Capítulo 17: Llamas se encienden y otras se apagan
(Ya se me hizo costumbre actualizar tarde, y todavía no está editado)
Encontrarse con los labios de Hinata sacó un jadeo desde el fondo de su garganta, sus labios presionándose contra los suyos eran más ansiosos de lo que Kenma esperaba. Se suponía que el iba a liderar el beso entre ellos pero el pelinaranja toma la delantera comenzando a mover sus labios contra los suyos. El chico coloca sus manos alrededor de la cintura del teñido firmemente, mientras que las suyas siguen enmarcando el rostro de Hinata. Kenma se da cuenta por la agilidad del chico que probablemente le mintió al decirle que era un novato ¿Cómo se supone que dicho inexperto podía estarle robando el aliento entre besos? ¿Quién estaba guiando a quien?
El ritmo es difícil de seguir para Kenma. Tan pronto como busca separarse para tomar aire, el chico lo toma como una invitación para profundizar el beso, puede sentir su lengua contra la suya y el calor alrededor dentro de Kenma comienza a elevarse. Se siente mareado, sus labios están siendo devorados y… es jodidamente caliente.
“Espera…” dice finalmente Kenma separándose aunque el pelinaranja parece buscarlo para otro beso “Un segundo, necesito oxígeno” su respiración es inestable y puede sentir sus labios hormigueando.
El pelinaranja abre sus ojos y asiente tragando, parece más desorientado que Kenma. Sus manos siguen sin moverse, y ninguno de los dos parece querer retirarse.
“¿Entonces, si te gustan los chicos?” pregunta Kenma nivelando su respiración.
“Oh, sí eso” Hinata ladea su rostro levemente “Mi amigo tenía razón”
Kenma frunce el ceño “¿Sobre qué?”
“Cuando besas a alguien muy caliente, lo descubres” contesta Hinata seriamente, mientras que Kenma lucha con el sonrojo que comienza a construirse en sus mejillas “Creo que sí, me gustan los chicos”
Kenma no sabe que contestar nuevamente, pero parece que Hinata siempre va estar ahí para llenar el espacio porque dice: “¿Podemos seguir besándonos?”
Kenma asiente ahora más relajado.
“Sí”
[…]
“¡Omi! ¡¿En serio no prefieres pedir un taxi?!”
Kiyoomi lo ignora siguiendo su camino como si no hubiese nadie más allí, aún no sabe cómo hizo para salir por el lado equivocado. El lado bueno de la situación era que no se había topado con ningún reportero haciendo preguntas innecesarias, si estuviese de buen humor al menos se habría detenido para decirles que no sean entrometidos. Su idea inicial era tomar un taxi, ya que Bokuto se había quedado en la fiesta, pero cuando escucho a Atsumu seguirlo pensó perderlo caminando. No había sido un buen plan, Atsumu lo siguió igualmente por mucho que intentó adelantarse.
“¡Omi tu casa está demasiado lejos! ¿En serio pretendes que caminemos hasta allá?”
Kiyoomi frunce el ceño irritado sabiendo que Miya tiene razón, era ridículo intentar caminar hasta su casa. Sin embargo, se negaba a darle la razón al estúpido mujeriego que aún lo persigue gritando a media calle como un loco.
“¡¿Puedes decirme al menos por qué estás molesto?!” la voz ahora se escuchaba más cerca, probablemente lo alcanzaría en cualquier momento.
Kiyoomi lo ignora nuevamente, honestamente ni siquiera él sabe por qué está tan molesto. La noche había comenzado muy bien, pero pronto la irritación y el malestar tomaron lugar.
“¡Oh, claro! ¿Por qué siquiera me molesto en preguntar en lo que te sucede estos días? Después de todo ni siquiera eres capaz de ser honesto conmigo” Los pasos ahora se escuchan cerca “Yo pensé que confiabas en mí, ¿muy tonto, no?”
Kiyoomi detiene sus pasos sin entender a qué se refería, pero el tono definitivamente no le gustaba.
“¿De qué hablas?” Kiyoomi se gira a verlo y el rostro de Miya no luce muy feliz, parece incluso más irritado que él.
“¿Finalmente te detienes? ¿Puedes al menos una vez ser honesto conmigo?”
“¿A qué te refieres con ‘al menos una vez’? Siempre soy honesto”
“Oh por Dios” Miya rueda sus ojos exasperado “Quizás eres honesto con los demás, pero a mí no me cuentas nada”
“Sé más específico” pide Kiyoomi escondiendo sus manos en sus bolsillos, realmente hay bastante frío por la noche.
“Hablo de tu vida personal, pensé que al menos éramos amigos” el reproche en sus palabras es tan infantil, todo en Miya es infantil.
“No me preguntas” responde encogiéndose de hombros. Parece que no es la correcta elección porque Miya hace un ruido indignado.
“¡Lo hago todo el tiempo!” el rubio se acerca más “Pero parece que siempre obviaste el hecho de mencionar que tu pareja es un chico. ¡Ni siquiera sabía que eras gay!”
