Extra 02
I don't know about you but i'm feeling 22 ✨❤️ ¡Feliz cumpleaños a mi!
Han pasado dos años desde la última vez que escribí por aquí, se siente tan extraño, pero... A la vez ¿emocionante? No lo sé, estoy muy nerviosa, he estado alejada de estos personajes por mucho tiempo, por eso me dio miedo el volver a escribir en este libro, pero por ustedes hice el intento.
Espero que les guste. 🥺
Muela del juicio
—¡Sofía! ¿Dónde te metiste? ¡Tienes que estar en el dentista en media hora!
Jehiel comienza a abrir los armarios en la habitación de la chica, sin éxito.
-Sí, hace mucho que su madre le devolvió su privacidad. -
Él observa todo, inclusive por debajo de la cama y no hay señales de ella por ningún lado.
Sofía escucha los pasos de Jehiel a lo lejos, creyendo que logrará salirse con la suya, pero su novio en cuestión de segundos abre la cortina de la regadera y la encuentra sentada en una esquina.
—Pero... ¡¿Cómo he llegado aquí?! —ella abre la boca haciéndose la desentendida.
Jehiel rueda los ojos y le extiende las manos para ayudarla a ponerse de pie. Sofía de mala gana accede.
—Buen intento —dice él. Ella frunce el ceño. —Vamos, perderás la cita.
—Oh, y no queremos que eso pase —Sofía sonríe de lado tratando de ocultar el dolor en su boca.
—¡No! —Jehiel la saca a rastras del baño —Le prometí a tus padres que cuando llegaran a casa tú ya estarías sin la muela del juicio que tanto lleva molestándote.
—¿Molestándome? Pff —Sofía hace un gesto desdeñoso con su mano libre —Claro que no, estoy perfectamente bien. Todos esos gritos de agonía en los últimos días eran... Eran mi práctica para la obra de teatro de-
—Ya no estás en el colegio —le recuerda Jehiel cuando han bajado las escaleras —Y honestamente ¿Qué persona en su sano juicio te daría un papel en una obra de teatro? ¡Eres una terrible actriz! Ni siquiera puedes fingir que no te duele hablar.
Sofía frunce el ceño y suelta a Jehiel para cruzarse de brazos.
—¡Retráctate!
"Deja de gritar, estúpida, que te duele más la boca... " ella se regaña internamente y hace una mueca con dolor.
Jehiel eleva las manos mostrando señal de paz.
—De acuerdo, no voy a discutir, vámonos.
—Estoy perfectamente bien, Jehiel.
—¿Ah sí?
—Sí. —dice obstinada.
Jehiel corre a la cocina y toma del boúl de frutas una manzana, regresa hasta Sofía y se la extiende.
—Dale una mordida —ordena con seriedad.
—Eh... —Sofía niega —No tengo hambre, gracias, pero no gracias, mi amorcito.
—Nada de "mi amorcito" —la regaña —Solo es para demostrar un punto, si muerdes un pedazo y no haces una mueca de dolor entonces no te llevo al dentista y en su lugar nos quedemos en aquí viendo una serie.
—¿Lo prometes?
Jehiel suspira y dice: —Sí, lo prometo.
Él sabe que ella no podrá hacerlo.
Sofía observa la manzana con desconfianza. Jehiel sacude la fruta en su mano juguetón.
Ella la toma y muerde un pedazo diminuto, trata con todas sus fuerzas de no quejarse, pero termina soltando un chillido y escupe la manzana a la alfombra.
Jehiel se ríe.
—¡No! Espera, espera... —se apresura a decir cuando ve la sonrisa victoriosa de Jehiel —Otro intento, por favor.
—No. ¡Hora de irnos! —se inclina para tomarla por las piernas y subirla sobre sus hombros tal saco de papas.
—¡Moriré! —comienza a gritar la chica mientras su novio toma el bolso rosa y lo sostiene con su boca ya que no piensa dejar de cargarla. —Moriré, será mi fin, moriré en el dentista. ¡Moriré!
Con más dificultad de la esperada salen del departamento y Jehiel presiona los botones del elevador para subir.
—No morirás. Solo es una muela, ¡eres una dramática!
