decir pero dentro de poco, solo recordaría a ella y su jardín, como ella cree que debe ser.

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