Capítulo 34.

(Escenas explícitas en este cap, la primera parte es el Bokuroo y después tenemos puro Kenhina. Los puntitos son el salto por si desean no leer kajs

En fin, enjoy!)

Bokuto estira sus brazos saciado de comida, pasando una mano sobre su estómago sabiendo que pronto debería quemar todas las calorías que ha acumulado, el descanso previo al nuevo partido que decidiría su clasificatoria en la Copa Asiática es largo y corto a su vez. Pronto estarían devuelta a las canchas y supone que los entrenamientos regresarían con más fuerza.

“Te quedaste callado de repente” señala Kuroo a su lado preparándose un café, Bokuto se da cuenta que Kuroo bebe mucho café y alcohol.

“Pensando en que deberías de mejorar tu alimentación” señala Bokuto ignorando sus pensamientos del próximo partido.

“¿Qué? ¿Ahora eres coach mío?” se burla Kuroo como siempre y Bokuto le sigue el juego.

“Si, desde hoy, de hecho” Bokuto toma el café de sus manos y le da un trago “Oh, lo tomas amargo”

“Claro que si, no soy tan fan de los dulces” comenta Kuroo sin molestarse porque Bokuto haya tomado su taza de café, más bien lo observa divertido “Además, cuido mucho de mi salud”

“¿Hace cuánto que no entrenas?” pregunta Bokuto devolviendo la taza, volviendo a su posición en la silla volviendo a estirar sus brazos sobre su cabeza.

“Hace algunos años, tuve que centrarme en los negocios y dejé de ir al gimnasio” responde Kuroo tomando un sorbo de su café pensativo “Pero antes de eso era muy usual para mí, como capitán del equipo de vóleibol es normal”

“¡¿Capitán de Equipo de Vóleibol?!” Se sorprende Bokuto, recordando que en algún momento también jugó pero debido a que su técnica no funcionaba se enfocó en el fútbol.

“¿Acaso no se nota?” se ríe Kuroo sacando el pecho “Tengo el cuerpo de un bloqueador central”

“Oh por Dios” dice Bokuto tontamente antes de dar una palmada seca en el pecho de Kuroo quien se queja “Una de las razones por las que yo me retire del vóleibol”

“¿También lo estuviste tú?” pregunta Kuroo acariciándose el pecho con una sonrisa adolorida “¿Cuánto tiempo? ¿Por qué lo dejaste?”

“Dos años, pero mis compañeros y yo nunca conectamos, nadie entendía mis métodos y mi técnica estaba estancada” explica Bokuto encogiéndose de hombros “Y ya no disfrutaba tanto jugarlo, luego conocí el fútbol y mis patadas son más precisas que mis remates”

“Um… quizás necesitabas un mejor colocador o un buen equipo” Kuroo sugiere pensativo “Así que por eso tienes esa gran espalda”

Bokuto se ríe avergonzado: “No, no, eso es gracias al gimnasio, créeme” para demostrar su punto se pone de pie dándole la espalda a Kuroo, comenzando a flexionar sus brazos para dejar a la vista los músculos de su espalda “Son puro trabajo duro, nena”

El sonido de la silla chirriando no lo distrae mirando solamente sus brazos pensando que ha perdido volumen, quizás debería concentrarse más en…

“Si, puedo verlo” la voz de Kuroo cercana a su oído lo sorprende, pero Bokuto parece un ciervo solamente moviendo su cabeza para poder verlo, esperando a cualquier movimiento para correr “Tengo algo de envidia”

La mano de Kuroo pasa por su espalda baja hacia sus hombros erizando la piel de Bokuto quien no sabe si ha temblado ante el toque, el peliblanco solo cierra los ojos pensando en ovejas extraterrestres corriendo sobre un arcoiris para ignorar los fuertes latidos de su corazón.

¡¿Por qué siempre bromea con él así?! Bokuto sabe que solo está tratando de ponerlo nervioso, como siempre lo hace.

“¿E-Envidia? No tendrías por qué, solo son músculos” responde tardíamente bajando los brazos esperando verse poco afectado.

“Si, pero ya sabes, esos músculos son llamativos” otra mano se une, esta vez en su cintura. Bokuto siente que se va morir “Yo también quiero ser así de llamativo”

“Amigo, ya lo eres” dice Bokuto con la voz apretada sintiendo como el calor comienza acumularse en su vientre, sería tan vergonzoso si tiene una ereccion en la casa del amigo de Hinata.

“¿Eso crees? ¿Por qué?” la cercanía de Kuroo no ayuda, puede sentir el aliento haciéndole cosquillas en su oreja.

“Bueno, tu complexión es buena, yo…” Kuroo presiona su mano en su cintura jugando con sus yemas los bordes de su camisa “Eh… yo recomendaba qué cuides más tu salud porque bebes mucho y…”

“¿Y…?”

La respiración de Bokuto se corta a media oración y sabe que Kuroo está sonriendo por verlo tan maleable con simples toques, y el peliblanco no sabe si debería responder con la misma energía. Después de todo Kuroo solamente se lo permite si ambos están bajo los efectos del alcohol, pero parece que el hombre tiene la necesidad de burlarse de él. Bokuto podría también burlarse, girarse y decirle con sus propias manos qué partes son las que lo hacen atractivo, robarle el aliento robando un beso de esa sonrisa burlona, presionarlo contra la encimera.

Sin embargo, sabe que eso espantaría a Kuroo, así que en contra de todos sus deseos se aleja soltando una risa despreocupada huyendo al otro lado de la mesa.

“Si que te gustan los elogios” se ríe Bokuto rascando su nuca con una risa incómoda viendo como Kuroo se encuentra desconcertado por su alejamiento “No inflaré tu ego”

Kuroo tiene el ceño fruncido y Bokuto cree que está experimentando la primera expresión de disgusto del relajado Kuroo Tetsuro.

“¿Y a Hinata si le elevas su ego?”

“¿Eh?” La pregunta por si sola es inesperada y más por el tono teñido de burla amarga  “Oh bueno, ya sabes, Sho merece cualquier elogio del mundo. Él es…”

“¿Soy qué?” pregunta Hinata entrando a la cocina nuevamente.