Al salir del edificio solo deben caminar tres cuadras ya que el consultorio médico queda muy cerca.
Las miradas que se llevan la pareja son curiosas ya que él va muy serio cargándola por sobre su hombro y ella va cantando Cielito Lindo de forma muy alta y desafinada, parece que hacerse amiga de los chicos mexicanos en su clase de Español cuando estaba en el colegio si le dieron frutos, se había aprendido esa canción a la perfección.
❁❁❁
—¿Jehiel?
—¡Aquí!
—Sofía ya ha acabado, está un poco mareada y algo confundida, pero es por la anestesia.
—Oh no.
—No hay de qué preocuparse el efecto dura poco. —le asegura el doctor.
—Usted no conoce a mi novia, si estando buena y sana se pone loca, no quiero imaginar ahora llena de droga médica.
—Oh... En ese caso no sabría que decirle. —el hombre sonríe y estira su mano en dirección al consultorio para que Jehiel entre.
De forma rápida camina hasta ella y ve que su rostro ya está algo hinchado. Por tener gasas dentro de su boca tiene una mejilla más grande que la otra.
No puede evitar pensar que su novia parece una ardilla y de las bonitas.
—Hola, preciosa, ¿lista para irnos?
—No... —Sofía hace un puchero —¡Llama a mi novio! —él intenta ayudarla a levantarse de la silla y ella le da un manotazo. —No me toques, llama a mi novio solo él me puede cuidar.
—Yo soy tu novio.
—¿Lo eres?
Jehiel da un paso atrás y saca del bolsillo de la chaqueta su celular para mostrar en el fondo de pantalla la foto de ella donde tiene el cabello alborotado por el viento y se encuentra sentada sobre una banca del Central Park sosteniendo un helado de vainilla a medio comer y con restos del mismo sobre su boca como si fueran un bigote.
—Sí, mira. ¿Acaso un novio no pondría una foto así de hermosa de su novia en su fondo de pantalla?
Los ojos de Sofía se llenan de lágrimas y brinca de la silla para abrazarlo.
—¿Y dónde diablos estabas?
—Afuera esperando por ti todo el rato.
—¿Lo estabas? —sorbe su nariz y lo mira directo a los ojos.
—Sí —Jehiel se ríe y pasa una mano por el cabello de la chica.
Sofía observa el lugar y seguido al doctor que no había abandonado el consultorio viendo la cómica escena.
—¿Podemos irnos? —pide ella en un para nada cauteloso susurro —Mis padres quieren que vaya al dentista y ese hombre calvo parece uno.
Jehiel abre los ojos ante el poco tacto de su novia y le regala una sonrisa burlona al hombre antes de salir del consultorio. Estando afuera su carcajada no puede ser controlada.
—Lindo bolso. —Sofía señala la cartera rosa que Jehiel tiene aferrada sobre su hombro —Tengo uno idéntico en casa.
"Está muy drogada..." piensa él. "No uso bolsos, pero si los usara este no sería un buen complemento para mi atuendo..."
—Preciosa, creo que es mejor que te mantengas en silencio, te acaban de sacar una muela.
—¿¡Qué?! —ella detiene el paso y nuevamente las lágrimas se agolpan en sus ojos.
"Mierda..." piensa él y rápidamente busca a su alrededor algo que lo pueda ayudar a calmarla. Al ver los grandes globos de animales flotando a la distancia y sostenidos por un vendedor ambulante sonríe y guía los pasos de ambos allá. "¡Bingo!"
—Sí, preciosa, te han sacado una muela, ¿pero sabes cuál es la mejor parte?
—¿Cuál? —limpia sus lágrimas.
—Qué por ser tan valiente, te has ganado un globo.
Mentalmente él ruega que eso funcione, Sofía es una novia que se emociona con lo más mínimo, Jehiel podría regalarle un chicle de veinticinco centavos y ella es feliz, así que ahora que está algo drogada puede que funcione el que le regale algo que la pueda distraer.
—¿¡Puedo tener el elefante?! —pide emocionada.
Sofía está llorando en medio de una débil sonrisa forzada y ni cuenta se da, Jehiel no sabe si es por la emoción de recibir un globo o porque está muy adolorida y por momentos lo olvida.
