Tolerancia
Título: OWACHY
Autora: Clumsykitty
Fandom: MCU Avengers (Post Civil War)
Parejas: Angustioso Stony
Derechos: Marvel se queda con todo como en la pirinola.
Advertencias: historia de terror, no apta para corazoncitos tiernos susceptibles de historias de horror con sustos a la vuelta de la esquina. Basado en la antología de cuentos del maestro Stephen King "Pesadillas y alucinaciones", y la película "Babadook", principalmente. Sobre aviso no hay engaño.
Gracias por leerme.
Tolerancia.
Sorry
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like sorry like sorry
Forgive me
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like forgive me forgive me
Baby can I hold you?, Tracy Chapman.
Nick Fury miraba con atención esas paredes, techos, pisos y muebles que conformaban las habitaciones de los Vengadores. Ese edificio estaba intacto al ajetreo de las Fuerzas Conjuntas en los edificios restantes, cosa que agradecía. Con sus manos tras su espalda y pasos muy pausados, inspeccionaba el sitio como si esos objetos fuesen a decirle cómo demonios había terminado dividida la familia que había conseguido crear. Tan solo había bastado la aparición del Sargento Barnes para que todo se fuese a pique, cortesía de las manipulaciones de Zemo. Ahora tenía a los Vengadores Secretos como los perros de caza de los Defensores, quienes a la luz pública eran quienes se llevaban la gloria de todas las capturas y victorias en contra de los Restauradores. Algo tenía que alabarle a Carol Danvers y era su mente brillante para las estrategias, aunque su violencia, apasionado discurso de nacionalismo como su desprecio por Steve y los suyos le sacaban canas que no tenía, había conseguido intimidar a Los Restauradores.
Pero la situación no podía mantenerse así, menos ahora que la Familia Barton al fin había podido ver –a través de una pantalla pero era algo- a Clint, en un intercambio de reproches, llantos y súplicas que menguaron la fiereza de Ojo de Halcón. Lo mismo sucedía con Scott y su pequeña Cassie. Las voluntades de los Vengadores Secretos iban a comenzar a quebrarse, y a menos que los devolviera a su antigua gloria, algo malo iba a suceder no solo con ellos, sino con esa amenaza terrorista que lentamente iba escalando en agresión. Pero el cerco mantenido alrededor de Tony Stark era impenetrable, Montana no cedía ni un solo milímetro para el diálogo. Más de una vez, Fury se preguntó si el nombre de los Defensores era más bien relacionado al millonario que al bienestar del mundo. Eso también tenía que cambiar. Pero no había tenido oportunidad de conseguir un movimiento adelantado a los planes de Zorro del Cielo sino hasta ese día.
Una nueva misión, con el tiempo suficiente para que él moviera sus propias influencias y pudiera al fin conseguir lo que tanto había estado esperando desde que se uniera a las Fuerzas Conjuntas como su nuevo director y comandante en jefe. Se volvió hacia los pasos de María Hill, que era seguida nada menos que por el Coronel Rhodes como de Anthony Stark. La cara de su agente decía lo muy emocionada como ansiosa que estaba pero se contenía lo suficiente para anunciarle la llegada de ambos hombres, dejándoles solos dentro del complejo, con la luz de un día brillante colándose por las paredes de cristal, iluminando a los tres. Fury se volvió a Rhodey, viendo que andaba a pie aunque usaba un bastón y traía unos soportes finos, lo último que tendría que usar antes de volver a caminar por sus propias piernas. El castaño por su parte, iba en sus acostumbrados jeans con esa playera de Black Sabbath tan característica de él. No pudo evitar mirar ese guantelete negro en su mano izquierda con un zorrito caricaturesco pintado de blanco sobre el dorso.
-Coronel, ¿puedo hablar a solas con Tony?
-Lo que le diga también puedo escucharlo.
-Por favor.