“¡Hinata, ¿donde andabas?!” Bokuto camina para acercarse al pelinaranja agradeciendo que haya interrumpido la conversación, la cocina se siente menos pequeña “Solo decía que eres grandioso”

“Gracias” Shoyo se ríe y le muestra su mano que ahora tiene una tirita “Kenma me pidió esperarlo en la sala hasta que tuviera esto”

“¿Eso es Snoopy?” pregunta Bokuto emocionado por la pegatina en la tirita, tomando la mano de Shoyo para inspeccionarla “Eso es tan cool”

“Eres la primera persona que escucho decir eso” una nueva voz aburrida se añade nuevamente a la cocina “Kuroo se burló de eso la primera vez”

Bokuto se gira para escuchar la respuesta de Kuroo esperando algún tipo de broma, pero solo se queda mirando pensativo como Bokuto aún sostiene la mano de Hinata. El peliblanco siente el impulso de querer soltarlo, pero no está en su naturaleza sentirse avergonzado o retraído.

“No quiero sonar grosero, chicos, pero ¿a qué horas se van?” pregunta Kenma ante el silencio mirando sospechosamente a Kuroo.

“Ahora” responde Kuroo despegando finalmente su mirada de Bokuto y mirando a Kenma “Creo que ya es tarde, y debes descansar”

Kenma asiente, estando de acuerdo.

“Oh, bien, entonces Hinata y yo nos iremos…”

“No”

“No”

“No”

Tres voces al unísono lo sorprenden, uno sobresaliendo más que el otro.

“¿Eh?” dice Bokuto confundido.

“Kenma me pidió que me quedase esta noche para tener compañía” le murmura Shoyo en voz baja, lo cual es innecesario puesto que gracias al silencio de todos es audible para que los demás escuchen también.

“¿Tú por qué dijiste que no?” regaña en susurro Kenma a Kuroo quien se encoge de hombros negado con la cabeza “¿Qué diablos se supone que significa eso?”

“Bueno, supongo que está bien” dice el peliblanco ignorando a los otros dos, mirando a Shoyo. Bokuto lo acepta porque sabe que es demasiado tarde y su amigo Kenma con todo lo que pasó probablemente necesite la energía cálida de Hinata.

“Regresa a casa con cuidado, Bo” dice Hinata palmeando su brazo “Mañana tienes un día ocupadísimo con Atsumu, ¿verdad?”

Bokuto lo mira confundido, pero tras un giro disimulado del pelinaranja entiende lo que está tratando de hacer. Lo cual agradece.

“Ah diablos, casi lo olvidaba. La reunión con mi capitán, tendremos que entrenar y llegar a una solución” sabe que no es necesario agregar tantos detalles a una mentira, pero no lo puede evitar. Bokuto no sabe mentir.

Hinata y Bokuto comienzan a salir de la cocina dejando atrás a los otros que siguen susurrando cosas entre ellos de las que ambos realmente no quieren escuchar, y para ser honesto Bokuto prefiere escapar antes de ser atrapado. Esta colocándose su abrigo cuando mira a Kuroo y Kenma acercarse, uno más amargado que el otro.

“Chico pudín, espero que puedas descansar y que todo mejore desde ahora” dice Bokuto con una sonrisa amable al chico, quien le da una mirada con un atisbo de agradecimiento.

“Gracias por tu ayuda” dice solamente el chico en despedida.

Y con eso Bokuto sale por la puerta sin esperar a Kuroo, no tiene idea de por qué pero todos sus instintos en este momento le gritan que debe despedirse de Kuroo desde la seguridad de su carro. Ventana abajo, un saludo vago con su brazo mientras arranca el auto y fingir que no hay ninguna tensión sin resolver entre ellos.

Y eso es lo que pretende hacer intentando abrir la puerta de su carro, intentando porque cuando lo hace la silueta del hombre más alto aparece junto a él.

“Oye, es de mala educación no esperarme cuando ambos nos estamos retirando”

“Eres muy lento, amigo” se excusa el peliblanco queriendo sonar burlón.

“Me dio la impresión que corrías por subirte a tu carro, ¿qué soy ahora un depredador” Kuroo apoya el mayor de su peso en la puerta, haciéndole saber que tiene pocas ganas de irse o siquiera moverse.

Quizás, quiere decir Bokuto.

“Estás imaginando cosas” niega Bokuto llevando sus manos frías a su boca, soplando aire caliente “Gracias a Hinata recordé que mañana tengo que madrugar y debería estar durmiendo ahora”

“Oh eso, ¿la reunión con Sakusa?”

“Exacto, la reunión con Sakusa”

Kuroo arquea una de sus cejas esperando a que Bokuto se de cuenta, quien le toma cinco segundos darse cuenta que se ha confundido.

“¡Atsumu!” Bokuto golpea su frente con la palma de su mano, sacando su mejor actuación “Oh Dios, no sé donde tengo mi cabeza, creo que es porque no he dormido lo suficiente últimamente”

Kuroo solo se ríe al verlo, y Bokuto sabe que no está comprando su acto.

“M-Mejor me voy, nos vemos por ahí, Kuroo” dice el peliblanco como última opción, intentando abrir la puerta de su carro. Por suerte Kuroo se apiada moviéndose para dejarlo entrar.

“Sabes, a veces eres tan crudamente honesto que llega a ser… adorable” dice Kuroo desde afuera, ahora sosteniendo la puerta para que Bokuto no pueda cerrarla “Interesante, confuso, y muy atractivo”

Bokuto lo mira desde su asiento sintiéndose acorralado pese a que Kuroo ni siquiera lo está viendo ni tocando, él solo está ahí mirando al cielo con una actitud pensativa, sosteniendo la puerta del carro abierta. De alguna forma todo se siente completamente nuevo, ha hablado con Kuroo bromeando, riendo, borrachos, jugando… cualquier estado menos algo tranquilo y más serio.

