Equipo

Título: OWACHY

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU Avengers (Post Civil War)

Parejas: Angustioso Stony

Derechos: Marvel se queda con todo como en la pirinola.

Advertencias: historia de terror, no apta para corazoncitos tiernos susceptibles de historias de horror con sustos a la vuelta de la esquina. Basado en la antología de cuentos del maestro Stephen King "Pesadillas y alucinaciones", y la película "Babadook", principalmente. Sobre aviso no hay engaño.

Gracias por leerme.



Equipo.

Si te cuentan que caí, sí.
Besa al vuelo mi herida de paloma
Que beso amando tu perfil
Y en tu abrazo deriva mi persona
¿Dónde perdí el corazón?
Vive en tus ojos buscando calor

Si te cuentan que caí, Miguel Bosé.


-"Misión: completada."

Fury asintió al escuchar la voz de Viernes, conteniendo una sonrisa, mirando sus pantallas al lado de Tony Stark quien manipulaba sus propios monitores, recibiendo los datos que recién había recolectado la Viuda Negra durante su asalto a una de las bases de Los Restauradores en el sur de Francia. Era una mañana soleada con la brisa del mediterráneo soplando sobre aquella pradera aparentemente apacible pero que escondía bajo sus campiñas una base subterránea que habían neutralizado con prácticamente unos cuantos raspones. De las mejores misiones en contra de aquellos terroristas que pudieran contar como altamente exitosa luego de un tiempo "muerto" donde no había ocurrido nada ni en el complejo ni con aquella amenaza. María Hill avisó a todo el grupo que enviarían el Quinjet, dando la posición donde se ubicaría la nave para que todos los equipos dispersos fuesen al punto de reunión.

-Iré en el Quinjet –dijo de pronto el millonario, tomando un par de tabletas consigo- Hay que actualizar ya los mandos de la nave, tengo que hacerlo de forma manual.

-No estrelles el transporte.

-Tienes un humor muy peculiar el día de hoy, director de las Fuerzas Conjuntas.

-Vete ya, no los dejes esperando.

Con Viernes controlando el Quinjet, el castaño se dedicó a hacer los últimos cálculos necesarios para implementar los nuevos códigos que ayudarían a la precisión de los motores en situaciones extremas y los radares que había mejorado. Los Nuevos Vengadores –título temporal- estaban obteniendo un control satisfactorio sobre Los Restauradores al grado de adelantarse a sus movimientos, comenzando a ubicar ya sus guaridas secretas aunque aquella principal seguía sin aparecer, más Stark consideraba que era cuestión de tiempo para que la descubrieran. Por el momento, con el trabajo de Marcus Phoenix y T'Challa con el comité de vigilancia, estaban dando vuelta lentamente a los Acuerdos de Sokovia, controlando la influencia del Secretario de Estado sobre las decisiones de las Fuerzas Conjuntas.

Si bien el millonario todavía no convivía con todos, estaban dando pasos de bebé con ello, siempre bajo la batuta de Montana cuya pasión por mermar las voluntades de los héroes ya era todo un deporte al que pocos eran inmunes, igual como sucedía con la personalidad demandante de Carol. Algo tenían que sufrir, le había dicho Rhodey en broma. Lo que no podía negar de todo aquello, era la disminución de los eventos sobrenaturales en el complejo de los Vengadores. Había días en que nada pasaba, como si fuese un día completamente normal, cosa que agradecía Tony de sobremanera. Estaba agradecido de esos días, como otras cosas. El Quinjet aterrizó suavemente sobre la pradera francesa con el anuncio de Viernes de tener listos los controles para la actualización.

-Okay, Fury, ¿me escuchas?

-Fuerte y claro, Tony.

-Haré un recalibración, así que dejarán de recibir señal del Quinjet máximo cinco minutos mientras se carga el nuevo sistema.

-Los demás tienen la posición de la nave –habló Hill.

-Bien, entonces hablamos en cinco minutos –el castaño sacó una tarjeta transparente- Te veo en unos momentos, Viernes.

-"Así será, Jefe."