Tony se volvió a su amigo, asintiendo apenas. Rhodey le dedicó una mirada no muy convencido, viendo de vuelta a Fury, a quien amenazó con un dedo.
-Cinco minutos.
El director alzó sus cejas al escucharle, esperando hasta que salió a los jardines antes de dirigirse hacia Stark, quien apretó una sonrisa sin mucho éxito, metiendo sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón, mirando alrededor con pasos acercándose a él.
-Deberían soltar algo de plata para que alguien limpie, hay mucho polvo.
-Tony –comenzó Fury en tono conciliador- Creo que es más que evidente que mi presencia aquí deja claro mi apoyo a tu decisión.
-Pero no estás convencido –replicó el castaño sin verle, atento a los recovecos de las paredes.
-Ambos cometieron errores.
-Sí. Más yo.
-No estoy hablando de la cantidad ni de su impacto, lo que pasó está ya en el pasado, Tony. Hay que seguir adelante.
-Tú quieres que los Vengadores Secretos vuelvan a este complejo –silbó Stark meciéndose sobre sus talones antes de verle- No creo que tengas problemas, Steve y su familia pueden regresar.
-También es tu familia.
-Pero no lo harán los Defensores, salvo T'Challa y porque es T'Challa, digo, es un rey con mucho dinero y Dora Milaje para cortar cabezas...
-Tony...
-Los demás no aceptarán vivir bajo el mismo techo que los Vengadores Secretos.
-Si tú estás aquí, lo harán.
El castaño se quedó quieto, mirándole. Fury hubiera querido decirle lo que sabía, cuanto le preocupaba su estado, esa amenaza de la que aún desconocía sus alcances terrenales, pero hubiera sido también un error de su parte. Aquellos eran terrenos minados sobre los que había que pisar con sumo cuidado.
-No.
-Eres un Vengador.
-Nunca fui nada –murmuró Tony, bajando su vista al suelo- Ya no importa. Está bien.
-Tony...
-Puedo hablar con Montana –aquél se encogió de hombros- Quizá acepte pero tú tendrás que estar aquí también porque es seguro que más de uno perderá dientes en la convivencia.
-Quiero que estés aquí, con ellos.
-No.
-¿Por qué?
Tony negó, desviando su mirada. –No te prometo nada sobre los Defensores, pero puedes traer ya a los Vengadores Secretos. Naciones Unidas no dirá nada, estarán bajo resguardo de las Fuerzas Conjuntas. Así dejaremos de estar haciendo movimientos innecesarios.
-Estoy preocupado por ti.
-Hubieras aparecido en esos momentos entonces –la voz del millonario vaciló- Hubieras hecho algo...
-Lo siento tanto, confié...
-Bueno, también yo lo hice y ese ha sido mi problema, ¿no? –Stark torció su boca, quedándose serio después- Confiar en los demás.
-Tony –Fury le sujetó por los hombros para que le viera- No te quiero encerrado en la Torre Stark como si fueras la jodida Rapunzel. Necesitas a tu familia y aunque no lo parezca, ellos lo son. Todos ellos, por eso los quiero reunir, no porque me interese quedar bien con Naciones Unidas o con el Secretario de Estado. Sino por ti. Solo por ti.
-Tú no sabes lo que pides.
-Crees que Owachy me asustará.
Eso dejó boquiabierto al castaño, quien lentamente fue frunciendo su ceño, alejándose de golpe del coronel, mirándole de arriba abajo.
-¿Q-Quién te dijo?
-Sí tienes un problema, Tony, pero no es el confiar, es callar lo que te sucede. Afortunadamente ya soy demasiado viejo para que me engañes. Deja que los demás te ayuden, deja que los demás te demuestren cuánto les importas, cuán valioso eres para ellos. Sí, van a tumbarse los dientes mutuamente pero cuando llegue el momento de protegerte, olvidarán sus diferencias.
-Yo... -el millonario pasó saliva, mirando al suelo y luego a un lado, sobándose su mentón antes de regresar la vista donde Fury- Yo no...