Bokuto no se está riendo de nervios porque por primera vez siente su propio cuerpo vibrar, casi como si fuese la presa. Es extraño, es nuevo para él sentirse acorralado cuando es quien se supone impone más en las canchas por su complexión y fuerza. Sus compañeros se ríen del contraste de su estructura a su personalidad infantil y distraída, lo cual Bokuto nunca entendió. Según ellos, la mayoría de personas que no lo conocen tienen la percepción de que su actitud infantil es una máscara para cubrir que en realidad es una bestia insaciable que busca siempre por más, y si Bokuto es honesto no cree ser tal cosa.

Bokuto llamaría insaciable a la persona que suelta un suspiro para mirarlo con una sonrisa juguetona bailando en sus labios.

“¿Por qué intentas mentir si sabes que tu rostro es un libro abierto?” Kuroo da un paso hacia delante. El peliblanco solo puede observar “Pensé que era imaginación, pero parece que intentas colocar una línea entre tú y yo”

“Uh… ¿no?” dice tontamente Bokuto, porque no sabe si debe hablar demás. Decirle que es mejor colocar una línea sabiendo que Kuroo realmente no desea hacer nada con él. Lo ha visto en sus ojos después de cada ‘error’

“¿Cómo explicas lo de antes?” presiona Kuroo dando otro paso más cerca.

“¿Qué de antes?” Así es Bokuto, finge estar confundido.

“Bueno, no te culpo, creo que mayormente es mi culpa” suspira Kuroo negando con la cabeza, finalmente dando el último paso estando a una distancia más corta con Bokuto, sin embargo no se inclina para mirarlo “En la cocina creí que había algo ahí, pero huiste lo cual es extraño. Nunca huyes por mucho que bromee contigo”

“Ah eso” finge Bokuto darse cuenta colocando las llaves para encender el motor “Bueno, es la casa de un desconocido y no pretendo dar una… imagen equivocada” Bokuto se aplaude por su forma de expresarse tan maduramente.

“Bien, ya no estamos en casa de Kenma, ¿entonces por qué mientes para irte? Creí que iríamos a tu casa después de esto” Kuroo mira los botones de la puerta quitando el seguro de todas las puertas.

“Es… que en verdad necesito dormir bien” se excusa de nuevo el peliblanco, podría intentar con muchas excusas “Y debería comenzar a entrenar, falta poco para los cuartos de final, así que estaré muy ocupado”

No puede ver la expresión de Kuroo, Bokuto quiere inclinarse para decirle que no se preocupe que todavía enviará mensajes seguidos. Kuroo no le da la oportunidad porque suelta otro suspiro antes de irse. Bokuto muerde su labio debatiendo si debería disculparse sin saber por qué, pero decide que es mejor así. Kuroo rodea su carro y el peliblanco cierra finalmente su puerta con pesar en su corazón, al menos esto le ayudaba más a él ha tomar una real distancia de una situación que no parecía beneficiar a ninguno.

El sonido de la puerta a su lado se abre y cierra rápido y Bokuto apenas tiene tiempo para sorprenderse cuando mira a Kuroo dentro.

“¿Qué…?” la pregunta se desvanece debido a unos labios que se presionan contra los suyos, el grito ahogado queda atrapado en su garganta cuando Kuroo lo besa sin esperarlo.

Bokuto está congelado en su asiento, porque es la primera vez que se besan sin ningún tipo de alcohol de por medio. Nadie está borracho, y Bokuto apenas puede reaccionar cuando la lengua de Kuroo se presiona contra su boca recibiéndolo con el calor de la suya. Bokuto le toma unos segundos hasta que finalmente cede porque ¡Kuroo lo está besando! ¡Su flechazo le está besando sobrio!

El peliblanco toma entre sus manos el rostro de Kuroo y profundiza el beso respondiendo a esa energía que el pelinegro busca, ambos han sido desordenados besándose, pero esta vez hay un ritmo más pasional. Es extraño, Bokuto siente que Kuroo trata de marcar su rastro en sus labios reclamando algo suyo, casi como si quisiera recordarle al peliblanco por qué tiene ese flechazo. Y funciona, porque Bokuto siente sus latinos bombeando con fuerza emocionado y feliz de finalmente poder besarlo sin fingir que está borracho.

Más tarde Bokuto se da cuenta que Kuroo ha comenzado a tocarlo, y esa es otra sorpresa más grande. Cuando Bokuto se aleja con su respiración agitada mira entre la mirada brillos de Kuroo y su mano tanteando en sus muslos, Kuroo parece querer reírse de su reacción.

“¿No puedo?” pregunta burlón sabiendo ya la respuesta.

Bokuto asiente sintiendo el rubor subir por su cuello, es realmente nuevo. Quiere decir, Kuroo no está mirándolo como si fuese ajeno a lo que está pasando, en realidad, parece inmerso en querer burlarse de él.

“Si, claro que si” murmura torpemente Bokuto riendo nervioso.

“Pero creo que dijiste que ya te ibas” Kuroo retira su mano y se acomoda en el asiento dejando espacio entre ellos, y Bokuro lo mira desconcertado “¿Por qué me miras así? Eres quien dijo que tenia una reunión, y mejorar tu horario de sueño para la siguiente competencia. Dado que soy Co-CEO de Bouncing Ball la empresa que te patrocina no quiero ser un obstáculo para…”

Bokuto lo calla inclinándose para empujar su asiento hacia atrás sorprendiendo a Kuroo quien apenas suelta un jadeo de sorpresa mirando a Bokuto quien no duda en inclinarse hacia delante teniendo ventaja sobre Kuroo, quien lo observa intrigado. Más bien lo está tanteando hasta donde Bokuto irá.

“Bueno, digamos que arruinaste mis planes” Bokuto sabe como el infierno que será incómodo lo que planea hacer, debido al reducido espacio pero que se jodan.

“¿Cómo yo arruiné tus…?” Kuroo deja de hablar cuando Bokuto comienza a trabajar con sus pantalones de vestir bajando la bragueta “¿Bo?”

“¿Qué?” pregunta el peliblanco introduciendo su mano dentro de los pantalones de Kuroo palmeando el bulto.

“Creo que sería mejor si vamos a tu casa…” propone Kuroo, pero Bokuto niega pasando su dedo por la mancha que sobresale en los boxers del pelinegro.

