Explosiva. Debería llamarse ya sabes... de manera divertida tipo:

Mi flor se llama así porque si la tocas explota. Aunque NASA suena genial :)

Esa fueron las notas que vio Sofía pegadas en el cristal del vecino esta mañana al despertar. La chica se sorprendió mucho al ver como de una página de respuesta, pasó a dos. Era un gran avance.

Sofía estaba apoyada en su ventana esperando a que el chico encendiera las luces, el reloj marcaba las 8:25 pm

Pensó que tal vez estaba siendo un poco molesta o incluso pesada, pero estar en arresto domiciliario y sin ningún medio de entretenimiento le dejaba limitados momentos de socializar con alguien que no fuera su madre, su padre y su nueva hija: Explosiva la flor amarilla, NASA de cariño.

La luz del vecino se encendió y la chica dirigió su mirada hacia la ventana.

—Con que era verdad eso que me dijo tu madre, espías al vecino...

—Papá —lo vio parado bajo el umbral de la puerta y luego caminó hasta él. —Estoy castigada. No puedo comunicarme con mis amigos y ninguno vendrá a verme porque están vacacionando mientras yo estoy castigada de por vida, así que sí... espío al vecino.

—¿Por qué te limitas a molestar a alguien que no conoces?

—Oye —lo señala con una sonrisa —Él me dijo que piensa dominar el mundo, quien sabe... tal vez puedo arruinar sus planes y luego el presidente me dé una medalla.

—Bueno, promete que en el discurso agradecerás a tu maravilloso padre.

—Después de agradecerle a mi esposo Harry Styles, lo haré —palmea su hombro y camina hasta su escritorio para tomar el megáfono de su madre. Le da una mirada a su padre y este suspira dándose la vuelta.

—¡Recuerda que Harry no pone un techo sobre tu cabeza, cariño! —grita de manera burlona cuando ya va por el pasillo.

Sofía presiona el botón para encender el megáfono y grita:

—ESTOY SEGURA DE QUE HARRY STYLES ME DEJARÍA CONSERVAR MIS PUERTAS.

—¡Sofía, deja de jugar con el megáfono! —fue la respuesta que recibió desde el pasillo y vino por parte de su madre. —Baja a cenar.

Miró a la ventana del vecino y pudo verlo a duras penas, estaba quitando las notas que había pegado en su cristal. Corrió a su ventana, la abrió y habló:

—Oye vecino, deberías conseguirte uno de estos —alzó el megáfono y el chico la miró. —Así podríamos hablar, estoy como Rapunzel en la torre, solo que no soy una princesa y no tengo un largo cabello... De hecho, estoy castigada y no tengo con quien hablar, ya sé —rodó los ojos —Muy perdedora.

El chico que ahora podía distinguir a medias se cruzó de brazos ladeando la cabeza, aunque las cortinas no le impedían verlo, la luz estaba detrás de él haciendo que su silueta se oscureciera un poco.

—Como sea, debo ir a cenar y solo por si te lo preguntas... Explosiva te manda saludos y te agradece que evitaras que le pusiera Tinkerbell. CAMBIO Y FUERA. —terminó de hablar y rio, su vecino también lo hizo. Ella no pudo oírlo, pero vio el movimiento de sus hombros al hacerlo.

Bajó el megáfono y alzó su mano para despedirse, él también lo hizo y se apartó de la ventana.

Sofía sonrió satisfecha y salió de su habitación apagando la luz.