Decisión
Título: OWACHY
Autora: Clumsykitty
Fandom: MCU Avengers (Post Civil War)
Parejas: Angustioso Stony
Derechos: Marvel se queda con todo como en la pirinola.
Advertencias: historia de terror, no apta para corazoncitos tiernos susceptibles de historias de horror con sustos a la vuelta de la esquina. Basado en la antología de cuentos del maestro Stephen King "Pesadillas y alucinaciones", y la película "Babadook", principalmente. Sobre aviso no hay engaño.
Gracias por leerme.
Decisión.
Abrázame que el tiempo pasa y él nunca perdona,
ha hecho estragos en mi gente como en mi persona.
Abrázame que el tiempo es malo y muy cruel amigo,
abrázame que el tiempo es oro si tú estás conmigo,
Abrázame fuerte, muy fuerte, más fuerte que nunca,
siempre abrázame.
Abrázame muy fuerte, Juan Gabriel.
Carol arqueó una ceja al ver entrar en el gimnasio a la Agente 13, Sharon Carter si mal no recordaba su nombre, reconociendo el apellido por la legendaria Peggy Carter, fundadora de SHIELD y ejemplo para muchas mujeres. Le siguió de reojo mientras llevaba algo de almuerzo para el Capitán América, quien estaba muy concentrado tratando de ponchar una quinta bolsa de boxeo mientras Danvers estaba corriendo en fijo con sus audífonos puestos. Había otros Vengadores ahí, dispersos. El gimnasio era muy grande en realidad como para chocar mutuamente o fijarse en las actividades ajenas pero la capitana tenía muy claros sus deberes y metas a alcanzar. Tomó aire, terminando su rutina al apagar la caminadora, bajando poco después de ella buscando una toalla con que secarse el sudor de su frente, esperando a que la agente pasara de nuevo cerca de ella.
-Agente Carter –le llamó con su acostumbrado tono de voz.
La joven casi respingó, parpadeando confundida hacia ella, antes de erguirse y caminar sin titubeos hasta donde se encontraba Carol.
-¿Sí, Capitana?
-Me he dado cuenta que tiene una tendencia a favorecer al soldado Rogers con atenciones que no se ven sobre los demás Vengadores Secretos.
Eso trajo un sonrojo profundo en la agente. Steve se detuvo con el ceño fruncido, habiendo escuchado el llamado de la capitana, pero observándoles a lo lejos sin intervenir.
-Lo siento, Capitana Danvers, es solo que...
-Es solo que te aprovechas de la torpeza del soldado Rogers para rechazarte como es debido, niña –gruñó aquella- Que falta de respeto de tu parte tratar de engatusar a la persona que tu honorable tía quiso tanto y mostró admiración. No me digas, ¿se besaron después de enterrarla?
-Hey –el capitán fue de inmediato hacia ellas- Basta con eso.
-De ti ya no me sorprende, Capitán, pero me molesta que gente sin valores ni principios esté pisando estas instalaciones que fueron levantadas para honrar a quienes pelean buscando hacer un mundo mejor.
-La Agente Carter lo hace –defendió Steve.
Aquellos que estaban en el gimnasio –Natasha, Sam y Clint- se detuvieron, intercambiando una mirada pero sin moverse de sus lugares mientras que Carol entrecerraba sus ojos, cruzándose de brazos. Las rencillas pasivas comenzaban a florecer entre ellos, algunas veces apagadas por Fury, otras veces resueltas por María Hill, y otras más casi habían terminado a golpes de no ser por la pronta intervención de T'Challa. Varios de ellos dudaban que tal dinámica fuese a llevarlos a buen término en cuanto se presentara su primera misión conjunta, pero la voluntad de hierro del director de las Fuerzas Conjuntas como las sutiles amenazas de Montana eran sus grilletes. Ante el mundo, los Defensores eran los protectores oficiales de la Humanidad, teniendo ayuda de un grupo de personas que pertenecían a las Fuerzas Conjuntas, todavía no eran revelados como los Vengadores Secretos, cosa que también tenía molestos a éstos.
-Sharon Carter desobedeció a su jefe al entregar trajes y armas a fugitivos de la ley, infringió las normas de su trabajo al revelar información clasificada a prófugos, entorpeciendo las labores de Anthony Stark para capturar al grupo de idiotas que aseguraban que escupirle al mundo era una bonita manera de plantear sus posturas. Viernes, ¿cuántas casualidades directas resultaron de las acciones de la Agente 13?