-Tú sí, con un demonio.
Se quedaron en silencio, con Tony sin saber qué decir o a dónde mirar. Fury tomó aire, adelantándose un par de pasos y abrazarle con fuerza, susurrando en su oído.
-Eres demasiado Stark para que te gane algo así. Alguna vez te dije que me preocupaba por ti y era en serio, déjame probártelo.
-Okay –apenas si pudo hablar el castaño- Okay...
-Vamos a estar bien, es una promesa que te voy a cumplir, no necesito ser un maldito guardián peludo para hacerlo.
Eso hizo reír de forma quebrada a Tony, cuyos brazos se levantaron para devolverle el apretón a Fury, cerrando sus ojos hasta que escucharon la voz de Rhodey llamándoles. El millonario se separó, asintiendo en silencio para el director antes de alejarse de él, caminando alegremente hacia su amigo, despidiéndose con un adiós de su mano igual que su celoso guardaespaldas. María Hill volvió a entrar, con una expresión curiosa y una tableta en mano. Fury asintió, sonriendo satisfecho. Cuando todos regresaran de la última misión, escucharían un mensaje de Everett Ross diciéndoles sobre la aprobación para que los Vengadores Secretos retornaran al complejo, bajo la vigilancia de las Fuerzas Conjuntas, con la invitación para que los Defensores, quienes habían estado viviendo en la Torre Stark, también se unieran, como encargados del orden y la disciplina del primer grupo. Peter silbó entre risas, alzando sus cejas mientras miraba a Montana como a Carol por turnos.
-¿Eso fue en serio?
-¿Qué fue lo que te dije, Marcus? –gruñó el Marshal.
-Montana –le calmó el castaño, alzando sus manos en son de paz- Marcus no hizo nada malo, Fury habló conmigo y antes de que te esponjes, no pasó nada. Solamente... hablamos de eso.
-¿De estar con ésos?
-Es lo mismo que pregunté –se unió Rhodey, cruzándose de brazos.
-Oigan, no me miren como si fuese un conspirador traicionero.
-No, solamente eres un Patito muy mal portado.
-Pues yo digo que está bien –habló de pronto Peter, enrojeciendo cuando todas las miradas cayeron en él- Es decir... um... bueno...
-Habla ya –ordenó Carol.
-Sí, Capitana –el chico tomó aire un par de veces- Bueno, digo que está bien porque así seremos un equipo más grande... y esos Restauradores están siendo de miedo, ósea, los últimos parecían salidos de la película de Hellraiser. ¿Sí la han visto, cierto?.... okay, no.... Bueno, eran feos, muy fuertes y demasiado extraños para ser humanos. Creo que quien los dirige está apostando a que sigamos divididos, si somos un solo grupo tendrá problemas... eso es por una parte, por la otra... pues... pues... -se rascó su cabeza- se trata de Owachy... no tendrá tanta oportunidad... si todos estamos... es que lo que pasó...
Tony se quedó pensativo. El episodio que hablaba Peter no tenía mucho que había sucedido, justo antes de que apareciera esa última misión contra Los Restauradores. Tanto el adolescente como él habían estado hablando hasta tarde en el taller, cuando el millonario se dio cuenta de la hora y envió a dormir a Peter, con él también dirigiéndose a su recámara donde se preparó para descansar. La charla había sido sobre aquel campo electromagnético que estaban ya probando con algunas modificaciones pero aún no lo estabilizaban. Tales ideas no dejaron dormir al chico y prácticamente le saltó encima a Stark cuando entró a su habitación todavía con la energía suficiente para debatir sobre algunas ecuaciones que le robaban el sueño. Estaban muy ensimismados debatiendo los cálculos cuando el castaño se quedó mortalmente callado al percibir una sombra comenzar a ganar terreno desde una esquina frente a su cama hacia el techo.
