En algún lugar de Nueva York, Estados Unidos...
Título: OWACHY
Autora: Clumsykitty
Fandom: MCU Avengers (Post Civil War)
Parejas: Angustioso Stony
Derechos: Marvel se queda con todo como en la pirinola.
Advertencias: historia de terror, no apta para corazoncitos tiernos susceptibles de historias de horror con sustos a la vuelta de la esquina. Basado en la antología de cuentos del maestro Stephen King "Pesadillas y alucinaciones", y la película "Babadook", principalmente. Sobre aviso no hay engaño.
Gracias por leerme.
En algún lugar de Nueva York, Estados Unidos...
Everywhere you go you shout it
You don't have to be shy about it, no
And you'll never be alone
Come on now show your soul
You've been keeping your love under control
Everywhere you go you shout it
You don't have to be shy about it
Everywhere you go you shout it
Oh my my
And you feel like no-one before
You steal right under my door
I kneel 'cause I want you some more
I want you some more, I want you some more...
Original of the Species, U2.
Kamala se abrazó a Peter, ocultando su llanto contra su pecho. Scott se dejó caer sobre sus rodillas, imitado por algunos Inhumanos. Pantera Negra observó a Tony antes de levantar su vista hacia el par de líderes quienes parecían tan consternados y adoloridos como los Vengadores. El Capitán América se acercó al castaño, buscando que soltara el cuerpo inerte del zorrito sin conseguirlo, ni tampoco pudo calmar el llanto amargo al que se unieron los demás. Medusa se puso en alerta cuando un portal se abrió delante de ellos, permitiendo el paso a un hombre de extraña vestimenta, cabellos castaños con una capa roja que ondeó al viento ártico, caminando tranquilamente hasta donde se encontraban, mirándoles tranquilo y ofreciendo una sonrisa cálida. Natasha no dudó en apuntarle igual que Clint pero el extraño levantó ambas manos en son de paz.
-No he venido a traer conflictos sino reposo.
-¿Quién jodidos eres tú? –Bucky le apuntaba con una metralleta.
-Mi nombre es Stephen Strange. Doctor Strange.
-¿Por qué estás aquí? –para sorpresa de todos, fue Medusa quien habló.
-Porque es hora.
-¿Hora? ¿De qué? –Wanda frunció su ceño.
Strange miró a Tony, llegando a él para extender sus brazos, indicando que deseaba que le entregara el cuerpo de Montana.
-Su misión ha terminado, ahora debe volver. No debes llorar por él, no fue lo que te enseñó, al contrario; no olvides todo lo que hizo por ti, porque ha sido de los más grandes obsequios en este universo.
-Alguien mate a este tipo –dijo Scott.
-¿Qué le harás? –Steve tenía rodeado a ambos entre sus brazos.
-Él es un ser divino, tan singular entre las altas entidades, porque en lugar de solo enviar sus bendiciones a seres más terrenales como nosotros, se convierte en un mortal más para convertirnos entonces en algo superior. De todos los dioses y guardianes, él es el único que hace eso. Ahora... -el hechicero se arrodilló frente a Tony- Hay que devolver su cuerpo mortal a las estrellas a las que pertenece, así, cuando le necesitemos una vez más, podrá venir a nosotros.
-... estás... ¿diciendo la verdad? –Stark apretó un poco a su zorrito, no muy convencido.
-Soy su más leal sirviente, tú mejor que nadie sabes que no es prudente contrariarle. Por favor.
Tony miró a Steve quien asintió, dejando que entregase el cuerpo de Montana a los brazos de Strange quien lo elevó en los aires, rodeándolo de círculos mágicos llenos de símbolos como si fuese un ataúd que se convirtieron en llamas doradas que consumieron rápidamente el cuerpo del zorrito al que todos despidieron en silencio. Cuando todo terminó, fue Rhodey quien le apuntó con la única arma que le servía en su armadura.
-Explicaciones, Doctor Strange, porque no me convence todavía.
-Por supuesto, más... ¿no les parece que hay un mejor sitio para hablar?
Como si lo estuviera planeando, el Quinjet llegó en lo alto, descendiendo con elegancia. La plataforma de descenso bajó, con todos preguntándose quién había piloteado la nave. Tony se puso de pie de un brinco al ver a un campante aunque de traje descompuesto, Marcus Phoenix.
-¡MARCUS!
-El mismo que viste y calza. Vamos, vamos, Tony, sabes que hierba mala nunca muere.
-¿Cómo...? –Clint estaba por hacer su pregunta pero sus manos se movieron cual rayo cuando una mujer descendió del Quinjet. Nada menos que Sharon Carter.
-¡¿QUÉ HACE ESA...?!
-Uy, por favor, el Doctor aquí presente ya dijo que debemos ir a otro sitio –Marcus levantó sus manos- Me duele la cabeza, chicas y chicos. Hola señor Rayo Negro, Medusa. Am... ¿vamos? ¿Por favor? Hay galletitas adentro.