-"Suman un total de 573 casualidades directas, Capitana Danvers."
-Carol... -advirtió Rogers con una mirada seria.
-¿Qué, soldado? ¿Vas a decirme que esa gente tampoco vale la pena como lo hiciste con el resto de víctimas que pisoteaste al encubrir al asesino de HYDRA?
-Oigan -Sam quiso intervenir.
-No me estoy dirigiendo a usted, soldado Wilson. Ahora, Agente Carter, si quieres ser digna del apellido que quieres embarrar a todos, lo harás de la manera correcta, empezando desde abajo igual que lo hiciera tu tía. Si eres la mujer que pregonas que eres, no tendrás problemas. No te quiero volver a ver en este complejo nunca más si aprecias tu linda cara de niña rica que jamás tuvo problemas para ascender a donde quería.
-Pues usted...
La Capitana Marvel sujetó a Sharon por el cuello más rápido que los reflejos de Steve, caminando a zancadas para arrojarla fuera del gimnasio.
-El nombre de Peggy Carter es un icono de valor, justicia y templanza. No tienes ninguna de sus tres cualidades, mocosa. Ve a buscarlas, pero lejos de mis dominios.
-¡Danvers! –el capitán les alcanzó, frunciendo su ceño- ¡Suficiente!
-Largo –ordenó Carol.
-Ya la escuchaste, Agente.
Montana levantó de golpe a la atemorizada agente, empujándole para que se marchara, entorpeciendo el camino de Steve para alcanzarla, quedando ambos frente a frente, con el rubio dedicándole una mirada asesina al Marshal quien sonrió antes de hacer una bomba de chicle que tronó retadoramente muy cerca del rostro del capitán. La capitana rió, rodando sus ojos al ver aquello pero esperando por la reacción de Rogers que no vino, aguantando una vez más la tentación de pelear en contra de Montana quien gozaba de sacarle de quicio, sobre todo al intentar hablar con Tony a quien poco o nada había visto desde su llegada. Una alarma vino a romper con la tensión creada, escuchándose la voz de Viernes alertarles de un ataque de Los Restauradores en la costa oeste de los Estados Unidos. Carol asintió, volviéndose a los otros que ya estaban cerca de ellos en apoyo al rubio.
-Muevan esos traseros, los quiero en diez minutos dentro del Quinjet –ordenó la Capitana Marvel tronando su cuello- Viernes, llama a Visión y T'Challa, si fueses tan amable. Dejaremos a Peter con Rhodey y Tony.
-"A la orden, capitana."
En el Quinjet las cosas no fueron mejores pero no había ese aire de pelea que dejaran en el gimnasio. Wanda miraba a hurtadillas a un Visión muy serio con la mirada perdida, asintiendo a las palabras de Carol o los comentarios de Montana, sin verla realmente cuando sus ojos pasaban sobre ella. Clint tomó aire al notar esto pero era una situación ya normal entre ellos. Natasha estaba de brazos cruzados viendo al Marshal leer como si nada le preocupara uno de esos magazines baratos sobre chismes del espectáculo, tronando esas bombas de chicle que ponían los pelos de punta a los Vengadores Secretos mientras que los Defensores parecían inmunes a sus gestos, acostumbrados o sin prestar atención, no lo supo decir la rusa quien no se quedó con las ganas de hacerle unas cuantas preguntas al extraño Zorro del Cielo.
-¿Siempre es así, Marshal, de despreocupado?
-Los que tienen problemas son ellos, hija de Iván Petrovitch.
-Está enterado de mí, no es sorpresa.
-Como tu doble cara, Vanya.
-¿Esa es su impresión, Marshal?
Montana bajó su periódico, tronando otra bomba. –Son los hechos, koshka. De no haber traicionado a Tony... pero que cosas trato de decir si mataste a tu propio esposo cuando te lo ordenaron.
Varios pares de ojos cayeron sobre la pelirroja que alzó su mentón, no cediendo ante los ataques del Marshal.
-Por favor, Marshal, necesitamos la mente clara para la misión –sugirió cortés el rey de Wakanda.
-Oh sí, tenemos que detener a los terroristas que alguien pudo haber metido ya a prisión de haber firmado unos tontos papeles. Las cosas que uno hace por limpiar los cagaderos de otros, ¿no les parece?