El Quinjet perdió toda energía, quedando en penumbras con solamente la tarjeta que Stark insertó parpadeando con una luz rojiza. Abrió unos paneles laterales de donde extrajo tarjetas que empezó a revisar como a cambiar de sitio mientras se hacía aquella actualización, mirando su reloj al haber puesto un cronómetro para hacerle saber cuando hubieran transcurrido esos cinco minutos obligatorios. Contrario a tiempos pasados, el millonario no tuvo problemas quedándose a solas en un ambiente así. Todo un logro como lo decía su inusual guardián y protector, quien seguramente se acercaba a toda prisa al Quinjet si le conocía tan bien. Así que no le fue extraño escuchar unos pasos apresurados fuera de la nave cuya compuerta estaba abierta. Tony pensó en algún saludo que hacerle a Montana, limpiándose sus manos con una franela al volverse.

-Steve...

De todos sus antiguos camaradas, era con el Capitán América con quien no había vuelto a hablar desde aquella reunión en la sala. Tal vez con Clint había intercambiado una que otra palabra, sobre todo porque Barton le había agradecido el cuidado a su familia. Cosa parecida había sucedido con Scott Lang. Natasha era más cercana a él, todavía no hablaba cómodamente con Wanda más ya no había hostilidad entre ellos. Sam era un rostro familiar cuando estaba con Rhodey, esos dos soldados estaban haciendo migas de nuevo. Pero Steve Rogers... ése era un asunto completamente diferente. Stark no supo qué hacer o decir en esos momentos, confundido de que el rubio hubiese llegado primero de todos cuando tenía la idea que estaba lejos del punto de reunión, ignorando que el capitán se había adelantado al perder la señal del Quinjet cuando se hizo el reseteo, preocupado de que algo hubiera sucedido.

-Tony... creí... que la nave había caído.

-... no.

-Eso veo.

El guantelete no se accionaba pero el castaño estaba muy seguro de que pronto iba a suceder, sentía su corazón agitado, quizá no tanto como hubiera imaginado. Solos, dentro de la nave, con el aroma del mediterráneo colándose dentro del Quinjet. Steve abrió de nuevo sus labios queriendo decir algo pero ninguna palabra salió de ellos, juntando sus cejas al ver la negativa de Tony para verle a la cara, prefiriendo mantener su vista ocupada en un asiento o en la franela cada vez más arrugada entre sus dedos. Una sola palabra erróneamente dicha y ese momento tan fortuito se iba a perder. Si se acercaba sería la peor de las estrategias, pero anhelaba tanto consolar a quien había herido tanto, la real víctima de sus decisiones. No pudo hacer nada más que estar ahí, a pocos metros del otro, con la mirada en ese guante negro con un zorrito pintado, los gestos nerviosos, la mirada vacilante.

-Estás herido.

-¿Eh?

-La herida... se ve...

Steve bajó su mirada hacia su brazo izquierdo, a la altura del codo tenía un corte no profundo pero que sangraba. -Uno de Los Restauradores, tenía garras retráctiles.

-Hay que atenderla, pueden contagiarte de sus virus o con su ADN.

El Capitán América le miró asombrado al escucharle y verle buscar el botiquín médico del cual extrajo una venda con materiales de curación. ¿Tony estaba dispuesto a...? Recordó las instrucciones de Natasha sobre no perturbar sus comportamientos. La mente del millonario estaba frágil, desorientada por la mordida de Owachy. Si bien la mayor parte del tiempo se mantenía coherente y enfocado, una que otra vez podía hacer cosas sin sentido. Para el rubio, ese gesto de ayuda fue uno de esos episodios pero que estuvo agradecido internamente de que hubiera sucedido, quedándose muy quieto para no alterar la decisión de Stark, quien se acercó tranquilamente aunque sin verle, diciendo algo sobre desinfectar su herida y asegurarse de que no hubiera rastro alguno de contaminación biológica que alterara su suero. Cálculos y cifras en oraciones por demás conocidas para Rogers.

Sonrió casi al punto de las lágrimas, tenía al castaño a centímetros de sí, atareado limpiando su antebrazo, tomando muestras médicas que llevar a Helen Cho, tomando los vendajes para cubrir la herida con seguridad, como si ya lo hubiera hecho varias veces –cosa que era cierta- sin una pizca de temor o contrariedad que su presencia generalmente provocaba en Tony. Una vez más, deseó con todas sus fuerzas poder viajar al pasado y cambiar lo sucedido en Siberia, tan solo unas cuantas palabras en lugar de otras, acciones menos violentas, decisiones más acertadas. Anheló tanto decirle cuanto le dolía sostener el escudo con el que había destruido su vida y permitido a ese monstruo de la oscuridad apoderarse de él, que ahora lo usaba en su nombre. Palabras que permanecieron en la mente de Steve para una ocasión más propicia, oraba por ello.