“Nah, mi carro es cómodo” trata de tranquilizar Bokuto empujando los boxers y pantalon hacia abajo dejando libre a la linda erección frente a él. “Además, pareces muy interesado”

“Reacciones naturales del cuerpo cuando estimulas áreas que…”

“Buu, nerd” dice Bokuto antes de inclinarse y deslizar la extensión dentro de su boca, sintiendo el sabor salado en su lengua. Eso le hace fruncir el ceño.

Kuroo se ríe: “¿Es tu primera vez chupando polla?” El pelinegro resopla con humor en su voz, pasando sus dedos por el cabello de Bokuto “Por eso yo quería hacerlo primero”

El peliblanco tararea sacando el pene de su boca, lamiendo nuevamente sin saber exactamente qué está haciendo. Quiere decir, ha recibido felaciones pero fue hace mucho tiempo y no recuerda que es lo que hacían esas chicas, nunca se sentía lo suficientemente presente.

“¿Qué hago?” pregunta genuinamente Bokuto sin rastro de vergüenza.

“Hilarante” se ríe Kuroo pasando una mano por su rostro “Y tan caliente que te veías hace un rato, bien, déjame que lo haga esta vez por ti” Kuroo se cubre de nuevo y arregla su asiento “Pero la próxima vez yo te follaré la boca”

“¡Trato hecho!” dice Bokuto asintiendo comenzando a ayudarse para liberarse él mismo y cuando ya está listo se gira a ver a Kuroo quien lo ve con una expresión diferente.

“Eres…” Kuroo niega con una sonrisa, una más suave de la que ha visto Bokuto de él “realmente eres un caso especial”

“¡Oye!”

Kuroo solo lo ignora resoplando antes de decidir hacerle ver estrellas a Bokuto con boca experta.

Su dinámica cambia desde ese momento y el peliblanco no sabe si eso fue positivo.

[…]

Shoyo no sabe que se supone que haga, sabe que ambos son conscientes de que hay un muro incómodo que no les permite hablar libremente como antes. Quizás haya sido la distancia que tuvieron que tomarse ese breve tiempo y los problemas que ambos enfrentan, aunque Shoyo cree que los suyos son realmente menores comparados con los de Kenma. Ambos están sentados en el sofá, cada uno en una esquina y Sunny es el único sentado en el centro. En la televisión están pasando una película de un apocalipsis zombie que en otro momento Shoyo estaría emocionado de ver, pero no deja de pensar en por qué aceptó quedarse a dormir en primer lugar.

Ni siquiera esperaba la invitación, una que aceptó sin dudar. Kenma le había colocado la tirita y Shoyo había querido llenar el espacio incómodo de silencio diciéndole que ya era tarde y que debía irse. Kenma hizo una mueca al escucharlo y Shoyo no quiso preguntar, pero el teñido decidió decirlo de todos modos.

“No quiero estar solo hoy” murmuró Kenma soltando su mano “¿Podrías quedarte esta noche?”

Shoyo aceptó sin preguntar por detalles y eso lo lleva ahora al sofá. El pelinaranja da miradas furtivas en dirección al teñido que parece estarse quedando dormido, y lo confirma cuando Kenma comienza a cabecear. Shoyo se levanta de su lugar del sofá y se acerca al teñido quien apenas lo registra hasta que está frente a él, sorprendiéndose se recompone y pasa una mano por su cabello todavía húmedo.

“¿Qué tal si secamos tu cabello y te vas a la cama?” propone Shoyo estirando su mano para tocar uno de los mechones de Kenma, no está mojado pero podría enfermarse si se duerme así, piensa.

“No tengo secadora” dice Kenma observando su mano, ante la mirada Shoyo suelta el mechón y esconde sus manos en sus bolsillos “Pero creo que si quiero dormir ya”

Shoyo asiente: “Bien, ve a descansar, voy a quedarme en el sofá y…”

“Ven conmigo” interrumpe Kenma levantándose y tomándolo de la muñeca “Me gustaría dormir con algo de compañía hoy”

Shoyo observa el agarre en su muñeca y no rechaza la idea, solo lo acepta. Kenma los hace caminar por el pasillo hasta llegar a una escalera que los lleva directo a la gran habitación de Kenma, la cual es enorme. Shoyo no esconde su sorpresa mirando el espacio elegante del lugar, la cama en el centro es lo suficientemente grande para ambos. Y parece que si dormirán en la misma cama porque Kenma le dice que se ponga cómodo.

“Tu habitación es gigante” comenta Shoyo sentándose en la cama que es suave en su trasero “Wow, esta cosa es como sentarse en un algodón de azúcar”

Kenma lo mira divertido: “Sí, por eso me cuesta levantarme temprano por la mañana” Kenma busca algo en su armario buscando por camisas “Toma” Kenma le arroja dos prendas “Eres más grande en complexión pero yo soy un poco más alto, pruébatelo”

“Oh, bueno en realidad esto es cómodo” señala Shoyo a su propia ropa “Además el pantalón creo que me quedara pequeño porque mis piernas…”

“O duerme sin ropa” propone Kenma girándose para ir a su baño “No tengo problemas”

Shoyo se sonroja y niega con la cabeza, oh, él realmente parece un adolescente.

“Está bien” dice Shoyo ignorando su propio rubor.

Kenma se gira para mirarlo sorprendido sin esperarse que aceptase, pero Shoyo está satisfecho con ver esa expresión en Kenma.

“Oh, bien” Kenma sigue su camino al baño y toma unos minutos antes de volver a salir bostezando caminando hacia la cama. El teñido se desliza por la cama con cuidado finalmente dejándose caer “apdnga das duces” dice con su voz amortiguada por la almohada.

Shoyo hace caso mientras comienza a quitarse la ropa, solamente quedando en boxers, después de todo Kenma y él se han visto desnudos. No hay problema, se dice a si mismo, de igual forma solo dormiremos hasta que el sol vuelva a salir. Las luces de la habitación se apagan solamente dejando entrar la luz de la ventana que es poca, la noche está más nublada.

