Solo espero que tengan presente el porcentaje compatibilidad que tenían kenma y hinata, y por supuesto los resultados de la intro 👀

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El gran edificio se presenta frente a ellos, por fin había llegado el lunes. Shoyo estaba emocionado por volver a ver a Kenma y Bokuto por su parte demasiado nervioso. Ambos habían llegado juntos gracias a que Bokuto se ofreció para llevarlos en su auto, así que ahora ambos con su gorra negra y gafas observan hacia arriba leyendo ‘Bouncing Ball’.

“Este lugar es gigante” murmura Bokuto antes de volver a escribir en su teléfono “Dice Kuroo que preguntemos por Kaori, su asistente”

“¿Eh? ¿No está él aquí?” Pregunta Shoyo caminando al lado del peliblanco. La puerta se abre ante ellos dejando ver la pretenciosa recepción.

Ambos entran y se dirigen al chico que se encuentra en el mostrador con las instrucciones que Kuroo le dio a Bokuto, mientras que Shoyo observaba porque no tenía el número de Kenma y menos había preguntado sobre su visita. Asumió que Kenma lo recibiría en la entrada, pero supone que un hombre importante como él no podría ir a buscarlo.

El hombre sube con ellos en el ascensor y ninguno de los dos revoltosos dice una palabra sintiéndose fuera de lugar, es decir, han asistido a las reuniones con clubes de fútbol en lugares más ostentosos, pero esto seguía siendo demasiado para ellos.

“¡Hola!”

Shoyo mira a la chica que lo saluda y se recuerda que era la misma que los guió a su mesa en el evento, entrecerrando los ojos divisa el nombre en su gafete. Kaori.

“¡Oh, hola, Kaori!” Saluda Shoyo saliendo del elevador para ir a darle la mano, la chica le sonríe agradecida.

“No esperaba que Ninja Shoyo recordará mi nombre” dice algo sonrojada para luego girarse a ver a Bokuto “Bienvenido, señor Bokuto”

“Hola, señorita Kaori” Bokuto solamente eleva su mano en saludo “Kuroo nos dijo que nos dirías donde está la oficina de él y…”

“Shoyo”

El pelinaranja gira su cabeza al llamado encontrándose la mirada gatuna de Kenma, pero este no lo está viendo a él, sino a sus manos que están sobre las manos de Kaori. La chica y él comparten una mirada antes de separarse avergonzados.

“¡Chico pastel!” habla Bokuto interrumpiendo la imagen de la chica que lleva sus manos a sus mejillas sonrojadas.

Shoyo por su lado solo se ríe pensando en la incomoda situación que puso a la trabajadora con su jefe “Hey, Ken… Kozume” se corrige sonando serio.

“Kaori lleva a Bokuto con Kuroo, y Shoyo sígueme”

La chica asiente repetidas veces antes de llevarse a Bokuto. Kenma ya se había dado la vuelta para caminar hacia el fondo del lugar, Shoyo tardó unos segundos antes de seguirlo sin decir palabra.

Shoyo observa impresionado lo lujoso que se ve el camino hacia la oficina de Kenma, pero le sorprende más que la puerta sea de vidrio pero apenas pueda verse por adentro.

“Esto es tan increíble” murmura Shoyo mirando alrededor una vez que Kenma los hace entrar. En el centro hay un espacioso escritorio, por otro lado un hermoso cómodo sofá que tiene almohadas y sábanas “¡¿Es eso una PS5?!” Shoyo se acerca a la televisión que está frente al sofá pegado a la pared del lado derecho, y confirma que si, justo en el mueble de la TV también hay una PlayStation.

“Um, si, la uso cuando me aburro” explica Kenma sentándose en el sofá.

“¡Este lugar es como una segunda casa!” dice el pelinaranja emocionado “Ya veo porque siempre dices que sigues en la oficina cuando hablamos”

“No suelo jugar mucho cuando me quedo, normalmente tengo papeles que firmar o acordar citas”

“Ya veo” Shoyo se aleja para girarse a ver a Kenma “Eh… y ¿Nada de lo que pasa aquí se ve desde afuera?” pregunta cambiando de tema sin disimulo.

“Nada de nada” confirma Kenma poniéndose cómodo en el sofá “y si alguien viene tienen que tocar”

Shoyo se muerde el labio dudando, mira unos segundos a la puerta antes de acercarse al sofá junto a Kenma quien lo espera pacientemente. Shoyo se sienta a su lado antes de respirar profundo y preguntar:

“¿Podemos jugar un rato?”

“¿Con jugar te refieres a…?”