Oh. Así que el problema era ese. ¿Realmente por qué seguía hablándole?
“¿Es eso lo que te molesta? ¿Qué estoy saliendo con un chico? ¿Te molesta que sea gay?” el tono frío sorprende al rubio, pero honestamente Kiyoomi ya tuvo suficiente “Sí, soy gay y no sé como sabes del chico con el que estoy saliendo, pero no es asunto tuyo con quién me relaciono”
“¡Debiste decírmelo!”
“¿Por qué debería? Tienes razón, ni siquiera te considero un amigo para contarte algo tan personal”
No. No quiero decir eso. ¿Qué estoy haciendo?
“¿Qué?” la voz de Miya es apenas un murmuro.
“¿Haces todo un drama por saber que soy gay? Yo no podría ser amigo de alguien así” sus manos se vuelven puños en sus bolsillos “He aguantado tus comentarios fuera de lugar porque eres mi capitán, pero no eres nadie cercano para mí. Te agradecería que me dejes en paz”
“Omi… yo…” la expresión herida de Miya casi le hace querer retractarse, pero prefiere girarse y seguir caminando.
Los pasos que antes le seguían ahora no se escuchan y ser consciente de ello le duele el pecho, pero como siempre ignora el sentimiento.
[…]
Kenma no sabe cuánto tiempo han pasado, pero de alguna manera terminó apoyado en el escritorio, su cabello que estaba antes sostenido por un moño está suelto debido a una de las manos de Hinata que lo retiró, otra lo sostiene firmemente en su espalda baja. Kenma es consciente que no llegarán muy lejos porque Hinata no ha intentado hacer nada más que besarlo.
El momento se acaba cuando escuchan tres golpes en la puerta.
“¿Kenma? Quiero presentarte a alguien, los del personal dijeron que estabas aquí”
Ambos se separan jadeando mirándose sin saber que hacer, Hinata es el primero en alejarse sin mucho cuidado.
“Dame un minuto” Kenma busca su coleta pero parece que el pelinaranja lo tiro en algún lado de la habitación. Con un suspiro resignado toma la corbata y el saco y los deja en la silla del escritorio, Hinata por su parte está congelado sin saber qué hacer.
“Ve a la mesa” le indica Kenma sacándolo de su cabeza.
Hinata asiente y casi corre hacia su lugar en la mesa.
“Pasa” anuncia Kenma después de colocarse a medias la corbata y el saco.
“¿En serio tenias que encerrarte?” dice Kuroo abriendo la puerta “Sabía yo que no dudarías en esconderte”
“En realidad, estaba trabajando” contesta Kenma rodando los ojos.
Kuroo entra a la habitación y se percata de Hinata. El pelinaranja lo saluda con un aspecto tenso, y Kuroo por suerte no cuestiona nada.
“¿Oh? Lo siento” dice Kuroo dirigiéndose a Hinata “Pensé que habían terminado hace tiempo”
“R-recién terminamos” responde Hinata nervioso.
“Me alegro de igual forma que estés aquí” Kuroo mira hacia la puerta “Traje a Kotaro y no quiero que se sienta incómodo. Ven, amigo” el pelinegro hace señas a la puerta y Bokuto aparece con una sonrisa incómoda.
“¡Oh, es el chico pastel!”
Kenma suspira: “En realidad, me llamo Kenma”
“Es nuestro CEO” menciona Kuroo riéndose.
“¡Ops! Lo siento, hola señor CEO” saluda ahora con una sonrisa más genuina “Veo que atrapaste a mi Super Bro”
Kenma se encoge de hombros: “Estaba en tu mesa cuando me lo lleve”
“¿Y de qué querías hablar con él?” pregunta Bokuto.
Hinata que había estado callado bebiendo del vino que había en la mesa comienza a ahogarse. Kenma se pregunta si el pelinaranja es la persona más obvia del planeta.
“Quería proponerle algo sobre la línea” responde Kenma tranquilamente.
“Espera, ¿sobre qué?” pregunta ahora Kuroo frunciendo el ceño “¿Sobre si firmará con el equipo o…?”
“Sobre ser el rostro” aclara Kenma “Me dijiste que te ayudara con eso”
Bokuto mira al techo y casi parece estar agradeciendo.
“Pero… uh, le propuse a Kotaro que lo sea”
Bueno, Kenma no esperaba eso.
“Oh, no hay pro…”
“¡Yo rechacé ser el rostro, en realidad!” interviene Hinata poniéndose de pie, interrumpiendo a Bokuto. Hinata le guiña el ojo creyendo que está ayudando.
“No, en serio, yo…”
“Entonces, podemos seguir el plan con Kotaro” propone Kuroo.
“Estoy bien con eso” acepta Kenma. Después de todo solo había mentido para salir del paso, y sabía que Kuroo escogía correctamente.
De Hinata se encargaría él después.
“¡Felicidades, Bokuto!” dice Hinata emocionado ahora acercándose al chico peliblanco.
“Estoy seguro de que este año será muy bueno para todos” dice Kuroo sonriente.
Al menos así lo esperan todos.
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