Shoyo se recuesta a su lado dejando un espacio pertinente entre ellos, sabe que por la respiración de Kenma que no se ha dormido y el pelinaranja no dormirá hasta que pueda estar seguro que el CEO a su lado pueda dormir bien. El cuerpo de Kenma comienza a moverse hasta sentarse, todo su cabello está frente a su rostro y apenas puede verlo, Shoyo espera a que vuelva a acomodarse pero Kenma se mantiene en el mismo lugar. En otro momento, sería tétrico, él ahí sentado con el cabello en el rostro sin decir nada mirando en su dirección.

“¿No quieres hablar?” pregunta finalmente Kenma después de largos segundos de silencio.

“Um, ¿de qué quieres hablar?”

Kenma se mueve para retirar su pelo del rostro y mirarlo con el ceño fruncido.

“¿No vas a preguntar, sobre qué pasó?”

“Yo…” Shoyo inhala profundo antes de sentarse al igual que Kenma en la extensa cama “Yo creo que prefiero darte tu espacio”

“Ya veo” Kenma lo examina “¿No quieres saber entonces?”

“Escucha, Kenma” Shoyo suspira llevándose una mano al rostro “No entiendo que esperas que te diga, creo que he sido muy obvio al demostrar lo mucho que me preocupaba tú situación y tú ignoraste cada uno de mis intentos para poder preguntarte sobre esto. Y justo ahora, no sé qué esperas que responda”

Kenma asiente: “Lo lamento, yo no deseaba usar mi teléfono para comunicarme con nadie”

¿Entonces por qué llamaste a Lev?

“Lo entiendo” dice Shoyo en su lugar asintiendo “Entonces, solo si deseas hablar de ello, dímelo. Después de todo tengo que respetar tus límites”

Kenma cierra los ojos inclinando su cabeza para soltar una risa seca.

“Ah si, ese día” el teñido regresa su mirada en Shoyo “Lo siento por todo lo que dije, estaba muy presionado con todo y creo que solo me desquité contigo”

“No te preocupes, no pensaba en eso honestamente, comprendí que era una situación difícil” dice Shoyo amablemente, porque era verdad. Él entendía su posición y también la situación por la que Kenma pasaba.

“Yo… en realidad estaba muy avergonzado” explica Kenma “Me daba vergüenza saber que tú también viste ese video, y me daba miedo que pensaras lo peor de mí”

“Kenma” Shoyo se estira para tomar una de las manos del teñido entre las suyas “Yo no puedo juzgarte, ese video tu equipo dijo que fue grabado sin consentimiento y sé que es así por la forma en la que reaccionaste” Shoyo acaricia las frías manos de Kenma “Así que, el único que debería sentirse avergonzado es ese nefasto que hizo esto solo porque sabe que eres importante”

“El chico al que denuncié es el responsable de esa filtración” dice Kenma mirando sus manos unidas. Shoyo parpadea sorprendido.

“¿Y cómo lo sabes?”

Kenma se ríe amargamente: “Él mismo me lo admitió, además es el único que alguna vez llevé a mi antigua casa” el teñido hace una mueca antes de decir: “Él era mi novio, el primero de todos”

“Oh…” Shoyo se queda sin palabras, pero algo sobre ello lo molesta “¿Denunciaste al tipo por el video también?”

“No, desafortunadamente no tengo pruebas de que fue él, más que mis recuerdos sobre lo tonto que fui al ser demasiado permisivo cuando era tonto y joven” Kenma suspira con pesadez “Pero dado que no tengo como arruinarle la vida a través de lo legal, tendré que ir por otro tipo de estrategias”

“¿Q-Qué harás?” pregunta Shoyo ante la mirada pensativa y fría que se refleja en los ojos de Kenma.

“Oh, sigo pensando en ello” responde encogiéndose de hombros “Ahora mismo esa no es mi prioridad, solo deseaba darte algo de contexto”

Shoyo asiente haciendo una mueca: “Lamento que tengas que pasar por todo esto por una persona tan deleznable como él”

“¿Deleznable?” Kenma resopla escondiendo una sonrisa con el cabello cayendo frente a él de nuevo “¿De dónde aprendes ese tipo de palabras?”

“Veo muchas series” dice algo avergonzado “Lo siento, solo evito insultarlo porque usualmente no lo hago ya que mi mamá podría perseguirme desde Sao Paulo solo por decir una”

“¿Oh así que no maldices?” Kenma deja su fría mirada por una más entretenida “Está bien, dado que tu mamá al menos te corrige y la mía le importo poco, lo diré por ti” Kenma le sonríe mientras dice: “Esa persona es un maldito hijo de puta”

Shoyo se ríe al escucharlo y asiente: “Sí, lo es”

Kenma retrocede un poco para sonreír también mirando la sonrisa de Shoyo.

“Sabes… gracias” dice Kenma haciendo círculos con sus pulgares en las muñecas del pelinaranja “Contigo siento que las cosas en realidad no son tan malas, le das un nuevo enfoque a las cosas solo con tu presencia”

Shoyo lo observa durante unos segundos, antes de mandar al diablo los límites que Kenma había dicho que respetará. Como siempre su lado impulsivo lo lleva a jalar uno de los brazos de Kenma para poder abrazarlo tal como ha deseado desde que lo soltó en la estación. Shoyo lo abraza sintiendo como Kenma se relaja en el abrazo suspirando, ambos se acomodan en el abrazo de modo que Kenma queda sobre el regazo de Shoyo escondiendo su rostro en el cuello del pelinaranja.

“Kenma, yo solo quiero apoyarte y demostrarte que puedo ser… yo” Shoyo detiene sus palabras midiéndolas “Yo quiero ser también un amigo para ti, uno en el que te puedas apoyar y en el que confíes para pedirle ayuda”

“Shoyo, yo quería hablar sobre eso” Kenma se aleja del abrazo para poder mirarlo cara a cara “Creo que hemos complicado esto innecesariamente, sabiendo que congeniamos muy bien”

El pelinaranja lo observa sin realmente querer escuchar lo que va decir, siempre que hablan sobre lo que tienen de alguna forma termina mal y no de la forma que desean.

