Extra 01

Feliz cumpleaños a mi ❤️ Quien sabe que abeja me picó. Quizás el cumplir veinte este poniéndome nostálgica ya que nunca imaginé que podría tener una familia por internet que jamás creí sería digna de encontrar.

Este extra es la continuación del Capítulo 20. ¿No se han preguntado que tanto hicieron Jehiel y Sofía en el centro comercial luego de que la chica fuera decretada en libertad condicional?


Las aventuras de centro comercial

—Bueno, vámonos, vecino, que tengo hambre.

Y sin decir algo más salieron del lugar para pasar una tranquila tarde juntos.

Aunque algo era seguro, con Jehiel y Sofía nada podía ser tranquilo.

—¿Cuál es tu plan? —le pregunta el chico cuando está manejando en dirección al centro comercial.

—¡Comida chatarra! ¡Comida chatarra! —canturrea Sofía golpeando sus piernas.

—¿Qué te apetece comer, vecina?

—McDonald's —respondió ella de inmediato.

Jehiel rodó los ojos y sonrió al verla toda emocionada. Si eso era lo que Sofía quería, entonces eso es lo que él le iba a comprar.

—Pues no se diga más.

—¡Sí! Gracias, Jehiel —Sofía sonrió mientras hacia un intento de baile feliz con sus manos ya que estar sentada en el copiloto no le ayudaba mucho.

Jehiel amaba la sonrisa de la chica, y aún recordaba el rostro iluminado de la castaña cuando en su primera cita le compró una hamburguesa. Si una vil comida mundana grasosa era lo que haría feliz a Sofía entonces, ¿quién era él para negarle sus caprichos?

"Me está doblegando lentamente a su merced y no se da cuenta..." pensó Jehiel mientras mantenía la vista fija en el camino.

"¿Será que combinar papas fritas con helado, pollo frito, nuggets y hamburguesas me dará dolor de estómago?" pensó Sofía ya que tenía ganas de comerse todo el menú del McDonald's.

Al estacionar en el lugar ambos bajan del auto y se adentran al centro comercial con la primera dirección en mente. El área de comida.

Caminaban uno al lado del otro y Sofía pasó una mano por el brazo de Jehiel sosteniéndose de él mientras caminaban.

—¿Lluvia o sol? —le pregunta. Puede que se vieran prácticamente todos los días, pero sentía que con Jehiel nunca se sabía suficiente. Ella quería conocerlo.

—Fuego —respondió Jehiel subiendo sus cejas de manera juguetona. Sofía comenzó a reír mientras liberaba su mano del brazo del chico.

Jehiel deseaba tanto que Sofía hubiera entendido el chiste de manera más clara, pero aquello tendría que esperar.

Pasó su brazo por los hombros de ella y la atrajo a su cuerpo para caminar más juntos.

—Sol, me gusta más el sol —le dice.

—Bueno, a mí también. —sonríe —Ahora, ¿Qué prefieres? ¿Perder un brazo o perder una pierna?

—Esa es muy obvia, perder una pierna.

—¿Qué? —Sofía niega —Es mejor perder un brazo. Con las piernas puedes correr, caminar...

Jehiel detiene el paso y aleja su brazo del hombro de Sofía. Ella se detiene y lo mira confundida.

—Veamos tu punto —le dice y Sofía no puede formular una pregunta cuando su vecino está cayendo dramáticamente al suelo del centro comercial y queda acostado de manera extendida.

—¡Jehiel! —ella grita arrodillándose junto a él.

Algunas personas curiosas comenzaban a caminar hasta los dos con cierta preocupación.

—Jehiel, levántate. ¿Qué estás haciendo? —Vuelve a hablar ella mirándolo asustada.

—Quiero ver si tu punto es válido. ¿Piernas o brazos? Umm, creo que tenías razón —Jehiel cruza las manos en su pecho y Sofía se sienta en el suelo junto a él acomodando perfectamente su vestido y viéndolo de manera divertida.

Jehiel estaba loco. Eso le gustaba, no le importaba armar numeritos en el centro comercial.

—Claro que tengo razón —Sofía mueve su cabello a un lado en un falso gesto de arrogancia.

—Disculpen, ¿está todo en orden por aquí? —se acerca una señora mayor junto a un adolescente.

Jehiel y Sofía suben la mirada y sonríen angelicalmente.

—Sí, señora, no se preocupe —responde Sofía y seguido lleva una mano al estómago de Jehiel —Son los mareos del embarazo, mi prometido es muy dramático.