“La PlayStation” dice Shoyo mostrando el juego que tomó del mueble “Tienes el fifa y desde que mi amigo se fue a Estados Unidos no lo he jugado”

Kenma lo mira con el ceño fruncido debatiendose si decirle algo, pero finalmente suspira.

“No soy muy bueno, pero podemos jugarlo un rato”

Shoyo lo sorprende dándole un corto beso en los labios: “Bien, prometo no ser tan rudo contigo”

“Quizás me gusta eso” añade Kenma una vez Shoyo se aleja a colocar el juego.

[…]

Kaori lo lleva a una oficina que luce tal como una oficina de recursos humanos, es extrañamente cómoda y no hay mucho para explorar. Sin embargo, destaca algo sobre el escritorio y es una fotografía.

De Kuroo y el chico rubio de la fiesta.

Bokuto la sostiene en sus manos sintiendo como su propio corazón se aplasta, ya lo estaba aceptando, pero el recordatorio constante le daba un sentimiento agrio. Le sorprende como nunca antes había experimentado tales sentimientos y quizás su corazón ridículo estaba intensificando algo que no tenía cabeza ni pies, pero no podía evitarlo. Quizás siempre fue un enamoradizo y finalmente esa parte de él despertó.

“Lamento la tardanza” la puerta se abre y Bokuto se sorprende colocando la foto sobre el escritorio tirando el porta lapiceros “tuve una… ¿Qué haces?”

Bokuto levanta sus manos y se gira a ver al pelinegro: “Lo admito estaba curioseando”

Kuroo sonríe al ver el desastre detrás de Bokuto: “Ah, entonces eres un chismoso”

“¡Lo siento, soy curioso!” ambas manos de Bokuto se juntan en busca de perdón.

“No te preocupes, estoy bromeando” dice Kuroo añadiendo una breve risa al final “¿Te llamó la atención la fotografía o lanzar todos mis lapiceros?”

“¿Los lapiceros?” intenta Bokuto queriendo sonar creíble.

“Eres muy malo mintiendo” niega Kuroo con una sonrisa “Sin embargo, yo soy un libro abierto, puedes preguntarme si quieres”

El pelinegro se acerca a su escritorio recogiendo los lapiceros qué volaron al suelo, pronto Bokuto lo imita comenzando a arreglar el desastre que armó.

“¿Él… es tu pareja?” Bokuto ya lo sabe pero ahora escondido debajo del escritorio buscando lapiceros lo hacía sonar genuino con su pregunta.

Kuroo toma unos largos segundos antes de contestar con un suspiro: “Lo era. Ya no está aquí”

“¡¿Murió?!” Bokuto sorprendido levanta la cabeza sin medir el espacio dando un golpe sordo con el escritorio “¡Ouch!”

Kuroo lo mira estupefacto antes de reírse sosteniendo su estómago. Bokuto avergonzado se levanta con los lapiceros en su mano y con la otra acariciándose la cabeza.

“¿Por qué piensas que murió?” pregunta Kuroo calmando su risa.

“¡Lo dices en un tono triste! ¡Además dijiste ‘ya no está aquí’!” se defiende Bokuto dejando los lapiceros en su lugar.

“Me refiero a que ya no está en el país, se fue a otro país permanentemente” explica soltando un suspiro “Ayer se fue, tomó un vuelo temprano con su equipo de trabajo”

“Oh… ¿ahora serán… pareja a distancia?”

“Nop, hemos finalizado nuestra relación”

Bokuto lo mira sorprendido.

Kuroo está soltero. Kuroo está soltero. Kuroo está soltero.

“Lo lamento, hermano”

Este es el universo dándote una oportunidad, Bokuto.

“No te preocupes era algo que veía venir pero no lo aceptaba” Kuroo suspira mirando el único lapicero que recogió del suelo “Cómo sea, seguramente estará en buenas manos con ese compañero suyo”

Bokuto se pregunta si se refiere al chico que le habló en señas para seguir intentándolo,  ¿él ya lo sabía?

“Supongo que debe ser difícil” dice Bokuto empatizando a pesar de la felicidad que emana su otra parte de sus pensamientos.

“Lo es, sí, era alguien muy importante. Nadie podrá llenar ese espacio, es… irreemplazable”

“Oh… supongo que era alguien especial”

La felicidad momentánea se esfuma dejando nuevamente ese sentimiento agrio.

“Sí, lo era”

Bokuto no podría llegar a ser especial para nadie, menos para Kuroo.

Iluso.

[…]

“¡Dijiste que eras pésimo!” se queja Shoyo hundiéndose en el sofá viendo el marcador, había vuelto a perder. Llevan dos partidos y en ambos ha ganado Kenma.