-Mucho mejor.

-Gracias, Tony –murmuró, viendo su brazo- Hace tiempo que nadie me atendía tan candorosamente, me siento todo un dandi con tan tiernas atenciones.

Fue magia, fue la casualidad, destino o mero accidente, el capitán no lo supo decir al momento de darse cuenta que había hablado como en aquellos viejos tiempos con los modismos e incluso su acento irlandés de Brooklyn, pero eso hizo el cambio. El castaño levantó su mirada hacia él, primero extrañado, confundido de no entender muy bien lo que estaba diciendo, aparentemente desubicado pero sin el dejo de rechazo con el que le había visto. Ver esos ojos avellana tener por breves segundos una chispa cargada de algo que hizo a su corazón dar un vuelco y a su estómago sentirle como si se torciera por sí solo, dándole el valor para sonreír apenas lo suficiente, arqueando una ceja para continuar con aquel pequeño y fugaz juego.

-Tienes un toque sutil, quien diría que Tony Stark es una cosita tierna que sabe cómo darle chispa primorosa a las cosas.

Un ligero sonrojo se asomó al rostro del millonario, sin despegar su vista de él, abriendo más sus ojos con un débil intento de querer replicar pero sin encontrar la debida respuesta, obviamente al desconocer esa clase de juegos. Su mayor conquista fue la breve pero inocente sonrisa que apareció en el rostro siempre pensativo de Stark, tosiendo después con sus manos tratando de llenar el vacío que sus labios habían dejado. No lamentó cuando todas las luces del Quinjet volvieron a la normalidad, con la voz de Viernes hablando sobre la actualización completada, rompiendo con el encanto del momento. Aún podían arreglar las cosas, ahora se daba cuenta. Y también de cómo podía lograrlo. Otros pasos llegaron a ellos, era Natasha en compañía de Clint que hablaban entre sí sobre sus nuevas armas. Tony se alejó al acto, volviendo al panel de control para cerrar los tableros abiertos y el rubio buscando donde sentarse. Ambos espías les observaron unos segundos sin llegar a mucho porque otra presencia entró.

-Montana –el castaño fue a él, ya sin mirar al capitán- Lo hicieron bien.

Zorro del Cielo le dedicó una mirada a Rogers, llevándose consigo a su protegido a quien observó con cejas levantadas como buscando algún signo preocupante sin hallar nada.

-¿Por qué estás aquí?

-Tenía que ajustar manualmente los controles para la actualización.

-Hm.

-¿La Capitana Danvers?

-Ya vienen los demás.

-Qué bueno porque hay una sorpresa –anunció Tony.

-¿Además del nuevo sistema del Quinjet? –preguntó la rusa.

-Algo mejor. Les gustará –aseguró el castaño.

Cuando todos estuvieron dentro de la nave, alcanzaron el Helitransporte que ya iba en camino hacia el océano Atlántico. La sorpresa que les tenía preparada Nicholas Fury era nada menos que una figura perdida hace años de su vista, pero querida por todos. Phillip Coulson. Los Vengadores no escondieron su júbilo al verle, llenándole de abrazos apretados, palmadas sonoras en su espalda y una que otra broma mientras le rodeaban, no creyendo que el antiguo jefe de SHIELD estuviera vivo y coleando, pero era así, luego de pasar un tiempo recuperándose, armar de nuevo a sus agentes para seguir protegiendo al mundo, Fury le había buscado para traerle a las Fuerzas Conjuntas junto con el equipo que estuviera con él en la antigua organización y que haría su labor en contra de Los Restauradores mucho más sencilla.

-Están contentos –observó Tony al lado de Montana, a distancia discreta del grupo.

-Es una persona en quien pueden confiar.

-Les hará bien.

-¿Quién vendó el brazo del Capitán América?

-Montana...

-Deberías ir –T'Challa habló detrás de ellos- El Señor Coulson debe extrañarte.

El millonario observó al grupo, sus rostros alegres, interrogando, alabando, bromeando al recién llegado. Bajó su mirada, negando.

-Solo interrumpiría su reunión.

-¿Marshal? ¿No comparte mi opinión?