“Quiero que ese contrato se invalide” Kenma coloca sus manos sobre los hombros de Shoyo, acariciando suavemente “Ya no quiero que seamos amigos con beneficios y menos que sea por contrato”

Oh.

Ah, ya veo.

Shoyo traga asintiendo mirando a un lado evitando mirar a Kenma. Al final ese tipo Lev tenía razón, solo iba a ser un polvo aburrido de una vez y él estaría fuera. Vaya, supone que no fue lo suficientemente bueno. ¿Y si lo que funcionó mal fue que quien estuvo a cargo esa noche fue Shoyo? Claro, un inexperto en el sexo homosexual seguramente no fue tan entretenido.

“Tengo una idea” dice Shoyo interrumpiendo a Kenma quien estaba tomando aire para continuar “Espera, no digas más antes de esto. Por favor”

“¿Es importante?” pregunta Kenma algo nervioso “Realmente quiero dejarte en claro que este contrato es…”

“Espera, espera” Shoyo lo abraza negándose a escucharlo, no, no puede solamente cancelar tener algo con él. Shoyo puede ser increíble, lo ha sido antes y puede mejorar “No digas más, lo entiendo”

“¿Lo entiendes?” pregunta Kenma devolviendo el abrazo, ajeno al nido de pensamientos en la cabeza de Shoyo “Oh, que bueno, estoy aliviado”

Shoyo frunce el ceño sintiendo las esquinas de sus ojos picar, realmente no quiere que se acabe pero si esa es su decisión, al menos la respetará y… hará un último intento para hacerlo reconsiderar.

“Kenma, antes de cualquier cosa, yo…” Shoyo respira cerca de la oreja de Kenma, sintiendo al chico estremecerse. Al menos sigue siendo igual de sensible, se dice a si mismo “Kenma antes de que vayamos más allá…”

“¿Sí?” ronronea Kenma ante la atención que recibe en su cuello y detrás de su oreja.

“Follame, Kenma”

Y si después de eso, no me quieres, entenderé.

No soy suficiente para entretenerte.

[…]

Es una experiencia nueva, ha visto a Kenma desmoronarse frente a él. Sin embargo, al ver su rostro sorprendido es grato para Shoyo, el chico le pregunta dos veces que ha dicho y el pelinaranja se lo repite ignorando el resonante dolor en su pecho. Kenma le sonríe y le confiesa que es la primera vez que alguien se lo pide de forma tan abierta y descarada, pero que lo hará.

Kenma es claramente más experto en cuanto a el juego previo, a borrar sus pensamientos besándolo mientras lo toca con manos expertas. De igual forma, Shoyo se siente extraño, Kenma está siendo suave y lo besa con una dulzura dolorosa, quizás eso es lo que Kenma esperaba cuando Shoyo lo besaba.

Kenma besa su rostro antes de bajar completamente y da unos cortos besos sobre sus abdominales antes de meter toda su extensión en su boca, tal como recordaba, la boca de Kenma lo vuelve loco. Él se desliza hasta que su polla toque el fondo de su garganta, su lengua presiona desde dentro provocándole un jadeo a Shoyo quien coloca una de sus manos en el cabello del teñido. Aún recuerda la primera vez que follo su boca, fue rápido y ardiente, Kenma parecía solamente querer tenerlo en su boca, pero ahora parece que disfruta de verlo jadear y retorcerse cediendo al placer que su boca le da.

Está tan perdido que se distrae de Kenma llenando sus dedos de lubricante presionando un dedo en su entrada, lo cual lo sorprende ante lo frío que se siente.

“Relájate, solo respira” dice Kenma con tono calmado murmurando cerca de la cabeza de su polla “Te haré sentir bien, cariño”

Shoyo asiente, y respira profundo dejando a cargo a Kenma quien vuelve a su tarea. El dedo de Kenma juega con los bordes de su agujero antes de empujar su dedo dentro con una incómoda lentitud, es incómodo.

Kenma decide apretar su boca en la cabeza usando su lengua, enviando una onda de placer que golpea a Shoyo quien gime y el dedo sigue entrando hasta que está dentro.

“Oh, joder, no” murmura el pelinaranja “Es… incómodo” jadea mirando hacia Kenma “¿No lo era para ti?”

“Solo es cuestión de acostumbrarse y… medir cuánto tiempo necesitas para adaptarte sin lastimarte” explica Kenma jugando con su polla en la mano que tiene libre, bombeando y así mismo su índice entra y sale al ritmo “Sabes, no a muchos le gusta que los penetren”

Shoyo asiente sintiéndose extraño, no le desagrada, solo es nuevo.

“Estoy bien” asegura Shoyo esperando que Kenma entienda que no es porque no le gusta.

Kenma juega un poco con él antes de meter el segundo dedo con abundante lubricante, parece querer hacer la experiencia lo menos dolorosa que se pueda para Shoyo. Kenma sabe que es la primera vez que le van a follar el culo, y Shoyo agradece su consideración.

“Gracias” quiere expresar el pelinaranja ante la paciencia que Kenma le tiene, y asiente cuando le pregunta si debe ingresar el tercero.

“No es nada, solo… recuerdo que mi primera vez dolió como el infierno” Kenma blanquea sus ojos “Según yo, era normal, pero no es así” el teñido levanta la mirada cuando tiene ya tres dedos dentro de él y los flexiona rozando un punto que le roba un sonido roto a Shoyo “Quiero que tú tengas la mejor experiencia”

Su cuerpo hormiguea y Shoyo se empuja sin darse cuenta sobre los dedos tratando de buscar ese punto de nuevo, al menos un roce. Pero Kenma solo se burla de él besando sus muslos dejando marcas dulces, murmurando que le encantan sus piernas.

“Bien…” Kenma toma una de las almohadas qué ya tenia a su lado y las coloca debajo de sus caderas, Shoyo lo observa jadeante.

“¿Lo vas a poner ya?” pregunta el pelinaranja mordiéndose el labio, algo nervioso.