Recibió varias miradas de reproche que poco le importaron, tronando de nuevo su bomba de chicle, volviendo a su lectura, tranquilo e inalterable. Steve apretó su mandíbula, tensando su cuello al tiempo que desviaba su vista a otro punto lejos de aquel nativo insolente y grosero igual que la Capitana Marvel a quien le alcanzó a notar una sonrisa de satisfacción. Viernes les anunció el arribo al punto destino, dejando atrás todo aquello para concentrarse en detener a este nuevo grupo de Restauradores que ahora pretendían hacerse de los controles de una presa. Carol dio sus precisas instrucciones como cuando se comunicaban por el viejo bíper, repartiéndolos en grupos para cercar y enfrentarse así a los terroristas. Las Fuerzas Conjuntas ya estaban en tierra preparándose para cualquier eventualidad con aviones y helicópteros de refuerzos.
-"Tenemos la lectura de veintiocho Restauradores, tres civiles aparentemente inconscientes y seis cuerpos sin vida, presuntamente de los guardias de seguridad"
La sorpresa se dejó ver en los Vengadores Secretos al escuchar la voz de Tony, pero sin tiempo para hacer preguntas porque el Quinjet los dejaba caer directo sobre el techo de las máquinas que mantenían cerrada la presa. El castaño fue indicándoles en turnos con Viernes sobre los movimientos o caminos a seguir, haciendo el encuentro lo más breve posible, con los Defensores anulando los intentos de los Restauradores de volar las máquinas. Estos terroristas tenían cuerpos espinosos con una piel azulada y ojos típicos de anfibios, poco o nada eran humanos. Siguiendo las indicaciones de la Capitana Marvel no dejaron a ninguno sin vida, escuchando decir al millonario que era mejor así dado el peligro de contaminación biológica de esos extremistas mutantes cuyos cuerpos fueron encapsulados para ser llevados al laboratorio que Helen Cho, recién llegada de Suiza, iba a examinar y así tener más pistas sobre ellos.
No se entretuvieron demasiado, permitiendo que las Fuerzas Conjuntas entraran para terminar con los detalles, siendo llamados por la Capitana Marvel de vuelta hacia el Quinjet, escuchando otro poco más de Tony por altavoces. No se dirigía a nadie en realidad, la comunicación era tan impersonal como lo hacía Viernes, oírle trajo una gama de sentimientos en todos ellos, los Vengadores Secretos. Rabia aún escondida, culpas por otro lado, confusión y mucha preocupación. La nave sobrevoló la presa en círculos antes de entrar a un Helitransporte ya sobre el área. Era como en los viejos tiempos pero al mismo tiempo todo era sumamente extraño. Bajaron en el hangar, siendo recibidos por Fury quien les felicitó por lo expedito de sus ataques sin mayores bajas. El resto del discurso se perdió cuando todos vieron a Stark aparecer, caminando al lado de un emocionado Peter.
Por un momento creyeron que les hablaría pero Montana se adelantó, extendiendo sus brazos para capturar con ellos al castaño, echándole sobre su hombro mientras le alaba por haber podido coordinar sus esfuerzos aunque le bromeó con darle todo el crédito a Viernes, quien parecía ser cómplice de las palabras del Marshal. Tony se quejó de ser llevado de esa manera más no hizo mayores desplantes que unos gestos de sus manos, desapareciendo por el mismo pasillo por donde había llegado. Peter se volvió al resto de los equipos, su mirada cayó en particular sobre el Capitán América a quien saludó como lo hiciera en Alemania, cuando los vieron en el aeropuerto, sonriendo tranquilamente al hacerlo.
-Eso fue genial, capitán.
-Gracias, chico.
-Ojalá un día me toque estar a su lado.
-Tal vez.
-Bueno, debo irme.
Así de fugaz fue aquella charla, con Fury invitándoles a descansar camino de vuelta al complejo. Natasha no estaba muy conforme pero tampoco se quejó de las actitudes tan agresivas de Montana. Estaba claro que no iba a hacerles el camino fácil. Y sabía más cosas que HYDRA y SHIELD juntos. Ya no hubo mayores incidentes durante el viaje, quedándose en la cocina Clint, Scott, Wanda, Sam y Steve junto con la rusa en una cena ligera, viendo las pantallas donde se hablaba de Los Restauradores como de los Defensores. Ninguno de ellos hablaba, estaban en un mutis pesado, parte por el cansancio, pero también por la situación con el millonario. Escucharon puertas deslizarse, y unos pasos alegres. De nuevo era Peter, quien traía entre sus manos una caja colorida. El adolescente se sonrojó al ser blanco de todas aquellas miradas, tosiendo apenas y armándose de valor para acercarse a la barra con todos sentados alrededor, dejando la caja que abrió, mostrando unas donas de todos sabores.