-No tengo opinión al respecto, Su Majestad. Lo que mi Patito quiera es lo que yo hago.

-¿Tony? ¿Por qué no pruebas a acercarte?

Éste se giró para ver a Pantera Negra, luego de nuevo a los Vengadores y por último a Montana quien no despegaba su vista de él. Negó una vez más, dando media vuelta seguido por el Marshal con quien salió de la mano, dejando la reunión atrás, igual que la fiesta de bienvenida que organizara para Phillip Coulson en el complejo de los Vengadores, una vez ahí. Prometió a Rhodey estar en el festejo pero no hubo deseo de presentarse, prefiriendo que todos ellos disfrutaran de la velada, dando una caminata por los jardines que rodeaban el salón lleno de música discreta, risas y baile en honor al ex jefe de SHIELD. Montana siempre cerca de él, abrazándole para tenerle pegado a su costado sin hacer preguntas, admirando el cielo nocturno que les había recibido y se mostraba despejado, con un manto de estrellas brillantes de varios colores.

-¿Piensas que debería estar ahí dentro? –quiso saber Tony.

-Pienso que deberías dejar de pensar por mí o por los demás.

-Dime, Montana.

-Lo que acordamos sigue vigente.

-Es mejor así –comentó el castaño- Es mejor.

-¿Por qué ayudaste a Steve?

-... no lo sé.

Montana le miró con ojos entrecerrados antes de rodar sus ojos, tirando del millonario para llevarle a una de las bancas exteriores donde tomaron asiento a lo largo, el guardián estirando su cuerpo en todo el asiento y Stark recostado de espaldas a él, mirando al cielo estrellado en un nuevo silencio.

-¿Pedirás un deseo a una estrella fugaz? –bromeó el Marshal con sus brazos rodeándole.

-La luz de las estrellas que vemos son estrellas que ya han muerto. Es ilógico pedirle algo a lo que ya no está.

-Pero que importante admirar su luz entonces.

-¿Ah, sí?

-Claro –Montana besó su sien, mirando el cielo- Es el testamento dejado a través del tiempo y del espacio para decirte que ni la muerte puede destruir la luz de la esperanza.

Peter sería el primero en interrogarle al día siguiente por haber estado ausente en la fiesta de Coulson, casi reprochándole que no les acompañara. Luego fue Rhodey, Visión y enseguida el propio Phillip quien ya enterado de la situación le confirmó su apoyo siempre y cuando "dejara de ser tan idiota", lo que hizo sonreír a Stark, dándole su palabra que en una siguiente e importante celebración estaría con ellos. Después se quejó Natasha cuando estuvo a solas con ella, escuchando su reprimenda cual madre decepcionada. El millonario solamente rodó sus ojos cuando lo hizo Wilson, preguntándose si cada Vengador iba a darle un sermón por una simple falta, aunque sentía cierto cosquilleo agradable de pensarlo. Los entrenamientos con Carol eran casi exhaustivos para algunos como el joven Parker pero necesarios, casi no peleaban ya, lo cual era un logro de equipo. Solamente necesitaban limar esas asperezas pendientes, unas más rasposas que otras para su gusto, más ahora con todo el viejo equipo reunido sería más sencillo.

Ya no había vuelto a toparse con el capitán desde lo del Quinjet, temía, que se debía en buena parte a Montana y su sobreprotección. Se veían en compañía de otros, como cuando escuchaban de las pesquisas que Marcus estaba llevando a cabo con los resultados que Helen Cho había encontrado de los cuerpos y tecnología que usaban Los Restauradores. O cuando estaba presente al revisar los nuevos gadgets que había creado para alguno del equipo. También cuando estaban reunidos descansando en la sala comunal, cada quien escuchando su propia música o alguna en particular como esas selecciones tropicales de Peter que provocaban en Rhodey unas expresiones que divertían a Tony. Esa tarde en que acabaron todos ahí, en la enorme sala, Montana pidió una melodía a Viernes, llamando al millonario quien abrió sus ojos, negando de inmediato.

-Ah, Patito, nada de pucheritos, te toca bailar conmigo.

-Montana... –no era que no le gustara hacerlo, solamente que siempre lo habían hecho a solas, si acaso, con Peter de testigo únicamente.

-No me levantes ese pico, ven acá o voy por ti.

