A pesar de haberle dado la vuelta a la página con aquella rubia hermosa y muy furiosa por una situación por demás ridícula para el precioso omega, Jin se encontraba suspirando y jugueteando con sus dedos una y otra vez, esperando a un coqueto alfa llegar.

Porque sí, Jin iba a enfrentar la situación fuera o no fuera real.

—¿Bonito?

Escuchando la suave voz de Taehyung llamarlo desde la entrada del salón, Jin se levanta deprisa de aquella fría y dura silla y sin pensarlo siquiera dos veces, corre en dirección al mayor y lo abraza como si no hubiera un mañana mejor que ese, porque a pesar de aquellas palabras de la rubia, Jin y su lobo querían pelear por aquel alfa aún si ellos no eran su destino escrito.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Son las primeras preguntas que el pelinegro le hace a Jin al ver a este aferrarse con gran fuerza a su cuerpo.

—¿Es cierto que Gayoung es tu pareja destinada?

Abrazando con sus piernas las de Taehyung, Jin hunde su nariz en el cuello canela y hermoso del mayor, aspirando la mayor cantidad posible de su masculino olor, en la espera de una respuesta.

Queriendo observar el rostro del pequeño y frágil omega entre sus brazos, Taehyung toma y aleja lentamente a Jin de entre su cuello delicado, que al tener cerca al omega desprendía un delicioso aroma a fresas.

—¿Ella te dijo eso?

Mirando los ojos cristalinos de Jin, Taehyung abraza más fuertemente al pequeño omega, dándole a su vez un cálido y hermoso “No”, que si bien era cierto, también era doloroso para Taehyung decir, porque eso significaba que Gayoung no sé cansaría hasta separar a Jin de su lado.

Sollozando, Jin dice algo que quita toda duda de la mente del pelinegro de Taehyung, palabras que valen más que mil incertidumbres.

—Te quiero Taehyung-ah~ Siempre lo haré, no importando cuánto quieran las personas o el destino separarnos.

—¡Te quiero más Jin-ah! Y te lo demostraré de la misma forma. Jamás te soltaré, incluso cuando tú lo hagas en algún punto.