-La Doctora Cho trajo muchas cajas y son demasiadas... se me ocurrió que podíamos compartir.
-Gracias –dijo Sam, entre serio y curioso.
-No es nada, digo, yo no las compré.
-Gracias por tener estos gestos con nosotros –habló el capitán.
Peter jaló aire, mordiéndose un labio. –Bien, bueno... no es nada. Digo, yo los admiro a todos ustedes, son simplemente geniales. Esto es muy... duro para todos pero no es tan malo, al menos estamos todos juntos... creo.
-Eres el único que habla así con nosotros –observó Natasha con una sonrisa y un guiño.
-Ay, lo sé –el chico se puso rojo hasta las orejas, rascándose su nuca- Sobre eso, am, pues, am, solo no hagan enojar a Montana. Ahí radica el truco.
-Él es quien gusta provocar –Clint mordió una dona, sintiendo la mirada de reproche de la rusa- ¿Qué?
-Montana no es fácil de sobrellevar, pero es un gran amigo. A Tony le ha hecho mucho bien y eso ya es decir demasiado. Cuando le conoces, te das cuenta que realmente es especial –Peter apretó una sonrisa, aplaudiendo un poco- Bueno, creo que, am, um, debo irme, se supone que no debo hablar mucho con ustedes, no es que tengan algo malo pero es mejor así. De momento. Créanlo. Así es mejor.
-Peter...
-Con permiso, capitán, Vengadores Secretos.
Todo parecía que iba a ser así, corto, abrupto, confuso, mirándose entre sí como buscando respuestas donde no las había. Una vez que Peter desapareció, empezaron a recoger todo. Clint buscó las tazas, gruñendo cuando se deslizaron lejos de sus manos a punto de caer de la isla.
-Wanda, eso no es gracioso.
-¿Qué?
-Okay, caí. Ganaste.
-¿De qué hablas?
Barton alcanzó las tazas, pero ya no se deslizaron. Apuntó con un dedo a la joven quien frunció su ceño al no comprender de qué la acusaba. Sam negó, tomando la caja con donas sobrantes para colocarla dentro de un estante, pero la puerta que abrió se cerró de golpe a punto de rebanarle los dedos.
-Wanda.
-¿Ahora qué?
Steve iba a preguntarles a qué estaban jugando cuando todos se quedaron quietos porque las luces de la cocina comenzaron a titilar, como si fuesen a fundirse los focos. La luz se hizo más tenue, con un chasquido extraño. Fueron unos escasos segundos y después todo volvió a la normalidad. Esta vez todo el grupo miró a la Bruja Escarlata quien levantó sus manos, señalando el techo con una mirada temerosa.
-Sé lo que piensan, pero no fui yo. Algo atravesó el techo y alteró la electricidad.
-¿Lo dices en serio? –quiso saber Scott sintiendo un escalofrío.
-De verdad. No pude distinguir qué era, pero definitivamente no es normal.
-Genial, genial –Lang sacudió su cabeza rápidamente- Me voy a mi recámara.
Natasha fue la última en retirarse, aun consternada de lo que había sucedido. Terminó por rendirse porque sabía por el silencio en la cocina que Viernes no estaba dispuesta a darles explicaciones. Resignada, caminó hacia su propia recámara, pasando por un largo pasillo que atravesaba un jardín interior tipo zen, que se intersectaba con otro cuya entrada tenían prohibida al ser parte del ala que pertenecía al castaño. La Viuda Negra se detuvo, al verle pasar cerca. Los muros de cristal le dejaron contemplarle, en su pijama con la mirada clavada en su tableta, aparentemente hablando con alguien, seguramente su IA, mordiendo una dona en el proceso. Una escena por demás conocida para la rusa, quien estaba a punto de sonreír nostálgica cuando su rostro mutó a la preocupación genuina, la alerta al peligro.
La razón fue la sombra que proyectó Tony contra las paredes sólidas que corrían hacia las habitaciones de aquella sección. No era su sombra, la sombra de un hombre. Parecía danzar, un espectro con forma de lobo a juzgar por sus orejas, hocico y garras que rasguñaban al aire como si desearan alcanzar al millonario, ajeno a ello. Romanov se pegó al vidrio, golpeando para llamar la atención de Stark pero fue imposible, esas paredes habían sido hechas a prueba de ruidos. Maldijo en su lengua natal mirando alrededor. Poco le importó la orden de restricción. Avanzó decidida a alcanzar al castaño, pasando hacia la siguiente puerta, deslizando una tarjeta anteriormente hurtada en el Helitransporte cuando nadie prestaba atención.