Sintiendo las curiosas miradas de Natasha y los demás –particularmente la de Rogers-, se levantó tomando aire y preguntándose qué pretendía ahora su protector con semejante espectáculo. Ya los Vengadores le habían visto bailar en galas o en misiones, así que no era nada nuevo que lo hiciera en esos precisos y bizarros momentos. No entendía el punto de aquello. Pero Montana estaba sonriente como el zorro que era por alguna misteriosa razón, canturreando el coro de la melodía que Viernes dejaba sonar en la sala.


I believe in miracles
Where you from, you sexy thing?
Sexy thing, you
I believe in miracles
Since you came along, you sexy thing


-Montana...

-Nada.

Con toda seguridad sus colegas no sabían de las excelentes habilidades dancísticas de Montana, que en buena parte le habían valido ese mote de Zorro del Cielo, entre otras cosas más serias y menos banales como andar moviendo las caderas, obligándole a él a imitarle, atrapado entre sus brazos escuchando cantarle al oído con una risa coqueta. Detalle uno, su alto protector no traía nada puesto en su torso más que su hermoso collar nativo sobreviviente a generaciones de chamanes sioux, con unos pantalones de mezclilla negra y botas, cabellos sueltos. Detalle dos, estaban prácticamente frente los Vengadores, dándoles todo un espectáculo al que seguramente estaban acostumbrados, pero sintió algo extraño, una mirada de ojos azules que pareció en esos momentos más a un mortífero taladro que otra cosa. Steve estaba peligrosamente serio y Tony se preguntó si de nuevo le molestaba esos desplantes de Montana, una parte muy difusa de su inconsciente le susurró que era otra cosa.

-Montana...

-Baila, baila, baila.

No tuvo más remedio, porque cuando su guardián ordenaba algo había que obedecerle, terminando entre los aplausos fervorosos de Peter, unos discretos de un curioso Visión y otros más de corte burlón de parte de Rhodey. Iba a volver a su rincón pero Montana le sujetó de vuelta por su cintura, casi estrellándole por la fuerza con la que le devolvió a él. Un baile había sido suficiente y el castaño no se sintió muy cómodo con un segundo espectáculo, pidiéndole al Marshal que le soltara, escuchando una segunda negativa. Steve observaba más que atento aquella escena, viendo a Tony tratar de zafarse de esos insistentes brazos, tamborileando sus dedos contra el brazo del sillón donde estaba sentado cada vez con más insistencia hasta que escuchó al millonario susurrar un no discreto que le hizo ponerse de pie como empujado por un resorte, dando un par de pasos hacia ellos.

-Te ha dicho que no, déjalo ya en paz.

Peter abrió como platos sus ojos, su boca imitando el gesto, pasando su mirada de Visión quien estaba igualmente atento, a Rhodey quien levantó un dedo indicando que no intervinieran por la tensión que volvió a aparecer, aunque era entre aquellos dos con Stark de por medio, igualmente boquiabierto ante la audacia del capitán de enfrentarse así a Montana, cuando había dejado clara su amenaza de que no se acercara así a ellos. Wanda fue quien les llamó entre mímicas para que todos salieran porque sin duda, habría una pelea. Zorro del Cielo entrecerró sus ojos sin soltar al castaño, barriendo con su mirada a Steve, mismo que avanzó decidido hasta plantarse frente a ellos en esa pose que Tony le conociera tan bien, la misma que usaba cuando quería que se le obedeciera sin reproche alguno, esa voluntad de acero que hiciera temblar a sus enemigos frente a la furia indomable de Montana.

-Suéltalo.

-Tú no me das órdenes.

-Te lo sugiero. En la próxima no seré tan cortés.

-Steve –llamó el millonario, más que preocupado- Montana...

Ninguno de los dos pareció escucharle, sin embargo.

-Ahora.

-¿Y si no, qué, capitán?

Tony realmente creyó que esos dos iban a matarse en esos momentos, pero quiso la suerte demostrarle que aún tenía sorpresas bajo la manga para él. Todo el complejo quedó en luces rojas al sonar con fuerza la alarma de emergencia con la voz de Viernes llamándoles.

-"ALERTA. ATAQUE SORPRESIVO, INTRUSIÓN VIOLENTA DE LOS RESTAURADORES EN LA PRISIÓN DE MÁXIMA SEGURIDAD DONDE SE ENCUENTRA HELMUT ZEMO."

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