OO1.⠀❨ Cuatro hermanos, una misión ❩⠀

El ambiente se encontró tortuosamente tenso, cómo ya era costumbre entre los hermanos aquél último mes.

Nuevamente Gabe se colocó en el centro de la habitación, repasando las imágenes que había sobre la mesa de cristal y mirando a cada uno de sus hermanos menores.

Gabe estaba cansado de darle ordenes a sus hermanos, no era lo suyo, a nadie le gustaba pero aún así allí estaban los tres mirándolo a la espera de que diga algo. Así que dirige una apenada mirada hacia los dos menores y cuando habla parece que casi está disculpándose por tener que decirlo.

—Ustedes dos tendrán que comenzar a ir a la escuela. —su voz sonó suave, sabía que no necesitaba gritar ni ser severo para que sus hermanos le hagan caso, pero aún así, eso no hizo que fuera mejor tener que ser el único dando instrucciones.

Observó el triste puchero que formó el rostro de Jesse, quién estaba a punto de quejarse, pero antes de que pueda decir algo, Andy lo interrumpió, ya que Andy jamás podía quedarse callado.

—Pero vamos a ver, ¿Por qué nosotros deberíamos ir? ¿Qué culpa tenemos? ¡Tú dijiste que lograrías convencer a LaRusso de darnos respuestas! Gabe era tu misión, no la nuestra. Ya demasiado tener que escaparnos de los locos empresariales esos como para que ahora tengamos que aguantarnos a todos esos niños tontos que se creen que pueden molestarnos. No va a suceder, Gabe.

Y Gabriel entendía realmente el punto de Andy, pero aún así necesitaba incluirlos a la misión, él no podría hacerlo todo solo, había creído que sí, pero pronto descubrió lo equivocado que estaba.

—Sé que dije que la misión era mía, pero si las cosas siguen así jamás encontraremos a nuestros padres. Necesito su ayuda, deberán ir a la escuela. Tú deberás proteger a Jesse allí Andy y no puedes hacer nada para que cambie de opinión, nuestra mejor opción ahora es acercarnos a Daniel LaRusso con sus hijos.

Jesse, se sintió descepcionando de si mismo al saber que Andy debería cargar con él una vez que vayan a la escuela. Jesse sabía que la decisión fue tomada, así que prefirió mantenerse en silencio mientras seguía escuchando como Andy gritaba y le discutía a un paciente Gabe que seguía intentando buscar la manera de tranquilizarlo.

Pero mantenerse en silencio significaba pensar, y a Jesse realmente no le gustaba tener que llegar a eso ya que lo primero en lo que piensa es cómo él se estuvo volviendo una carga para la familia desde que llegaron a All Valley.

Jesse fue el único de los hermanos Hardaway al cuál le habían hecho bullying prácticamente toda su vida, solo por el hecho de ser mucho más tímido y torpe que la mayoría de niños con los que compartía el salón de clases.

Sus hermanos con gran constancia solían salvarlo de aquellos niños que lo molestaban en la escuela, pero Jesse sabía que eso no duraría para siempre. Y ahora podía confirmarlo, porque tal vez Andy se estaba quejando de no querer volver a la escuela, pero tal vez en realidad lo que Andy no quería era tener que estar protegiendo a Jesse todo el tiempo porque Jesse fue muy débil como para cuidarse por si solo.

Antes de que pueda seguir pensando acerca de eso y culpandose, escuchó como por primera vez Gabe levantaba la voz, impacientandose por los berrinches de Andy.

—¿Qué me dices a mí? ¡No me culpes a mí por todo, Andrew! ¿Quién fue el tontito que destruyó los autos en el consecionario con un puto bate de béisbol? ¿Eh? ¡Dímelo, Andrew! —Gabe respondió, su mirada de advertencia no le deparaba nada bueno.

Andy solo demostró su indiferencia sonriendo con diversión y encogiéndose de hombros, tragándose el disgusto que le causaba el escuchar su nombre completo.