Owachy ya había hecho gala de presencia en la torre, rompiendo objetos pertenecientes a los demás o moviéndolos de su lugar. Eran sus primeras amenazas para alejarlos de Tony. Era cuestión de tiempo para que realmente apareciera y fue en aquellos momentos cuando vio esa oscuridad tomar posesión de su recámara. El sentido arácnido de Peter se disparó con fuerza, casi a punto de hacerle gritar por la sensación que experimentó, a nada de volverse hacia esas sombras cuando el millonario le sujetó, estampándole contra su pecho y ordenándole no mirarle, porque de verle jamás iba a deshacerse de Owachy. Si ambos permanecían en calma era probable que se marchara aunque Tony ya temblaba de pies a cabeza al sentir el tirón de miedo que su depredador causaba. Peter, motivado por quien sabe qué razones, entonces cambió de actitud, en lugar de seguir atemorizado, una furia nació en su interior igual que la determinación de ahuyentar al espectro, deshaciéndose del agarre que el castaño tenía sobre él para volverse y disparar uno de sus cartuchos con una telaraña brillante y electrificada.
Con un quejido mezclado con un aullido airado, Owachy desapareció antes de completar su forma, devolviendo la luz y la tranquilidad a la recámara de Tony, quien estaba boquiabierto sin dar crédito a lo que había sucedido. Peter le dijo entonces que no iba a perder a nadie más en su vida, y que Owachy se podía ir por la cañería de su parte. Todo eso había sucedido en menos de un minuto, tanto Visión como Montana ya estaban ahí para cuando el mocoso había ahuyentado al monstruo. Entonces Carol, al día siguiente que comentaron aquello en el desayuno, confirmó las palabras de Rhodey sobre la debilidad de Owachy, que era nada menos que la fortaleza mental sustentada en un sentimiento más que poderoso. Peter quería tanto a Tony que su miedo se transmutó en valentía por el deseo de protegerle, claro, olvidando que no es tan fácil pero al menos había asentado la posibilidad de restringir aún más esa bestia oscura con algo que no necesitaba tecnología o hechizos.
Estando ellos, ese grupo formado por Montana en la torre, Owachy no era tan fuerte, ahora Peter sugería que si se les unían los Vengadores Secretos, aquel cerco podía crecer. Una apuesta arriesgada porque obviamente había factores y variables que estaban fuera de su alcance. Claro que sonaba muy tentador, porque Tony sentía la nostalgia por ese viejo equipo aunque los resentimientos aún le tenían con heridas que no terminaban de sanar. Nómbrese Steve Rogers. Nómbrese James Buchanan Barnes. Siberia. O todo mejoraba o todo iría a pique. Levantó su mirada hacia su protector, quien estaba con una cara de disgusto que apenas si podía con ella. Por eso lo adoraba tanto. Marcus, siendo un amo de la planeación como lo era, sugirió algunas medidas y reglas que asentar de unir a los Defensores y a los Vengadores en aquel complejo.
-T'Challa tendrá que estar también, puesto que la emergencia de Los Restauradores nos obliga a una dedicación de tiempo completo. Yo también estaré ahí como observador oficial y representante de los intereses de Industrias Stark.
-Será mucha gente –observó Rhodey.
-Al fin se ocupará toda la vajilla –quiso bromear Tony, mirando a su mortalmente serio Zorro del Cielo- Haremos lo que tú digas, Montana.
María Hill revisó su reloj por última vez antes de entrar al complejo residencial para avisar a Nick Fury de la llegada del convoy que traía consigo a los Vengadores Secretos, todos en vehículos blindados que no dejaban ver a sus pasajeros, dejándoles a las puertas de cristal de su edificio donde esperaba no sólo el director de las Fuerzas Conjuntas, también Everett Ross y una sonriente aunque preocupada Sharon Carter. Todos bajaron escoltados por soldados, caminando hacia donde el coronel les llamó con sus manos detrás de su espalda y una mirada firme. Los rostros de los Vengadores Secretos decían mucho de lo asombrados como desconcertados que estaban de verle ahí, formando una fila frente al hombre quien se volvió al comisionado Ross. Éste les tendió a cada uno una tableta donde se veía un documento desplegado a leer.