Con miles de preguntas rondando por su cabeza, todos se movieron para ir dentro de la nave que Strange hizo cruzar a través del portal, llevándoles hasta donde su santuario, para revisar sus heridas por igual, de Vengadores e Inhumanos quienes por fin hablaron con ellos cuando, más descansados, tuvieron la tranquilidad para hacerlo. En primer lugar, el Barón Zemo había huido con Tiberius Stone cuando Owachy destruyó la base sin miramientos, tal como lo había advertido Tony que sucedería porque no era algo que pudiese controlar, dejando a los Inhumanos a merced del monstruo. Eso había motivado la participación de Rayo Negro, su esposa Medusa entre otros miembros de la Familia Real Inhumana a intervenir contra la criatura cuando Montana fue liberado por la propia Sharon Carter, a quien luego Marcus rescató mientras todos estaban enfrascados en la pelea.
Por boca del Doctor Strange, todos, incluido Stark, se enteraron de la otra parte en la historia de aquel zorrito al que ya habían despedido. Los hechiceros como él estaban a su servicio al conocer su legado. Cuando se aparecía, ellos obedecían ciegamente sus mandatos por muy dolorosos o frustrantes que pudieran resultarles. La misión sagrada del guardián requería de ciertos sacrificios que también incluían su propia vida mortal. Era el obsequio para el elegido. Marcus lo confirmó cuando terminó de contar su historia, en aquel momento cuando Montana le había sacado del edificio de narcotraficantes, terminó baleado por los mismos. Así que cuando le vio de nuevo, pidiendo ayuda para Tony, ni siquiera preguntó el por qué. Carol hizo su parte, también aclarando aquel episodio de su pelotón emboscado en pleno desierto arábigo del cual le sacó Montana, igualmente perdiendo la vida al hacerlo, haciendo lo mismo que Phoenix.
-Es la luz que viaja de estrellas que ya no existen para decirte que no pierdas las esperanzas –dijo Strange a un conmovido Tony- Porque cuando el universo desea salvar una vida, le envía amor.
-Demonios, no dejo de llorar –bromeó Scott, haciendo reír discretamente al resto.
Fue el turno de Marcus de explicarse cómo había sobrevivido al estallido de su avión, pero una vez más fue el hechicero quien les narró los hechos, porque el plan de Zorro del Cielo era tan astuto como el zorrito que era. Desde el guantelete de Tony, que el propio Strange hechizara para ayudarle, hasta el momento en que fueron atrapados por Medusa y Zemo, eran cosas que había previsto el guardián sagrado y que conocía el doctor, quien había dado su palabra de no intervenir hasta que llegara el momento de su despedida. Solo entonces podría revelar toda la verdad. El hechicero apareció segundos antes del estallido dentro del avión, llevándose consigo a Marcus y los pilotos, impidiendo que alguno de los Inhumanos pudiera detectarle por la explosión.
-Hey, déjame algo de crédito –bufó Marcus, acomodándose sus cabellos- Luego de que Carol echara a la Agente Carter, hablé con ella en secreto. Si deseaba una oportunidad de mostrar que era tan buena como su tía Peggy, le ofrecí el peligroso trabajo de abandonar las Fuerzas Conjuntas y volverse una aliada de Zemo. Soy un experto en melodramas, ¿recuerdan? Hicimos la participación de Sharon muy creíble, y si, éste mago nos ayudó en eso.
-Hechicero.
-¿Entonces fuiste tú quien dejó las pistas para descubrir a Stone y Ross? –preguntó Steve, mirando asombrado a la joven agente.
-Sí, lo siento tanto, Señor Stark, jamás hubiera lastimado así a su guardián.
Tony se encogió de hombros. –Nada que él no pudiera soportar. Si resistía un baño de nitrógeno líquido a temperatura de cero absoluto, con mayor razón unos cuantos grilletes. Pero me convenciste, señorita.
-Claro, yo la entrené –sonrió Phoenix.
-Hey, pero Zemo escapó junto con Stone, y seguro que el General Ross ya tiene su coartada –se quejó un más descansado Rhodey.
-No por mucho tiempo –Marcus alzó sus cejas, sonriendo coqueto- Les dije que les haría morder el polvo.
-Oh, Marcus, ¿vas a sacar...?
-Sí, Tony. Por ti, por Montana, por los señores Inhumanos de acá. Por Kamalita.
-¡Sí!
-Él me advirtió que permanecen peligros latentes sobre este mundo –asintió Strange- Es mejor mantenernos unidos para lo que se aproxima.
-¿Tú nunca hablas o qué? –Clint se dirigió a Rayo Negro.
-Yo hablo por él, y estamos de acuerdo con el hechicero –respondió Medusa.