—Había un auto y yo tenía un bate. ¿Qué esperabas que hiciera? Vamos ya Gabe, has sido tú él que entró a los gritos.

—¡Pero yo no he destruido dos putos autos con un bate, Andrew!

—Fue buena la del bate. —comentó Nick divertido, el segundo mayor que hasta el momento se había quedado en silencio.

Como era usual en él, ya que siempre fue esa clase de persona que diría lo justo y necesario.

Nick era un gran observador y tenía también la habilidad secreta de saber como calmar a Gabe cuando se descontrolaba, habilidad que Jesse envidiaba en secreto, pero más que eso Nick también fue el hermano más cercano de Jesse, aquél que siempre estaba dispuesto a escucharlo y hacerlo sentir que realmente tenía voz y voto allí entre sus hermanos mayores.

—De eso ya pasó un tiempo... Tal vez ya se olvidó de nosotros. —intentó reflexionar Nick—. Es más, podríamos intentar volver a acercarnos a él para que Jesse no deba volver a la escuela, sabés cómo es allí para él, Gabe.

—Lo sé, y créeme que sí hubiera otra manera lo evitaría, pero recuerda, había cámaras de seguridad en todo el lugar. El hombre hasta nos advirtió de una denuncia y esa mujer estaba a los gritos por todo el puto edificio, como si Andy no hubiera llamado suficiente la atención, difícilmente se olvidarán de ese día o de nuestros rostros. —murmuró Gabe, sabía que a Jesse no le gustaba la idea de la escuela pero ya no quedaban muchas más opciones en la mesa.

—Si no la hubiésemos arruinado en el torneo tal vez ahora podríamos tener alguna pista de lo que sucedió con nuestros padres. —recordó Andy, como quién no quiere la cosa, sacando a relucir viejos momentos.

—Eso fue mi culpa. —murmuró Jesse, mordiéndose el labio inferior. Una mueca de lástima cubrió su suave rostro y sus manos se movieron nerviosamente a los lados de su cuerpo.

Jesse volvió a reavivar el pensamiento de que la mayoría de los problemas que estaban teniendo eran por su causa, tal vez... Después de todo sí se merecía ir a la escuela, solo por tener un poco de justicia divina por entorpecer tanto las misiones que habían tenido para intentar recuperar a sus padres.

Los tres hermanos mayores se miraron entre sí, Andy asintió con la cabeza aceptando que efectivamente fue culpa de Jesse, Nick se encogió de hombros y Gabe los fulminó a ambos antes de negar con la cabeza.

—No, Jesse, ese imbécil no paraba de mirarte y lo que sucedió en ese torneo ese tipo se lo tuvo muy bien merecido.

Los cuatro hermanos guardaron silencio después de las palabras de Gabe, la escena reproduciéndose en su memoria sin control y dejándoles un gusto amargo.

Todo había pasado demasiado rápido aquél día, en un momento los cuatro hermanos estaban intentando pasar por todo el público del torneo para llegar al nuevo sensei de Miyagi do, y al segundo siguiente todo se había venido abajo cuándo Jesse sintió una mano tomándolo por el hombro con una falsa suavidad y una voz gruesa murmurandole que podía llevarlo a un lugar mejor.

A Gabe no le había tomado una milésima de segundo antes de saltar contra el sujeto en cuestión.

Lo separó de Jesse y le enganchó un buen puñetazo en la mandíbula, a eso se le sumó Andy, por el simple placer de golpear a alguien, y comenzaron una pelea en las gradas ya que un amigo del tipo se decidió por unirse a la pelea y así estuvieron hasta que seguridad llegó y los sacó a la calle.

Y allí se había ido su segunda oportunidad de hablar con el mismísimo LaRusso a la espera de que les de las respuestas que tanto habían estado buscando.

—Yo estuve muy cerca la otra vez en el baile. —mencionó Andy pensativo—. No pude hablar específicamente con su hija, ella estaba como en una pelea acuatica o algo así. Realmente les gusta el show a esos tipos... En fin, no pude hablar con ella pero sí con uno de sus amigos, se me haría fácil ir a la escuela y encontrarlo, tal vez me pueda volver cercano y en poco llegar a LaRusso o algo así.