“Dije que no era muy bueno” Kenma lucha contra la sonrisa en sus labios, complacido de ganarle.

“¿Eso es no ser muy bueno?” Shoyo hace un puchero viendo las repeticiones de los goles que había hecho Kenma.

“Anotaste contra mi al menos una vez, significa que no soy tan bueno”

“Tú definitivamente te estás burlando de mí” Shoyo deja de lado su mando de lado para empujar a Kenma contra el sofá.

“Estoy siendo honesto” Kenma se deja caer dejando escapar un suspiro, la sensación de tranquilidad que le da compartir con el pelinaranja es inexplicable “Deberías mejorar tu defensa”

Shoyo se coloca entre sus piernas para quedar sobre él: “Oh, soy demasiado bueno defendiendo en la vida real”

“Um… lo veremos en ese partido tuyo” Kenma lleva sus brazos alrededor del cuello del pelinaranja, relajado.

“Vas a quedar impresionado de lo hábil que soy” presume Shoyo antes de besar la nariz del teñido.

“Los hechos son mejores que las palabras”

“Entonces, te lo demostraré” dice Shoyo con una sonrisa antes de bajar a besarlo, juntando sus labios dulcemente.

Kenma finalmente recibe lo que estaba esperando. No podía creer lo mucho que le encantaba besar a Shoyo considerando el hecho de que no dejaba que ninguno de sus previos amantes lo besaran a menos que él dejase, y con el pelinaranja podía pasar horas besándose.

El beso es diferente a los anteriores que han compartido, Shoyo está vez lo besa lentamente con delicadeza mientras una de su mano acaricia la cadera de Kenma, es reconfortante.

“Oh” el pelinaranja se aleja de repente lo suficiente para poder hablar.

“¿Qué pasa?” pregunta Kenma confundido dejando escapar un suspiro satisfecho.

“Casi lo olvido, ¿por qué me citaste aquí?”

Kenma hace una mueca sabiendo que tendrían que levantarse del sofá.

“Quería hablar sobre esto”

Shoyo lo mira confundido para después darle la mirada más soñadora de todas.

“Oh, entonces hablemos de eso” el pelinaranja se aleja sentándose en el sofá.

Kenma se toma unos segundos acostado para después levantarse del sofá yendo a su escritorio para encontrar lo que iba a presentarle, después de hablar con Kuroo devuelta a casa supo que tenía razón. Independientemente de la persona prefería evitar problemas futuros si en dado caso las cosas no funcionan, por lo que saca las 4 hojas engrapadas. Shoyo lo observa desde su lugar sin saber hacia dónde se dirige la conversación.

“Siéntate ahí” pide Kenma señalando a la silla disponible frente a la suya. Shoyo obedece y se sienta impaciente en la silla con una sonrisa.

“Me alegra que hablemos de esto” empieza el pelinaranja “pensé que quizás era muy rápido pero en verdad quería aclarar esto”

Kenma asiente pasándole las hojas a Shoyo quien detiene sus palabras para observarlas.

“Esto es un contrato” explica Kenma entrelazando sus manos apoyando su mentón en ellas “Uno de confidencialidad, debido a que solamente compartimos beneficios íntimos no quiero que la información se filtre a ningún periódico”

Shoyo lo mira confundido: “¿Solamente compartimos beneficios íntimos?”

“Bueno, me refiero a que dado que nuestra conexión es mayormente sexual pues seria bueno que firmaramos un acuerdo para reservar nuestros perfiles” dice el teñido con la voz plana “Dado que eres futbolista y yo un empresario, no creo que deseemos un escándalo”

Shoyo parpadea bajando la mirada al contrato sabiendo que es lógico lo que explica, pero… algo no se sentía bien en ello. En su mente el destello de la nota en la app sobre Kodzuken lo conecta a los papeles que tiene en la mano.

‘Este usuario busca una cita de una noche’

“Solo para aclarar…” dice finalmente Shoyo encontrando su voz, sorprendentemente sonaba tranquilo “Si firmo esto significa que acepto ser tu amigo con beneficios, ¿es así?”

“Sí, así es”

Shoyo toma una respiración antes de levantarse.

“Voy a pensarlo estos días si no te molesta”

“Espera, ¿qué?” Kenma también se pone de pie confundido “Esto solo es un documento formal, podemos seguir haciendo lo que hacíamos”

“Oh, si lo entiendo” Shoyo suena despreocupado pese al inquietante sentimiento en su pecho “Pero creo que para pensarlo necesito unos días, y apartarme para tener la mente enfocada”

“Shoyo…”

“Nos vemos, Kodzuken”

Esas fueron las últimas palabras de Shoyo antes de literalmente desaparecer de su chat por días.