-Wow. A eso le llamo poder.
-¡Clint!
-¡Ouch, Tashaaaa!
Tal como lo prometió, Marcus liberó unos archivos de experimentos militares a cargo del flamante Secretario de Estado en los que también estuvo involucrado Tiberius Stone. Las Fuerzas Conjuntas detuvieron a éste último en el Caribe mientras que al General se le hizo un juicio militar. Quizá el Barón Zemo estaba fuera de su alcance, pero con la Familia Real Inhumana de parte de los Vengadores, ahora sabían lo que necesitaban para su contraataque. Tony se quejó por sus mechones blancos en las sienes pero Steve le abrazó diciendo que así se veía como un zorrito plateando. Fury les dio sus merecidos descansos, Clint volvió a la granja con Laura y sus hijos, Scott pasó unas vacaciones al lado de Cassie. Bucky, animado por el millonario, finalmente se decidió a pedirle una cita a la rusa, así que les perdieron de vista.
Peter y Kamala regresaron a sus respectivos hogares, con la promesa de Tony de llamarles si les necesitaban pero no sin haber visto sus boletas de calificaciones. Wanda y Visión también salieron en citas que el castaño agradeció porque no estaba dispuesto a renovar una vez más la cocina que terminaba hecha un desastre por esos dos. Sam y Rhodey hicieron visitas a sus camaradas en el ejército junto con Carol quien prometió cuidar de aquellos dos. Marcus y Sharon Carter también parecieron hacer migas. Como era de esperarse, Stark se encargó de crearles un hogar a los Inhumanos, lejos de miradas curiosas, a salvo de ataques y donde pudieran encontrar la tranquilidad que les había faltado con Zemo, pero también de aquellos amos crueles que les habían entrenado como si fuesen animales salvajes. Los Kree. Peores que los Chitauris, les afirmó Medusa.
Más tendrían que esperar, de momento gozaban de una tranquilidad y reposo muy necesario desde la Guerra Civil. Oportunidad que aprovechó Steve para formalizar su relación con el castaño, a quien le prometió una hermosa cena en su restaurante favorito, mesa exclusiva con los platillos de cocina gourment que tanto le encantaban. Rosas y un anillo que esperaba en una cajita de terciopelo. Tony miró alrededor de su taller en la Torre Stark, con el saco de su elegante traje de gala al que iría a la cena entre sus manos, viendo sus nuevas armaduras. Ya no tenía miedo a ellas, había soltado al fin aquel guantelete. No más pesadillas ni tampoco más terrores persiguiéndole. No era que todo fuese tan fácil ni sencillo pero lo arreglarían. Juntos. Sonrió pidiendo a Viernes que apagara y cerrara todo, comenzando a ponerse su saco al momento de salir al pasillo principal, el cual se quedó a oscuras.
Tony se detuvo a mitad del pasillo, sonriendo.
-Ya veo... no eres tan fácil de vencer, ¿eh? –su sonrisa creció, mirando el suelo- Me temo que hay unos cambios en la agenda, ¿sabes? En estos momentos estoy muy ocupado porque mi futuro esposo, porque ya sé que sacará ese anillo, es tan obvio el anciano; va a pedirme que nos casemos luego de que exprima su cuenta bancaria con esa cena. Van a pasar cosas muy interesantes, pero desafortunadamente eso me deja sin tiempo para ti. Así que...
Se giró sin prisas, muy seguro, viendo a esa oscuridad.
-Owachy, vas a tener que buscarte un asiento si esperas que vuelva a ser tu víctima, lo siento corazón, soy un ser humano con debilidades y temores, eso me dice que estoy vivo. Pero son mías y más de uno te dirá que Tony Stark no comparte. Disfruté mucho nuestro tiempo juntos, en serio, y no eres tú, soy yo. Estoy vivo, soy feliz y me voy a casar con el Capitán América. No llores por mí, porque no tengo ni la más mínima intención de extrañarte. Adiós.
Al igual que cuando despedía a su junta administrativa, así se dio la media vuelta, terminando de abrocharse su saco, con pasos alegres hacia el elevador al que entró, terminando de revisar su apariencia y dándole un guiño a un lobito de tela en medio del pasillo al que dejó atrás sin temor o miedo algo. En el lobby le espera un apuesto Steve Rogers en esmoquin, ganándose un silbido de apreciación por parte del millonario quien sacó su celular para tomarle varias fotos antes de que el capitán terminara casi cargándole para tomar el auto o perderían la cita, con fogosos besos de por medio bien conscientes que había espías tomándoles fotos, no necesariamente paparazis. Con Steve al volante, el automóvil se perdió en la avenida.
A lo lejos, en lo alto de una cornisa de un edificio frente al rascacielos, un zorro de ojos grises y pelo rubio les sonrió, desapareciendo con el viento nocturno.
F I N
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