Probablemente sea la segunda opción.
—Dame el elefante, por favor —Jehiel suelta a Sofía para poder sacar con más facilidad su billetera del bolsillo trasero.
Como están en una acera, ella se aleja solo pocos pasos a la tienda de flores a su espalda para oler las que están acomodadas en el escaparate fuera del lugar.
Jehiel le da el dinero al hombre y señala el globo de la jirafa. —Me da ese también.
—Aquí tiene —el hombre se los entrega y agradeciendo por la compra Jehiel se gira por su novia.
—¡Mira lo que te compré! —le estira el globo de elefante.
Sofía lo mira con emoción y estira su mano para aceptar el globo.
—¡Gracias, mi amorcito!
Jehiel sonríe, Sofía solo le dice así cuando quiere algo.
Y al juzgar por las flores que observa detrás de ella adivinar qué es lo que quiere no es difícil, así que se inclina para tomar un ramo de rosas amarillas, las cuales se volvieron las favoritas de Sofía y la toma de la mano para pagar por ellas dentro de la tienda.
—¿Mejor? —pregunta Jehiel cuando van doblando la esquina del edificio de Sofía.
Ella a pesar de que va muy adolorida y mareada sostiene con fuerza su globo con una mano y su ramo de rosas con otra.
—Sí, —asiente, pero por la mirada de preocupación Jehiel la mira confundido.
—¿Por qué la cara?
—Jehiel... —intenta susurrar, pero como las veces anteriores le sale muy mal —No he querido decir nada, pero una jirafa nos viene siguiendo desde hace dos cuadras.
—¿Ah?
—¡Mira!
Señala el globo inflable que flota por la cabeza de Jehiel.
Él se ríe y saca su celular con rapidez.
—Voy a grabar esto, nadie me lo va a creer, en especial tú.
—Mantente calmado, ¿bien? Quizás no sea agresiva.
—¿La jirafa? —pregunta haciéndose el desentendido.
—Sí, bebé. —ella asiente —¿Qué tal si les dice a sus amigas jirafas que vengan a atacarnos y no podemos salvarnos?
—¿Crees que nos ataquen?
—No lo sé —ella niega con pesar.
—Quizás no nos sigue a nosotros, —Jehiel eleva el celular para grabar el globo de elefante flotando por encima de la cabeza de Sofía —Quizás está persiguiendo al elefante.
Sofía detiene el paso y mira ambos globos ladeando la cabeza.
—¿Crees que está enamorada? —hace una pausa —¿De mi elefante?
—O son amigos —Jehiel se ríe.
Sofía asiente y deja de cuestionar ya que entran al edificio.
Al cruzar las puertas del departamento, Jehiel guía a la chica escaleras arriba a su habitación.
—¡Mi cama!
Ella se tira boca arriba y mueve las manos de un lado a otro como si estuviera sobre la nieve.
Jehiel niega con una sonrisa. Toma ambos globos y los ata en una esquina de la cama.
El ramo de rosas y el bolso de Sofía lo deja sobre el escritorio junto a la maceta de Explosiva y cuando se gira su novia está totalmente dormida en medio de la cama.
—Ay, mi Ardillita. —se inclina para darle un beso en la frente y desbloquea el celular para tomarle una foto.
Sofía tiene la boca media abierta producto de las gasas, su rostro está aún más hinchado y su cabello cae a los costados de su rostro de forma bastante alocada.
Jehiel contiene la risa al ver la imagen que ha capturado y dice: —¡Ja! ya tengo nueva imagen de fondo.
🌹🌹🌹
Lxs amo demasiado, no puedo agradecer suficiente por el amor que le han dado a esta historia en los últimos años.
¿Quién iba a imaginar que el molesto hábito de mi vecino me iba a inspirar en la creación de este libro que han convertido en mi obra más leída? Estamos a nada del medio millón de lecturas. ¡¿What?!
¡En serio, gracias, muchas gracias!
Por cierto, publiqué mi segundo Story Time en mi blog: Fragmentos (disponible en mi perfil) y si tienen preguntas o quieren contarme algo los leo por allá.
-Cute.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top