-Les ahorraré minutos preciosos –así les saludó Fury- Es una cláusula que les permite vivir en estas instalaciones bajo libertad condicional con observación de miembros del comité de vigilancia de Naciones Unidas como de las Fuerzas Conjuntas aquí representadas por nosotros. No son ni los Acuerdos ni la Resolución de Sokovia. Solamente es un mero trámite para mantener contentas a las cabezas que apoyan esta decisión. No quiero escuchar quejas sobre si tengo o no razón, no están aquí para una tertulia sobre política y relaciones exteriores internacionales, están para defender al mundo sin ofenderlo en el camino.
-También te extrañamos –musitó Steve, arqueando una ceja.
-Solo coloquen su mano derecha sobre la pantalla.
El grupo intercambió miradas antes de obedecerle, no muy seguros, salvo Clint y Scott quienes prácticamente de inmediato lo hicieron. La necesidad de ver a sus familias se hacía más imperante que mantener la rencilla sobre la primera razón que les hizo dividirse. Fury asintió al verles aceptar sin mayores peros, con Sharon Carter recogiendo las tabletas con un gracias de su parte, ampliando su sonrisa a Steve quien le correspondió de manera más discreta. María Hill dio una orden, apareciendo un convoy de autos lujosos que los Vengadores Secretos conocían de sobra. Pertenecían al rey de Wakanda quien bajó acompañado de sus Dora Milaje, mismas que se colocaron como sincronizadas detrás de cada Vengador ante la mirada extrañada de éstos. T'Challa se acomodó su traje antes de hablarles.
-Mis amigos, no deben temer, esto solamente es un gesto de diplomacia necesario, mi protección no hará nada a menos que yo lo ordene, pero sé que ustedes se comportarán.
-¿Comportar? –Natasha arqueó una ceja mirando a Fury.
-Los Defensores vienen en camino –fue la respuesta del coronel.
T'Challa miró a Hill quien volvió a dar una orden por su comunicador. Esta vez no hubo convoy, lo único que pudieron escucharon todos fueron las risas que iban ganando volumen conforme se acercaban. Steve miró a Fury, luego a Sam, luego a Natasha antes de volver su vista con ojos bien abiertos hacia la entrada. Reconoció las voces, era Visión charlando con James Rhodes y Peter Parker, les bromeaba si no le fallaba la memoria, Marcus Phoenix. También oyó un par de voces más que por las reacciones de los demás tenían que ser los dos captores de sus amigos, la Capitana Marvel y el Marshal Montana. De pronto la voz de éste fue más dominante, diciendo algo en su lengua nativa sioux que hizo carcajear a Peter justo cuando estuvieron al alcance de su vista.
El Capitán América apretó sus puños ante la vista de Tony, con un brazo grueso enfundado en una chaqueta con barbas de cuero que le protegía cual niño pequeño, pegándole al costado y pecho de aquel alto y fornido nativo, cuya mirada penetrante tenía un aire misterioso como su sonrisa descarada, jugando unos segundos con los cabellos castaños del millonario antes de levantar su vista hacia ellos, quedándose serio al instante pero sin disminuir el ritmo de sus pasos. Los demás lo imitaron como si estuvieran sincronizados, entrando tranquilos y formando una línea frente a los Vengadores Secretos, mirándoles brevemente antes de dirigirse hacia T'Challa quien asintió, viendo a su vez a Fury para que hiciera las debidas presentaciones formales que Rogers ni escuchó.