Kenma sube sobre él y besa sus labios con esa misma suavidad qué no ha dejado desde que hablaron, Shoyo espera que eso sea una señal de que le esté gustando al menos, pese a que se ha tomado su tiempo.

“Así es, cariño” Kenma se alinea, Shoyo se da cuenta que ya se ha colocado el condón también “Solo necesito un poco de tu ayuda abriéndote para mí, ¿puedes?”

Shoyo asiente dejándose guiar, Kenma coloca sus piernas abiertas a la altura de sus hombros. Shoyo agradece que su profesión le obligue a tomar entrenamientos de estiramientos porque no está seguro si podría abrirse así.

Kenma alinea su pene contra su agujero y lo mira hipnotizado mientras empuja la cabeza dentro, la intromisión es igual o más incomoda y Shoyo trata de respirar esperando que mejore. El teñido acaricia sus piernas y lo elogia diciéndole que está bien, que lo vea y le da besos cortos en los labios. Eso es suficiente para que Shoyo resista el empuje siendo llenado por Kenma finalmente, y es gracioso, porque incluso si es incómodo y nuevo, también se siente completo y pleno.

Kenma le sonríe comenzando a bombear su polla mientras comienza a salir solamente dejando la punta dentro para después entrar, y eso se siente mejor. Kenma comienza a marcar un ritmo lento y suave para dejarlo adaptarse a su polla y es la mejor decisión porque después Shoyo, como un ansioso qué es, pide más.

“Kenma, adelante, no me voy a romper” suplica Shoyo jadeando sintiendo sus paredes ser estiradas y se siente estimulado en su pene y su agujero “Por favor”

“Que rápido te adaptas” Kenma presiona la cabeza de su pene con su pulgar sacando un gemido lastimero de Shoyo “Bien, cariño, haré lo que pides”

Y Kenma cumple con lo que dice, sus estocadas lentas toman un ritmo más rápido y profundo, Shoyo suelta suspiros rotos sintiendo el placer en su cuerpo. Y es después de unas cuantas estocadas qué Kenma finalmente encuentra ese punto que había rozado con sus dedos.

“¡Ah! ¡Dios, ¿qué…?”

“Sip, ahí está la magia” se burla Kenma volviendo a empujar en ese punto y Shoyo no puede evitar retorcerse mientras gime.

“¡Ngh! Kenma, Kenma” dice el pelinaranja entre gemidos cuando el teñido no le da tiempo para adaptarse a esa placentera sensación, es nueva, ¿es la razón por la que Kenma esa noche estaba tan destrozado? Porque si es así, no quiere ni imaginar como se ve él.

“Que apretado” jadea Kenma empujando hacia delante con su cabello pegándose a su cuello y frente por el sudor “Siento… joder, mierda”

“No… no te detengas” pide Shoyo cuando el ritmo de Kenma comienza a flaquear.

Kenma niega con la cabeza y muerde su labio: “Creo que si tengo lastimada la pierna” dice algo apenado deteniendo el ritmo “Lo siento, Shoyo, creo que…”

El pelinaranja lo interrumpe bajando sus piernas, para presionarlas alrededor de Kenma quien lo observa confundido. Shoyo con destreza los mueve a ambos para que Kenma esté debajo y Shoyo arriba.

“No te esfuerces entonces, yo te monto”

Kenma parpadea sorprendido y resopla divertido al verlo guiar la polla del teñido devuelta a su agujero. Shoyo claramente no es un experto, pero va hacer lo mejor que pueda. Demostrará que es bueno.

Al inicio, es frustrante y complicado porque parece que la polla de Kenma pretende no tocar nuevamente ese punto, así que solamente se cabalga escuchando los jadeos de Kenma quien lo observa maravillado. Incluso si no puede alcanzarlo, está satisfecho con ser quien recibe esa mirada de Kenma.

“Shoyo… me encantas”

Shoyo se empuja y finalmente logra moler la polla de Kenma contra su próstata gimiendo de placer, sin esconder lo mucho que le está gustando. Kenma toma su polla entre sus habilidosos manos, masturbandolo mientras él sube y baja para seguir llegando al fondo.

“¿T-Te gusta, Kenma?” murmura Shoyo perdido en sus placer, escuchando solamente sus gemidos y los de Kenma “¿N-No soy bueno en ello?”

Kenma empuja hacia sus embestidas tocando con fuerza su próstata y sin poder avisar Shoyo se corre con fuerza en la mano de Kenma. Kenma al verlo se corre y respira agitado mientras Shoyo cae sobre su pecho cansado pero demasiado satisfecho.

“Eres el mejor, Shoyo, no hay ni habrá nadie como tú”

Y con eso Shoyo se queda dormido.

[…]

Shoyo no sabe que hora es, apenas abre los ojos y ve el sol demasiado brillante para que sea de mañana. El pelinaranja se estira notando que está solo en la cama, lo cual es extraño, recuerda haberse quedado dormido junto a Kenma.

Oh. Es cierto, ayer pidió que lo follaran e hizo un espectáculo de ello. Prueba de eso era el fantasma de un dolor en su espalda baja, es leve, pero nuevo. Sus piernas también parecen sentirse como si hubiese corrido siete veces la cancha de fútbol. Al menos, se da cuenta, que está ligeramente limpio.

Shoyo se sienta negando con la cabeza avergonzado, porque seguramente Kenma lo limpió estando lastimado. Ugh, Shoyo se siente mal ahora.

Shoyo se levanta y va a limpiarse completamente dudando en si pedir permiso para utilizar toallas o la ducha. Prefiere preguntar antes de utilizar algo, así que por el momento solamente se lava y seca con papel, poco convencional. Se viste con la misma ropa que llevaba sintiéndose sucio, pero solo sería por un rato mientras le pide prestado el baño.

Al bajar puede sentir el olor a café llegando y eso le despierta los sentidos, y encuentra a Kenma mirando la mesa. Hay dos platos con sándwiches y dos tazas de café, Kenma parece estar disgustado con lo que ve pero Shoyo de alguna forma lo encuentra entrañable.

“Hey” saluda sorprendiendo al teñido que se gira asustado, para después relajarse.