El adolescente junto a la señora empieza a reír. La mujer por otro lado luce escandalizada.

—¡No me culpen, los trillizos patean muy fuerte! —exclama Jehiel llevando una mano a su frente haciéndose la víctima —Todo esto es tu culpa Frida.

—¿Mi culpa? ¿Kahlo cómo esto podría ser mi culpa? entiende que usar anticonceptivos no es mi estilo. Además, tu sabías a lo que te enfrentabas. ¡SOY UNA MÁQUINA DE HACER BEBÉS!

—¡Oh por Lucifer! —Jehiel finge llorar y Sofía se cruza de brazos también fingiendo molestia.

—Locos hippies —murmura la mujer tomando a su nieto del brazo y sacándolo de allí. —Dios tenga misericordia de sus vidas.

Jehiel y Sofía comenzaron a reír mientras se ponían de pie. Jehiel pasó nuevamente su brazo por el hombro de la chica.

—¿Alguna otra pregunta, Sofía?

—Me temo que si te hago preguntas nos terminarán sacando del centro comercial, creo que asustamos a la pobre señora.

—Nuestra actuación merece un premio, Frida.

—Lo sé, Kahlo —Sofía asiente.

Jehiel niega y así llegaron al McDonald's. Jehiel quiso una hamburguesa, con sus respectivas papas y soda. Sofía pidió pollo frito con papas, soda y un batido de galletas oreos.

—¿Quisieras un pastel de manzana? —le pregunta Jehiel.

—Mejor de queso —sugiere la chica.

—Sí, señora —Jehiel sonríe y termina de pedir para pagar.

—¿Kahlo, que haces? ¡Te dije en casa que yo invitaba! —pone una mano en la de Jehiel.

—Frida, déjalo pasar, yo lo pago —Jehiel bufó mientras extendía unos billetes a la cajera quien frunció el ceño al oír los nombres de los chicos.

"¿Frida y Kahlo?" pensó la cajera.

—Ay, Kahlo, si no fuera porque el doctor me dijo que no debes coger enojo en tu embarazo no te saldrías con la tuya —Sofía pasa una mano por el estómago de Jehiel y las personas a su alrededor los miran de manera extraña.

Ambos se giran para buscar una mesa y esperar por su orden. Una vez sentados comienzan a reír.

—No sabes cuánto deseaba encontrar a una persona tan loca como yo —le dice la chica dejando el relajo a un lado.

—Y yo a alguien que entendiera mi sentido del humor y se subiera el tren del caos y la diversión conmigo —confiesa él.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo, vecino?

—A solo unos metros de distancia, vecina.

Sofía se preguntó. ¿Si su madre no la habría castigado de la manera tan inusual en la que lo hizo... ¿Existiría un Jehiel en su vida? Probablemente no.

Terminaron de comer entre chistes malos y anécdotas desastrosas de amor por parte de Sofía.

—¡Quiero entrar a esa tienda! —chilló Sofía tomando rápidamente la mano de Jehiel sin darle tiempo de protestar.

Era de antigüedades y disfraces. Jehiel observó el lugar. Era acogedor.

Sofía soltó su mano y comenzó a caminar para observar todo a su paso. Llegó hasta la sección de disfraces y sonrió al ver uno de un gato. Lo tomó en su mano y se lo tendió a Jehiel.

—Deberías probártelo.

—¿Estas de broma verdad? —Jehiel se cruzó de brazos. Sofía negó.

—Sí tú te pruebas este —Jehiel tomó el primer disfraz que tuvo al alcance. Era de dinosaurio.

—Hecho.

La chica tomó el disfraz y Jehiel comenzó a reír mientras tomaba el de gato. Se adentraron a los probadores y salieron a los minutos.

—¡Mayday! ¡Mayday! No veo una mierda, envíen socorro —grita Sofía al salir del probador y correr como loca por la tienda —¡Houston, tenemos un problema!

—¡Deja de correr! —exclama Jehiel riendo —Te vas a...

Y no lo terminó de decir. Sofía se estrelló contra una pared y cayó al suelo de espaldas.

—Diablos, ja ja —Jehiel se llevó una mano al estómago y comenzó a reír descontroladamente. Vio como una trabajadora corrió en dirección a Sofía para ayudarla.

Se quitó la cabeza del disfraz de gato y se acercó a la chica.