—Me parece perfecto. —asintió Gabe—. ¿A cuál amigo te acercaste?

Los cuatro hermanos se acercaron a la mesa central del comedor en dónde se encontraban varias fotos de diversas personas.

Había de Daniel LaRusso, de su dojo, de sus dos hijos, de su esposa, de todos los miembros de Miyagi do y un par más de Cobra Kai que podrían llegar a relacionarse o que estuvieron alguna vez relacionados con Larusso.

Sí, bueno, tal vez los hermanos Hardaway se estaban tomando muy en serio la idea de espías súper secretos, Pero... ¿Podrían culparlos? Demasiadas películas de detectives y ningún adulto cerca que les diga que estaba mal estar espiando y sacándole fotos a la gente de esa manera.

El único adulto responsable allí era Gabriel, y sería él quién salte primero si alguien se atrevía a cuestionar sus metodos.

Habían perdido a sus padres, nadie en su sano juicio podría decirles qué pueden o no hacer, y si lo llegasen a intentar bueno... Digamos que Gabriel estaba lo suficientemente estresado como para querer descargarse contra ese alguien que intente cuestionarlos.

—Con él.— Andy corrió la foto de los dos hijos y señaló a uno de los miembros del dojo, se llamaba Hawk, era bastante cercano y fue él quién ganó el último torneo al nombre de Miyagi do karate.

—El campeón. —mencionó Nick.

—Andy, al fin haces algo bien en tu vida. —complació Gabe, el nombrado frunció el seño con una sonrisa confundida.

—¿Eso es un cumplido? Lo tomaré como uno.

—¡Eso significa que no tendré que ir a la escuela! —mencionó Jesse alegre.

—Tendrás que ir de todos modos, lo siento amigo.—Gabe se disculpó, logrando que caiga la tierna sonrisa del pequeño rubio.

—¿Qué? ¿Por? —un pequeño puchero se formó en sus labios, Nick le sonrió con ternura contenida y Andy le hizo burla.

—Mira aquí. Este, Anthony LaRusso, será mucho más fácil que tú te hagas amigo de él antes de que Andy logre algo con la hija.

—¿De qué hablas? —preguntó Andy confundido.

—Si te acercas a ella directamente pensaran que eres un pervertido y un baboso, en cambio es mucho más fácil que Jesse se acerque a Anthony en busca de un amigo. —explicó Nick con calma, sabía que Gabe se refería a eso pero no creía que el mayor pueda explicarlo sin tener antes que insultar a Andy en unos cuantos idiomas distintos, lo cuál causaría que Andy se ofenda y la discusión no terminaría hasta el día siguiente.

—Oye... Eso es demasiado estereotipante, ¿Y qué si soy gay? —replicó Andy, enojado por que sus hermanos lo tachen de pervertido.

—¿Vestido así? Sigue soñando. —se burló Nick, replicando una frase de esa serie que tanto le gustaba a su madre.

Andy soltó un bufido y terminó por darle una rápida mirada a Jesse.

—Lo siento compadre, ellos tienen un punto. —Andy se encogió de hombros, y hasta el momento Jesse no se había dado cuenta que su hermano había querido ayudarlo, ¿Andy tenía sentimientos? Patrañas.

—Mañana iré a inscribirlos, tienen un par de semanas antes de que empiece el curso, tal vez pueda tener alguna otra oportunidad de hablar con LaRusso, pero hasta entonces, vayan preparándose para ir a la escuela.

Y con eso, Gabe dió por finalizada la reunión.

—¿Quieres ir a comer helado mientras miramos Como entrenar a tu dragon? —preguntó Nick, acercándose a él y dándole unas pequeñas palmaditas en la espalda para confortarlo.

—Eso suena como un buen plan.

Y lo era, tal vez por ahora podría disfrutar antes de que el infierno de comienzo.

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