-"Agente Romanov, no tiene permiso de..."
-Ven y trata de detenerme –siseó Natasha- ¡Tony! ¡Tony!
Corrió tan rápido como pudo, torciendo en una esquina, viendo una luz encendida en una salita de estudio a la que entró. Ella cayó al suelo alfombrado al chocar con una mole que le detuvo la carrera. Los ojos grises y furiosos de Montana se clavaron depredadores sobre la pelirroja quien de un salto se puso de pie. Detrás del Marshal, sentando con piernas recogidas en la esquina de un sofá, estaba Tony boquiabierto. La espía quiso hablarle pero su vista fue bloqueada por Montana quien le empujó con fuerza hacia la puerta.
-Largo de aquí, asesina de niños.
-Quiero hablar con Tony.
-Tú no tienes nada que hablar, prostituta del mejor postor.
-Di todo lo que quieras, pero no voy a irme de aquí. ¡Tony!
-¡Traidora! –rugió el Marshal apuntándole con un dedo- ¡Tu traición costó vidas! ¡Y tuviste el descaro de afirmar que hiciste lo correcto! ¡Lo sabías y no hiciste nada!
-Quiero hablar con Tony.
-A ti no te importa nadie más que tú misma. Por eso Bruce te abandonó.
Natasha apretó su mandíbula pero no se movió de su lugar. –Quiero hablar con Tony.
-¿Creíste que al auxiliar a tu camarada Barnes estabas limpiando tu deuda de sangre? No cabe duda que las serpientes venenosas como tú solo miran en función de sus propios intereses. Mentirosa, hipócrita, aprovechada, asesina. Asesina. Jamás esos rostros te abandonarán, jamás dejarás de escuchar esos gritos. Tú los mataste, tú acabaste con esas vidas inocentes. Como lo hiciste con mi Patito. L. Á. R. G. A. T. E.
-Quiero hablar con Tony.
La rusa respingó al escuchar un rugido no humano escapar del pecho de Montana, cuyo rostro se deformó, dejándole ver un hocico de colmillos filosos y ojos rojizos con garras que hicieron un arco directo hacia ella. Natasha jadeó, pero no se movió, apretando sus puños con su mirada ahora clavada en el castaño que no se movía ni un solo centímetro. Observó su confusión, ese guantelete negro en su mano izquierda, la dona abandonada como su tableta, el dolor en sus ojos. Ella sintió los suyos humedecerse pero aun así no cedió cuando tuvo enfrente a un antropomorfo Marshal cuyas garras se detuvieron cuando ambas miradas se conectaron con las filosas uñas a centímetros de su rostro. Natasha no cedió, igual que en sus más peligrosas misiones, se armó de un valor y decisión al resistir el escrutinio de esos ojos salvajes.
-Quiero hablar con Tony –murmuró.
-Montana... -llamó aquél.
Tras segundos que le parecieron siglos a la pelirroja, Montana se retiró con un bufido de fastidio, volviendo a la normalidad, haciéndose a un lado para dejarle pasar. Romanov respiró aliviada, antes de mirar a Tony, quien iba a hablar pero guardó silencio cuando ella fue corriendo a abrazarle con tanta fuerza que casi tosió al sentirse estrujado. Permanecieron así, sin decirse nada más que con ese gesto que el castaño lentamente correspondió, escuchando en su oído la voz quebrada de la rusa pedirle perdón una y otra vez. Los ojos de Stark buscaron los de Montana quien solamente se encogió de hombros, cruzándose de brazos al recargarse contra una pared. Las manos de Natasha tomaron el rostro del millonario, pegando ambas frentes. Se miraron, rieron como tontos y luego ambos se echaron a llorar en un nuevo abrazo.
-¿Querías hablar? –dijo más compuesto Tony.
-Vas a decirme todo, una vez dejé pasar lo que te sucedía cuando me dijiste que estabas bien pero no era así. No volverá a suceder.
-Estoy bien –le bromeó sin sonreír el castaño.
-No lo estás, pero tampoco estás solo –afirmó ella, tomando la mano con el guante- Así que comienza a hablar porque sabes de antemano que soy muy buena interrogando.
-Oh.
-Comienza... Patito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top