“Oh, eres tú, no te escuché bajar” Kenma se aclara la garganta “Uh, hice algo así como un desayuno, pero solo tengo jamón y pan, por ende un sándwich de jamón”

Shoyo se acerca para mirar y le sonríe: “Justo son mis favoritos” dice tomando el sándwich dándole una mordida.

Kenma rueda los ojos resoplando: “Oh, sí, claro que el deportista ama eso” el teñido lo barre con la mirada frunciendo el ceño “¿No… te duchaste?”

“Oh, es verdad, quería preguntarte si…” Shoyo trata de tragar lo que tiene en la boca tomando algo de café, el cual está un poco más dulce de lo que toma “Quería usar la ducha, pero…”

“Cierto, no te dije donde están las toallas” Kenma asiente recordando que olvidó dejar unas afuera “Bueno, no te preocupes, come algo y luego te duchas”

“Y una cosa más…” Shoyo deja el sándwich algo tímido, prefiere tocar el tema de una vez. Necesita saber si sigue en pie el rompimiento de ese contrato “Sobre lo que dijiste anoche…”

Kenma se sonroja algo incómodo: “Yo lo decía en serio”

Shoyo baja la mirada sintiéndose apagado de nuevo, entonces no había funcionado. Kenma parece notar su cambio de humor por lo que se acerca.

“¿Pasa algo?”

Antes de que Shoyo pueda responder, el timbre suena ruidosamente. No solo una vez, sino que repeticiones seguidas que no le dejan hablar lo cual desespera a Kenma.

“Te juro que si es Kuroo, lo voy a matar” dice dándose la vuelta caminando hacia la entrada con Shoyo siguiéndole.

Kenma abre la puerta irritado, pero no es Kuroo quien aparece en su campo de visión. No, más bien hay unas flores frente a él y un joven alto. Uno peliblanco.

Haiba Lev.

“¡Kenma, cariño!” dice el chico en inglés con el ramo en una mano y la otra para abrazar a Kenma “Estaba tan preocupado anoche que viajé hasta aquí desde Osaka, y fue realmente un martirio para mí”

“Lev, lento, no hablo bien inglés, tonto” dice Kenma torpemente en inglés.

“Ah, cierto, lo siento” Lev cambia ahora al japonés “Decía que estaba preocupado desde que recibí tu llamada y mensajes, hice el viaje en coche hasta aquí, lo cual fue un infierno y mira lo que encuentro” Lev levanta una mano para llevarla a la mejilla de Kenma “Voy a matar al que te hizo eso”

“Estoy bien, lamento si te preocupe” dice Kenma apenado retirando la mano de Lev “Pero agradezco que hayas llamado a Kuroo”

“Claro que lo llamaría, es el que más cerca está de ti y… estaba tan asustado de que algo te pasara” Lev estira las flores hacia él “Te quiero tanto que me preocupa saber si te pasa algo” Kenma mira extrañado el ramo, pero aún así lo toma “Ayer me llamaste preguntando si yo te amo, y saber que pensabas en mi y mis sentimientos hizo que corriera devuelta hacia ti” Lev lo mira con sentimientos cargados en sus ojos “Te lo digo aquí, Kenma mis sentimientos por ti siguen tan vivos como en aquel entonces”

Shoyo baja la mirada, está presenciando algo de lo que no debería ser parte. El joven Lev no se ha dado cuenta que él también está ahí, aunque eso es mejor, no vería como Shoyo parece querer deshacerse en ese momento. Así que, es por él que el contrato se está acabando. Kenma quiere algo serio, y es con Lev.

Que tonto, tonto, tonto.

“Lev, en realidad yo…” Kenma da una mirada hacia atrás encontrando al pelinaranja cabizbajo.

Lev parece notarlo también.

“¿Quién es ese?” Shoyo levanta la mirada y saluda con la mano esperando que su expresión no lo delate.

“Hola, soy… soy Hinata Shoyo, acompañe a Kenma junto a Kuroo” explica Shoyo tratando de respirar correctamente y no soltar ningún sollozo que amenaza con formarse.

“Espera, tu voz me suena familiar…”

“Lev, quiero explicarte”

“¡Oh, es que soy futbolista, seguramente me has visto!” Shoyo habla por sobre Kenma, realmente no quiere presenciar como lo niegan ante este chico. Le duele lo suficiente “No te preocupes, solo acompañé a Kenma como amigo y también jefe”

Kenma lo mira confundido.

“¿Shoyo?” llama Kenma notando que el pelinaranja tiene sus manos en puños, y su voz tiembla.

“Ah… ya veo, no te preocupes, ya estoy aquí” dice Lev sonriendo “Es raro, Kenma solo invita a gente importante a su casa”

“Lev, cállate” Kenma trata de caminar hacia Shoyo, pero este da un paso atrás riendo nerviosamente. Kenma siente que se está perdiendo de algo, y debe arreglarlo ya.

“Solo vine porque no estabas tú” Shoyo rasca su brazo “¡Pero ya todo está bien! Ya me voy”

“No, no, espera” Kenma le devuelve el ramo a Lev quien confundido lo acepta, el teñido intenta nuevamente acercarse pero Shoyo no se lo permite “Shoyo, ¿qué pasa?”

“Sobre el contrato…” dice Shoyo tragando saliva, el nudo en su garganta crece “Dile a Kuroo que envíe todo para cancelarlo, y no te preocupes, estoy feliz de que podamos terminar este… negocio”

“Shoyo, háblame” Kenma parece angustiado, mirando a Shoyo sin entender porque parece que no están nuevamente en la misma página “Cari-”

“Me voy” dice Shoyo esquivando como Kenma trata de tomarle la mano “Un gusto Lev” dice con una sonrisa que duele fingir y escapa del lugar. Kenma lo llama desde atrás, pero Lev lo detiene.

Kenma pelea con Lev porque no entiende que eso no parece una despedida cualquiera, no, Shoyo realmente le estaba diciendo adiós. ¿Qué se suponía que hizo mal? ¿Por qué? ¿Por qué la luz del sol parece no querer quedarse con él?

Esa calidez siempre se escapa de sus dedos, y parece que esta vez es definitivo.

...

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