—Sofía, pareces un ángel caído del cielo —se burla.

—¡¿Me acabas de llamar satanás?!

Grita la chica desde dentro del disfraz, ya que no podía quitárselo.

—Loca —Jehiel rueda los ojos.

—Que pareja tan peculiar, ¿cuánto tiempo llevan saliendo? —pregunta la mujer que había socorrido a Sofía.

—Bueno... Mi prometido esta embarazado así que... ¿CUÁNTO TIEMPO TIENES DESDE QUE DEJE EL FRIJOL EN TU...?

—¡FRIDA! —grita Jehiel riendo.

—Lo reformulo: ¡La salchicha en el pan! —exclama la chica —Genial, ahora tengo hambre y quiero un Hot Dog.

—Acabamos de comer —Jehiel se pone la cabeza de gato y niega mientras se tira al suelo y finge un desmayo como de caricatura.

Sofía sube los hombros despreocupada y dice: —En ocasiones me digo a mí misma... ¡Demonios, Carmen! Deberías dejar de comer tanto, pero luego recuerdo que no me llamo Carmen y sigo comiendo.

La trabajadora comienza a reír. Se para detrás de Sofía para bajarle el cierre del disfraz y la chica saca la cabeza buscando aire. Su cabello era una maraña descontrolada.

Se inclina con dificultad hasta Jehiel y le quieta la cabeza de gato.

—¿Quieres ir a los bolos?

—Haré todo lo que quieras, Sofía.

Jehiel lleva su mano hasta el rostro de Sofía y quita los cabellos rebeldes para poder observarla.

Sofía deposita un beso en la mejilla de Jehiel y lo ayuda a ponerse de pie.

Su día terminó cuando caminaron tanto por el centro comercial luego de unas horas de bolos, donde Jehiel descubrió ser muy bueno jugando y Sofía reiteró lo mala que era en aquel juego.

Luego de allí fueron a cenar nuevamente en McDonald's y ahora se dirigían fuera del lugar para ir a casa.

—Me duelen los pies —Sofía se queja a la vez que detiene el paso —Ya no quiero seguir caminando, Jehiel.

—Pero si estamos cerca de la salida.

Sofía se sentó en una banca cruzándose de brazos.

—Trae el auto más cerca de la entrada —pidió.

—No, tú puedes caminar, no estamos lejos.

—Jehiel.

—Sofía.

—Trae el auto más cerca —repite.

—Que no —Jehiel sonrió y atrapó su lengua entre sus dientes mientras negaba.

La chica lo mira fijamente. Jehiel al notar que había iniciado una guerra de miradas la miró de la misma manera.

—Si parpadeas primero me traes el auto a la entrada. No quiero caminar hasta el estacionamiento.

—Si gano caminas.

—Bien —accedió.

Jehiel podía ganarle con facilidad, pero prefirió dejarse vencer.

—¡Ja! Perdiste —Sofía se puso de pie en un brinco y lo señaló con la sonrisa victoriosa danzando en su rostro.

—Sí, bueno... —Jehiel se paró atrás de ella y llevó sus brazos al cuerpo de la chica.

Uno a su cintura y el otro detrás de sus rodillas.

—¡Jehiel! —gritó ella más que nada por la sorpresa.

—Mejor te llevo cargada.

—No me quejo —Sofía acuna su rostro en el pecho del chico y sonríe.

—Fue un gran día —le dice Jehiel mientras camina fuera del lugar.

El frío de la noche hizo que Sofía se aferrara más a Jehiel.

—Gracias —responde.

Jehiel no le dice nada y la baja cuando ya están afuera, justo a un lado del auto. Sofía entra al copiloto una vez que Jehiel desactiva el seguro.

El chico enciende el auto y conduce fuera del lugar con dirección a casa.

—Las aventuras de Frida y Kahlo el embarazado estuvieron interesantes el día de hoy.

Sofía empieza a reír.

—Debemos repetir esto otro día.

—Preciosa, tú solo di cuando y allí estaré.


🌹🌹🌹
¿LES GUSTÓ?

¿LOS EXTRAÑABAN? Yo sé que sí.

El disfraz de Jehiel:

El disfraz de Sofía:

Ya vieron el anuncio del tercer libro de la saga "Por La Muerte" ¿no?

TRILOGÍA SEÑORES, esto se pondrá bueno... Y más porque todos sabemos que Jehiel viene de esas historias así que quien sabe que sorpresas se verán por allá.

-Cute.

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