Tenía la vista clavada en el castaño, como esperando a que levantara su vista del suelo o del collar de Montana, tan solo un breve instante para mirarse mutuamente. Otro brazo bloqueó su visión al rodear por completo al genio. El rubio frunció su ceño, levantando sus ojos hacia el Marshal cuya expresión le prometió algo más allá del dolor y que él desafió más por naturaleza que por sensatez. Hubo un silencio, el director de las Fuerzas Conjuntas había terminado su discurso y había preguntado algo que Steve no escuchó, teniendo que arrancar su vista de aquel para al volverse a Fury, quien arqueó sus cejas con una mano señalando a todos por igual.
-¿Tiene algo que agregar, Capitán Rogers?
-No.
-De ser así, entonces podemos hablar de la otra cuestión –el rey de Wakanda miró a Marcus.
Éste asintió, con sus ojos en Tony quien levantó su vista hacia él, dando un sí con la cabeza en silencio pero sin soltar a Montana quien casi le estampó contra él.
-Vengadores Secretos –comenzó el CEO- Conocen este edificio, así que solamente haré unas aclaraciones. Tienen todas las comodidades propias de este complejo como sus accesos, únicamente dejarán intacta el ala oeste, está estrictamente prohibido acercarse a ella de la misma forma que tienen tajantemente prohibido dirigirle una sola palabra a Tony Stark. De desobedecer, están aceptando a ser reprendidos bajo los términos y condiciones que dicte la Capitana Danvers.
-Pero... -la Viuda Negra frunció su ceño, mirando a Fury.
-Esto no es ni discutible ni modificable –cortó Marcus- Tendrán todos los lujos y más, no les hará falta pisar el ala oeste. De mi parte, sería todo. ¿Marshal?
Montana miró a cada Vengador Secreto con ojos entrecerrados antes de hablar.
-Sucederán cosas sin explicación, verán cosas que no tienen sentido, experimentarán cosas que pueden asustarles. Si consideran que es demasiado para ustedes, tienen la libertad de expresarlo, si encuentran que los eventos futuros no son de su incumbencia ni tampoco hay necesidad de padecerlos, los Defensores regresaremos a la Torre Stark para dejarles tranquilos.
Todos se quedaron boquiabiertos, confundidos, y aún más preocupados ante el comportamiento del Marshal sobre Tony quien no les había dirigido palabra alguna ni la mirada en todo el tiempo que llevaban ahí. El capitán se adelantó un paso dispuesto a preguntar sobre la naturaleza de tal explicación cuando Danvers le cortó la intención, hablando antes con voz firme, ordenando a todos, Vengadores Secretos como Defensores que se reunieran en el gimnasio avanzado de entrenamiento pues debían coordinarse para las futuras misiones y ella quería probarles como verles peleando junto a ellos, llamando a Viernes para que preparara todo. Sam miró a Steve de inmediato con una mirada que lo decía todo para su amigo pero una vez más, Carol fue más rápida.
-Sí, yo seré quien mande y dé las órdenes, dado que el juicio de los Vengadores Secretos es subjetivo, no otorgaré semejante responsabilidad a quien ya demostró que puede romper a su equipo. Andando, que el tiempo es precioso contra Los Restauradores.
-Sí, Capitana –respondió Visión y Peter.
-Tones, vamos –llamó Rhodey, tendiéndole su brazo.
Fue hasta entonces que el millonario se despegó de Montana quien besó sus cabellos murmurándole algo antes de soltarle, siguiéndole con la mirada por el pasillo en que ambos se perdieron. Rogers juntó sus cejas, con la frustración a flor de piel y miles de preguntas pendientes. El resto de su equipo estaba en condiciones similares, contemplando como aquellos Defensores se dirigían a ellos como si fuesen unos completos extraños, aún aquellos que les conocían, viendo partir a un Tony Stark al que poco o nada habían podido examinar del brazo de un muy distante Coronel Rhodes usando bastón. T'Challa miró a Fury, quien solo negó apenas, dándole a entender que así tenían que comenzar, dejando que Carol tomara las riendas del asunto con unos héroes buscando paz en medio del caos.
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